This is me (11)
Su hermano lo miraba con ojos grandes, llamativos y lo más importante, asombrados y con una extraña felicidad e ilusión.
- ¿Eso es todo? ¿Es en serio? Pero si fue bellísimo.
- Iugh... Que asco... Álex, por dios, ¿Qué demonios estás diciendo?
- Que tampoco es para tanto... Te dio un pequeño empujón para que ambos estemos podridos para nuestro palacio- dijo aquella con una sonrisa de oreja a oreja como si aquello fuese normal o algo así, porque para Keenan no lo era.
- Álex, no, eso no tiene ningún sentido, nadie debe saber que estuvimos en esa fiesta.
- Nuestros padres seguro que ya lo saben y estarán deseando remarcárnoslo durante la cena.
- Pero jamás sabrán que me besó un hombre, me niego, no se lo digas.
- Oh, parece que ya sé con qué salirme con la mía- sonrió con malicia- Si tu no dices que quiero ser mujer, y me tratas como tal mientras estemos lejos de nuestros padres o en nuestro cuarto, yo no diré que te besó un varón.
- ¡Eso es injusto!
- Pues hablaré de cierto detalle en la ce. . .
- ¡No!- gritó- ¡Está bien! Está bien, lo haré, te trataré como mujer cuando no estén nuestros padres...
Sonrió ampliamente y lo abrazó dándole las gracias.
- Ugh... De acuerdo, como sea...- apartó la mirada y bufó pesado.- T-Tenemos que ir a cenar...- ella se rió en respuesta, se escondió el cabello como siempre, en un moño en una peluca de pelo corto; y después se separó de él para acomodarse y ponerse unos zapatos que no le apretasen tanto los pies, se giró a ver a su hermano, vestido como un noble hermoso, con tonos blancos y dorados; y ambos salieron hacia el comedor, donde los padres de ambos, al verlos llegar, permanecieron impasibles, pero en sus ojos se podía ver perfectamente que estaban furiosos, tanto que al padre se le notaba marcada la vena en el cuello y en la sien.
- Buenas noches...- sonrió Álex antes de sentarse en la silla, pero al ver los rostros de sus padres se abstuvo de hacerlo y miró a sus padres sin una expresión concreta.
- No son buenas, en realidad.- habló el padre con un rugido aterrador, casi siendo una amenazante siseo de advertencia.- ¿Qué significa que os escapaseis del castillo y os fuerais al palacio de un desconocido?
- Ellos nos invitaron- habló Álex ahora con total seriedad en su rostro- Antes de irse, al cancelar el casamiento, ellos nos invitaron a la fiesta, nosotros fuimos por no cometer el error de negarnos a un reino, además, ellos merecían una disculpa por ser malos anfitriones.
- ¿Malos anfitriones? ¡Ellos son un reino arrogante y descarado!
- ¡Nosotros somos las mentes cerradas que no supimos cerrar la boca cuando debíamos hacerlo!- exclamó Álex apoyándose en la mesa para dar una postura enfurismada.- ¡Su reino no tiene la culpa de nada! ¡Somos nosotros los que tenemos que pedir perdón por hacer las cosas terriblemente mal!
- ¡CÁLLATE INMEDIATAMENTE!
- ¡NO ME DA LA REAL GANA!
Los dos se quedaron callados, la mujer y el hijo menor palidecieron ante aquellos gritos y tragaron saliva, eso no acabaría bien... Antes de que su padre volviera a gritar, Álex tomó valor y la palabra de nuevo para evitar que siguieran los gritos mandando callar, no lo haría. No lo haría más.
- ¡Somos un reino terrible y mal manejado! Eres un hombre que solo quiere el poder para él, te crees un dios solo por ser un rey, y eso no es verdad, todo es mentira, tu no eres un buen rey, los buenos reyes no extorsionan al pueblo, ni lo dejan muerto de hambre; los buenos reyes ayudan a su gente y no los dejan morir por epidemias, por hambre o por guerras estúpidas que solo nos hacen perder dinero. ¡Un buen rey es aquel q. . .-!
No pudo continuar, por al enfrentar a su padre cara a cara, este le dio una bofetada que resonó en todo el comedor y después lo agarró del pelo para obligarlo a levantar a la fuerza, por lo que Álex se agarró a su brazo para que no le quitase la peluca, pero fue muy tarde, porque varios mechones se le escaparon, y por el forcejeo, además del zarandeo que le dio, lo arrojó finalmente contra el suelo, quedándose con la peluca en la mano, revelando su cabello largo, lacio, suave, rubio y brillante. Los ojos del padre se salieron de sus órbitas al ver la peluca que tenía en la mano, y después sus ojos se enfocaron sobre el cuerpo de su hijo arrojado en el frío suelo y en los largos mechones de pelo que este poseía. Posteriormente vio como el hermano menor inmediatamente se interponía cuando sus ojos se inyectaron en una rabia, ira, asco y nauseas terribles. La madre se llevó las manos a la boca y negó con la cabeza mientras algunas lágrimas se escapaban de sus ojos, así que Keenan se puso en medio cuando el padre avanzaba a pasos terroríficos hacia su hermano y desenvainó su espada apuntando al padre. Dispuesto a atacar si hacía daño a su hermana. Ella se levantó del suelo, tomó el brazo de su hermano y tiró suavemente del mismo. El padre aún con sus ojos desorbitados miraba con un terrible asco hacia los dos hermanos, un nauseabundo ácido subió por su garganta, pero se quedó allí, dando una sensación terriblemente asquerosa, junto con una mueca. Keenan guardó la espada una vez su amenaza silenciosa quedó clara y tomó la mano de su hermana con un fuerte apretón lleno de sentimiento, después se marcharon de allí directos hacia su habitación, sin ni siquiera sentarse a cenar; una vez allí la puerta se cerró con un portazo que removió el cuarto, donde Álex, por la adrenalina, el miedo, y muchas otras emociones empezó a sollozar. Keenan se quedó perplejo al escuchar el llanto y después la abrazó con fuerza.
- Álex, ya, ya está, no llores... por favor...- acarició su cabello, intentando calmarla.- Ya está...
- No puedo... No puedo... Keenan, por favor...
- Álex... Ya está, estás a salvo... Tranquila... no te hará nada...
- Va a matarme...- sollozó contra su hombro.
- No lo hará, primero tendrá que pasar por encima de mi cadáver...
Ella siguió llorando por varios minutos más, hasta que después de tantas palabras reconfortantes, su hermano logró calmarla.
Pasaron una semana durmiendo todas las noches los dos hermanos juntos en la misma cama, y una de las mañanas después de todo lo que les había pasado a ambos, no solo a su hermana, se la pasaron en la habitación, mentalizándose sobre el futuro próximo que los esperaba.
Los padres no solo le habían arrebatado el título de heredera a Álex solo por su cabello largo, sino que lo trataban con inferioridad y casi como si fuese peor que un hijo bastardo, peor que una mujer, peor que a los pobres hombres que sufrían enfermedades que les dejaban sin posibilidades para moverse, hablar, oír o ver... Sus padres habían visto su cabello largo, y la trataban inferior por ello, por ende, ya no hacía falta mentir más con una peluca corta a pesar de haberlo intentado muchas veces, a pesar de haber intentando volver a ser el principe, hacer lo que ellos querían, cualquier cosa, pero ninguna de ellas dio resultado positivo, Álex no recuperó su título de heredera; así que se vistió con el más bello de los vestidos que tenía, una realmente llamativo y hermoso, un vestido rosado con zonas moradas, una larga cola que le daba poderío y realzaba su figura, con un escote que rellenó con ropa interior para marcar un escote realmente grande, junto con zonas semitransparentes en sus brazos, sus manos con guantes de seda rosadas hasta la muñeca, y finalmente, una pequeña corona decorativa que le robaron a la madre para resaltar que aquello era una total revolución para mostrar que ella era la princesa heredera, y sobretodo que ella sería la reina. Su hermano la peinó por casi media hora, retocando todos los detalles para que la corona fuese totalmente visible y encima resaltase su fuerza y sus ganas de comerse el mundo, ella se maquilló, hermosa y perfecta, y cuando estuvo lista, inspiró profundamente. Si sus padres no lo trataban con el respeto que merecía, entonces les daría una razón y una revolución desde dentro de la propia familia para que si o si aceptasen que ella era ella y no la iban a cambiar por más que le quitasen el derecho a ser reina.
Su hermano se vistió también, se alistó con un pantalón oscuro azul marino, una chaqueta elegante azul un poco más claro, un celeste, con hombreras doradas decoradas con flecos, junto con una faja roja en su cintura que le daba el toque perfecto y ambos salieron de la habitación uno al lado de la otra, fijos, firmes, todas las criadas y sirvientes que los vieron jadearon al ver a los príncipes, se apartaron dejándolos marchar con total libertad, asombrados por las ropas de Álex, pensando que era una broma, pero su mirada orgullosa y su cabello suave y lacio estaban orgullosos de estar allí caminando como lo estaban, demostrando con sus miradas decididas que mostraban más que nada que aquello no era una broma ni un juego de niños. Dirigiéndose a la sala del trono en la que el padre tenía una importantísima reunión a la cual le dijeron que molestasen lo menos posible, porque era una posible propuesta de matrimonio, y como no tenían derecho de atender a su propio matrimonio, debían quedarse fuera, igual que la madre, quién, en este caso estaba dentro del cuarto, al lado de su marido, pero con la obligación de no decir nada al respecto, pues no tenía ningún derecho de hacerlo según su majestad. Abrieron una puerta cada uno, sorprendiendo a los padres por el abrupto golpe y allí, los ojos de la princesa se abrieron con sorpresa.
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¿Soy la única que mientras estaba leyendo/escribiendo/corrigiendo el capítulo estaba flasheando con la canción de "This is me"?
¿He sido la única?
¿Si, verdad?
XDDDD
En fin...
AHORA SI SE VIENE LO CHIDO
La mejor parte de la historia viene ahora ewe
Ya verán, ya verán ewe
Solo digo que la historia acaba de empezar y ya estamos en el capítulo once, así que imaginen ewe
¿Qué creen que pasará ahora? ------------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto, y nos vemos en el próximo capítulo.
Bye~
By Ecchisforlife
[1752 Palabras]
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