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Amor rojo❤️(parte 4)

Tenía un plan y este era muy simple... fingir con Chris para tratar de sacarle información y descubrir de una vez por todas al culpable del robo. Había hablado con Mark sobre mi plan y él lo había aceptado... todo estaba planeado, pero como todo en la vida, siempre hay algo que sale mal y es que no encontré nada.

Cada día que pasaba junto a Chris lo conocía más, investigaba en su casa, en su teléfono en su computadora, estaba pendiente de donde iba y con quien se veía y nada, no llegué a nada. Fueron pasando los meses y como no llegué a nada me rendí así de sencillo, a pesar de que una parte de mi seguía sospechando que había algo raro me cansé de buscarle una quinta pata a un gato cojo y comencé a vivir y al mismo tiempo comencé a enamorarme de Chris.

El tema de la fiesta de Kali y el beso ya estaban aclarados y para ser sincera, yo confiaba plenamente en su palabra... es decir no me había demostrado lo contrario, había hablado con Kali al respecto y ella también me lo había aclarado así que todo estaba bien.

Los días pasaban... yo me enamoraba más y al parecer él también, no habíamos formalizado nada, pero salíamos y actuábamos como una pareja... éramos exclusivos el uno para el otro y eso me hacía feliz... él me hacía feliz.

Los robos al señor Graham cesaron y yo seguí en la empresa trabajando como si nada, el único cambio que se había hecho era que hacía mis pasantías con el señor Graham porque el tutor que antes tenía se tuvo que retirar. El señor y yo nos comenzamos a llevar muy bien se podría decir que comenzamos a ser amigos.

Quien lo diría era amiga de mi jefe, tenía una mejor amiga que me apoyaba y un "novio" que me amaba.

Creo que por fin era tiempo de cantar victoria porque estaba en la cima, me gustaba mi vida actual y era feliz.

Por fin lo había conseguido... por fin lograba volver a ser feliz.

Pero todo lo bueno... tiene su final.

Para: Chris Rossar

De: Angelique Bagley

Asunto: Traiciones

Fecha: 15 de agosto 2022- Moscú/Rusia

El señor Graham estaba pronunciando unas palabras que no lograba entender mientras que a mi me ganaba el sueño, me había acostado muy tarde anoche leyendo un libro y mis ojeras en la mañana no las pude ocultar ni con los muchos kilos de maquillaje que me coloqué.

Le di otro sorbo al café para ver si me lograba despertar de una bueno vez, pero me pasó todo lo contrario, me comenzó a dar más sueño hasta que el ruido de un carraspeo me sacó de la ensoñación.

—Angelique... si quieres dejamos la lección para otro día porque veo que estás muy cansada— sugirió el señor Graham.

—No señor, discúlpeme de verdad es que anoche no dormí bien— mentí — Pero ya me voy a concentrar en lo que me está diciendo.

Siguió hablando, pero el sueño me venció nuevamente y solté un sonoro bostezo del cual el señor Graham no pasó por alto. Detuvo lo que estaba hablando y se sentó a mi lado.

—Como veo que hoy no estás al cien para las clases te voy a hablar de otra cosa, he querido proponerte algo desde hace algún tiempo y creo que ahora es el momento justo... ¿te gustaría venir a trabajar en nuestra sucursal de París? — soltó sin preámbulos Mark.

Mi cara palideció de un segundo a otro y la bilis me subió a la garganta, corrí rápidamente al baño de la oficina del señor Graham y logré llegar antes de que hiciera un desastre.

El señor Graham sostenía mi cabello mientras yo vomitaba mi desayuno en el inodoro... me sentía fatal y aún más con la vergüenza de que mi jefe me acababa de ver vomitar.

Me aclaré la garganta y bajé la tapa, me enjuagué la boca mientras que el señor Graham me miraba con preocupación.

—Angelique ¿estás bien? ¿quieres que te lleve al médico? — preguntó.

—No señor... no es necesario, ya estoy mejor... debe ser la comida que me cayó mal, pero ya estoy bien, no se preocupe.

—¿Estás segura? Tómate el día libre mejor y así descansas.

La verdad es que me seguía sintiendo mal porque de lo contrario habría declinado la oferta, es por eso que acepté y llamé un taxi para que me viniera a buscar. Al llegar a mi apartamento me tomé unas pastillas y a la media hora mi cuerpo las rechazó. Me sentía de lo peor así que opté por llamar a uno de esos servicios de emergencia que ofrecía la ciudad.

Cuando la señorita llegó me inyectó algo para las nauseas y me comenzó a hacer unas preguntas.

—¿Cuándo fue la última vez que tuviste el período?

—El mes pasado... ¿por qué?

—Debemos descartar todas las posibilidades— comentó para luego sacar una caja que luego reconocí como una prueba de embarazo.

—No... yo no puedo... yo tomo la píldora... siempre y... no creo que...

—98% efectiva... así que solo vamos a descartar ese 2%... tal vez solo sea un virus o algo así.

Sabía que la chica solo estaba tratando de tranquilizarme porque mi cara debía de ser todo menos tranquilidad.

Tomé la prueba y me dirigí al baño... leí las instrucciones e hice todo lo que decía, puse el temporizador en mi teléfono para ver los resultados.

Había leído que esos 5 minutos eran eternos, pero a mi me parecieron un segundo porque no me dio ni tiempo de pensar cuando ya había sonado la alarma indicando que ya estaba el resultado.

Lo tomé con miedo y al ver el resultado mi corazón se detuvo.

Pregnant se leía en el pequeño objeto y también había un +2 que por lo que leí indicaba las semanas.

Estaba embarazada... embarazada... de verdad embarazada.

¿Cómo pasó esto?

Obviamente sé como pasó, pero... ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Por qué ahora?

Yo no podía ser madre... ni siquiera podía con mi vida como iba a cuidar a un pequeño ser humano que dependía de mí.

Dios... Dios... esto no está pasando.

¿Cómo reaccionará Chris?

Porque es de él ¿cierto?

Pues claro que es de él Angelique... es la única persona con la que has estado en estos últimos meses.

Ay Dios... Ay Dios... ¿Qué hago?

Mis pensamientos me estaban atormentando cuando escuché que tocaban la puerta del baño, al abrirla me encontré a la señorita de los servicios de emergencia e inmediatamente me arrojé a sus brazos a llorar.

No lo podía creer... no estaba lista para ser madre... no podía... simplemente no.

Pasaron algunos minutos y a ella le entró una llamada de otra emergencia, me preguntó si estaba bien y yo le dije que sí... nos despedimos y me derrumbé otra vez.

Estaba en mi sofá pensando en lo que haría... trataba de organizar mis ideas, pero cada vez que trataba de calmarme lloraba más fuerte.

Y de nuevo mis pensamientos se vieron interrumpidos, pero esta vez fue por el sonido de mi teléfono.

Chris: Bonita, estoy llegando a tu casa <3

Si antes estaba paniqueada ahora más, no estaba lista para esto y mucho menos para decírtelo.

Me vi en un espejo para ver si podía ocultar mi cara de llorona, pero ya era muy tarde porque la puerta se abrió apareciendo tú por ella.

—Bonita... ¿dónde estás?... Oye ¿qué haces ahí? ¿estás bien?

No podía hablar, ni siquiera podía mirarte, te pasé por al lado y me dirigí a mi habitación... busqué la prueba y te la entregué.

Observé tu rostro por unos segundos buscando algún rastro de cualquier emoción, pero no encontré nada.

Me senté en el sofá y me seguiste... seguías mirando la prueba en silencio y cuando estaba a punto de romperlo te me adelantaste.

—Pensé que tomabas la píldora— hablaste mientras seguías mirando la prueba.

—Sí la tomaba, pero es un 98% efectiva— hablé por primera vez desde que llegaste.

—Me estás diciendo que tú en vez de estar en el 98% de mujeres que no quedan embarazadas estás en el 2%... que estupidez.

—Qué estupidez de tu parte sinceramente... ¿cómo pudiste ser tan ingenua? ¿Cómo pudiste ser tan descuidada?... Por Dios Angelique.... UN BEBÉ... todo esto es tú culpa.

—¿Mi culpa?... que yo sepa no me embaracé sola— respondí molesta.

—Tienes razón, no te embarazaste sola, pero tendrás a este niño sola porque yo no lo quiero... además ¿Cómo sé si es mío? ¿Cómo sé si no me estabas engañando con alguien y ahora me quieres amarrar con un hijo?

—¿Cómo no va a ser tuyo?... eres la única persona con la que he estado Por Dios... ¿Cómo vas a creer que te estaba engañando? Y ¿Cómo te atreves a decir que quiero amarrarte?... yo no quiero atarte u obligarte a nada... ¡si no quieres al bebé entonces bien ahí está la puerta, vete!

—Angelique... ¡yo te quiero a ti no a lo que sea que esté creciendo ahora dentro de ti!, estábamos tan bien... ¡nos queríamos y ahora vienes a arruinarlo!, pero lo podemos solucionar... solo tienes que...

—¡NO!... ni siquiera te atrevas a terminar esa frase, si me amaras ni siquiera me pidieras tal cosa. ¡Tú no me amas ni siquiera me quieres porque si de verdad lo hicieras no me culparías y mucho menos me reprocharías las cosas sabiendo que no es mi culpa!

—Ok lo siento... lo siento... admito que eso estuvo mal, pero ¡¿crees que estoy listo para ser padre?!

—La verdad es que no y yo mucho menos estoy lista para ser madre, pero así son las cosas. Tú decides o te vas o te quedas... solo quiero que sepas que si te vas es para siempre.

—Pero yo no te quiero perder.

—Me perdiste desde el momento en que abriste la boca y no me apoyaste... a decir verdad no me perdiste porque nunca me has tenido.

Me miraste con cara confusa y te dirigiste a la puerta detuviste tus pasos tal vez esperando que te detuviera, pero ambos sabíamos que eso no pasaría.

—Espero que cuando cruces esa puerta no te arrepientas después, porque no me importará.

Te volteaste y me dirigiste una última mirada.

—Lo siento Angelique... de verdad lo siento.

Y sin más te fuiste.

Tal vez una pequeña parte de mi esperaba que reaccionaras bien y fuéramos una familia porque sí... me había enamorado de ti.

(.....)

Los próximos días iba a la oficina con desgano, me había ausentado a las pasantías con el señor Graham y también había evitado las llamadas por parte de Kali. Ella se encontraba fuera de la ciudad y es por eso que no había corrido hacia ella, necesitaba un hombro para llorar y alguien que sostuviera mi mano al igual hablar con alguien porque la única persona con la que había hablado sobre el embarazo era contigo y pues habías desaparecido literalmente.

Cuando llegué a mi casa me senté en el sofá a observar por la ventana, esto ya se había vuelto algo rutinario en los últimos días... simplemente tumbarme en el mueble y pensar en todo y a la vez en nada.

Mis ojos se estaban cerrando involuntariamente, pero comenzaron a tocar la puerta y me tuve que levantar.

Al abrirla me encontré con el rostro de preocupación de Kali y no pasaron ni dos segundos cuando se me abalanzó envolviéndome en un abrazo.

Pasamos y nos sentamos en mi adorado sofá y le conté todo, desde la noticia hasta lo que había ocurrido contigo.

—De verdad no puedo creer lo imbécil que fue Chris... él siempre ha sido muy buena persona y sabía que te quería mucho, pero sigo sin comprender porque actuó así.

—Yo tampoco lo entendí al principio, pero luego acepté que lo que está hecho para estar junto lo estará y Chris y yo definitivamente no lograríamos ir más allá.

—Bueno... tal vez tengas razón, pero eso no justifica su comportamiento, no tenía derecho a echarte la culpa porque él es el del pene— dijo Kali tratando de sacarme una sonrisa.

Pero a diferencia de eso comencé a llorar... tenía retenidos muchos sentimientos y no podía más... aún no aceptaba el hecho de que sería madre.

—Es que siento que no puedo... porque mírame... yo no puedo ser madre, un niño merece amor, cariño una buena educación y un buen ejemplo que seguir... no una madre que aún está superando la pérdida de sus padres y que cuando pierde la cabeza se emborracha hasta perder la conciencia... ni siquiera terminé la universidad... ni siquiera van a tener un padre... soy un desastre y yo no puedo... no le puedo hacer eso a un ser humano inocente... no sé qué voy a hacer.

—Angelique... escúchame, primero que todo no estás sola porque yo estaré contigo y saldremos adelante juntas... el imbécil de Chris era demasiado para ti. Segundo deja la tontería de que vas a ser mala madre o cosas así porque estoy segura de que en el fondo de tu corazón sabes que eso no será así, eres la persona más amorosa que he podido conocer, no importa si no terminaste la universidad, no importa los errores que cometiste en el pasado porque eso es pasado, ahora solo hay que ver hacia adelante y vivir el presente. Tal vez no lo veas ahora, pero créeme cuando te digo que vas a poder con esto, porque ese bebé que está creciendo en ti es muy afortunado de tenerte como madre... así que si quieres llorar un rato más aquí estaré para apoyarte, pero lo que no dejaré es que te hundas y no te levantes.

Kali tenía razón, no podía hundirme en una tristeza y dejar de mirar hacia adelante, pero de lo que no estaba tan segura era de ser buena madre... mi madre fue excelente, me crio de la mejor manera junto a mi padre. Tuve una infancia muy feliz, era feliz.

Quiero darle a mi hijo eso mismo, el problema es que no se cómo y siento que 9 meses no son suficientes para prepararme, no estoy lista... aún no.

—No estoy lista para ser madre Kali... de verdad es que... tenía planes... obviamente quería hijos en un futuro, pero no ahora. Ni siquiera tengo una pareja estable, jamás he tenido una relación estable y dudo mucho que la tenga, a decir verdad. Pero el punto es que ni siquiera soy una persona lo suficientemente madura, apenas y soy una chama de 23 años que no sabe nada de la vida. No tengo nada que darle a un bebé.

—Nadie nace preparado para ser madre, ni siquiera existe un manual que diga a la perfección cómo ser una madre perfecta, pero ese es el problema... la perfección no existe y las madres siempre tratan de buscarla para darle lo mejor a sus hijos, pero hacen lo que pueden y eso es más que suficiente... y créeme que sí eres una persona madura, el hecho de que no lo veas es otra cosa... y sí tienes cosas para darle a ese bebé y es amor tu amor... las mejores cosas de la vida pasan en los momentos menos esperados y este bebé lo es.

Seguía reflexionando sus palabras, pero ninguna me era convincente por lo que solo me limité a abrazarla y llorar.

No sé que tanto tiempo pasé llorando que me quedé dormida junto a Kali en el sofá... me hacía sentir bien tener una amiga que me apoyara y me aconsejara de la manera que ella lo hacía, nunca había tenido una mejor amiga y sin dudas ella era la mejor de las mejores.

Y estaba agradecida con ello.

(......)

Pasaron los días y Kali se estaba quedando conmigo en el apartamento, no habíamos recibido ninguna noticia de tu parte y eso me tenía algo preocupada, pero al mismo tiempo esta bien... de seguro te habías ido a otro lugar a rehacer tu vida, sinceramente no me importaba.

Las náuseas y los malestares seguían, pero también tenía más hambre de lo normal por lo que mi día a día se basaba en 50% comer y 50% vomitar lo que comía. Era bastante molesto, pero había conseguido algunas maneras de que ya no fuera tan frecuente.

Tenía la semana libre en el trabajo con justificativo de que estaba enferma, las únicas personas que sabían del embarazo seguían siendo Kali y tú. No me había atrevido a decirle a nadie más y mucho menos a mi jefe, tenía miedo y aún me costaba trabajo aceptarlo.

Ya era tare y Kali debería de estar llegando, me preparé unos tequeños que conseguí en un abasto venezolano y me los comí, estaban deliciosos. Me puse a ver televisión mientras esperaba a Kali, pasaron algunas horas y esta seguía sin llegar y no respondía mis mensajes.

Pensé que tal vez le había pasado algo por lo que me cambié de ropa y salí a buscarla, tomé un taxi para que me llevara a Moss, a estas horas solo debería de estar Mark en el edificio y los de seguridad por lo que les preguntaría a ellos si sabían algo de Kali.

Cuando llegué les pregunté a los de seguridad y su respuesta fue negativa dijeron que no habían visto a Kali desde hace semanas y eso me dejó atónita, todas las mañanas Kali salía al trabajo según yo y volvía en las tardes.

Subí en el asesor al piso 30 y lo que encontré me dejó perpleja.

Había 2 personas encapuchadas en mi escritorio, una estaba en la computadora y la otra esta revisando unas gavetas... no sabía que estaban buscando porque allí no había más que papeles y más papeles. Sin embargo, ellos sacaron algo que yo no recordaba haber visto o dejado allí... comenzaron a sacar pacas de dineros provenientes del gabinete y las comenzaron a guardar en una mochila.

Marqué el número de Mark y esperaba que me contestara rápido.

—¿Angelique?... ¿todo bien? — preguntó Mark al otro lado de la línea.

—Mark... escúchame... hay dos personas en el piso 30 que están en mi puesto de trabajo y están robando un dinero que no sé de donde salió... no tengo idea de qué está pasando, pero...— alcancé a decir.

—Lo sabía... no hagas ruido... ya voy para allá— me interrumpió cortando la llamada.

Hice lo que me dijo y me escondí detrás de un escritorio mientras seguía viendo a los dos sujetos encapuchados... ya estaban a punto de irse y estaba rogando que Mark llegara rápido y con refuerzos... al parecer mis plegarias fueron escuchadas porque de un momento se prendieron las luces y los sujetos se vieron rodeados por Mark y la policía.

Mi cara de sorpresa era evidente y nadie me había visto porque seguía escondida... uno de los oficiales se acercó a los encapuchados y les quitó las máscaras que traían... hasta el momento no había hecho ningún ruido, pero al ver sus rostros solté un gritó ahogado que anunció mi presencia en el lugar.

Eran Chris y Kali... ambos me miraban fijamente con cara de sorpresa... no esperaban que estuviera allí... cruzaban sus miradas entre ellos y luego la dirigían otra vez hacia mí. Solté un sollozo luego de atar los cabos y comprender lo que estaba pasando.

Mark me miraba con cara de confusión y al mismo tiempo preocupación... me hizo una seña para que me quedara donde estaba y se dirigió hacia Kali.

—Sabía que tenía ratas en la oficina, pero nunca pensé que fueras una de ellas Kali... estoy muy decepcionado.

—¿Y qué esperabas? ¿Qué me quedara de brazos cruzados mientras estabas con otras luego de haberme rechazado? ¡Iba a llegar a ti de cualquier manera y no me dejaste opción más que comenzar a quitarte dinero... te dije que me las ibas a pagar caro y justo eso fue lo que pasó!

—¡Estás loca... me estuviste persiguiendo por dos años, siempre te decía que te alejaras, pero tú no parecías entenderlo... te puse una orden de restricción y la violaste más de una vez!... no sé qué pasa contigo.

—Jamás lo entenderías... todo lo que hice fue por amor y si querías tu dinero de vuelta solo debías estar conmigo y olvidarte de esas zorras con las que siempre estás— explicó soltando lágrimas de cocodrilo.

Era muy buena actriz porque el teatrito me lo creí desde el inicio, pero no dejaba de sorprenderme.

—¡Eres una maldita mentirosa!... me dijiste que ese dinero era para nosotros dos porque me amabas y querías irte conmigo lejos— interrumpió Chris.

—Sí eso también es verdad y te amo Chris... claro que lo hago, pero también lo amo a él— señaló a Mark.

No entendía nada y tampoco me molestaría en hacerlo... lo que estaba claro es que los dos eran un par de mentirosos traicioneros... estaba a punto de intervenir, pero las náuseas llegaron y tuve que correr al baño.

Adiós a los tequeños de hace rato... no hay nada peor que querer vomitar y no poder hacerlo, pero después de unas cuantas arcadas lo logré. Me enjuagué la boca tratando de quitar el sabor amargo, pero luego me di cuenta de que tenía esa sensación extraña por todo lo que acababa de pasar.

La puerta del baño se abrió dando paso a Mark, este me abrazó mientras yo lloraba en sus brazos... susurraba palabras dulces y tranquilizadoras que en su momento hubiesen hecho efecto, pero ahora mi corazón estaba más destrozado que antes.

No podía mentir diciendo que no me importaba y que no dolía porque claro que lo hacía... sentía un vacío en mi interior y la única palabra para describirlo era traición.

Mi supuesta mejor amiga había sido nada más que una hipócrita todo este tiempo y tú... fuiste el patán que me enamoró... me embarazó y luego me dejó... para luego descubrir que todo el tiempo habías jugado conmigo.

Una parte de mi quería no creerlo, pero en el fondo sabía que desde un principio sospeché y me dejé ver la cara de estúpida por seguir al corazón y no a la mente.

Pero después 4 oportunidades fallidas eso ya iba a cambiar... ya no más.

Me resigné a que el amor y yo nunca nos íbamos a llevar bien.

Al igual que nunca encontraría esa felicidad que tanto anhelaba tener. 

Porque casi siempre las personas en las que más confiamos son las que más nos lastiman. 

💙💚💜❤️🧡

Instagram: mily_rosss

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