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💘Epílogo💘

«pipipipí» «pipipipí» «pipipipí» «pipipipí»

Me levanté sobresaltada por el ruido de la alarma de mi teléfono, puse una mano en mi pecho sintiendo mi corazón acelerado tratando de regular mi respiración.

Toqué la superficie en la que me encontraba y sentía que era una cama, cuando comencé a repasar el lugar, las paredes, el techo, los muebles, me parecía conocido... mi cuarto.

Busqué mi teléfono rápidamente para apagar la alarma y así mismo ver la fecha, abrí mis ojos sorprendida cuando la pantalla se iluminó mostrando que era 12 de abril del 2011

¿Pero cómo es que?

¿Qué está pasando?

Me levanté de la cama dirigiéndome a el espejo que tenía enfrente... me veía joven, como de 12 años.

Cada minuto que pasaba me encontraba más confundida que el anterior, cuando iba a revisar nuevamente mi teléfono un grito me llamó la atención haciendo que mis ojos se humedecieran.

— ¡Angelique! ¡Baja a desayunar! ¡Apúrate que ya vas tarde al colegio!

Las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos rápidamente al mismo tiempo que corrí hacia la cocina para encontrarme a mi madre.

— ¿Mamá? — pregunté en un susurro.

—Buenos días mi niña, ven vamos a comer— dijo volteándose para verme con una sonrisa.

— ¡Mamá! — grité corriendo hacia ella para abrazarla con todas mis fuerzas.

Ella me devolvió el abrazo besando mi cabeza, solté un suspiro disfrutando el momento, estaba en los brazos de mi mamá.

Pero ella terminó con el emotivo momento— ¡Angelique Bagley! ¿Por qué no te has vestido todavía?... vas a llegar tarde a tu primer día de bachillerato.

¿Primer día de bachillerato?

¿Qué?

Me separé de ella mirándola confundida y ella me la devolvió solo que esta era de reproche.

—No me mires así... ve a cambiarte... rápido, rápido.

Fui a mi cuarto y me coloqué el uniforme de pantalón negro y camisa azul con el signo de mi colegio. Tomé mi teléfono y mi mochil que ya tenía algunas cosas y me dirigí a la cocina.

Mi cabeza seguía dando vueltas intentando comprender lo que pasaba y aclararía mis dudas preguntándole a mi madre por ello.

— ¿Mamá? ¿Dónde están Amalia y Mike? — pregunté temerosa.

Mi madre se giró mirándome confundida para responder — No sé de quiénes me estás hablando hija.

— ¿Y Hunter? ¿Conoces a Hunter o a Luke? — esta era mi pregunta decisiva.

—Hija ¿Quiénes son ellos? ¿Son amigos tuyos?

Mierda.

Las palabras de mi madre confirmaron mis sospechas... eso me confirmaba que...

Todo había sido un sueño.

Nada de lo que pasó fue real, ninguno de ellos existe.

¿Pero por qué lo sentí tan real?

Yo lo sentí todo, sentí el amor, el dolor, sentí el paso del tiempo, sentía las caricias, lo sentí todo.

Pero nada fue real... todo fue producto de mi imaginación.

Alejé los pensamientos de mi mente bastante decepcionada de que todo lo vivido no haya pasado, pero bueno supongo que así son las cosas.

Desayuné con mi madre mientras ella me contaba sobre una reunión que tuvo con sus viejas amigas y cuando terminé me despedí de ella para irme a la escuela.

En el camino ya no había rastro de tristeza en mí, apenas recordaba el sueño que había tenido, solo la melodía de la canción Teenage dream de Katy Perry invadía mis oídos, al llegar a la escuela me dirigí hacia la biblioteca para buscar un libro, todos los años tenía la costumbre de ir a la biblioteca todas las semanas los días lunes y pedir prestado un libro para la semana, según la lista que llevaba esta semana tocaba el principito.

Saludé a la señora Nancy que era la encargada de la biblioteca, le hice una seña que buscaría otro libro y ella asintió con una sonrisa.

Comencé a buscar la sección donde supuse que se encontraría el libro que estaba buscando y cuando lo vi hice una cara de protesta porque este se encontraba muy alto. Busqué con la mirada la escalera de la biblioteca y no la encontré por lo que no me quedó de otra que comenzar a dar saltitos para poder alcanzarlo, cuando estaba punto de darme por vencida un brazo apareció facilitándome la tarea dándome el libro.

—Gracias— agradecí sin voltear a ver a mi salvador o salvadora.

—Tienes buenos gustos— respondió una voz masculina.

Al voltear me encontré con unos ojos verdosos que me analizaban con una sonrisa despampanante.

Esperen un momento...

¿Por qué siento que ya he vivido este momento antes?

Agité mi cabeza omitiendo el pensamiento, cuando estuve a punto de agradecerle a mi salvador, el timbre sonó indicando la entrada a clases, este se fue dando media vuelta antes de poder si quiera preguntarle su nombre.

Después de clases de matemática me dirigí hacia mi banco, bueno no era mi banco como tal, pero era el banco en el que me acostaba todos los recreos a ver las nubes, acomodé mis cosas y me recosté en el observando las nubes.

Hoy el cielo se veía particularmente diferente, su azul estaba más intenso y las formas que se lograban ver en las nubes eran bastante perceptibles, estaba a punto de darle play a la canción de Luis Miguel cuando vi un rostro que n era muy visible al estar a contraluz.

— ¿Estás cómoda? — preguntó aquella voz que reconocí como la misma de la biblioteca.

Inmediatamente me incorporé en el asiento logrando ver su rostro, no sé por qué una sonrisa tímida se posó e mi rostro y me limité a asentir.

Se sentó a mi lado dirigiendo la cabeza hacia el cielo señalando— A mí también me gusta ver las nubes... puede que suene algo raro, pero imagino historias según las formas que veo.

Mi mandíbula casi cae al suelo con sus palabras...

—Yo hago exactamente lo mismo— dije emocionada.

Nos quedamos un rato más mirando al cielo en silencio, de un momento a otro comencé a escuchar la música y vi que él se había puesto un audífono y tenía mi teléfono. Mientras la canción Por debajo de la mesa de Luis Miguel inundaba nuestros oídos mi cerebro volvió a hacer click.

¿Por qué siento que esto también ya lo viví?

— ¿Todo bien? — preguntó con gento preocupado.

—Sí sí, solo mi cabeza con ideas chifladas... cosas estúpidas — respondí encogiendo los hombros avergonzada.

—Oye— dijo posando su mano sobre mi pierna— nada que sea chiflado es estúpido... además las mejores personas están chifladas.

—Alicia en el país de las maravillas— respondí con una sonrisa.

— ¿Te gustan los clásicos? — le pregunto mirándolo a los ojos.

—Mi libro favorito es El Gran Gatsby, creo que con eso te lo digo todo— sonrió.

— ¿Cuál es tu libro favorito? — pregunta volteándose hacia mí para quedar de frente.

—El principito— respondí recordando el suceso de la biblioteca.

—Eso quiere decir que eres toda una romántica.... ¿quisieras un romance como el del principito y su rosa?

Hice una mueca indecisa y respondí— La verdad no, porque la rosa era vanidosa y el principito hacia todo lo que ella le pedía para hacerla feliz... sí se querían, pero nunca se llegaron a amar, porque no sabían lo que era el amor.

— ¿Y qué es el amor para ti?

—El amor es la idiotez que domina a las personas, pero no en el mal sentido. Todo lo contrario, es aumentar tu nivel de locura y cambiar el significado en que vez el mundo para mejor. Es lo que todo el mundo aspira al ser sinónimo de la felicidad, solo que esta felicidad es causada por esa persona que hace que tu corazón estalle y te quedes en un estado como drogado... básicamente es una de las enfermedades más letales, pero hermosas que hay en el mundo.

Se me quedó viendo fijamente y cuando iba a contestarme el timbre nos interrumpió, en su cara se posó una sonrisa y se levantó del asiento rápidamente.

No me había percatado que en todo este tiempo no le había preguntado su nombre.

— ¡Espera! — grité haciendo que se detuviera y volteara.

—No me dijiste tu nombre— indiqué acercándome a él.

—Soy Mike... Mike Romanova— respondió volteándose para luego desaparecer entre la gente.

¿Mike?

¿Por qué me suena tanto ese nombre?

Un momento... mi sueño.

¿Él es?

Sí, sí es.

Una sonrisa se posó en mi rostro y dirigí mi mirada al cielo viendo una nube en forma de estrella.

Supongo que los sueños a veces sí se hacen realidad, después de todo son el producto de los deseos más profundos de nuestro corazón.

Fin de 125 motivos

💙💚💜❤️🧡

Instagram: mily_rosss

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