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Nostalgia, deseo, ansiar, anhelar (14)

Y cuando tomó su mano para llevarla junto a él, el tacto suave de sus manos, a pesar de estar magulladas, sucias, llenas de heridas, hematomas y lesiones, a pesar de los callos, el tacto de sus manos fue tan dulce que no pudo evitar sonreír inconscientemente por aquello, un tacto nostálgico que cristalizó sus ojos.

- ¿Qué no estoy cuerdo?- lo miró fijamente pretendiendo hacerse el ofendido.

El otro lo miró, aunque Álex no fue capaz de ver su mirada, sus ojos cristalizados y ella mordiéndose el labio haciendo un intento de calmarse rápido no le permitieron ver la mirada frustrada del otro después de el chico más bajo que ella, el hombre que estaba en la celda de enfrente, clavase sus ojos sobre los del otro. En realidad el hombre era más bajo de estatura, pero no parecía haber ningún inconveniente en poder tomar las riendas de la conversación o la dominación en una amistad como la que parecían tener aquellos dos señores.

- Si, bueno, me voy, me voy...- rodó los ojos y se fue con un grupo de gente.

En cambio ella se quedó allí petrificada, ahora dejando escapar un pequeño sollozo, el hombre la miró sorprendido por el sonido y tomó sus manos para acompañarla hacia una zona más privada de los jardines del reino, un lugar que Keenan y ella tenían como su lugar secreto cuando eran pequeños. En el reino había muchísimos árboles, pero desde luego su lugar favorito era aquel en el que un enorme árbol había creado una especie de cueva con dos entradas, las raíces grandes habían reventado el muro y lo habían reemplazado con el tronco, y quizás hacía dos o tres metros de altura, con entradas disimuladas por als ramas y las hojas de los otros árboles, un lugar secreto solo conocido por aquellos dos hermanos, pero... también por aquel hombre que la acompañó para que se sentase y se arrodilló delante de ella, después miró alrededor para que nadie pudiera verlos o por si alguien los había seguido.

- ¿Qué pasó, su majestad?- preguntó limpiando las lágrimas que se escapaban por sus ojos, viendo su vista borrosa y perdida.

- Lo lamento...- sollozó ella después de unos minutos- Lo lamento de verdad...- viendo que no cesaban las lágrimas arropó a la chica en un abrazo y la apoyó contra su pecho.- Lamento entorpecer su trabajo...- lloró amargamente aún apoyada en su pecho.

- Tranquila, pequeña, llora lo que necesites... Entiendo el estrés y la ansiedad por la que estás pasando... Ser esclava en tu propio reino debe ser duro... Que todos te miren por vestir hermosa en tierra de esclavos...

- No, no- sollozó mientras negaba con la cabeza sin separarse- No es eso, no lo es...- negó ahora separándose lentamente para ver su único ojo visible.

- ¿Entonces qué sucede, cariño?- lo vio morder su labio después de decir esa palabra y sus ojos dieron una disculpa.

- Su tacto, el tacto de sus manos...- ella tomó las manos del hombre, este la miró sin entender nada- ... se que no es posible...- negó con la cabeza- pero...- lo miró aún con restos de lágrimas en sus ojos- ¿Nos hemos visto antes en algún momento?

- ¿Por qué crees eso?- preguntó sorprendido, con los ojos dilatados.

- Tengo la impresión de que he hablado con usted antes... o al menos que he tomado sus manos, o escuchado su voz...- ella se mordió el labio- Lo siento por decir barbaridades, pero de verdad que tengo la impresión de... conocerlo de algún lado...

Cuando elevó la mirada para ver el rostro del hombre, su ojo visible se encontraba cristalizado y una tímida lágrima recorría su mejilla sorprendiendo a la princesa de nuevo por esa reacción de llorar. Se limpió la cara con la ropa y apretó los labios inspirando profundamente para serenarse y no llorar. Tragó saliva sonoramente, después volvió a mirarla y sonrió mientras sus ojos se cristalizaban otra vez.

Eras muy pequeña para recordarlo...- musitó con un susurro que parecía estarle revelando un secreto.- Tenemos que juntarnos al grupo antes de que nos descubran escaqueándonos del trabajo...

- U-uh, D-De acuerdo...- ella se levantó siguiendo el ritmo del hombre que ya se levantó tirando de su mano para salir de aquellos matorrales que conformaban las raíces del árbol, siendo una cabaña secreta natural. ¿Por qué tanto su compañero de celda como ese hombre no paraban de decir eso? ¿Había pasado algo cuando era pequeña?- A propósito... ¿Cómo os llamáis vos?

Él la miró y sonrió un poco.

- Lamento mis malos modales, olvidé presentarme como es debido...- soltó su mano y se alejó un paso para dar una reverencia- Me llamo Silver...- Se levantó de nuevo para dejar la postura tomada anteriormente.- Tú compañero de celda... Su nombre es Kenai...

- Gracias...

- ¿Uh?

- Gracias por decirme su nombre... Es intimidante, me daba miedo preguntar.- escuchó una suave risilla que le causó otro sentimiento en el pecho lleno de nostalgia, le gustaba su risa.

- Puede que se vea algo intimidante por su constitución fuerte y musculosa, pero es un osito de felpa que no haría daño a nadie.- tomó una cesta que había en un cobertizo diminuto, el cual estaba lleno de cestos, era el mismo lugar que sus padres le dijeron a su hermano y a ella que no abrieran nunca...- Ven... Recogeremos la cosecha de frutos del bosque, en estos días del año deben estar sabrosos...

- E-está bien...

Cuando atardeció los grillos y las cigalas empezaron a sonar entre la maleza, todos los criados y esclavos regresaron al punto de inicio de dónde salieron, cargando con grandes cestos llenos de frutas, madera para calentar el agua o las hogueras de palacio, sucios de trabajar en la mina del palacio extrayendo oro, plata, entre otros materiales, todo lo que recogieron fueron obligados a llevarlo a las cocinas, en caso de la comida, o a su debido lugar en caso de los otros materiales. Álex por primera vez estuvo en las cocinas del reino desde que tenía cinco años, a su lado, la figura del chico de cabellos desaliñados la esperaba en el umbral de la puerta. Ambos regresaron junto a los esclavos, quienes fueron encerrados de nuevo, y, en el caso de Álex, su vestido bastante rasgado por las zarzas y las plantas fue roto y cortado por uno de los guardias, el mismo que intentó antes "enseñarle modales" , por lo que se le fue arrebatado el vestido y fue destruido con un incendio controlado que la dejó totalmente desnuda de no ser porque tenía su costumbre de llevar siempre aquella "ropa interior" para protegerse de los pantalones y dado a su comodidad no se lo quitaba solo para cambiarlo, lo cual causó una gran rabia e impotencia que hizo soltar algunas lágrimas a Álex. La ropa que tenía ahora era un par de prendas rotas, telas sucias, trapos de limpiar que no se habían dignado a lavar. Cuando entró en la celda la impotencia, la rabia por haber sido humillada de esa manera pudo con ella y empezó a sollozar, rápidamente abrazada por su compañero de celda, quien acarició sus cabellos y por alguna razón besó su frente con el único motivo de calmarla.

- Álex... pequeña... no llores por favor...- pidió con voz calmada y las cejas encarnadas con preocupación, lo miró al rostro, por un momento se dio cuenta de algo, ese hombre se parecía a Keenan cuando se preocupaba por ella y la abrazaba... físicamente... al menos facialmente... se parecía a su hermano, debía ser que lo echaba de menos, solo eso...

Él le prestó una de sus prendas para poder cubrirse mejor que con solo unas telas, ahora llevaba una chaqueta que le quedaba algo grande y estaba bastante holgada, casi como un camisón, podría pasar por vestido, sonrió un poco, no tenía un color bello, estaba sucio, roto y le quedaba grande, no le marcaba la cintura, ni mucho menos le quedaba bien, pero en ese momento le parecía lo más lindo que había llevado nunca, más que un vestido, más que cualquier vestido que haya podido llevar...

- Puede que no sea un vestido de seda, pero...

- Muchísimas gracias...

Kenai la miró fijamente y después sonrió al ver aquella mirada tan feliz, aquellos ojos tan brillantes y aquella sonrisa perlada y perfecta.

- De nada...- sonrió también.

Desde la otra celda, el hombre sonrió enternecido por la escena y deseó tanto estar en la misma celda que ambos... Desearía tanto poder estar con ellos...

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Algo random: ¿Saben lo fastidioso que se me hace cuando tengo el texto escrito en el documento del Word y en el Drive todo bien presentado y justificado y ahora pasarlo al Wattpad y que esté todo sin justificar y todas las líneas sean desiguales?

¿A quién más le pasa? ------------------------->

Espero no ser la única :"3

Ahora si, comentario de la historia y de este capítulo:

¿¡Qué carajo está pasando ahora mismo!?

Ya lo sabremos ewe

Lo sabremos muy pronto ewe

Dolerá y hará a llorar a la gente, seguro, pero ya lo verán, es bonito :"3

Y doloroso xdddd

en fin...

Espero que este capítulo os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo

Bye~

By Ecchisforlife

[1537 Palabras]

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