Y tal como lo dijo al día siguiente me fue a buscar, fuimos a una fiesta junto Kali y no fue tan malo. Los próximos días fueron tranquilos, salimos algunos fines de semana y ya no había tenido intenciones de besarme otra vez lo cual era bueno.

En nuestras salidas me limitaba a hablar con Kali y cruzar una que otra palabra con él, aún no le tenía mucha confianza y además siempre que quería sacarle el tema de las peleas o aquel lugar en el que nos conocimos, cambiaba de tema o me ignoraba y eso era lo único que me interesaba obtener de él.

¿Cierto?

Ya tenía 2 meses viviendo en Moscú y cada vez me enamoraba más de esta ciudad, me iba bien en el trabajo, había hecho algunos amigos y me sentía feliz. Sin embargo, esa mañana había algo que me tenía inquieta y era que el día anterior había recibido un correo de mi jefa diciéndome que fuera más temprano de mi horario habitual a la oficina y me dirigiera al último piso, ese piso era donde están los jefes, nunca los había conocido, con la única persona de rango mayor a mí que había tratado era con Monserrat, que era, mi jefa.

Solo esperaba que no fuera nada malo.

Llegue a la oficina bien temprano e inmediatamente la recepcionista de planta baja me mando al ultimo piso en vez de a mi piso usual. Las puertas del ascensor se abrieron dando paso a un piso muy lujoso, lo primero que vi fue otra recepcionista a la izquierda y esta me indico el lugar donde ir luego de tomar mi abrigo.

Toqué la puerta un par de veces hasta que una voz en su interior me indico que pasara, al entrar un hombre de porte alto se encontraba de espaldas a mí, mirando hacia las afueras, era una gran oficina con grandes ventanales que permitían ver casi toda la ciudad, era muy bonita.

—Tome asiento señorita Bagley— indicó el hombre volteándose a verme, se quedó unos instantes analizándome hasta que carraspeo y se sentó en su silla.

—Seguramente te preguntarás el por qué te llamé para que vinieras, eso te lo explicaré en unos momentos, pero primero permíteme presentarme, soy Mark Graham dueño de Moss Publish. He revisado tu expediente y has hecho un gran trabajo en los meses que llevas aquí y eso me agrada, además siempre cumples tus horarios y no hay quejas sobre ti, eres perfecta— mencionó sin dejar de mirarme, mientras que yo bajaba de vez en cuando mi cabeza porque no podía sostener la intensidad de su mirada por mucho tiempo.

—Bueno señor Graham, primero que todo un placer y segundo... créame que estoy muy lejos de ser perfecta, ahora si no es molestia me podría decir el por qué me llamó— respondí mirándolo nuevamente.

—Claro, te llamé porque necesito que hagas un trabajo muy importante para mí, es un trabajo totalmente confidencial que requiere máxima discreción y creo que eres la persona indicada para eso. Lo que pasa es que alguien del departamento de fotografía ha estado ingresando a mi cuenta y retirando grandes cantidades de dinero, siempre cambio la clave, pero vuelven a intervenir de igual forma. Hemos tratado de dar con el culpable meses atrás y no lo hemos logrado, sabemos que no eres tú porque hemos estado vigilándote y además el robo comenzó mucho tiempo antes de que comenzaras a trabajar. Por lo que señorita Bagley, necesito que descubra al culpable y me lo entregue— explicó seriamente el señor Graham, trataba de procesar la información lo más rápido que pudiera, hasta que me atreví a hablar.

—Señor, gracias por la confianza que está poniendo en mi para este trabajo, pero permítame preguntar ¿Qué ganaría yo con esto?, no estoy diciendo que me vaya a negar a ayudarlo, pero quiero saber en qué me beneficia hacer esto.

—Me gusta que seas así Angelique— dijo para sí mismo aunque lo pude escuchar— Lo siento, eso no era lo que quería decir... me refería a que usted está siendo muy profesional en saber todo antes de tomar una decisión y eso lo aprecio, contestando a su pregunta, usted sería promovida y le adquiriera un contrato permanente en la empresa, aparte de eso sé que no pudo completar sus años universitarios por lo que si acepta le pondré un tutor que le enseñe a escribir artículos y probablemente en un futuro pueda ser direccionada a esa área.

Un contrato permanente, eso sería genial, lo poco que llevo trabajando aqupi me encanta y la oportunidad de poder ser escritora... mi sueño... esta era una buena oferta y no tenía nada que perder así que la aceptaría.

—Acepto señor-— respondí, el señor Graham, este parecía confundido por mis palabras hasta que aclaré mi respuesta— Acepto el trabajo para descubrir a la persona que lo está robando señor.

Se formó una sonrisa en el rostro de Mark y eso me hizo sonreír a mí.

—Perfecto, que bueno que aceptes, pero una cosa más, debes firmar este contrato de confidencialidad porque esto es entre tú y yo. Más nadie se puede enterar, ni tus amigos ni tu novio ni tus padres ni nadie.

En el momento que escuché esas palabras un pequeño nudo en mi garganta hizo el ademan de aparecer, pero lo contuve.

—Tranquilo señor, nadie lo sabrá— me limité a responder para luego formar el contrato.

—Un placer hacer negocios contigo— dijo el señor Mark extendiendo su mano para que la estrechara, le respondí el saludo y me dirigí a la puerta.

Me sentía como una especie de espía super secreta, era emocionante, peor debía enfocarme y buscar al culpable.

El señor Mark dijo que era de mi departamento así que comenzaré con los callados, luego iré con los demás y por último con los que están cerca de mí y eso incluía a Kali, pero dudaba que ella tuviera algo que ver, era muy buena persona como para hacer algo así.

El ascensor se abrió en mi piso y los empelados ya habían llegado, me dispuse a comenzar a trabajar mientras miraba de vez en cuando a las personas de la oficina.

Atraparía al ladrón costara lo que costara... Ay que emoción eso se escucho de película.

Para: Chris Rossar

De: Angelique Bagley

Asunto: Bésame

Fecha: 4 mayo 2021- Moscú/Rusia

Ya estaba guardando mis cosas para irme cuando en mi teléfono entro una llamada de un numero desconocido, conteste y en ese momento tu voz se escuchó, haciéndome saber que eras tu quien me llamaba.

—Baja bonita, que te estoy esperando— anunciaste colgando sin recibir respuesta de mi parte.

Terminé de recoger mis cosas y bajé hacia la entrada del edificio, pude ver que estabas recostado sobre tu auto con los brazos cruzados y tus gafas de aviador, te veías bastante guapo.

—Hola— saludé acercándome a donde estabas.

—Muy buenas noches querida Angelique, permítame abrirle la puerta para que podamos ir a nuestro destino— pronunciaste con un raro acento lleno de formalidad.

—Ay, pero qué caballeroso y dígame señor Rossar ¿A dónde vamos? — pregunté subiendo al auto.

—Es una sorpresa— indicaste para luego rodear el auto dirigiéndote a tu asiento.

—No soy muy fan de las sorpresas.

—Esta te gustará, estoy seguro— aseguraste arrancando el auto.

Pasamos por algunas calles mientras yo observaba por la ventana la bella ciudad, prendiste la radio y comenzó a sonar Hijo de la luna de Mecano.

Tonto el que no entienda
Cuenta una leyenda
Que una hembra gitana
Conjuró a la luna hasta el amanecer
Llorando pedía
Al llegar el día
Desposar un calé

"Tendrás a tu hombre, piel morena"
Desde el cielo habló la luna llena
"Pero a cambio quiero
El hijo primero
Que le engendres a él

El auto se detuvo y cuando bajé ví que estábamos en un mirador, me senté en la grama para contemplar la ciudad de noche, mientras se podían ver las luces de los edificios y los autos a lo lejos, era muy hermoso.

Te sentaste a mi lado y en silencio comenzamos a disfrutar de la vista, pasados unos minutos soltaste un carraspeo indicando que querías decir algo.

—Aquí vengo para pensar... me ayuda cuando quiero tranquilizarme luego de una pelea— dijiste sin mirarme.

—Es un buen lugar para pensar— me limité a responder.

—Peleo porque es mi manera de desahogarme, también es la única manera en la que controlo y canalizo mis problemas en una sola cosa, no me siento orgullosos de ello, pero cada vez que gano no me siento tan vacío... aunque eso dura poco porque luego el sentimiento vuelve— continuaste— Las peleas son ilegales, cada vez que estoy ahí corro el riesgo de que me arresten y dejar de vivir mi vida, pero es mi única salida, es mi única escapatoria de mis pensamientos...

Pasaron algunos segundos en silencio hasta que me atreví a hablar.

—Mis padres murieron a principios de este año... no le veía sentido a mi vida y por eso comencé a beber... salía a fiestas todos los días... me emborrachaba hasta perder la conciencia y cuando eso no fue suficiente comencé a drogarme... también buscaba una salida, pero luego me di cuenta de que en vez de salir estaba hundiéndome más— dije entre suspiros— Creo que deberías buscar otra salida, porque tarde o temprano algo saldrá mal... y lo sabes- concluí mirándote.

—Lo siento por lo de tus padres, debe ser muy duro... yo nunca conocí a los mios y por eso creo que soy así, debes extrañarlos mucho...

—Todos los días, no me había permitido llorarlos y luego de que lo hice me di cuenta de que eso no e los devolvería y fue por eso que me fui lejos y terminé aquí.

—Creo que al final del día todos buscamos escapar del pasado, pero este siempre vuelve y muy pocas veces con buenas intenciones— pronunciaste pasando tu brazo sobre mis hombros acercándome más a ti.

—Sí, pero hay veces que lo mejora, tengo la esperanza de que en algún punto de mi vida volveré a ser feliz y eso es lo que me impulsa a seguir, porque si no... sabrá Dios qué me hubiese pasado.

—Ambos estamos jodidos— dijiste en tono de broma.

—Sí que lo estamos— exclamé apoyando mi cabeza en tu hombro.

—Entonces tenemos algo en común... no somos tan diferentes como pensabas.

—Claro que sí somos diferentes— me miraste con desaprobación— bueno, bueno, tal vez no tanto— solté tras una sonrisa.

—Me gusta cuando sonríes, deberías hacerlo más seguido— dijiste apoyando tu mano en mi rostro para que te mirara.

—No tenía razones para hacerlo.

—¿Y ahora sí? — preguntaste acercándote a mí.

—Puede ser— respondí acercándome más.

Cuando estabas a punto de besarme te detuviste.

—No te besaré hasta que me lo pidas, no quiero que me lo reproches como aquella vez— anunciaste apartando tu rostro.

...

—Bésame— susurré acercando tu rostro al mío para que sellaras nuestros labios en un dulce beso.

Fue un beso suave y de alguna manera tierno a diferencia de los primeros, este sí era un beso esperado, este sí era un beso de aquellos que se denominan perfectos.

Te separaste de mi para recuperar el aliento y en ese momento, bajo las estrellas nos quedamos sonriendo como unos bobos después de un beso.

(.....)

El auto se detuvo en frente de mi edificio, eran aproximadamente las 12 de la noche cuando llegamos, habíamos estado varias horas en el mirador.

—Gracias por esta noche— agradecí haciendo el ademán de abrir la puerta, sin embargo, tu brazo me detuvo y me acerco a ti para luego darme un pequeño beso en los labios.

—Descansa, bonita— dijiste para luego abrirme la puerta.

Me adentre a mi edificio repensando en mi mente los hechos de esta noche, tenía tiempo sin sentirme así... feliz.

Y tampoco había hablado sobre la muerte de mis padres, eras la primera persona que se lo decía porque de alguna manera me hacías sentir segura.

Tal vez sí pueda ser feliz después de todo

💙💚💜❤️🧡

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