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129cm De Maldad

"Mina no puede sin Chae-Young"

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Mirando desde lejos cómo si fuera un león acechando a su presa. Con su uniforme escolar bien planchado y una coleta recogida por un lazo de color rojo intenso. Desde su panorama podía observar cómo la pequeña Son jugaba a las canicas con esos chicos que, en un momento, les pudo considerar cómo amigos.

No había nada interesante de ver, solo niños jugando. Pero a Mina eso le generaba ira por dentro. Ver cómo la chica tonta disfrutaba sin estar a su lado, ¿Quién se creía que era para estar bien sin ella? La menor parecía estar estar en su mundo feliz.

En un mundo sin problemas.

Pero había un inconveniente, en aquél mundo no estaba incluida, y eso, eso era lo que le daba rabia. 

— Le enseñaré a esa estúpida doctora que no soy antisocial. — Musitó al cerrar sus puños.

Era evidente que la mini-japonesa no sabría con exactitud que era el Trastorno Antisocial de la Personalidad, ni tampoco sus síntomas. Ella solo pensaría que significa no poder hablar con alguien, ¿Y que creen? Ella podía hablar con las personas.

Y era lo que iba a demostrar en ese momento.

Lentamente, sin quitarle la mirada a aquella coreana, iba acercándose. Los niños que la rodeaban la miraban con temor; cómo si fuera una cosa horrible, e iban alejándose cada vez más. Mina podía oler el miedo, y eso le encantaba.

Llegó hasta la zona de tierra, donde habría decenas de canicas desparramadas, y ella misma se encargó de enterrarlas bien en el suelo pasando por arriba. Los dueños de esas bolitas se maldecían por dentro al dejarlas ahí, en las garras del mismísimo dragón. Quizás aquellas esferas de cristal estén rotas o rayadas ante aquellas pisadas.

Por otro lado, Ji-Min estaba dado vuelta. Era su turno de tirar, así que se posicionó bien antes de hacerlo. Esta iba a ser su partida, lo tenía todo controlado y podía sentir ya las canicas de Jung-Kook, Chae-Young y Ho-Seok en sus manos. Pero de repente, una sombra se coló en su vista. Había alguien detrás de él; parecía una silueta de una niña. El regordete miró hacía atrás, visualizando a la de 129cm De Maldad.

— ¿Qué quieres? — Soltó con enojo. — Te dijimos que no queremos estar más contigo. — Fue directo y firme, tratando de no mostrar miedo porque sabía que eso era lo que quería Myoui. Por otro lado, Jeon, Jung, y Son no dejaban de temblar.

Decidió no darle importancia a las últimas palabras. Señaló a Chae-Young y sacó una sonrisa llena de maldad. — A ella. — Dijo sin dar más explicaciones.

— Vete. Chae-Young no irá contigo... — Le echó una mirada a la niña. — ¿Cierto, ChaeChae?

Trató de que sus piernas dejen de temblar. Tragó en seco y decidió responder. —: S-sí. No ilé cont-contigo.

— Chae-ah, no tienes que temerme. — Le dijo al notar a la niña con mirada de perro abandonado. — Solo quiero hablar contigo.

— Pe-pe...

— Chae, si quieres ir solo ve. — Le interrumpió Ho-Seok, sabiendo que la menor estaría en duda. Conocía bien a su mejor amiga, tenía en claro que la niña seguía gustando de aquella japonesa, además, Son era curiosa. Sin dudas, tendría ganas de ir, pero el miedo y las palabras de Ji-Min no se lo permitían. Pero ¿Quienes eran ellos para imponerle algo?, así que Jung decidió proseguir, transmitiéndole seguridad. — ...Estaremos cuidándote desde lejos.

— Hyung, ¡¿Te has vuelto loco?! — Intervino molesto Park. Aun así, la niña iba dando pasitos de tortuga para ir con Mina, haciendo que la ésta sonriera maliciosamente. Eso hizo que Ji-Min diera una orden  nuevamente. — Chae-Young no te muevas de tu lugar.

Son quedo paralizada al oírlo, y la sonrisa de Mina se borró rápidamente. Ho-Seok volvió a insistir:

— Chae, ve. Sé que tienes ganas de ir. Oppa cuidará de ti desde lejos.

— ¡Ho-Seok deja de insistir! Chae es una pequeña donssaeng no podemos dejarla con Min...-

— Gracias niño con sonrisa estúpida... — Interrumpió Myoui. —... Tú, ballenita, cállate; Y Chae-Young, ven de inmediato.

Entre Jeon y Jung agarraron a un Park enfadado, quién quería tirar algunos manotazos al recibir nuevamente esa palabra hiriente. Son suspiró y tragó en seco; lo iba a hacer, aunque no sabría si esté bien. De mientras, Mina estiró su mano, haciendo que la más pequeña la agarre de inmediato.

— Ven.

— ¿A d-donde?

— A un lugar donde podremos hablar tranquilas.

Daban pasos entre todos los niños, ellos iban dejando un camino para que puedan pasar sin ningún problema. Eran testigos de cómo Myoui Mina agarraba la mano de Son Chae-Young; de esa niña que gustaba de ella. 

Caminaron hasta subir las escaleras de la terraza. Chae-Young nunca habría visto ese lugar ya que era para los más grandes. Miraba todo el panorama con sorpresa encima y su boca formaba una pequeña "o". 

— Aquí podremos hablar tranquilas. — Le dijo al ponerla en un rincón. 

"¿Mina?, ¿Qué haces?" Se escuchó la voz de Na-Yeon resonar por el lugar. La más pequeña dio un vistazo hacía el frente, encontrándose con las chicas malas; "compinches" de Mina.

 — No les des importancia. — Le dijo al notar cómo nuevamente empezaba a temblar. — Solo dame importancia a mí.

— ¿Q-qué quieles Mi-Mina? — Soltó con suspiro en medio.

— A ti, Son Chae-Young.

— ¿A m-mí?

—  Te odio, pero te deseo. Te necesito.