Salieron al exterior, donde había un hermoso patio decorado con una fuente central, una barandilla de tamaño medio, hasta la cintura o similar de mármol y la luz de la luna y las luciérnagas, junto con las luces del interior eran los únicos puntos de luz que había en aquel patio en el que se resumía todo en intimidad para las conversaciones de negocios o para las parejas.

- ¿No está interesada en el matrimonio usted tampoco? ¿Verdad?- musitó caminando al lado de la fuente y mirar el agua cristalina que brillaba por la luna.

- B-Bueno... Si me permite ser sincera, la verdad es que no tengo ningún interés en casarme.

- ¿Estás comprometida entonces?

- Se anuló el casamiento, la familia invitada me rechazó por el carácter de mi padre...

- Ya veo... ¿Cuál es su apellido, querida?

- A-Ah... Y-Yo...- apartó la mirada y tragó saliva- Yo... ah... A-Alexandra...- su mente intentó crear un apellido rápido para poder mentirle, pero para tampoco podía ser un apellido descabellado, porque bien podría notarse que era una mentira, o un apellido demasiado común, porque podría coincidir con algún otro reino...- A-Alexandra L-Line- casi dijo sin pensar mucho en la complejidad del apellido que se habían puesto como excusa y después palideció, pero no se vio, pues estaba de espaldas a la luz y su cara no era vista, también porque se alejaban de la luz, hacia la barandilla de mármol blanco.

- ¿El reino Line? Lo lamento querida... No lo conozco... ¿Dónde se encuentra?

- E-Es un r-reino pequeño... No es muy conocido... E-es un pueblo cercano al famoso río de gran caudal y con torrentes de agua incontrolables...- Christian asistió con la cabeza ante aquella falsa explicación, pobre, recorrería el río entero solo para buscar su palacio... un falso castillo que no existía.

- Me encantaría conocer tu palacio, aunque si rechazaron tu casamiento por el carácter de tu padre, no sabría decir si sería muy bienvenido allí.

- He de confesar que he venido aquí sin que mis padres lo supieran.

- Oh... ¿Eres hija única?

- E-eh... p-pues... Verás... Y-yo...

- ¡Alexandra!

Álex se tensó y se puso firme, después buscó alrededor, rápidamente fue reprendida por su hermano pequeño por el avambrazo que casi se la llevó arrastrando al interior de la fiesta alejándola del príncipe castaño oscuro.

- ¡Princesa...!- llamó el castaño bastante sorprendido por aquel acto de agresividad- ¿¡Podré volver a verla!?- insistió aunque sabía que ella ya estaba muy lejos para oírlo o para contestarle.

- ¿Keenan, que diablos te pasa?

- Nos largamos de aquí, ya.- ella se quedó en blanco y bastante sorprendida por aquella respuesta tan agresiva que había dicho, ni siquiera se había dado cuenta de que los miraron mal por su forma de hablar tan informal y furiosa.

- ¿Qué ha pasado?

- Nada.- y después de avisar al cochero le entregó la mano para entrar en la carroza sin darle oportunidad a negarse, después pasó él y cerró la puerta con tanta fuerza que sacudió el interior entero.

- ¿Keenan, qué ha pasado?

- El príncipe Ryan está enfermo.- abrió los ojos sorprendida por lo que dijo y la forma en la que lo dijo.

- ¿Qué? ¿Perdón? ¿Enfermo en qué sentido? ¿Qué te ha hecho?

- Ese maldito pensó que era una estúpida mujer o algo, porque me sujetó de la cintura. Por dios, eso es realmente asqueroso, ¿Cómo puedes aguantar que te sujeten así y no sentirse inferior?

Álex empezaba a entender que había pasado, pero le faltaban algunos detalles.

- No me molesta, de hecho, Ryan White me ayudó a superar parte de mi miedo a bailar.

-Al menos a ti no te alejó de todo el maldito mundo y te besó.

Oh, ¿Así que era eso es lo que había pasado?

- ¿¡Qué el príncipe Ryan qué!?- abrió los ojos en shock y después parpadeó incrédula.- ¿Y me separaste de ese chico en mitad de una conversación solo por eso?- Keenan la miró fijamente con una expresión poco concreta en su cara.

- ¿¡Un varón me besó cuando eso está pecado por la iglesia y a ti te importa más una conversación con un chico que acabas de conocer!?- bueno, la verdad es que en eso sí tenía un punto, pero tampoco es que le diera mucha importancia a la primera parte, prefería darle importancia a la segunda parte de la exclamación.

- Era amable y tenía unos ojos bonitos.- se encogió de hombros sonriendo un poco al recordar el color marrón chocolate negro de sus ojos y el brillo que había en ellos cuando hablaban.

- ¿¡Te des cuenta de lo que estás diciendo!? ¡Álex, eres un varón!- lo sacudió tomándolo por los hombros.- Todavía estás hablando como mujer, y estás hablando de un chico como si fueses una mujer.- Le acababa de estampar la realidad en la cara, pero no iba a permitir que le afectase, prefería seguir en su mundo fantasioso en el que estaba metida- No lo eres.

- ¿Y eso por qué?- contestó con malas maneras, más que nada porque su tono de voz sonó borde- Keenan, hermanito, deja ya de decir que no lo soy, soy solo lo que yo quiera ser mientras me vista como yo quiera ser.- Estaba inspirada con frases románticamente arrogantes, le gustaba estar inspirada desde luego...

- ¿Pero qué demonios estás diciendo ahora? Que te tienes que casar antes del año que viene y ahora estás diciendo tonterías revolucionarias.

- No son tonterías, estoy a gusto con los vestidos, estoy a gusto cuando me abrazan por la cintura para bailar, aunque todavía me equivoque algunas veces con los pasos, me siento a gusto cuando me hablan de la misma manera como estoy vestida.- sonrió un poco como si hubiera logrado convencer a su hermano- ¿No me ves? Nadie ha sabido que era yo, y he conocido a alguien increíble que desde luego estaba ansioso por conocerme. Me gustó hablar con él, es amable y tiene una sonrisa tímida encantado. . .

- Álex, cállate, por dios...- oh, pues no, no lo había convencido tal y como pensaba que había hecho, hora de sacar la artillería pesada.

- ¿Por qué? ¿Te incomoda?- La arrogancia, prepotencia y su mandato como hermana mayor.

- Mi hermano mayor fingiendo ser una mujer, hablando de un chico que acaba de conocer como si fuese alguien genial, fingiendo un tono de mujer... Pues sí, la verdad es que sí que me incomoda, y mucho.

- Pues acostúmbrate, porque me gusta ser una mujer.- se cruzó de brazos como si hubiera conseguido la victoria en aquella discusión.

- Ah, no, no, no... Álex no voy a permitir que hagas eso.

- ¿Hacer qué?- sonrió ampliamente al ver que su hermano por fin había entendido sus intenciones, definitivamente había conseguido la victoria.

- Revelarte a nuestro padre con un vestido puesto.- había dado justo en el clavo.

- ¿Qué?- se encogió de hombros ahora con una sonrisa triunfal- Tú serás el heredero, podrás acceder a todos los archivos que quieras, podrás leer todos los libros de la biblioteca sin restricciones, serás la persona importante, gobernarás el reino, serás tú el que vaya a los eventos importantes, a ti te gusta más seguir las normas que a mí, te gusta más aprenderte los textos que a mí, tu eres igual que nuestro padre, yo odio tener que fingir ser alguien que no soy, porque yo no quiero ser el heredero de un reino absolutista y católico que a la mínima que se intenta hacer algo con un mínimo de sentido como en el reino de White, la iglesia empezará a moverse y reclamarte para no quitarle unas autonomías y unos derechos, que no merecen porque son unos corruptos que solo lavan el cerebro de la gente.- De acuerdo, la conversación estaba de su parte con una victoria magistral para él, pero ahora se sentía mal al darse cuenta de cómo era su reino, solo había atado cabos, y se había dado cuenta de que su reino no era como él pensaba... por lo que ahora sollozó con impotencia- No quiero ser la reina de un mundo así, no quiero gobernar el reino al que más odio y asco le tienen por estar tan atrasado y ser tan autárquico.- bajo la miraba con las manos en el pecho- He tenido que mentirle a Christian para que no supiera que soy un príncipe que gobernará ese maldito mundo podrido como lo es nuestro reino.- se limpió las pequeñas lágrimas que emergieron de sus ojos- Por eso quiero ser una princesa... Porque no tengo que preocuparme de nada más que saber darle hijos varones a mi señor, o, como tendría que ser, a mi marido, pero no, porque no tengo derecho a llamarle marido, porque él es mi señor, y él solo me poseé como un objeto más que puede tirar como si no tuviera ningún valor.- ahora se tapó la cara y empezó a llorar.

Keenan se quedó en silencio, se mordió la lengua y después abrazó a su hermano.

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Puede que muchos hayan leído el capítulo pensando que alguien besaría a Álex, PERO NO JEJEJEJEJEJEJEJEJ ewewewewewewe

Okey, perdón :"3

Si, el príncipe Ryan besó al homofóbico, transfóbico y amargado hermano pequeño de Álex

A partir de aquí las cosas se pusieron intensas y se salieron de madre ewe

Agarrense bien los calzones porque se les van a escapar corriendo si se distraen ewe

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto, y nos vemos en el próximo capítulo de la historia

Bye~

By Ecchisforlife

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