¿Os avergüenza sonreírme, mi señor?
Pareció darse por aludido y cumplir su petición, porque no dijo nada para rechistar o seguir admirando sus palabras, aunque sean bordes o algo así y tampoco insistió más sobre el tema de seguir empeñado en hablar o hacerle hablar para presentarse o lo que sea, tampoco lo siguió, porque ya se había ido por otro lado.
- No sabía que también hablabais con los esclavos donde todo el mundo pudiera veros...- Se estremeció por la voz a su espalda y giró su mirada hacia el pasillo, aun teniendo su mano sobre la puerta de sus aposentos.
Allí estaba, escondido del pasillo central, a un lado, apoyado en la pared con una mano.
- No es un esclavo, es una decisión que no me han dejado tomar.- respondió algo seco.
- ¿Estás seguro de que no lo es?
- Tiene familia esclava, pero él no lo es.- lo miró de reojo- Ni siquiera sé porque te dije eso... Olvíd. . .
- ¿Me daría el lujo de poder preguntarle algo?- cerró la puerta de su cuarto y se acercó al pasillo, se dio una bofetada mental por parecer un maldito desesperado por pasar tiempo con el moreno, no lo era, solo lo parecía, en realidad no tenía ningún interés...
Solo lo estaba... investigando... si... eso... lo estaba investigando para ser un mejor líder y poder tener en cuenta las necesidades de los esclavos cuando los liberé de su maldición eterna... Y eso de interrumpirlo... No lo tomaría en cuenta... aquella vez... si... solo aquella vez... El moreno caminó hacia la cocina, los platos ya estaban amontonados allí encima, todos los malditos platos que usaban para una cena simple. El calor una vez entró en dicho lugar se hizo casi insoportable e irrespirable, el intenso calor del fuego de la hoguera donde se cocinaba todo hacía pensar que era un terrible infierno en vez de una cocina.
- ¿Por qué me trajiste hasta aquí solo para preguntarme algo?- sentía que su respiración se entrecortaba, el aire se hacía ligeramente irrespirable, le empezaban a doler y escocer los hombros, las muñecas, los tobillos y la cintura, pero no le dio importancia.
- No lo traje, solo quería cumplir con mi obligación...- musitó- Y aquí es un lugar al cual nadie viene y por ello nadie nos escuchará...- Giró su mirada mientras limpiaba uno de los platos.- ¿Por qué queréis quitarle el significado a la tela que llevamos todos los esclavos?
- Aboliré la esclavitud cuando sea faraón.
- Es un sueño muy difícil de cumplir... ¿Lo sabe usted, no? Sabe que alguien debe construir los monumentos, trabajar en la cantera, hacer las cosas de palacio... Cocinar, limpiar, etc... ¿Ha pensando en eso?
- Desde luego... Ahora trabajáis forzados desde que amanece hasta que anochece, sin comer, sin pausas, sin darle importancia a las heridas que os podáis hacer... Cuando sea faraón, primero; eliminaré la esclavitud; segundo; quiero que consideréis el trabajar para mí como algo bueno, por ello, se pagará con comida o bienes de vuestro interés a cambio de trabajar; tercero: si alguien se hiere o pierde una mano, pie o lo que sea, que no se le maltrate o se le mate porque ya no pueda trabajar, quiero que puedan ser tratados y que se les curen las heridas. Es injusto que tengáis quemaduras, que perdáis dedos, que os hagáis heridas y que nadie haga nada, solo daros un latigazo para que sigáis trabajando...
- Interesante respuesta... No esperaba más de alguien que odia ser comparado con su padre.- Lo miró y le sonrió un poco. Aquello le hizo pasar un escalofrío placentero por la espalda al más alto.- Puedo ayudaros en todo lo que queráis saber sobre el reino, después de todo, yo puedo salir del palacio, y saber que es lo que necesita vuestra sociedad...- con un trapo secó todos los platos y empezó a guardarlos en su lugar.- Aunque claro, no puedo salir mientras sea un mero esclavo que solo limpia los platos... Y que ahora deba ir a su celda si no quiero ser asesinado.
- Qué desvergonzado...- Se le escapó entre los labios junto con una sonrisa socarrona que, al darse cuenta de que le sonrió se tapó la boca.
- ¿Os avergüenza sonreírme, mi señor? Entendería que así sea...
- No es eso...
- Es lo que parece...
- ¿Qué edad se supone que tienes para tener tan poca vergüenza?
- Doce, mi señor.... ¿A qué vino el cambio de tema? Si se puede saber y no es una falta de respeto por mi parte, claro.- El príncipe apretó los labios y después apartó la mirada.
- No debería estar aquí. Si alguien requiere mi presencia no podrían encontrarme en donde se supone que debo estar. Puedes tomar una manzana, yo... Me voy a mis aposentos...
- Si, príncipe Bert...- Lo miró de reojo antes de irse.- ¿No era así cómo quería que lo llamase?
Sonrió inconscientemente y después se dirigió hacia su cuarto. Al quitarse las prendas de oro vio ligeras quemaduras por el calor de la cocina... otra cosa que tenía que tener en cuenta, ventilación en la cocina, no podía permitir que la gente trabajase con tales temperaturas, era difícil respirar, así que se negaba a que estuvieran en malas condiciones. Se tumbó en su cama y después suspiró profundamente.
Su corazón empezó a golpear sus costillas, abrió los ojos sorprendido y después maldijo en todos los idiomas que se sabía, otra vez se pasaría la noche sin dormir... gruñó un poco y se llevó una mano al pecho.
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¿Saben algo?
Adoro poner títulos con fragmentos de las conversaciones que tienen estos dos hermosos jotos
:3
JOvenciTOS :D
Mátenme ya, hay veces que hago sufrir a la gente con mis chistes malos, no quiero que la gente sufra por mi culpa ;-;
Okay ya, ya paro >:D
Aquí las opiniones -------------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto, y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Ecchisforlife
[986 Palabras]
P.D.: Otro capítulo cortito, fuk xd
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