Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌙 28 🌙

╔──────¤◎¤──────╗

129cm De Maldad

"Cupido para Ji-Min y un beso para Chae-Young"

╚──────¤◎¤──────╝

Las agujas del reloj marcaban que eran más de las cuatro de la tarde. Si bien hacía un poco de frío, las niñas decidieron aprovechar a jugar en el patio de Chae-Young, antes de que venga Margare.

Y mientras jugaban a las atrapadas, pudieron notar cómo un pequeño regordete muy lindo se acercaba a la cerca de la casa.

— ¡J-Jimin Oppa! — Soltó con entusiasmo la de siete años al ver al niño. — ¡¿Qué haces aquí?!

— ¡Vine a visitarte ChaeChae! Mi madre no me dejó quedarme a dormir, pero hoy me dijo que podría venir aquí para jugar contigo... — Sonrió, y luego notó que Myoui seguía con Chae-Young, haciendo que su sonrisa desaparezca rápidamente. — ...y con Mina. — Añadió, para no sonar grosero.

La de nueve años viró los ojos. Realmente no le agradaba Ji-Min. Le parecía tonto y además era obeso ¡Ella odiaba a la gente obesa! Pero tenía que ser (O parecer) mejor persona para tener la atención de Chae-Young, y también la de Sana. Si bien ésta última le negó la amistad cuando Myoui la quiso "ayudar" con el tema de la mejor amiga, la niña de 129cm De Maldad no iba a rendirse tan fácilmente.

— Pasa, ¡Jug-juguemos los tl-tles! — La pequeña Chaeng daba brincos de entusiasmo mientras se acercaba a Ji-Min para abrirle. — ¡Selá un día glandioso! 

Cuando abrió la cerca y pudo notar el cuerpo entero del niño, se asombró al ver que en sus manos tenía una caja de galletas.

— Ji-Jimin Oppa, pen-pensé que no podías co-comel chatala.

— No puedo, pero lo traje para que ustedes coman. — El niño simpático entró, con un eye-smile presente. — Espero que te gusten estas galletas. No encontré de chocolate, así que traje las que había: De frambuesa.

— ¡Me enc-encantan!

Después de un buen rato de la llegada de Ji-Min, la mamá de Chae-Young salió para repartir las galletas junto a tres chocolatadas calientes. Era un poco más de las cinco, y eso significaba que tenían que merendar.

— Chae, princesa... — Nombró la madre, mientras apoyaba la bandeja en la mesa del patio. — ¿Cuando veas a tu hermano le podrías dar esto? — Sacó de su bolsillo del delantal una hoja. — Son las compras. 

— Pe-pelo ma, él está en e-el cual-cualto y yo afu-afuela... — Soltó con enfado. No quería desperdiciar tiempo. Sabía que Mina a las seis la pasaban a buscar, al igual que Ji-Min. Y si tenía que buscar a su hermano por la casa, significaba que era menos tiempo de juego.

— Amor, cuando lo veas dáselo. Yo ahora iré a cortar el césped de adelante. Seguro se asomará para ver que estás haciendo en cualquier momento.

— E-entendido.

Nuevamente iban a retomar las atrapadas, pero Ji-Min interrumpió. — Chae, ¿Puedo pasar al baño?

— S-sí. Ve a-al de la planta a-alta. — Y fue ahí cuando la niña se avivó. — ¡Oh! Ji-Min, ¿Pod-podlías alcan-za-zale esto a mi helmano? Está con su amigo en s-su cual-cualto. Es el de la pu-puelta con pegat-tinas...

— Umh, ¡Está bien ChaeChae! — El pequeño recibió el papel y primero, con suma rapidez, fue hacía el baño. 

Ji-Min al terminar de hacer sus necesidades se sentía cómo nuevo. Cerró su bragueta y al salir empezó a ver las puertas que habría en la planta de arriba. Por suerte, solo había una con pegatinas y pudo diferenciarla del resto.

