💫 2 0 💫
╔──────¤◎¤──────╗
129cm De Maldad
"Misión: Alejar amistades de Sana"
╚──────¤◎¤──────╝
La próxima víctima de Mina estaba sentada en unos escalones, disfrutando de su almuerzo. Myoui veía desde lejos cómo la niña estaba entretenida observando sus pies mientras los movía de un lado a otro tiernamente.
Quizás estaba esperando a alguien. Mejor dicho, esperando a Sana. Estas dos son mejores amigas desde hace tres años, cosa que, si bien la de 129cm de Maldad no demostraba, le generaba demasiados celos.
Eran culo y calzón; hacían todo juntas, y a la chica llena de maldad le llamaba la atención que no esté junto a Minatozaki en ese preciso momento. Pero eso significaba solo una cosa: Era hora de hacer su misión del día.
Extrañaba a Sana demasiado, pero ¿Cómo volvería con ella luego de tantas peleas? Además, la nombrada ya tendría nuevas amistades, era obvio que no querría a Mina a su lado. No la necesitaría, o así era cómo pensaba Myoui.
Aprovechó el momento y al mirar a sus costados y no ver a su examiga, decidió aproximarse a la víctima.
La niña dejó de prestar atención a sus piecitos cuando vio una sombra colarse. Al no oír la voz de su mejor amiga, tragó el sándwich de manera brusca y, con temor, elevó la vista. Cuando vio la figura de Myoui, su cuerpecito empezó a temblar. Ésta tenía una sonrisa maliciosa y sus brazos estaban cruzados, con el mentón bien arriba.
— Tú... — La señaló, haciendo que la niña diera un brinquito del susto. — ... ¿Eres Eun-Bi? — La tal Eun-Bi no respondió, tenía tanto miedo que quedó congelada. — ...O, mejor dicho, ¿Eres la idiota?
—: ¿Có-cómo m-me dijiste? — Preguntó con temor por lo último.
— Sana me nombró a una tal Eun-Bi, pero me dijo que era una idiota. Supongo que eres tú... Te estaba buscando.
— Sa-Sana es mi mejor amiga, no diría nunca eso de mí...
— ¿Eso crees? Pues, yo escuché salir esa palabra de su boca luego de nombrarte.
— ¿Y tú cuando hablaste con ella? T-te odia...
— Nuestras madres son amigas; seguro te ha contado de eso, y vino a mi hogar hace unos días. Me perdonó, y me contó que tiene a una idiota de mejor amiga.
— ¿Eh?
— Eun-Ha... Así te dicen, ¿Verdad?
— ¿Cómo lo sabes?
— Te he dicho que Sana me contó todo, ¿Ahora me crees? — En realidad, lo habría escuchado al espiar a Sana un día antes, que con ternura le llamaba así. Pero la niña crédula le creyó de inmediato. — ...Te digo algo, Eun-Ha... Ella, te está utilizando.
— ¿U-utilizar para qué? — Preguntó con confusión y sospecha.
— Los niños mueren por ti, ella también quiere atención. Si es amiga tuya, los niños también querrán estar con ella.
— Nunca... Sana... Nunca haría algo así... — Dijo, dudando un poco.
— Yo solo he venido a contarte la verdad.
— Tú... Tú eres una chica mala, ¿Por qué querrías decirme la verdad?
Mina se agachó un poco, para estar a su altura. —: Porque mi papá me ha dicho que a veces tengo que hacer una buen acción. Además, nunca hablo mal de mis amigas, ¿Acaso has escuchado que Na-Yeon, Jeong-Yeon o Momo hayan dicho que yo hablo mal de ellas?
— N-no, nunca las escuché.
— Es porque son mis amigas y las cuido, Sana debería aprender un poco de mí. Y tú... — La señaló nuevamente, con una sonrisa de oreja a oreja. — Deberías dejar de ser amiga de Sana. Solo está contigo para que unos niños la quieran... Da pena. — Aunque sonaba creíble lo que decía, porque hasta la misma Myoui se lo creía, la contraria seguía dudando un poco de su mejor amistad. Así que Minari decidió seguir mintiendo, con la poca información que tenía al escuchar conversaciones ajenas. — Ahora será tu cumpleaños número diez ¿Verdad? — La niña asintió. — Bueno, Sana me ha dicho que está enamorado de un niño...
— ¿De quién?
— Del que te gusta. — Mintió. Sana nunca haría algo así, pero sonaba tan real sus palabras, o Eun-Bi al final era demasiado fácil de convencer. Porque al oír eso, decidió escuchar con más atención a la mentirosa. — ...Ella en tu cumpleaños, le iba a regalar un obsequio a ese chico para que la elija a ella.
— ¿Soo-Bin?
— No lo sé, no me ha dicho nombres.
Los puños de Eun-Bi se cerraron con furia, mientras que su entrecejo se frunció. — Gra-gracias, Mina.
Myoui decidió que ya era lo suficiente para romper aquella amistad. Miró a su costado, viendo cómo Sana se aproximaba junto a la "idiota" de Chae-Young. Le dedicó una última sonrisa a la niña que estaba sentada y salió rápidamente de allí. No iba a alejarse mucho, necesitaba saber si su plan funcionó a la perfección. Así qué, se acomodó atrás de unos arbustos mientras veía con perfección el panorama.
"Eun-Ha, ya traje las bebidas..."
Un silencio mínimo se coló en el ambiente.
"Nunca pensé que serías tan falsa, Minatozaki"
Mina miraba todo con malicia. Su pecho se llenó de orgullo al ver que todo había salido cómo ella quería.
Mientras tanto, Sana miraba con demasiada confusión a su mejor amiga. ¿Por qué le diría falsa? ¡Ella no habría hecho ninguna falsedad! Menos a ella, su compinche.
Le costó demasiado; tenía vergüenza de que la llamasen así, y más delante de otras personas, pero decidió preguntar al respecto. —: ¿Qué?, ¿Qué hice?
— ¡Y yo creí que éramos mejores amigas!, ¡Te odio Sana!
T e o d i o
Al escuchar esa frase, sintió cómo su corazón se estrujaba poco a poco. Miraba extrañada a su mejor amiga, quién tendría fuegos en los ojos. Seguía diciendo cosas, pero Sana no le prestó atención, estaba tan dolida que seguía retumbando en su cabeza esas palabras tan horribles.
Cuando reaccionó, fue al ver que a Eun-Bi se le empezaron a cristalizar sus ojitos. Ésta le dio un leve empujón lleno de ira, y se fue corriendo de allí.
— P-pero... — Sana se tocó en el lugar afectado. Miró a Chae, quién estaba sorprendida. se ve que también estaba tan confusa como ella. — ¡Eun-Ha! — Trató de frenarla, pero fue en vano. Seguía corriendo para alejarse de Sana.
— ¿Qué le hablá pasado? — Se animó a preguntar Chaeng, acercándose más a Sana.
— N-no sé, Chae... Pero... — La jovencita se tiró de rodillas al suelo y empezó a romper en llanto. Le dolía demasiado el corazón. Mucho. Muchísimo. Nunca habría visto a Eun-Bi de esa manera. Le rompía el alma saber que estaba enojada con ella, ¡Que hasta la odiaba! Pero no saber exactamente el motivo.
— ¡N-no llolés! — Chae también se arrodilló al suelo, para depositarle un gran abrazo. — Y-ya pasalá... No llolés...
Las dos sintieron a alguien asomarse por detrás, así que se dieron vuelta encontrándose con...
Mina.
Con una sonrisa.
Y la mano extendida.
Dispuesta a levantar a Sana.
— Después de todo, creo que soy la única en la que puede escucharte bien. — Le dijo, insistiendo en que tome su mano.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro