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129cm De Maldad

"¿'Homo' qué?"

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— ¡Vuelas de fiebre! — El joven se fijó nuevamente en el termómetro el resultado. — Si sigues así, tendré que llevarte al médico, ChaeChae.

La niña se arropó entre las cobijas y, con su poquitas fuerzas, sonrió. — E-es qué t-estoy enfel-felma.

— Me he dado cuenta... — Respondió, sin entender al punto al que iba Chae-Young. —... ¿Acaso estuviste sin abrigo o debajo de la lluvia?

— N-no. Da-Hyun di-dice que estoy enfelmita polque me gusta Mina.

El muchacho se sorprendió ante aquellas palabras. — ¿C-cómo dices?

— Sí. Su helmano mayol dice que no ti-tiene cula.

— Tonterías. Tú estuviste sin abrigo y por eso estás con resfrío. — Tae viró los ojos ¿Cómo podrían decirle eso? Ya estaba cansado de oír estupideces por la orientación sexual de su hermana menor, pero al ser todos tan pequeños no podía hacer nada, ni siquiera repartir una golpiza. Y el joven al pensar en aquella situación, recordó sobre la mocosa de Myoui. — Y oye... ¿Le has regalado el osito a Mina?

La niña negó con la cabeza. — N-no me animé. Es-estuve tan celca...

Y era cierto.

Chae hace dos días atrás se había animado a ir al sector de los "chicos grandes". Habría subido las escaleras e ir hacia la terraza y cuando estuvo cerca de la japonesa. Ésta la fulminó con la mirada, dándole una advertencia de que no diera un paso más. Y claro, estaba acompañada de sus amigas malas. Chae tenía la mirada encima de las cuatro, y la pequeña con el osito en manos. Pero por desgracia (O quizás, un milagro para salvarse de una brutal golpiza) la niña empezó a ponerse nerviosa, y al conectar mirada con la niña de 129cm de maldad, salió corriendo del lugar.

— ¿Ella te hizo algo malo?

— N-no. Pe-pelo tenía miedo igual.

Asintió. — Entiendo.

— TaeTae, ¿Clees que me cule plonto?

— Claro. — Contestó, refiriéndose a la gripe. — Mañana compraré un jarabe.

— ¿Y cuánto taldadá? Polque, aunque quiela, no me deja de gustal.

Tae-Hyung resopló al oír esas palabras. ¿Cómo le tendría que explicar a una niña de siete años que ella no está enferma por tener gustos diferentes a otras chicas?

— Chae-ah, cuando te deje de gustar Mina, seguro te guste otra niña. O quizás, un niño.

— ¡¿No me culalé nunca?! — Infló sus mejillas regordetas y cerró sus ojos con fuerza. — ¡Injusto!, ¡Yo quielo culalme!

— Ser homosexual no es una enfermedad. — Contestó seco, con la mirada al suelo.

La niña abrió sus ojitos, y curiosa, preguntó. —: ¿Homo qué?

El joven tiró de sus cabellos hacia atrás. Ahora tenía otra pregunta por hacerse, ¿Cómo le explicaría que es ser homosexual? A decir verdad, Tae no era bueno para esa charlas y no quería meter la pata. Así que decidió finalizar la conversación y dejar a su hermanita descansar. — Dejemos esta charla para otro día, ¿Vale? — La niña hizo una mueca ¡Ahora se quedaría con la intriga de que es ser homosexual! aun así, asintió y se acomodó mejor en la cama. El mayor, por su lado, se levantó de la cama y fue directo hacía el interruptor de la luz. — Ahora duerme.

— Dulces sueños helmano.

El joven le sonrió cómo respuesta. Antes de apagar la luz, miró fijamente el rostro de la pequeña.

«Tan bella» Pensó. Luego tocó el botón para que las luz se apagara y solo quedara el pequeño velador prendido en la habitación de la pequeña. 

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