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9.- Cena.

Buenooo aquí esta el 9 

¿Qué creen? Es la continuacion de los OS Puzzles del día 3 y 4, espero y les guste.

Disfruten su lectura.

P.D. Ya se, ya se... voy atrasada, lo se, lo se...

...

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9.– Cena.

Se miro en el espejo como por 6ta vez, confirmando su vestuario, sería una rotunda mentira si dijera que no estaba nervioso, miro su celular, ya casi era la hora en la que Yami había quedado de pasar a recogerlo, tomo aire y volvió a verse en el espejo, su celular sonó, cuando lo reviso los mensajes sonrió, era Yami.

¿Estas listo...? Acabo de llegar por ti

Ahora salgo

Respondió antes de tomar sus cosas, miro su gran ramo de flores y disfruto de su aroma solo unos segundos, antes de bajar rápidamente las escaleras, con una risa en su rostro, se acercó a la puerta que daba a la tienda, su abuelo seguro ya estaba por cerrar.

—Ya me voy abuelo —se despidió el tricolor, el señor Moto volteo y le sonrió.

—Que te vaya bien Yugi, ten cuidado y pasa bien en tu cita. —dijo con una risita, el menor se sonrojo.

— ¡Abuelo! —exclamo antes de cerrar la puerta, aun escuchando las risas de su familiar, volvió a tomar aire antes de abrir la puerta de la entrada, Yami se encontraba frente a ella, le sonrió cuando sus miradas de toparon, rápidamente el de ojos color vino le extendió una flor.

—Para ti —murmuro suavemente, Yugi la tomo apenado.

—Gracias.

—Pensé que sería mejor solo una, después de todo, creo que ya tienes algunas —dijo Yami, Yugi rio un poco antes de salir de su casa y cerra la puerta.

— ¿Algunas? Mi casa se va a volver florería dentro de poco —bromeo el más bajo haciendo reír al mayor.

—Me disculpo entonces —comento Yami.

...

..

.

Para fortuna de Yugi, el restaurante era agradable y tenia un toque de elegancia, pero con un aire más familiar y sutil, por lo poco que sabia de Yami, su familia estaba bien acomodada y no era que le molestara, pero había días en los que preguntaba cuanto ya había gastado ya en él.

—Pensaba llevarte a otro lugar, pero pensé que seria muy ostentoso para la primera cita —comento el de ojos rojizos con una sonrisa.

—Gracias, pero no tienes porque gastar tanto en mi Yami, enserio.

—Supuse que dirías eso desde un principio, por eso pensé en cosas sencillas y no muy costosas, te acero que lo más costoso es lo de hoy —Yugi negó un poco antes de mirar.

—No debiste, pero gracias y solo por esta vez aceptare un regalo así.

—Procurare que no sean frecuente. No quiero dar la impresión de que te estoy comprando o algo6,

—Ni yo de que me aprovecho de ti

—Por mi aprovéchate todo lo que quieres Yugi.

— ¡Yami!

—Estoy bromeando, lo siento... te vez tan lindo cuando te sonrojas.

El mesero llego y ambos pidieron sus respectivos alimentos, antes de seguir conversando de un poco de sus respectivas vidas, después de todo, ambos querían saber más sobre el otro.

—Entonces tu padre es dueño de varios museos —dijo Yugi, dándole un trago a su bebida.

—Así es, tiene 5 en el país, nos mudamos a Domino, porque compro el museo de aquí, porque le gusta ver todo el desarrollo del museo con sus propios ojos, además de que el museo de Domino tiene una de las exhibiciones egipcias más completas, él estaba muy emocionado por conocer todo de ella, además se buscar cómo hacerla más grande si era posible también quería seguir con los tratos que los anteriores dueños tenían con los embajadores de Egipto y mas cosas por hacer —alzo lo hombros, antes de beber de su bebida —Cada que adquiere un nuevo museo, nos mudamos a la ciudad donde esta, la verdad es que no me molesta viajar con él, me he mudado como 3 o 4 veces.

—Entonces viajas con tu padre siempre... ¿No extrañas tus amigos o tus familiares?

—Bueno, con amigos, a veces quedo los fines de semana en algún lugar, he estado en varias escuelas así que he tenido muchos compañeros, son pocos los que se volvieron mis amigos, con ellos me mantente en contacto seguido, a veces viene ellos de visita o voy yo... —explico Yami apoyando su rostro en una de sus manos, sin dejar de ver a Yugi, este le sonrió.

—Es bueno que aun mantengas contacto.

—Supongo que si...

— ¿Qué hay de tu familia? —pregunto Yugi, hicieron una pausa cuando les trajeron sus respectivos alimentos.

—En el caso de mi familia, bueno... Desde que mis abuelos fallecieron se causó una ruptura... Al principio mi papa era arqueólogo e historiador, cuando mi abuelo tenia dos museos, así que se los heredo a mi papa en vida, cuando el falleció mi padre dejo su trabajo para dedicarse a los dos museos, poco después mi abuela murió también y fue cuando hubo problemas con la herencia, así que mi papa quiso poner distancia y solo quedarse con lo que le heredaron en vida... y con la de mi madre, jamás tuve contacto. —conto antes de comer un bocado, pero Yugi noto algo entraño al mencionar a su mama.

— ¿Por? —curioseo, esperando no incomodar a Yami.

—Mi padre dejo a madre cuando supo que tenia otra familia y no la volví a ver. —dijo en tomo un poco seco y desinteresado, Yugi desvió la mirada.

—Ya veo, lo siento si no te incomode. —se disculpó mirándolo de nueva cuenta.

—Descuida —Yami le sonrió para calmarlo — ¿Qué hay de ti?

—Pues, solo vivo con mi abuelo, mi padre se fue hace unos buenos años y mi madre falleció cuando tenía 10 años. —ahora fue el turno de Yami para disculparse.

