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129cm De Maldad
"Mina atrapada en sogas"
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Myoui miraba hacía el frente con seriedad mientras los demás niños estaban concentrados en atarla bien con unas sogas de saltar. La habrían capturado cuando entró a la casa del árbol; luego la sentaron en una silla; agarraron las sogas y empezaron a atarla.
— Ji-Hyo si quieres hacer un buen nudo para que no me escape, asegúrate que esté fuerte. — Le aconsejó la japonesa. La chica nombrada encogió los hombros y siguió luchando contra el agarre que estaba haciendo.
— Bien, ya está. — Ji-Min se puso en medio del panorama de Myoui. — Dinos, ¿Que haces aquí?
— Vine a pedir unas disculpas a Hyun-Kook.
— Es Jung-Kook. — Corrigió Ho-Seok.
— Cómo sea. — Dijo sin más. — ¿Por qué me ataron?
— Para que no te escapes.
— ¿Y por qué lo haría?, ¿Podrán soltarme para la cena? Sino, me devoraré al niño escuálido de allí. — Dijo, apuntando con la barbilla al pequeño Minatozaki.
El cuerpecito de Hoshi empezó a sudar. — ¡Me va a comer!
— Claro que no. — Saltó Sana, con el ceño fruncido. — Nadie va a comer a nadie.
— Queremos que nos digas el por qué le hiciste eso a Kook. — Comentó Ji-Min con suma seriedad.
La atada carcajeó. — ¿Y por eso me ataron?, ¿No era más fácil preguntarme y ya?
Sana al oír esa estúpida risa gritó. —: ¡Ya cállate y responde! — Sin dudas, odiaba cuando Myoui se les reía en la cara, ¿Acaso se cree mejor que todos?
— Momo me obligó. — Decidió responder para no generar más drama.
— ¿Te obligó?, ¿Te amenazó con golpearte si no lo hacías?
— No...
Sana viró los ojos. — ¿Entonces?
— Me desafió. Me dijo que tenía miedo, ¡Y yo no le tengo miedo a nada!
— Mentila. — Intervino esta vez Chae-Young. Miró con enojo a Mina, y decidió compartirles a los demás el temor de la japonesa. —: Le tiene m-miedo a las escalelas...
Al oír eso la de 129cm De Maldad fulminó con la mirada a la pequeña bocona, haciendo que ésta trague en seco. — Cállate Chae-Young. — Dijo entre dientes.
— ¿A las qué?
— A la...-
— ¡No importa! — Interrumpió, para que nadie sepa su miedo. — Solo desatenme para ir a la casa de Jung-Kook y pedirle unas disculpas sinceras.
— Bien. Ah, y desde hoy, no serás más una fruti-amiga.
Era el turno de Mina en virar los ojos. — ¿Por qué? — Preguntó, haciendo que todos la mirasen con fuego en los ojos.
— ¡Porque le has golpeado en las bolas a uno de los nuestros! — Respondió sin paciencia Ji-Min. — Además me dijiste "gordo" delante de todo el mundo. ¡No pises más mi hogar! — Le advirtió, señalándola con el dedo.
— Bien. — Cuando la japonesa pareció entender, los más grandes asintieron con la cabeza y decidieron que era hora de desatarla. Una vez terminado, Mina se paró lentamente y miró uno por uno. — Púdranse. — Soltó, y luego se enfocó con la mirada en la mini coreanita. — Y tú también, Chae-Young. — La nombrada bajó la vista, pero no dijo nada.
Con suma tranquilidad, la niña abrió la puerta y se dispuso a bajar los escalones de soga lentamente.
— Estúpidos. — Musitó. — No los necesito.
Pero en el fondo, Mina si los necesitaba. Por fin había encontrado un lugar donde la aceptasen, y por culpa de su ira tuvo que dejar el grupo. Sin dudas, bien en el fondo, a Myoui le dolía.
«Fue cool ser una tonta fruti-amiga» Pensó al encaminar hacía la calle.
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