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129cm De Maldad

"Está mal ser homosexual"

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El comedor enorme y decorado de los Myoui estaba habitado por la familia y la nona de la pequeña; comiendo con suma tranquilidad, sin ni una pizca de ruido.

Mina se servía otra ración pequeña, mientras en su cabeza recordaba lo bien que lo pasó en lo de los Son. En esa casa no existía el silencio y todo el mundo sonreía... Todo lo contrario a su hogar.

— Hoy fui a la peluquería y entró una machorra a pedirse un nuevo color de cabello. — Comentó la señora Myoui luego de limpiarse con la servilleta de seda. — Le dijo a la peluquera: "¡Quiero impresionar a mi novia!". No vomité porque sino tendría que pagar por ensuciar... — Agarró la jarra de agua y se sirvió un poco. — ...Me daban ganas de jalarle de los pelos. Maldita homosexual.

— La gente últimamente anda descontrolada. Hay que tener cuidado. — Comentó ahora el señor. — Margare ¿Escuchaste?, Tendrás que cuidar a nuestra pequeña de esa gente.

La nona le echó una mirada rápida a Mina, quién se notaba que no estaba cómoda. — S-sí, señor. Yo la cuidaré, no tendrá de que preocuparse.

— Ya estoy llena. — Dijo Mina entre dientes, levantándose rápidamente de la mesa. Con los puños bien cerrados, se dirigió hacía su habitación. Cerró la puerta con llave y fue directo a tirarse a su cama. — ¿Tendrá razón papá? — Pasaron unos segundos y luego, cómo si fuera que le cayó la ficha, afirmó. —: Claro que sí. Papá tiene razón, ¡Esa gente está mal! — Se tapó con las mantas hasta la cabeza, para que nadie vea las lagrimas que saldrían de sus ojitos. — P-pero, Chae-Young... ¡Maldita Chae-Young! — Gritó, dando un golpe al colchón. — ...Gracias a ella me estoy convirtiendo en una asquerosa lesbiana y... ¡Mis padres me odiarían! — Más lagrimas salían y recorrían un pasadizo en las mejillas de la japonesa. Su rostro ardía. Tenía mucha ira encima; estaba a punto de explotar. — ¡¿Que demonios me pasa?! — Empezó a patalear, teniendo un berrinche. 

Sería una noche complicada para la joven.