—Lo siento por eso.

—Está bien, no te preocupes. —le sonrió, la verdad no era un tema cómodo, pero tampoco era algo que en verdad era relevante para él. —Dejemos las cosas tristes, mejor dime ¿Qué te gusta? Siento que me conoces bien y yo no sé nada de ti.

—Puede que sea así, admito que te investigue un poco —rio un poco al recodar —quería llamar tu atención de forma correcta.

— ¿Debería preocuparme de esa investigación? —cuestiono entre divertido y extrañado a su vez,

—Si no te molesta que haya usado a Tea como contacto, no.

— ¿Tea? —eso lo había tomado por sorpresa, Yami hablado con la castaña sobre él.

—Si... conversábamos mucho sobre ti

— ¡¿Sobre mí?! ¿Por qué?

—Ella en realidad, decía cosas malas de ti y se quejaba de ti como novio —Yugi volvió a desviar la mirada, pero el de ojos rojos le acaricio el rostro llamando su atención —Pero a mí no me importo, digo, eran quejas de cosas que a ella no les gustaba de ti, pero eran cosas sobre ti, eres el chico que me gusta, quiero saber todo de ti, bueno o malo.

—Yami... —murmuro apenado.

—Fue así como supe que dulces mas o menos te gustaban, los colores, los accesorios, peluches, que tus hamburguesas son tu comida favorita... —comenzó a enumerar Yami, haciendo sonreír el de ojos amatistas.

— Esta bien, ya entendí. —Yugi no supo si reírse o sentirse mal por la castaña, ya que, desde un principio, no tenía oportunidad con Yami. Sabía que quizás estaba mal sentirse muy feliz por eso, pero no podía evitarlo.

—Así que supongo que debería poner las cosas parejas —explico Yami con una sonrisa coqueta, que ruborizo a Yugi y le corto el aliento unos segundos —No tengo una comida favorita realmente, aun así, tengo preferencia por las hamburguesas y el ramen, prefiero los colores oscuros, en el especial el negro y rojo, pero últimamente me gusta el morado.

— ¿Por qué?

—Me recuerda a tus ojos.

—...

—Me gustan los dulces de sabor picantes o ácidos, pero también me agrada el chocolate hasta cierto punto, en el caso de los postres tampoco tengo algo en especial, pero me inclino por los postres fríos, en el caso de los accesorios creo que compartimos gustos...

— ¿Qué te gusta hacer?

—Bueno me inclino por los deportes, pero me gustan mucho los juegos de mesa. —comento Yami sonriendo al ver como el de ojos amatistas se emocionó por su respuesta.

—A mí también.

—En especial los de estrategias y los de azar.

—Yo prefiero tipo rompecabezas y esas cosas, me gusta pensar en cómo resolver cosas. —conto el menor con emoción, Yami disfruto de ese brillo en sus ojos.

—En lo personal me gusta ganar —comento haciendo reír a Yugi, Yami sabía que ya amaba ese sonido, pero no lo comentaría, aun así, buscaría hacerlo reír cada que pudiera.

Y siguieron conversando de las clases, de sus días, un poco más de su familia. Hasta que Yugi no pudo evitar preguntar.

— ¿Por qué yo Yami? Después de todo, eres muy popular en la escuela.

—Simplemente me pareces muy bello, tu sinceridad, tu amabilidad, siempre dispuesto a ayudar a los demás sin esperar un gracias, tienes un corazón muy grande y bello Yugi, una luz que no tiene cualquier persona y eso me gusta —mientras hablaba Yami busco tomar las manos del menor entre las suyas con suavidad —Eres hermoso, amable, tierno, dulce, noble... tengo tantas palabras para describirte aun así, no se si sean suficientes, pero estoy muy seguro de que te quiero Yugi, te quiero conmigo, a mi lado... Así que espero que puedas darme la oportunidad de demostrarte que mis sentimientos son verdaderos y que voy muy enserio contigo —beso una de sus manos, Yugi ya era un farolito debido a todas esas palabras de parte de Yami, que sonaban tan sinceras y llenas de esperanza y cariño.

—No sé cómo resulte esto Yami... pero quiero intentar —dijo finalmente Yugi con una sonrisa tímida, Yami sonrió feliz por eso. Siguieron disfrutando de su cena, de su pequeña velada, hasta que tuvieron que irse, pero cuando Yugi ya se estaba despidiendo, Yami murmuro.

—Yugi... ¿Puedo besarte?

—Ya lo hiciste una vez ¿no? —comento Yugi apenado.

— ¿Puedo hacerlo de nuevo?

—Adelante —murmuro, Yami sonrió un poco apenando antes de rodearlo con sus brazos por la cintura e inclinarse para presionar sus labios con los de un muy sonrojado Yugi, segundos después el menor llevo sus manos con timidez a la chaqueta del mas alto y la sujeto suavemente antes de regresarle el beso.

Ambos disfrutaron del contacto, sus labios se acariciaron con timidez y lentitud, buscando el ritmo con el que estuvieran cómodos, después de todo, quería tomarse las cosas con calma, se separaron unos segundos para mirarse a los ojos, y esta vez fue Yugi quien se alzo para que volvieran a besarse, después de compartir unos pocos besos más, Yami se vio en la obligación de hacer un esfuerzo para separarse por fin de la boda de Yugi, por que ya era un poco tarde y seguro el abuelo de Yugi aun lo esperaba.

—Descansa —murmuro Yami antes de besar su frente.

—Gracias, también tú y gracias por la cena... Y por todo.

—Un placer, lo que sea por tu Yugi —compartieron un beso rápido antes de que Yugi entrara a su casa, con una boba sonrisa en el rostro.

Había sido un gran día.

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