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Gemido (4)

Hablando de este, estaba con el teléfono escribiéndose mensajes y se apostaban las pesetas que les daban sus padres a que estaba hablando con Emir, posiblemente diciéndose tonterías románticas.

Asqueroso.

- ¿Dónde dejaste la mesa de mezclas, ah?- este levantó la vista y pudo verse cómo sus pupilas se encogían ligeramente, envió el mensaje rápido y guardó el teléfono intentando salir de allí rápido.- ¿Oh? ¿Ya te vas?

- ¿No nos vas a decir nada?

- No tengo nada que decir, tengo prisa, tengo que irme.

Lastima que a ellos les importaba cinco pepinos lo que él tuviera que hacer. Tuvo suerte que los profesores los vieran y les echasen la bronca, haciendo que soltaran al rubio de ojos castaños y que éste tomase sus cosas y saliera corriendo del instituto. Algunos de ellos gruñeron con molestia y después decidieron largarse como una piña a las recreativas a pasar la tarde allí después de comer en cualquier lugar con las pocas pesetas que tuvieran.

Ahorrando para las recreativas, claro.

Las primeras semanas de clase eran aburridas, las siguientes lo eran más y los alumnos estaban nada más que deseando que llegase el viernes por la tarde para pasarse el día entero en las recreativas hasta el lunes. La rutina y la monotonía del día hacía que todo fuese el triple de aburrido. Por suerte la monotonía se rompía cuando Luis iba a su casa a dormir y se quedaban despiertos hasta las tantas de la mañana jugando con la Game boy, desgraciadamente al día siguiente tenían un sueño terrible que los obligaba a dormir hasta las doce del medio día. Precisamente por eso Luis se venía a dormir los viernes y el fin de semana.

Lo normal.

- Paul.- llamó desde el colchón inflable que había a su lado de la cama, giró la cabeza hacia un lado, técnicamente estaba mirando la pared, pero era como si lo estuviera mirando.

- ¿Hmph?

- No tengo sueño.

- Yo tampoco.- coincidió el de piel morena.

- Tengo frío...

Le tiró una manta a la cara y después ahogó una carcajada tapándose la cara al escuchar el chillido de niña que se calló con las manos en la boca al ver la manta caerle encima. Se levantó del colchón y le pegó con la manta como si fuese una almohada y justo en la cabeza, esto hizo que contraatacara con su almohada. Se levantó de la cama y se lanzó con su almohada en un ataque directo y así estuvieron por lo menos diez o quince minutos, sorprendentemente sin despertar a los padres del moreno.

Solo pararon cuando el de cabellos largos cayó de espaldas al tropezarse con el colchón inflable y quedando tirado boca arriba en la cama, el otro también tropezó por la patada del otro que fue más como una zancada indolora y el pelinegro diez centímetros más bajo soltó ciertos sonidos extraños al caer el uno encima del otro.

Pararon la discusión con un empate acordado de forma silenciosa y los dos, algo incómodo, no vamos a negarlo, se acostaron cada uno en "su cama" y no se dirigieron la palabra hasta la mañana siguiente que, ambos procesaron que fue un sueño lo de anoche.

Pero no lo fue, porque se podían ver las huellas del crimen por toda la habitación: las plumas de la almohada de Paul al golpearlo.

Oh diablos...

Paul hizo el desayuno al estar en su casa y saber cocinar porque se las tenía que apañar ya que odiaba la comida de su madre. Desayunaron en silencio y desviando sus miradas constantemente cuando hacían contacto visual, siendo un desayuno verdaderamente incómodo y silencioso. Solo se escuchaban los cereales al ser masticados o el sonido de sus gargantas al tragar ya sea el zumo de naranja o la taza de cereales con leche.

Incómodo.

Verdaderamente incómodo.

Silencioso.

Incómodamente silencioso.

Frustrante.

- Olvidemos lo que pasó anoche.- rompió el silencio el de flequillo rubio mientras dejaba el vaso de zumo en la mesa.- Es incómodo estar en silencio todo el rato.

- Hmph...

- Si te quedas en silencio no dejo de escuchar tu maldito gemido en mi cabeza, así que, por favor, habla.

- Eso ha sido muy gay.

- No lo es.- escupió con el ceño fruncido.

- Estás pensando en eso, eso es gay.- escuchó un gruñido de amenaza.- Además, las peleas de almohadas son de chicas.

- Tú empezaste.

- Empezaste tu riéndote de mí.

- Eres tú el chilló como una niña.

- Eres tú el que me tiró la manta a la cara por sorpresa.- le reprochó.

- Eres tú el que tenía frío.

- ¿Acaso eso es malo?- espetó cruzándose de brazos.

- Los tíos no tenemos frío.

- Eres mexicano, estás acostumbrado al calor.

- Eso es racista.

- ¿No es verdad que eres caluroso?

- Si, pero sigue siendo racista.

- Ya, vale, basta, para.- se levantó de la silla y tomó el plato vacío y la taza, después la llevó a la pica de la cocina.- Es absurdo pelear por esta estupidez.

- Eres tú el estúpido.

- Empezaste tu pidiendo que hablase porque no dejas de pensar en el maldito gemido que solté al caerte encima mío.

Dicho así, en voz alta, sí que era muy gay lo que había pasado la noche anterior entre los dos. Osea, estuvieron peleando con almohadas y mantas como en las fiestas de pijamas de las chicas y acabaron cayendo uno encima del otro con el terrible error de caer sobre sus partes y que soltara un sonido erótico verdaderamente vergonzoso. Los dos hicieron silencio y después uno de los dos chasqueó la lengua contra el paladar y tomó los platos y el vaso y los llevó a la pica.

- Como sea.- dijo de forma indiferente, casi sin darle importancia.- ¿Vamos a las recreativas?

- No me queda paga, mis padres no me dieron esta semana por haber bajado las notas en un ejercicio que ni siquiera puntuaba para la nota final.- bufó- ni siquiera sé porque me dejaron quedarme a dormir si técnicamente estoy castigado.

- ¿Eso significa que te vas ya?- el otro se estiró y bufó pesado.

- Qué otro remedio me queda, no quiero que se me solapen los castigos.- lo miró haciendo una mueca fastidiada.- Ya me ha pasado más de una vez, es terrible que no te dejen salir de casa cuando te dé la gana.

Hizo una mueca.

- Que te quiten la game boy, que te lo quiten todo con lo que puedes entretenerte y no puedas salir de tu habitación ni siquiera para ir al baño.- rodó los ojos.

- Tus padres están como una cabra.- comentó al aire mientras lo acompañaba a la habitación solo para poder seguir la conversación con normalidad.

- Si, lo sé, pero igual les tengo respeto, sé que ellos pueden hacer cualquier cosa que se propongan sea buena o no para mí, pero si ellos consideran que es algo bueno, sin duda lo harán.

- Eso es contradictoriamente ridículo.

- Tal vez, pero para mis padres no...- bufó.- ¿Me dejas cinco o diez minutos para cambiarme?

- Ambos somos hombres y ya nos hemos cambiado en el vestuario de la escuela, ¿Qué problema habría?

- ¿Dices eso después de lo de anoche?

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Me parece bastante sarcástica la forma en la que Luis se lo toma.

También me parece bastante irónica la situación.

En plan.

Los dos son muy gay.

¿Nadie se da cuenta de eso?

En serio?

xDDDDD

okay, ya paro.

Aquí las opiniones --------------------->

Espero que oa haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Ecchisforlife

[1245 Palabras]

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