Tragó en seco antes de golpear la puerta. Recordó la última y primera vez que vio a Tae-Hyung y parecía un chico rudo. A decir verdad, le daba un poco de miedo. Además Chae le confesó que su hermano estaba celoso de él, ¡No quería salir muerto! Quería llegar vivo a su casa. Aun así, al escuchar un "¡Pase!" al golpear tres veces, entró al instante. No lo habría notado, pero no era la voz de Tae quién le accedió al lugar. Se dio cuenta cuando miró hacía adelante y vio a un chico de pelo negro sentado, jugando a la consola.

El muchacho tenía unos cascos de auriculares encima. Puso pausa al juego y sacó el casco de un lado para poder oír.  — Hola, debes ser el amigo de la niña Chae. ¿Cierto?

— S-sí, hola... — Le contestó. Quedó perplejo al ver la cara casi perfecta de aquel muchacho gamer. No tenía ni una espinilla; parecía una piel de porcelana. Los ojos gatunos y unos labios pequeños pero bonitos atraparon la vista del niño.

— Soy Yoon-Gi. Supongo que buscas a Tae, se fue a comprar unos cigarros.

— S-sí... — El niño no dejaba de verlo, haciendo que Yoon-Gi riera un poco incomodo. — P-perdón. — Soltó al notar el papel embarazoso que estaba haciendo. — Te dejo esto, la mamá de Chae se lo mandó.

— Oh, claro. Gracias... Umh... ¿Cómo te llamas?

— Ji-Min.

— Ji-Min. Gracias, un placer. — El muchacho le sonrió y nuevamente se colocó el casco en su lugar para ponerle play al juego.

El regordete niño salió rápidamente y al cerrar la puerta, se apoyó en ella. — Que guapo... — Suspiró enamorado.

De mientras, Chae y Mina seguían esperando a Ji-Min para jugar.

— ¿Y si seguimos sin él? — Dijo Mina con poca paciencia.

— N-no, polque él ela el que n-nos tenía que atlapal.

— Bueno, ahora yo te tengo que atrapar a ti, ¿Que te parece?

— B-bueno, pelo cuando ve-venga Ji-Min Oppa em-empezamos de nuevo.

Mina aceptó sin otra opción. Desde que había venido el niño se había puesto seria y distante de Chaeng. 

«Maldita ballenita, tiene que arruinar todo» Pensó mientras su mal humor seguía. 

Chae empezó a correr, así que Mina la siguió. Algunas risas por parte de ambas se escapaban mientras la adrenalina las carcomía. Jugar a las atrapadas siempre era difícil junto a la pequeña Chaeng, ya que era muy veloz.

Pero de repente, la mano de Chae-Young fue atrapada por la de Mina. La menor al perder hizo un mohín con los labios, ¡Ella quería ganar! Aun así, aceptó la derrota. Y cuando se suponía que era su turno de atrapar, se dio cuenta que Mina seguía sin soltarle de la mano y que la mirada de ésta estaba fijada en sus labios.

— M-Mina... Eonn-Eonnie , t-tienes que soltalme pala j-jugal.

Aunque Mina fue advertida de que estaba parando el juego, a la chica de 129cm De Maldad no pareció importarle. Es más, cada vez se acercaba más al rostro de Chae, haciendo que a la pequeña se le acelerara más rápido el corazón.

Y de repente, Myoui decidió atrapar los labios de Chae con un pequeño piquito. Fue rápido. Quizás menos de un segundo. Pero para Chae-Young con esos milisegundos era más que suficiente para quedarse shockeada. 

— Ya está Chae, podemos seguir jugando. — Dijo un Ji-Min saliendo al patio. — ¿Chae? — Preguntó al verla perpleja e inmóvil. — Mina, ¡¿Que le hiciste?!

— ¿Yo? Nada. — Dijo, con una sonrisa no muy notoria.

A los nueve y siete años, Mina y Chae-Young dieron su primer beso.

BUENO ¡TRES ACTUALIZACIONES EN UN DÍA!, NO SE PUEDEN QUEJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR. <3 <3 <3 <3 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro