SEPTIMO DIA DE NAVIDAD
31 DE DICIEMBRE
Los días pasaron y pronto llego la fecha donde debía salir toda la noche para así traer algo de dinero extra a su casa, no le daba orgullo hacer esas cosas pero la vida la había tratado tan mal que no dudaría en conseguir dinero así sea de aquella forma.
La tarde había caído rápidamente y ella se encontraba arreglándose para su otro trabajo. Un empresario de renombre deseaba sus servicios para aquella noche y ya le había pagado por aquello, muy bien debía de admitir.
Tom la observaba desde su cama, ella estaba pidiéndole opinión sobre la ropa que usaría, accesorios y maquillaje. Por supuesto era algo que le desagradaba pero tampoco quería admitirlo, al menos disfrutaba de una buena vista de vez en cuando.
-Lo que te pongas te quedara bien. No se para que me preguntas tanto –Le dijo observando hacia la ventana.
Hacía ocho días que estaba con ellos y comenzaba a creer que la muchacha no veía lo que él quería que viera en él.
-Gracias –Le dijo mientras le sonreía.
Se levanto de su cama en toda su altura, la observo e hizo que su corazón latiera de forma apresurada...
¿Qué era aquello?
Ella no lo sabía pero le gustaba.
-Por favor, podrías cuidar de mi hermanito. Siempre pasa solo esta fecha y me alegra de que ahora tú estés acompañándolo.
-No soy un niñero –Ya perdía la paciencia con la mortal, comenzaba a mostrarse tal y como era.
-No te pido que seas uno, él no lo necesita. Te pido que seas su amigo –Loki se giro observando los ojos azules de la chica.
No sabía cómo pero esa mirada podía derretir su corazón de hielo.
-Lo seré, no debes de preocuparte –Ella le sonrió y él hizo lo mismo- ¿Te gusto como quedo el jardín? –Quería desviar el tema, había decidido arreglar aquel lugar donde habían botellas y demás desperdicio y convertirlo en un sitio digno de pasar la tarde.
Tal y como su madre Frigga le había enseñado.
-Sí, cuando llegue no podía creer que se trataba de mi casa. Gracias Tom, has hecho cosas que yo nunca hubiera logrado y sabes... Aún no comprendo cómo lo logras tan rápido –Loki, ahora Tom se acerco a ella y acomodo uno de sus cabellos detrás de su oreja.
-No le busques lógica a los regalos, solo acéptalos y aprécialos –Su voz era tan angelical que le era imposible mirarlo de otra forma que no fuera dulce.
-Yo... Gracias –Fue lo único que le dijo.
Luego de eso hablaron con Gabriel y el niño se mostro compresivo, siempre lo hacía y eso lo agradecía su hermana mayor.
Una vez en el auto que su cliente le había rentado se dirigieron al aeropuerto. No necesito chofer porque para eso tuvo a Tom. Debía estar en Los Ángeles en unas horas y por suerte lo lograría antes del fin del año.
Por otra parte Tom no se veía nada feliz con aquello pero ella no quería preguntar hasta que él mismo comenzó el tema.
-No deberías hacerlo –Dijo en un tono fuerte, distinto al que usaba con ellos.
-¿Hacer qué? –Él la miro molesto- Solo viajare por un trabajo.
-Tu hermano se sentirá mal cuando lo sepa. Las mentiras nunca duran para siempre –Y lo decía por experiencia propia, era el dios del engaño después de todo.
-¡¿Qué vas a saber tu?! –Le grito molesta.
-Más de lo que crees. Cuando te vi en Alemania algo en ti me dijo que eras distinta.
-¿Cuándo qué? -Él detuvo el auto y la observo con seriedad, aquella expresión solo lo hacía ver mas como él mismo- ¿E-Eres... Loki?
No respondió aquella pregunta pero ella ya lo sabía, en su interior lo supo todo ese tiempo.
-¿Por qué has vuelto? -Las preguntas taladraban su mente- ¿Por qué mentiste sobre quien eras?
-No existe nada para mí de donde vengo, en cambio aquí estabas tú. La única que no tuvo miedo de mi verdadero yo –Su mirada reflejaba dolor, ese dolor que podía ver todos los días sin ella poder explicarse el porqué- Pero cuando te tuve frente de mi comprendí que yo no era lo mejor para ti, tal vez si era alguien más...
-¿Has vuelto por mi?
-Leí en un libro Midgardiano que la navidad es una temporada donde los humanos pueden transformar sus vidas y cambiarlas para bien –Su mirada se perdió al frente donde observo por un rato el caer de los pequeños copos de nieve sobre el parabrisas, no era el libro lo que recordaba; era la felicidad de aprender cosas nuevas en aquellos días- Reflexione sobre ello y quise venir a buscarte. Pero...
-¿Pero? –Pregunto sin poder evitarlo, sabía que aquella respuesta rompería su corazón.
-En ti no veo aquello que decía el libro, eres la única mortal que me interesa y tú... Estas pérdida como yo.
Green se sintió ofendida, quiso abofetearlo pero poco a poco sus palabras fueron tomando forma en su ser, Loki no se refería a su trabajo de dama de compañía, se refería a su fe, a sus esperanzas, a sus sueños hecho pedazos, se refería a su felicidad completa.
Ella le miro dejando que algunas lágrimas escaparan de sus ojos. A Ella no le gustaba trabajar de aquella forma, de hecho odiaba ser una mujer a la cual usaban un día y pagaban por sus servicios. Loki le observo y le regalo una sonrisa de medio lado, tanto él como ella vivían en medio de un engaño para no salir lastimados.
-Me he cansado de ser el dios del engaño.
Y ella lo comprendió, él se había redimido de sus pecados.
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