Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4

────────── •


Gael miraba a su amiga, Kate, hablarle a las niñas que tendría que cuidar... Pero en su lugar, las hacia entretenerse separando drogas.

—Cuatro en cada bolsa.—Les dictó.—Si acaban en una hora, podrán ver My so called life conmigo.—Ella les sonrió antes de darse la vuelta y encontrarse con el moreno mirandola con una ceja alzada.—Ah, y no se las coman. Se les detendrá en corazón, morirán ahogadas, y todos se pondrán muy tristes. ¿Entendido?

Ambas niñas de pijamas y trenzas hechas por Kate, asintieron con "seriedad".

—Qué delicada.—Murmuró con sarcasmo él, dirigiéndose a la sala principal, donde su novio miraba la tv.

Los ojos del Sallow se achicaron al ver como en el canal se transmitía como cazaban a un tiburón atrayéndolo con sangre, y luego como el animal marino huía.

—Los tiburones no son tan estúpidos.—Dijo el chico con los brazos cruzados.

Kate se paró frente al televisor.

—¿No ordenaste?—Preguntó con tono de regaño.—Ropa blanca y de color, y busca los calcetines sueltos.

La pelinegra sacó las prendas de vestir y las tiró en la mesa, donde ellos ayudarían.

—Recuérdame que ganaría.—Se adelantó Simon a decir.

—No.—Le contestó Kate, y el rubio de un salto se levantó y sacó su sudadera roja gastada.

—Por dios, ¿llevas la misma ropa que anoche? ¿Fue así al supermercado?—Schmidt le preguntó a Gael, sabiendo que este acompañaba a su "amigo" al trabajo.

—Hice doble jornada, y era lo único que tenía en el auto.—Simon habló con rapidez tratando de desviar la conversación y dejar los recuerdos para otro momento.

Su doble jornada no llegó a ser completada al 100%.

Hubo un momento en el que el rubio se metió en la parte trasera de las cargas de comida, y se encontró con su novio.

Ambos se miraron en ese momento, y no pudieron resistir.

Las manos de ambos tocaban con desesperación el cuerpo del otro, mientras sus labios seguían unidos en un beso que les dejaría los labios rojos fuego.

La parte trasera de uno de los camiones que estaba sin cargas de comida, había sido usada por ellos, y su momento de calentura.

Por suerte no había ni cámaras, ni personas cerca. Sino habrían escuchado como el nombre de Gael era casi desgastado de tantos llamados que decía Simon. Y varios minutos más tarde, como Gael dejaba a Simon hecho gelatina entre sus brazos, para luego volver a repetir la acción y oír el sonido que tanto le gustaba del Kalivoda.

La sonrisa ladeada del moreno no tardó en salir.

Le gustó recordar eso, otra vez. Pero más le gustaría volver a repetirlo.

—Así es.—Carraspeó este, acomodándose disimuladamente el pantalón.

Se estaba poniendo duro y no había hecho nada más que volver a ver el pasado.

Un sonido los distrajo.

—Uh, es Deena.—Kate habló viendo a su teléfono.—Que asco. Eres desagradable.

Ella abrió el aparato electrónico y salió de la sala, dejando a los dos chicos solos.

Gael se dio vuelta lentamente, viendo al chico frente a él sacarse la camiseta manchada de sangre.

La vista del moreno repasó el cuerpo del rubio.

No tenía el estomago marcado pero eso no era algo que a Gael no le agradara, al contrario podría decir que le gustaba.

Era lo más parecido a la realidad que había. No eran como las fotos de revistas, donde los hombres salían con sus tríceps marcados y cuadros en sus abdominales.

Tenía una hilera de pelos pequeños que bajaba desde la parte del estomago hasta ese lugar. Uno de los favoritos del Sallow.

—¿Te gusta lo que ves?—Simon preguntó sacándolo de su futura imagen mental +18.

—No te das ni una idea.—Le respondió acercándose con una sonrisa perversa que hacia temblar al rubio.

A él le encantaba cuando hacia eso.

Tenía el toque perfecto. Era como un 50/ 50. Perversa y divertida. Dulce y atrevida. Y no de la mala manera.

Sallow tomó de las caderas al rubio y lo acercó a su cuerpo.

Sus narices chocaron y sus ojos se unieron. Admirándose.

—No sabes lo bien que te ves así...—Susurró el moreno al Kalivoda, pasando su vista a los labios algo rojizos del chico.—Ni lo duro que me estoy poniendo por tenerte en el mismo lugar.—Dando por finalizada sus palabras, un beso fue empezado por él.

Los labios de ambos se unieron y se denotó una brusquedad al chocar y hacer cierto ruido, aunque no tardó mucho en volverse más suave, como a veces les gustaba.

La mano de Gael se posó en la nuca de Simon y lo atrajo más, si se podía llegar a decir así.

Ambos fueron obligados a separarse no solo por la falta de oxigeno, sino también por el ruido de Kate cortando la llamada.

—Carajo.—Gael dijo viendo a su entrepierna. Definitivamente necesitaba algo más holgado.

—¡Dios! ¡Ponte algo!—Kate le ordenó a Simon, mientras este comía algo para tapar la hinchazón de sus labios, a causa del beso.

—¿Qué? ¡decídete, mujer!—Reclamó él.

Gael rió un poco al ver la cómica escena.

Un ruido de algo rompiéndose hizo que la risa cesara al igual que el momento.

—Quédense aquí.—Les dijo Kate.

Gael frunció su ceño, y miró hacia el lugar proveniente, antes de empezar a caminar en esa dirección, y que ambos adolescentes lo siguieran.

Una camiseta siendo arrojada hacia el otro extremo de la habitación fue el causante de su retroceso repentino.

Él asomó la cabeza con cuidado, tratando de ignorar la respiración de su amiga detrás de su cuello.

—¿Qué...?—El mismo disfraz del reciente asesino de Shadysider estaba siendo usado por la persona que rebuscaba algo entre las prendas.—Oye, ¿Qué crees que estás-?

La persona detrás del disfraz se giró y Simon apoyó su mano en la boca del chico, callándolo, y de paso, empujándolo un poco lejos de la vista del de mascara.

—¿Estás loco?—Susurró casi inaudible, el rubio.

—Es el idiota de Sunnyvale.—Agregó Kate.

El azabache los miró y sacó con cuidado la mano del chico, depositando un disimulado y silencioso beso en la palma de este.

Sallow dio un asentimiento, y se dio la vuelta para enfrentarse al supuesto chico de Sunnyvale, pero al hacerlo, se llevó la sorpresa de encontrarse con nadie. Estaba completamente vacío, y la ventana abierta.

En silencio, los tres registraron el alrededor, también, sin encontrar nada.

—¿No será mejor dejar a las niñas con la vecina...? ¿Cómo era su nombre?—Preguntó el moreno.

—La señora Lane.—Simon respondió, estando de acuerdo.

Kate suspiró y asintió.

—¡Niñas, cambio de planes!—Avisó ella.—¡Traigan sus bolsos!

La chica volvió a suspirar, saliendo de allí con las niñas corriendo detrás.

La pareja compartió miradas y siguieron a su amiga sin discutir.

—Lamento las molestias...

—Oh, no. Me alegra mucho la compañía.

Kate sonrió y acercó a ambas menores.

—Me salva la vida, Sra. Lane.

—Fui enfermera. No es nada.—Al decir eso, abrió paso para que las gemelas entraran a su casa.

La mirada de esta se desvió de la porrista a los dos chicos. Y su rostro se ensombreció notoriamente.

En especial al ver el rostro de uno de ellos.

—¿Seguro que todo está bien?—Preguntó esta a Gael.

Él chico frunció su ceño sin entender porque le preguntaba a él, luego vio a su novio, y como su camiseta tenía la mancha de sangre aún.

—¡Claro! Solo debo salir, y...

Simon subió el cierre de su chaqueta.

[...]

—¡Matar a ese pervertido!

—¿Por qué entraría?—Preguntó Deena dando vueltas en circulo junto a Kate.—No entiendo que hacía.

—Actuaba de lo más turbio.—Complementó Simon.

—Revisaba la ropa sucia.—Explicó Gael viendo como su chico se acercaba a Josh, y promocionaba su tienda.

—¡Se metió en la casa! ¡Con un cuchillo!—Vociferó Kate.

—¡Vaya! ¿Con las niñas ahí? Eso está muy mal.—Secundó el hermano menor de Deena.

—Exactamente, Josh.—La pelinegra lo miró.—Está muy mal, gracias. Había niñas ahí. ¿Y qué? ¿Por que se acuesta con Sam, cree que puede burlarse de nosotros aquí?

—Kate...—El moreno se enderezó al oír esas palabras.

Lo crea o no, Deena si era influenciable luego de una ruptura. Y esas palabras, pueden cobrar para ambos sentidos. El lógico y el... impulsivo.

El último, mayormente usado por esta.

—No, está bien, Gael. Ella tiene razón. ¡Al diablo con esto! ¡A la mierda con Peter!

—¿Hola? No olvides lo más importante. A la mierda con Sam.—Remarcó Kate.

—Sí, que se pudra. Debe controlar al psicópata su noviecito.—Y con esas palabras, su mano tomó las llaves de casa, y se encaminó hacia la puerta.

—Algo va a salir mal de todo esto.—Susurró Gael, siguiendo a su amiga.

Kate se dio la vuelta y miró al Jonhson menor.

—¿Vienes o qué?

Gael rió por lo bajo al ver la sorpresa en el rostro del moreno.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro