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129cm De Maldad
"Leche derramada"
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La pequeña iba dando brincos mientras caminaba por los pasillos del colegio. Tenía que buscar a su amiga Dubu ya que le tendría que comunicar que todos sus nuevos amiguitos se iban a juntar luego de clases en la casa de Ji-Min, y claro, el niño también invitó a Da-Hyun aunque no la conociera bien del todo, pero al ser amiga de Son se convertía automáticamente en la amiga del niño, así que le dijo a Chae que estaría invitada.
Chae estaba más que feliz que hayan incluido a su mejor amiga, quizá con suerte, los padres la dejen ir.
Pero sus pasos fueron frenados al escuchar esa voz tan alegre por detrás que la llamaba constantemente. —: ¡Hey! ¡Tú!, ¡Te estoy hablando! — Giró y, para su gran sorpresa, se encontró a unos pasos de distancia con nada más y nada menos con el niño del parque. — ¡Hola!
— Ho-Hobi, ¿De-desde cuando vi-vienes aquí?
— Mi madre me ha cambiado de colegio junto a Ji-Hyo, ¡No pensé que vendrías a este colegio! — El niño sonrió, haciendo aparecer esos hoyuelos tan bonitos y característicos de él.
— ¿Y-y Ji-Hyo?
— La verdad... no lo sé. — Miró a sus costados y al no encontrarla, encogió los hombros. — Debe estar haciendo amigos nuevos. — Intuyó.
— ¡En-entiendo!
Los niños siguieron con su platica en el medio del pasillo; Un Hobi hyung cruzados de brazos con una sonrisa y eyes smile presentes, escuchando atentamente y con toda la paciencia del mundo a la pequeña Chae-Youngie. La escena parecía tierna, pero para Mina solo le generaba asco.
Así es. Una Mina con cara de pocos amigos miraba atentamente la charla de estos dos desde lejos, apoyada en una de las columnas.
Luego de unos segundos, Momo apareció y se sumó a espiar junto a su mejor amiga. — ¿Quién es ese? — Preguntó al ver a Ho-Seok. — ¿Es nuevo?
— Un idiota que no para de sonreír. — Musitó entre dientes.
Las dos niñas más grandes siguieron viendo a aquellos dos. Todo parecía tranquilo, pero a Mina una sensación extraña la recorrió por su cuerpo al ver cuando ese "idiota" abrazó a la pequeña. Apretó sus puños con demasiada ira y frunció su naricita. No sabía el motivo exacto, pero tenía demasiada rabia encima.
Por otro lado Hirai se había aburrido de mirarlos, y sin saber lo que pasaba por la cabeza de la contraría, le propuso a su mejor amiga ir al salón para agarrar algo de su mochila, pero Myoui no se iba a ir sin hacer alguna maldad. Sin importarle las palabras de ésta empezó a caminar hacia los muchachitos, dejando atrás a Momo.
En su caminata, se topó con un chico bebiendo una cajita de leche. Sin pensarlo dos veces, se lo arrebató de sus manos y le dio un leve empujón para que no interfiera en el camino.
Sus pasos cada vez resonaban más, y todos los que estaban en el pasillo miraban a la japonesa que tenía fuego en los ojos como iba hacia los dos niños.
— Oh, oh... — Dijo Chae al ver a la rebelde. Hobi al notar como la niñita empezó a inquietarse se dio vuelta, encontrándose con la cascarrabias del parque a dos centímetros de él.
El niño tragó en seco al sentir esa mirada de odio que tenía encima. Los dos más grandes quedaron mirándose los rostros sin decir nada por unos segundos.
— Bienvenido... — Soltó Mina. Sacó la pajita verde de la caja y apuntó al sonriente. La apretó con todas sus fuerzas para que el liquido salga disparado al pantalón grisáceo del recién llegado.
— ¡¿Qué haces?! — Gritó atónito. En el pasillo empezaron a retumbar carcajadas y Ho-Seok quería esconderse lo más rápido posible al ver que parecía que se había orinado.
Chae quedó horrorizada ante aquel acto. Miró el rostro a su amigo; Estaba con las mejillas ruborizadas y tratando de taparse la zona mojada. Por primera vez, su sonrisa se había desvanecido.
La niña estaba cansada de las maldades que recibían constantemente, y esta vez no iba a callarse. — ¡¿Q-qué ha-haces?! — Le dijo enojada, captando la atención de Mina. — ¡E-eles c-cluel!
— ¿Qué tú también quieres? — Iba a repetir aquel acto malicioso ahora a la menor, pero Hobi se apresuró y le agarró la pequeña mano a Chae-Young para sacarla de allí cuanto antes.
— H-hobi, ¿Es-estás bien? — Le preguntó —mientras apresuraban su paso— al ver al niño tan serio con los ojos cristalizados.
— Sí. Solo es un poco de leche...
De mientras, Mina veía como los "tontos" se iban del pasillo. Con una enorme sonrisa de victoria, hizo un choque de palma con su mejor amiga.
— ¡Eso estuvo genial! — Decía Momo mientras reía.
«Para la próxima, no la abrazará más» Pensó. Su sonrisita se desvanecía poco a poco y fulminó a la contraria. — ¿Sabes, Momo? La gente que sonríe demasiado me da asco.
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