3. Caricias Posesivas.
Ligeras, pero imponentes pisadas, hacían eco por todo el hogar Potter-Prince, Lucius Malfoy venía a visitar a su querido amigo que por su estado le habían prohibido salir sin compañía.
Dirigiéndose sin pausa a la habitación, al poner un pie en ella, pregunto sin tapujos. -¿Podrías repetirlo? Me enteré por tu carta, pero ni aunque te estoy viendo, creo posible lo que ocasionaste Severus.
Hace trece días que se encontraba en aquel estado y por más que ha tratado de regresar a su laboratorio, James se lo ha negado rotundamente. Quien, por cierto, de igual manera, fue afectado.
-Y déjame decirte que James tampoco la ha tenido sencillo, al contrario.
Suspiro resignado, pregunto: -¿A quién golpeo esta vez?
-Nada de ello cariño, -se acercó a tomar asiento junto a él- prácticamente no le han dejado de llover invitaciones para salir -con su mano hizo un movimiento tratando de pensar la manera inofensiva de decir lo siguiente- a tu querido James con su nueva apariencia está indescriptiblemente apetecible y mis fuentes viene del mismísimo Ministerio. El pobre ha tenido que cambiar su horario de entrega en el correo para enviar sus suministros, para evitar algún encuentro, sin embargo, cada vez es más difícil para el pobrecillo...
Severus desde que se enamoró de James podría contar con una sola mano suya, las veces que posiblemente logro sentir celos.
Sin embargo, existe el hecho posible y comprobado que sea posesivo.
Y de una magnitud que las escenas de celos de Sirius a Lucius sean solo niñerías a comparación de las que hizo y haría seguramente en cuanto ponga un pie James en un par de horas.
-Por más que le ha tratado de decir quién es, no le creen. Y no es que no ha querido golpear, al momento que lo ven enojado le dan halagos y este prefiere huir de la impotencia que le está causando su estupidez de algunos magos del ministerio, hasta se lo he comentado, pero me lo toman de broma.
Severus despidió a su querido amigo luego de un par de tazas de té.
Tratando de controlar su molestia camino dando vueltas por su habitación, luego en el estudio donde atendían únicamente temas de negocio y en su jardín donde sus queridos ingredientes crecían.
Hasta que el sol comenzó a ponerse en el horizonte.
Normalmente, las reacciones de alguna poción suya duraba entre 12 a 73 días, esperaba que no se extendiera aquella pauta. Por el bien de James, ya que su vena posesiva no daría tregua de ser lo contrario.
[ . . . ]
Luego de haber cenado algo ligero y haber conversado un rato de algunos asuntos pendientes del nuevo lote y el empaque. Se dirigieron a su recámara.
-Me comento Sirius que vino Lucius ¿te fue de ayuda? -mientras se dirigía al baño a cambiarse.
Algunas costumbres ni por el pasar del tiempo cambiaban... su querido esposo aún seguía con el afán de irse a cambiar al baño. Y eso le hacía gracia, hasta a hora.
Sin meditarlo, tan siquiera se levantó del asiento de su tocador para abrir la puerta del baño e ingresar, quedándose petrificado al visualizar los golpes en la piel bronceada de su cintura. -¿Quién fue? -pregunto con un tono rabioso en su voz.
James, al sentir su presencia y saber lo que se le avecinaba, se masajeó y trono su cuello. -Cariño, espera a que termine de alistarme y en un momento estoy contigo, ¿quieres?
A Severus no le quedo de otra que cerrar la puerta y acercarse a su lugar en la cama y esperarlo.
Se encontró sumergido en sus posibles suposiciones hasta el momento que sintió como James se acomodaba en sus piernas, acariciándolas en el proceso de hacerlo regresar al plano consciente.
-¿Acaso amor mío, estás enterado que cuando dialogas con tu subconsciente luces tan atractivo? -le beso la mejilla con delicadeza, causándole una marca con el bálsamo que se había puesto previamente.
-¿Quién fue? -repitió lo mismo de hace rato.
Subiendo pausadamente sus manos, rozando sus hombros y haciendo presión, tratando de sobar el cuello y parte del pecho descubierto. -Aquí lo importante es que ese tema está saldado.
-Por ello te pedí, no en realidad hasta recuerdo haberte suplicado que dejarás los asuntos del Ministerio a Lucius para evitar esto -con lágrimas sin contener le expuso cansado- no desconfió de tus habilidades, sin embargo, ve como estamos ambos -señalo su apariencia- somos un blanco sencillo para lo peor posible.
James se vio como reflejo, pero no dejo de brindarle ese contacto a su pareja. -No quiero darte excusas, si salí así -le acaricio con su nariz la contraria- porque no quería que te sintieras culpable de limitarme, además jamás pensé sentirme tan cómodo siendo mujer.
Severus aumento su llanto.
-¿Por qué lloras amor mío? -le comenzó a besar varias veces por todo el rostro saboreando las lágrimas que cubrían sus mejillas.
Con voz quebrada y débil respondió: -¿Y si...?
-No amor, nada de suponer -lo atrajo a un abrazo, apretujando ambos pechos en el acto, haciendo suspirar y temblar a Severus por el contacto mientras James disfrutaba acariciando toda la espalda blanca del cuerpo bajo suyo- hubo peores experimentos que hiciste y de cada uno fueron pasando los efectos, esto no será diferente -lo apretujo aún más besando el cuello descubierto a su disposición- además cariño, por esta ocasión podría haber la ocasión... ¿Qué pudiéramos disfrutar?
-¿Disfrutar? ¿Cómo James? Apenas si me has dejado asomarme y a ti no falta que te diga que te veas a un espejo -recordó abatido.
-Sí, tengo esas marcas fueron porque me defendí de varias maldiciones y de paso no creas que no les regrese un par de ellas.
-Alguna de ellas están en específicos lugares... ¿Quién fue James? -le correspondió el abrazo mientras tomaba fuertemente de la tela, tratando de controlar sus posesivos deseos.
James se mordió la lengua reprendiéndose por tocar de nuevo el tema, ya lo había distraído como para que cometiera tal error, qué idiota.
Severus ante el silencio de James, se incorporó aventando a James a la superficie de la cama, subiéndose ahora él a su parte inferior del abdomen de Potter.
-Amor mío, ¿me dejas explicarte? -intento levantarse, pero nuevamente fue recostado.
Acercándose con lentitud, llevo su mano izquierda al mentón, bajando al cuello, en medio de su pecho, a su ombligo, jugando con los botones del camisón que traía puesto, cubriendo la parte superior y mitad inferior del cuerpo de su esposo. -No quiero explicaciones, quiero el maldito nombre de la personita que atrevió a tocarte... esas marcas no son simples maldiciones de ataque querido, son para marcarte -rasguño el muslo descubierto ante las reacciones que recibía y que causaban que el camisón se estuviera levantando- te daré dos opciones amor.
Recibió un suspiro prolongado de placer, al sentir la ya conocida mano traviesa de su Severus en su pelvis, acariciándola con adoración.
-Cooperas o tendrás que enterarte por Sirius como fue el escándalo que ocasionaré cuando visite al Ministerio -le tomo bruscamente del mentón parando las caricias- ¿cuál eliges?
-Antes de eso... ¿Podrías besarme? -suspiro, apretando sus piernas alrededor suyo-, Por favor.
Severus se limitó a solamente sonreírle.
[ . . . ]
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro