Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Amor naranja🧡(parte 4)

Decisiones... pasamos toda nuestra vida tomándolas.

Unas buenas y otras malas.

Hay veces que nos convencemos a nosotros mismos de que estamos haciendo lo correcto, que eso es lo mejor y es lo que está bien, sin embargo, omitimos lo que de vedad sentimos, nos fijamos en lo que los demás piensan que es lo mejor para nuestra vida y tomamos la decisión en base a eso. Nos olvidamos de lo que quiere nuestro corazón con tal de hacer felices a los demás... porque debemos tomar la decisión correcta.

Pero ¿quién dicta eso? ¿Quién es el que dicta si las decisiones que tomamos son buenas o malas? Pues la respuesta es muy sencilla porque somos nosotros mismos los que dictamos nuestros límites, los que determinamos si lo que hacemos está bien o mal según nuestro criterio personal.

Yo he tomado muchas decisiones a lo largo de mi vida, unas buenas y otras no tanto, pero la verdad es que no me arrepiento de ninguna, todas me han enseñado algo y me han llevado hasta donde estoy ahora.

Pero como hay decisiones simples, hay decisiones que cambian tu vida para siempre... la cosa está en si la cambian para mejor o para peor.

Pues la que yo hice me cambió... vaya que sí lo hizo.

Para: Mark Graham

De: Angelique Bagley

Asunto: Decisiones y Torres

Fecha: 25 de mayo del 2026- París/Francia.

3 meses después...

Había pasado un año desde que te fuiste, los últimos tres meses habíamos hablado más, el trabajo estaba yendo mejor y las cosas parecían mejorar. Tenía el presentimiento que vendrías más pronto de lo esperado, pero no sabía la fecha exacta... y la verdad ni siquiera me importaba tanto.

Mis pensamientos estaban centrados únicamente en dos personas, Amalia y Mike. Después de nuestro reencuentro a los pocos días los presenté y desde ese entonces habían sido inseparables. Salíamos juntos al parque, al centro comercial, al zoológico, a comer helado, a todos lados íbamos los tres juntos... hasta parecíamos una...

No, eso nunca sería posible y no es que yo quisiera tampoco porque la relación entre Mike y yo estaba destinada al fracaso, a pesar de que no haya sido tanto por nosotros él me hirió mucho ese día y las palabras que me dijo quedaron tatuadas en mi corazón haciendo que la confianza que algún día tuve hacia él ya no exista.

Sin embargo, éramos amigos, le había aclarado que yo te tenía a ti y que era feliz contigo, que nos queríamos y que eso no iba a cambiar por lo que era mejor que limitáramos las cosas a una amistad. Él lo tomó bastante bien, pensé que se enfadaría o seguiría insistiendo, pero solo asintió y dijo que si era la única forma de tenerme en su vida la aceptaría.

Lo que no entendía era por qué no le podía decir que te amaba, el par de veces que me lo preguntó me quedé en silencio o respondí que nos queríamos, pero nunca le dije que te amaba, las palabras simplemente no salían y era solo con él que tenía ese problema.

Pero eso no importaba, pronto volverías y todo volvería a ser normal, seguiríamos con nuestras vida y todo estaría bien... sí eso era exactamente lo que pasaría. A pesar de tener la cabeza tan revuelta, debía concentrarme en el ahora, hoy Mike vendría y llevaríamos a Amalia a un parque de diversiones, había visto Toy Story 4 y desde que la vio insistía en ir a uno. La verdad es que yo también tenía ganas de ir porque hacía un buen tiempo que no iba a uno, de hecho había pasado años... desde aquella cita con Hunter.

—Mami ¿Cuándo llega el señor Mike? — pregunta mi hija sacudiendo el dobladillo de mi vestido.

—Mi amor, ya viene de seguro ya está cer...— el sonido del timbre me interrumpe e inmediatamente Amalia salió corriendo hacia la puerta.

Yo la sigo y cuando la abro me encuentro con los ojos y la brillante sonrisa de Mike, llevaba una camisa azul marino arremangada a los antebrazos y un pantalón gris que lo hacía lucir tan... bueno eso no importa. Le hice un gesto para que entrara a la casa y no alcanzó a poner ni un pie dentro cuando Amalia se abalanzó a sus brazos.

— ¿Me extrañaste pequeña? — le pregunta Mike dándole un beso en su mejilla.

Ella asiente emocionada para luego mirarme esperando que yo también lo salude.

—Hola Mike— le sonrío cariñosamente.

Él me devuelve el gesto sin embargo, se acerca a mí y me rodea entre sus brazos, para luego proceder a darme un beso en la mejilla y decir —Hola hermosa.

Tratando de fingir que sus palabras no me afectaron busco el bolso de Amalia y salimos de la casa. El camino no es para nada silencioso ya que Amalia se la pasa hablando de las atracciones en las que se quiere montar y las cosas que quiere probar como: palomitas, algodón de azúcar, hot dogs, etc. De vez en cuando Mike y yo nos damos miradas de reojo con sonrisas ladeadas, ambos estábamos disfrutando del camino y la situación no era incómoda cosa que era algo nueva en nuestro caso porque la mayoría de nuestros encuentros estaban llenos de tensión.

Cuando llegamos Amalia soltó un chillido de emoción al ver todos los aparatos de luces. Puedo decir que tenía mucho tiempo sin divertirme y pasarla tan bien como ese día, estuvimos en todas las atracciones menos las que se veían un tanto bastante peligrosas y a pesar de que Amalia se molestó unos minutos conmigo por no dejarla montar en aquellos aparatos después se le pasó cuando probó el algodón de azúcar morado que le conseguimos. Cabe destacar que mi hija amaba el morado por lo que todo lo que tuviera que ver con ese color le fascinaba.

Después de estar un rato en las demás atracciones, almorzamos y nos dirigimos a casa, pensaba que Amalia dormiría en el camino, pero incluso estaba más parlanchina que antes. Me quedé un segundo mirando a Mike al volante y a Amalia hablando y una sonrisa se escapó de mis labios, fue ahí cuando me di cuenta que me encantaban los días en los que éramos nosotros tres, me sentía bien, sentía que ese era mi lugar, era feliz.

(.....)

Llegamos a la casa riendo y jugando a saltar los cuadros del piso con Amalia, cuando abrí la puerta de la casa un sentimiento extraño invadió mi cuerpo ale entrar. No entendía qué pasaba hasta que prendí la luz y unos labios impactar con los míos.

Cuando me separé de aquellos labios pude ver tu cara la cual tenía una gran sonrisa en ella, mi cuerpo se entumeció y mi cerebro se boqueó, habías vuelto, estabas aquí, por un momento sentí que estaba olvidando algo y fue cuando reaccioné.

Mike...

Volteé a verlo y no tenía una expresión clara en su rostro, de hecho no tenía ningún expresión solo te estaba mirando fijamente analizándote mientras cargabas a Amalia. Eso era algo muy particular de él, sabía ocultar muy bien sus emociones, pero cuando quería expresarse y hacerte saber algo n había nada en el mundo que l detuviera. Fue por eso que su falta de expresión clara me confundió por lo que solo reaccioné y te saludé.

—Mark...— tu nombre salió en susurro de mis labios.

Dejaste a Amalia en el suelo y te acercaste a mi volviéndome a besar, cuando rompí el beso me miraste a los ojos y sonreíste de nuevo, y traté de sonreír, pro salió más como una mueca extraña.

—Hola nena, he vuelto— dijiste rodeando mi cintura con tu brazo.

Cuando ibas a juntar tu boca con la mía te esquivé dándote un abrazo, al principio no lo respondiste, pero luego me lo correspondiste. Algo que no podía negar era que tus abrazos siempre me calmaban y me sentía segura en ellos, aspecto que no había cambiado en todo este tiempo.

Y ahí volvió la confusión, se suponía que ya tenía mi cabeza en orden con respecto a ti y a Mike... ¿Pero por qué tenía ganas de voltear y darle una explicación a Mike?

Omití el nudo extraño que se hizo en mi estómago y seguí abrazándote.

Un carraspeo nos interrumpió y fue ahí cuando me atreví a voltear y a poner mi mejor cara para presentarte al hombre que en su momento llamé el amor de mi vida.

—Oh.. Casi lo olvido— traté de disimular— Mark él es Mike y Mike él es Mark... mi novio.

La expresión de Mike siguió igual, se acercó a ti y ambos se tendieron la mano en gesto de saludo.

—Bueno... Mike gracias por acompañarnos hoy— me dirigí a él.

Pusiste cara de sorpresa y preguntaste — ¿A dónde fueron hoy?

—Fuimos a un parque de diversiones con el señor Mike, nos divertimos muchísimo Mark, paseamos por todo el parque, estuvimos en casi todas las atracciones ¡Y comí algodón de azúcar morado! — explicó mi hija con entusiasmo.

Mike cambió su expresión por una sonrisa pícara, nuestras miradas se cruzaron y en ese momento supe el motivo del gesto. Amalia no te dijo papá que supongo que era lo que él esperaba, pero la verdad es que Amalia jamás te había llamado así, yo tampoco le había enseñado a decirte de esa forma y tú tampoco lo discutías, bueno un par de veces me lo comentaste, pero y siempre cambiaba de tema.

La verdad es que ese era un miedo que tenía, por muy egoísta que esto suene... quería a Amalia para mí sola, quería que solo me viera a mí como su madre y su figura paternal. Sabía que en algún momento ella sentiría curiosidad por su padre y me sorprendía que no me lo hubiera preguntado a esas alturas, pero rezaba porque nunca lo hiciera, sentía que me la arrebataría de alguna forma si veía a una figura paterna. Tampoco quería que sufriera porque a juzgar por mi estabilidad en las relaciones, no quería que se encariñara con alguien que al final tendría que dejar ir.

Sé que estaba mal, pero así me sentía y no podía evitarlo.

—Eso es increíble mi vida, me alegra mucho que te hayas divertido hoy, pero ya es momento de ir a dormir así que despídete de tu amigo que ya se va.

Al escuchar eso te lancé una mirada amenazadora por el gesto irrespetuosos que acababas de hacer, estabas echando a Mike sin siquiera preguntarme.

—Mark...

Cuando estaba a punto de reprochar la voz de Mike me interrumpió dirigiéndome una mirada tranquila, sabía que estaba a punto de hacer una escena de rabia y quería evitara... me conocía tan bien.

—Está bien, yo ya me iba... adiós pequeña— beso la mejilla de Amalia y luego se acercó a mí para rodearme con sus brazos— Adiós princesa— susurró en mi oído para que solo yo escuchara.

Luego me soltó y desapareció por la gran puerta.

—Mark... fuiste muy grosero en echar a Mike de esa manera— musité molesta.

—Lo siento nena, pero es que quiero tener un tiempo a solas contigo, hace mucho que no te beso, hace mucho que no te abrazo y hace mucho que no tengo mi dosis de tu hermoso cuerpo— dijiste volviendo a pegarme a ti.

Las manos que antes estaban en mi cintura comenzaron a descender, pero antes de llegar a tu objetivo te detuve.

—Oye...creo que es mejor que dejemos esas cosas para mañana ¿sí?... es que estoy muy cansada y tú también debes de estarlo después de ese largo viaje.

Al principio frunciste el ceño, pero luego me diste otro rápido beso y asentiste en respuesta.

Tomé a Amalia en mis brazos y luego la bañé, cundo estuvo lista la acosté en su cama y cayó rendid apenas abrazó a su peluche.

Luego de bañarme me dirigí a nuestra habitación y ahí estabas esperándome sentad en el borde. Hiciste un gesto para que me sentara sobre tu regazo y lo hice dudando un poco.

—Te extrañé mucho preciosa— dijiste acunando mi cara entre tu manos mirándome a los ojos— estos meses sin ti fueron horribles, esperaba con ansias que el tiempo pasara lo más rápido posible para tenerte otra ve entre mis brazos y ahora que lo estás prometo n soltarte jamás.

Una expresión nerviosa se posó en mis ojos, pero la disimulé cambiándola por una sonrisa.

—Yo también te extrañé mucho Mark— respondí dejando un beso en tu labios.

—Oye... y ¿Quién era él?

Carajo... sabía que iba a sacar el tema tarde o temprano.

— ¿Quién era quién? — traté de evadir inútilmente el tema.

—Angelique no te hagas la desentendida, el hombre que estaba antes en la casa... ese tal Michael.

—Es un viejo amigo— respondí nerviosa.

Sii claro Angelique, un viejo amigo con el que te comías a besos y algo más.

—Ahhhh ¿dónde lo conociste? — indagaste más.

—En su casa... yo trabajé para su familia.

— ¿Y ustedes eran muy cercanos? ¿Hace cuánto no se veían?

Ya estabas cambiando tu expresión relajada a una tensa, sabía que querías saber más cosas sobre mí y Mike, pero no podía hablar, tenía que desviar tu atención del tema de cualquier manera y ahí fue cuando se me ocurrió una idea.

Cambié mi posición y me senté a horcajadas sobre ti, en ese momento me removí un poco y comencé a besarte lentamente, pensé que no responderías el beso, pero lo profundizaste recostando tu espalda en la cama haciendo que yo quedara encima de ti.

—Cambié de opinión... no quiero dejar para mañana lo que podemos hacer hoy— dije al separar nuestros labios.

—Menos charla y más besos— ordenaste.

Te sonreí pícaramente y me la devolviste de manera lujuriosa uniendo nuestros labios

Sabía que estaba tratando de ocultar mis sentimientos evadiendo situaciones y conversaciones, peo solo quería que mis pensamientos se centraran en una cosa a la vez y que mejor que el hombre que quería conmigo besándome lascivamente.

Exacto Angelique... el hombre que querías no al que amabas.

(.....)

3 semanas después...

Las cosas estuvieron bien, de hecho bastante bien. Mike nos había dicho para salir nuevamente con Amalia y cuando te dije no dudaste en aceptar, no te molestaste, ni te pusiste celoso ni nada, solo sonreías y me besabas.

Estas semanas salimos un par de veces, tuvimos algunas citas románticas que terminaban en jadeos en nuestra habitación. Nuestra relación estaba volviendo a donde estaba y eso me hacía feliz, pero una parte de mi seguía confundida y asustada, no estaba segura de lo que quería, pero sabía lo que me convenía y eso eras tú.

Tú me hacías feliz, eras perfecto, el mejor hombre que había conocido, eras atento, amable, el mejor novio, te preocupabas por mi...

Angelique, estás diciendo sus cualidades, no estás considerando el cómo te hace sentir y que seas feliz no cuenta, siempre debe haber algo más... una chispa.

Omitiendo el pensamiento en mi mente, me adentré en mi casa, pero me sorprendió lo silenciosa que estaba, avancé unos cuantos pasos para prender la luz y cuando lo hice me sobresalté al escuchar el grito.

— ¡Sorpresa! — gritaron todos.

Puse la mano en mi corazón para calmar el gran susto que me habían dado.

Te acercaste a mí y dijiste — Sé que no hiciste nada en tu cumpleaños y cundo mi madre me dijo que quería hacerte una fiesta sorpresa no lo pensé ni dos veces... Feliz cumpleaños mi amor.

Todavía seguía en shock, pero te acercaste a mí para atrapar mis labios con los tuyos, ahí sentí como algunos pasos se acercaban a nosotros y cuando nos separamos comencé a recibir abrazos de nuestros amigos, familia y por supuesto Amalia.

Tenía una gran sonrisa en mi rostro imborrable ¿una fiesta sorpresa? Nunca había tenido una y de verdad que me gustó la emoción que sentí al ver a todas as personas que quería allí, pero faltaba...

—Princesa...— y ahí estaba, esa bendita voz dueña mis pensamientos.

Me volteé y me encontré con los ojos de Mike, nos fundimos en un tierno abrazo y al separarnos me tendió una pequeña caja.

—Mike... no tenías que traerme nada, con que estés aquí estoy feliz.

—No lo abras todavía, hazlo cuando estés sola.

El resto de la tarde estuvimos compartiendo entre risas y anécdotas, bailamos y disfrutamos mucho, cerca de las 9 de la noche te levantaste haciendo sonar tu copa dando a entender que dirías unas palabras.

—Bueno... como algunos sabrán ya han pasado 2 años desde que tengo el honor de llamar a esta mujer mi novia— me señalaste alzando tu copa— Cuando dos personas encuentran la belleza en el amor que se tienen día tras día y abren sus corazones confiando, compartiendo y dando todo de ellos mismos el uno por el otro, cuando saben que están hechos el uno para el otro, cuando esas dos personas son una sola, se sabe que es amor verdadero... y eso es justo lo que siento por ti— te dirigiste hacia mí— Cada día te amo más, cada día me haces ser mejor persona y cada día llenas mi vida de alegría y color, es por eso que hoy te pregunto si me concederías el honor de llamarte de otra manera...

Colocaste tu copa en la mesa, buscaste algo en el bolsillo de tu traje y cuando sacaste una pequeña caja te posaste en una sola rodilla delante de mí.

Mis ojos se abrieron al mismo tiempo que mi boca, contuve el aliento sin saber con exactitud lo que iba a pasar... bueno tal vez sí lo sabía solo que no lo podía creer.

¿Estabas a punto de?...

—Angelique Bagley, me concederías el honor de hacerme el hombre más feliz del mundo... casándote conmigo— abriste la caja de terciopelo y mostraste el precioso anillo que tenía un diamante en forma de corazón en el centro— ¿Te quieres casar conmigo?

Mierda... esto está pasando... de verdad está pasando... me estabas preguntando si yo quería... si yo quería...

No podía hablar, tenía la garganta seca, ni siquiera sabía qué decir, qué sentir.

¿Cómo se reacciona en estos casos?

Di algo Angelique... lo que sea...

—Sí.

La cagaste

No sé con certeza en qué momento colocaste el anillo en mi dedo y estampaste tus labios con los míos, tampoco supe cuando nos separamos y luego estaba rodeada por varias personas que me abrazaban felicitándome.

Mi cuerpo estaba ahí pero mi mente estaba bloqueada, ni siquiera se encontraba allí, estaba vagando por el espacio buscando una explicación a lo que acababa de pasar.

No fue hasta que una mano me arrastró hasta el patio que mi mente regresó a mi cuerpo, entonces vi los ojos sorprendidos y llorosos de Mike.

—No te cases con él.

— ¿Qué?

—Que no te cases con él, no te puedes casar con él, tú no lo amas... nosotros... nosotros no hemos tenido tiempo... Angelique por favor no te cases con él.

No entendí porque mis ojos se humedecieron en ese mismo instante, pero sabía que nada de las cosas que dijera serían las correctas.

—Mike, sabes que no hay un nosotros... yo...

Una lágrima traicionera bajó por mi mejilla y él la limpió pasando su pulgar por mi mejilla en el momento en que acarició mis mejillas y juntó nuestras frentes.

—No le haré caso a nada de lo que digas ahora... te espero a las 12 en punto en la Torre Eiffel, si no vas entenderé el mensaje y me alegaré de ti... lo prometo. Pero si vas es porque los sentimientos son mutuos y no olvidaste nuestra historia, si vas es porque me sigues amando y quieres que tengamos nuestro final feliz.

Te separaste de mí y te perdiste entre las puertas del lugar, quería llorar a mares y esconderme en una cueva para que nadie me encontrara.

—Ahí estás, te estaba buscando— me abrazaste por detrás— ¿está todo bien?

Me volteé y fingí la mejor de mis sonrisas y asentí besando tus labios.

—Ya se van todos, quiero tener tiempo a solas con mi prometida.

La palabra resonó en mi cabeza haciendo que un sentimiento de culpa se instalara en mi interior.

(.....)

Las horas pasaron más rápido de lo que me gustaría, pensé, pensé y pensé.

Pensé en todas las posibilidades que tenía si tomaba a decisión de quedarme contigo, así como también las posibilidades de irme con Mike.

Amalia también era un factor muy importante, debía pensar en ella y e o mejor para su vida. Mis sentimientos estaban revueltos y no quería pensar ni sentir. Solo quería que cuando tomara una decisión la espina de mi corazón que dolía en mi alma cesara y el dolor acabara.

El reloj marcó las 12 en punto, limpié las lágrimas de mis ojos y tomé un profundo respiro, fui al baño me miré en el espejo, mi cabeza tenía una decisión tomada, pero mi corazón tenía otra.

Todos estos años había tomado decisiones en base a mis sentimientos y lo que mi corazón me dictaba. Nunca le había hecho caso a mi mente y por primera vez lo haría, fue por eso que me puse mi abrigo, agarré las llaves de mi auto y manejé hasta el lugar de encuentro.

Cuando estacioné mi auto pude ver a lo lejos la silueta nerviosa de Mike, miraba a los lados esperando verme, dudé unos segundos antes de bajare del auto, pero tomé una larga respiración, contuve las ganas de llorar y me bajé.

Mientras caminaba mis piernas temblaban diciéndome que retrocediera, pero ya era demasiado tarde, ya estaba ahí y estaba a punto de hacer lo correcto ¿verdad?

La mirada de Mike se encontró con la mía y una sonrisa aliviada se posó en su rostro mientras que yo aparté la mía casi instantáneamente, se acercó a mi y m rodeó entre sus brazos diciendo— Sabía que vendrías, sbía que no estaba equivocado, sabía que tu amor por mí no se había acabado.

Pero al ver que no le correspondí e abrazo se alejó un poco y me miró con rostro preocupado.

—Princesa ¿qué pasa? ¿Por qué tienes esa expresión en tu rostro? ¿Por qué no me estás mirando?

Ok, aquí vamos...

—Mike... lo siento, pero los sentimientos no son mutuos, yo te amé una vez hace muchos años, pero eso fue en quel tiempo, ya esos sentimientos murieron... yo ya no te amo.

—Estás mintiendo... ni siquiera me has mirado a los ojos desde que llegaste lo que significa que mientes.

Subí mis ojos a los suyos y pude ver la súplia y tristeza que había en ellos. Tenía miedo de mirarlo a los ojos porque si lo hacía, miraría su alma y esta me cautvaría de tal manera que no me permitiría soltarlo, me arrojaría a sus brazos y lo besaría hasta que nos quedáramos sin aliento, fue por eso que no lo hice y me limité a mirarlo a su cara.

—Mike, no estoy mintiendo, me duele lastimarte y me mata decirte esto, pero lo que sentí una vez no lo puedo sentir de nuevo, lo siento Mike, pero ya no puede haber nada entre nosotros.

Contuve el nudo que había en mi garganta y traté de concentrarme en otras cosas para no derrumbarme a llorar en ese instante.

—Angelique... ambos sabemos que es una completa mentira, tú me amas, lo he visto en tus ojos durante estos meses que pasamos juntos, ambos sabemos que nunca nos dejamos de amar, no sé a qué quieres llegar, pero no haces nada mintiéndote a ti misma y reprimiendo tus sentimientos.

—Mike, ya te dije que no estoy mintiendo. Ambos hemos sufrido mucho este tiempo y ambos sabíamos que no iba a funcionar cuando estábamos juntos, ambos sabemos que todo se terminó el día que nos separamos. Tal vez las palabras que dijiste si fueron ciertas y eso está bien porque no podíamos seguir fingiendo sentir algo que no sentíamos.

— ¿Me estás diciendo esto por lo que pasó aquella noche en la que lo jodí todo? ¿Estás haciendo esto como un tipo de venganza o algo así? ¿Nunca me perdonaste en realidad?

—No me estoy vengando de ti Mike, yo solo ya no siento lo mismo es simple. Sé que creías que podíamos volver a amarnos, pero no es así... pero podemos ser amigos, nosotros...

—No... ¿Cómo me pides que sea tu amigo cundo mi corazón te ama tanto? ¿Cómo me pides que sea tu amigo cuando conozco el sabor de tus besos? ¿Cómo carajos me pides que sea tu amigo si la única manera en la que yo quiero tenerte es siendo completamente mía?

Sus ojos se llenaron de lágrimas y comenzaron a escaparse una que otra, al verlo mi corazón se partió en pedacitos, pero debía seguir, tenía que terminar con esto.

—Entonces si no podemos tener una amistad... entonces no te puedo ofrecer nada más.

Lo estás jodiendo todo Angelique... lo estás echando todo a perder y lo sabes.

—Angelique... por favor no me hagas esto, por favor te lo suplico... deja de decir mentiras...admite lo que tu corazón siente y permítenos ser felices... déjame amarte mi amor... por favor no hagas esto.

Maldita sea ¿por qué duele tanto?

Solo me quedaba jugar mi última carta, una que sabía que lo terminaría todo.

—Si no puedes tomar mi amistad ni la verdad de mis palabras entonces te pido que te vayas y me dejes tranquila.

Me miró incrédulo y se limpió las lágrimas de sus ojos.

—Bien, si es lo que quieres lo haré... pero solo quiero que sepas que la única que se creyó lo que acabas de decir eres tú porque yo jamás lo haré— se acercó a mí y tomó mi rostro entre sus manos alzándolo para que nuestras miradas se encontraran por primera vez en todo este tiempo— Angelique Bagley, fuiste eres y siempre serás el amor de mi vida... mi princesa, mi reina, mi todo.

Dejó un beso en mi frente, dio media vuelta y se fue.

Detenlo Angelique... dile que se quede... dile que lo amas y que también es tu todo... díselo ahora o lo perderás para siempre.

Pero no lo hice, mis pies se quedaron estáticos plantados en el suelo, las palabras que había dicho contradecían a mis pensamientos porque mi mente rogaba que no se fuera, pero mi boca se lo había ordenado.

El dolor que antes sentía en mi pecho se volvió más fuerte y supe que hbía tomado la decisión equivocada.

Corrí hacia mi auto y cuando entré golpeé el volante con furia, las lágrimas salieron casi al instante como torrentes de una cascada sin intenciones de parar.

Se supone que estaba haciendo lo correcto, se supone que era lo que tenía que hacer para ser feliz contigo ¿pero eso era lo que de verdad quería? ¿Por qué no se sentía así?

Porque acababa de echar a mi verdadero amor, porque la persona que consumía mis pensamientos, la persona que de verdad era mi felicidad, se había ido para siempre por mi culpa.

Y ya no volvería jamás.

💙💚💜❤️🧡

Instagram: mily_rosss

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro