Dios, cuánto me moría por regresar al fin a mi hogar. Texas, la sofocante y querida Texas.

Salí del aeropuerto y de inmediato la ola de calor vino hacia mi, no pude evitar suspirar en muy poca emoción y algo de incomodidad por eso. Pedí un taxi que me llevara en dirección a casa, una vez que el trayecto comenzara, me mantuve  mirando por la ventana la bella vista del paisaje mientras que sacudía con frecuencia mi camisa para ventilarme un poco.

- Señor, ¿enciendo el aire acondicionado? -consultó el taxista, ni siquiera me digné a mirarlo.

- Por favor -contesté y suspiré en mero alivio cuando lo hizo.

El viaje parecía eterno, sin embargo, pude aprovechar el tiempo para reflexionar un poco.

¿Quién soy? Izzy Stradlin para la gente, Jeffrey Isbel para los pocos amigos que tengo. La gente sólo me recuerda como el guitarra rítmica de la banda Guns N Roses, desde que me fui... ya nadie me recuerda, no pienso en regresar tampoco. No quiero fama, no quiero nada.

Uno que otro fanático se me acerca para preguntar porqué me he ido. Y la razón es tan sencilla que da vergüenza admitirla: estaba descontrolado. Con la droga, la fama, con la banda. ¡Por favor! Ser descubierto por la prensa meando en la pasillo de un avión, ¿en qué vida mis padres se enorgullecerían de mi por elegir el camino de la música si acabé en esa mierda? Más humillado no podía sentirme. Mi familia estaba decepcionada de mi y mis amigos no eran una buena influencia.

Quise hacer una banda nueva, no tuvo éxito ni tampoco quise que eso sucediera. Seguí haciendo más música, sin tener amigos pero si a una "encantadora" esposa. Sacaba y sacaba discos en solitario. Recordé cuando grabé aquí el 117 Degrees, que buenos tiempos, cuando creí que ella me amaba de verdad...

Cuando en realidad me ponía los cuernos con medio mundo.

Ahora regreso a Texas para quedarme al cien por ciento en soledad. El divorcio me ha dejado muy mal, la mala imagen de mi que tiene la prensa... ¡me tratan de cobarde! Ugh, que asco...

Le pagué al taxista cuando llegué a casa.

- ¿Eres Izzy Stradlin? -sus ojos parecían salirse de sus cuencas de la impresión.

- Sí -respondí con frialdad.

- Adoro tu música -forcé una sonrisa, él buscó entre sus cosas un papel y un lápiz-. ¿Me darías tu autógrafo?

- Um, claro  -y de mala gana firmé, dejando una pequeña dedicatoria.

El sujeto me ayudó a sacar mis cosas del maletero, busqué en mis bolsillos la llave de la residencia y entré. Tiré mis cosas en algún lugar aleatorio, di un portazo. Apenas vi el ventilador, corrí a encenderlo y volví a sacudir mi camisa acalorado. Me eché sobre el sofá del living, suspirando.

Necesito a alguien que me haga compañía, llevo un mes sin tener una charla intensiva con alguien, pero no sé a quién hablarle.

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Nota: Holi uwu aquí les dejo el primer capítulo. Ahora les daré un par de aclaraciones: La novela es corta, subiré un capítulo a la semana solamente porque tengo muchas novelas que escribir y que subo a la semana, espero que puedan comprender eso.

Un capítulo lo narra Izzy y otro lo narra Duff, para que no se confundan.

Eso es todo.

La Tía Polly se despide, ¡hasta el próximo capítulo!