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129cm De Maldad

"Fruti-amigos"

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Chae-Young iba felizmente subiendo los escalones altos de aquél árbol.

Park Ji-Min, su compinche más querido, tiene una hermosa y enorme casa del árbol donde siempre la pasan divirtiéndose. A Chae-Young le encantaba estar allí ya que las paredes son rosadas ¡Y hasta tiene un sector de cocina, comedor y sala de juegos! Realmente era gigante, y la diversión nunca acababa allí. Por lo que le dijo el niño a Chae, sus padres tardaron más de seis años en hacerla, ¡Era increíble! Y valió la pena tanta espera, porque se veía que a Ji-Min le encantaba pasar tiempo allí con sus nuevos amigos.

Sana, Hoshi, Da-Hyun, Jung-Kook, Ji-Hyo, y Ho-Seok, estaban también invitados a pasar el rato en ella. Y por lo que se ve, Chae llegó un poco tarde... ¡Ya casi todos estarían allí arriba pasándola muy bien!

— ¡Chae! — Soltó con entusiasmo el regordete Ji-Min al ver cómo la pequeña asomaba su cabeza por la ventana. El chiquillo le abrió y dio un gran abrazo a su amiga.

— Ji-Ji-Min Oppa, m-mila lo que tlajé en mi moc-chila...

— A ver... — El niño fue directo a la espalda de la pequeña para abrir la mochila de aventuras, o así solía decirle ella. Se encontró con la sorpresa de una caja de galletas. Podía olerlas; era delicioso el aroma a chocolate dulce. Pero Ji-Min negó con la cabeza, aunque sacó la caja del lugar. — E-estoy a dieta, Chae. Aun así, agradezco la comida. Ahora lo pondré a la mesa así los demás comen.

— ¿Di-dieta? — Preguntó confusa. — ¿Eso no es pala glandes? 

— Yo estoy gordito... Así que necesito hacer una dieta, — Admitió con un poco vergüenza, aunque sus padres le hayan dicho que no tendría que avergonzarse de querer cuidarse. — .... y las galletas están prohibidas en mí. Pero claro, ustedes pueden comer lo que quieran ¡No me molestará!

— Pero ¿No te dará tentación, Hyung? — Soltó con confusión Jung-Kook al oír la conversación ajena.

— Umh, no lo creo. — El niño abrió la caja colorida, tratando de ignorar aquél aroma hipnotizante, y agarró un plato de plástico que estaba en el sector de la cocina. Puso las galletas allí y lo dejó arriba de aquella mesa de roble. —: ¡Disfruten! 

Los niños se abalanzaron hacia el plato cómo locos, agarrando manojos de galletas con formitas entre sus manos y llevándolas directo a la boca. Ji-Min veía todo desde lejos, y cómo dijo Jung-Kook ¡Tenía demasiada tentación! Aun así, decidió mirar hacía la ventana para olvidarse de que aquellos bizcochos. Pero al tener la mirada en su patio, percató la presencia de alguien yendo directo hacia su casa del árbol.

— ¿Qué demo...? — Se asomó mejor, viendo a Myoui Mina caminar vagamente con los pies yendo directo hacía las escaleras. — ¡¿C-chicos?!

— ¿Qué sucede? — Preguntó Ho-Seok con la boca llena de migas. — ¿Que viste?, ¿Un monstruo?

— ¡Sí!, ¡¿Quién invitó a Mina aquí?! — Los que estaban allí, al oír aquellas palabras dirigieron la vista a Chae-Young.

— ¡Y-yo no la inv-invité!, ¡L-lo julo Oppa! 

— Está bien, te creo Chae... — Dijo sin quitarle la vista a la ventana. — Ya no la veo más, así que supongo que está subiendo... 

 — ¡¿Se habrá invitado sola?! — Preguntó Ji-Hyo. — ¡Que descarada! 

— U-unnie, ¿Que es descalala?

Ho-Shi decidió responder. —: Cuando uno no tiene rostro... Aunque Mina si tiene cara.  

— ¡Que no tiene vergüenza! — Le corrigió Ji-Hyo.

— Oh sí, ¡Eso! 

Al instante, sintieron cómo querían abrir la puerta desde afuera.

Ninguno de los chicos sabían cómo reaccionar ante Mina. Pero fue Ji-Min quién decidió abrirle. Con muchos nervios, giró la perilla y lentamente abrió la puerta, dejando ver a una mocosa de 129cm De Maldad con cara de pocos amigos. El niño se rascó la nuca y dejó salir una respiración temblorosa.

— ¿Me vas a dejar pasar o te quedarás ahí parado? — Preguntó con soberbia encima.

— Oh sí, pasa...

La joven entró por primera vez allí, quedándose asombrada con una lujosa casa de árbol. ¿Cómo podría un pobre como Ji-Min tener algo tan costoso cómo lo que estaba pisando ahora? Pero al observar, había algo que no cuadraba para ella. —: ¿Por qué tienes cortinas con mariposas y las paredes rosadas?, ¿Eres un maldito gay?

— N-no... Solo me gusta ese color... Y las mariposas...

— Ajá. — Viró la vista, encontrándose entre tantos "inútiles" a Chae-Young. Tragó en seco y empezó a caminar por toda la casa, ignorando la presencia de ésta. — ¿Por qué están todos quietos y callados?, — Preguntó al notar que parecía que no habría ni una mosca. —... ¿Eso hacen cada vez que se juntan?

— Estamos sorprendidos porque tú estás aquí. — Le respondió Ho-Seok sin ningún miedo. — ¿Quién te invitó?

— Yo. Además, no creo que Ji-Min tenga problema en ello, ¿No? — Le fulminó con la mirada al nombrado, haciendo que éste niegue con la cabeza al instante. La joven sonrió ante el miedo de éste. — ¿Puedo preguntar algo?

— S-sí, claro...

— ¿Puedo unirme a su "club" de amigos? — Los niños quedaron perplejos ante aquella pregunta, pero no dejaron salir ni una sola palabra, haciendo que Mina suspirara. — Supongo que es un sí.

Ho-Seok iba a decirle que se marchara, pero una voz hizo que su acción se interrumpiera.

— ¿Qué hace ella aquí? — Todos miraron hacia la puerta que, descuidadamente, había quedado abierta. La jovencita Sana estaba de brazos cruzados con la mirada clavada en la otra japonesa.

— Ahora es una fruti-amiga... — Le respondió su hermano menor.

Mina soltó una risita al oír ese nombre. "Fruti-amiga" ¿Que demonios era eso?

En realidad, así se hacían llamar: Fruti-amigos. ¡A todos les encantaban las frutas! A Chae-Young las fresas; Ho-Shi la sandía; Sana la banana; Ho-Seok la ciruela; Da-Hyun el pomelo; Ji-Hyo las manzanas; a Ji-Min las naranjas y a Jung-Kook el Kiwii. Además, la casa del árbol al ser todo con colores vibrantes les hacían acordar a frutas, ¿Qué mejor que llamarse "fruti-amigos"? Era un nombre bonito, fresco y saludable, cómo ellos.

Pero a Sana no le era de ningún agrado subir y ver a la chica que hizo que su mejor amiga ahora la odiase. Sinceramente, no le caía para nada bien que esté en el grupo de sus amigos. Sabía que algo estaba tramando (Y no estaba equivocada). Pero al ver a su costado, y encontrarse con Chae-Young con ojitos brillosos, hizo que se ablandara.

Sana no era mala y menos con Chaeng. Sabía que ésta estaba muy enamorada de Myoui, y seguramente tenerla cerca le haría bien a su corazoncillo. 

Enarcó una ceja al ahora echarle la mirada a Mina, quién estaba muy sonriente, esperando una respuesta. —: Que más da... Está bien. — Soltó con poco entusiasmo Sana. 

— Genial, ¿Tengo que elegir una fruta o qué?

— Sí... Las frutas ocup-... 

— Seré una batata. — Le interrumpió a Jung-Kook, con una respuesta que a todos les hizo dar confusión.

— Mina, eso es una verdura. Nosotros somos "fruti-amigos" no "verdu-amigos"...

— Umh tienes razón, Hoshi. Pero... No me interesa. Quiero ser una batata.