Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

01:01


Me has hecho tan frágil. Rómpeme con tu toque.

YoonGi se sentía como si pudiera vomitar gracias al olor a detergente de limón en la oficina del director de producciones. Y gracias a los nervios, también.

Era un día que cambiaría su vida.

—¿Otra canción?

El hombre era francamente aterrador, preguntándole con su voz dos cuartos más bajos. Ante su horrible actitud YoonGi podría haberse orinado en sus pantalones cuando era un trainee, ahora no era una posibilidad tan real.

—Ni si quiera podría llamarla así, dura dos minutos.

Se sentía malditamente hipócrita por negar que su canción era una canción. Pero necesitaba jugar todas sus cartas si quería que eso saliera a la luz.

—¿Por qué? Estamos a semana y media de grabar, no podemos hacer cambios de último momento. Además, estás pidiendo que JiMin y tú la canten, específicamente.

El rapero usó esa máscara de indiferencia que siempre estaba ante la mención del vocalista. Era tan bueno fingiendo que JiMin era sólo su compañero. Mirada en blanco y hombros sueltos.

Como si su corazón no pudiera desgarrarse por JiMin. Como si no estuviera enamorado de él desde que era un adolescente.

—No es un cambio, incluso podríamos lanzarlo antes que el álbum y... —YoonGi se apagó un poco, notando que no estaba convenciendo al productor— JiMin y yo hacemos un gran equipo, va a ser un gran producto. Ya me negaron una oportunidad antes.

La inquietud se arrastró debajo de su piel cuando el productor le clavó la mirada. Sus ojos fríos lo evaluaron con tanto esfuerzo que YoonGi temió que pudiera leer el amor por JiMin en su mirada.

No estaba respondiendo el por qué y era mejor de esa forma. No iba a admitirle a este hombre que quería sus dos cosas favoritas al mismo tiempo. JiMin y su música.

Tony Montana fue una explosión para su corazón y el público, ¿por qué no repetirlo? ¿Por qué no ser codicioso?

—Pero el tema es demasiado, sería nuestro único elemento romántico. La gente va hablar.

YoonGi quería escupir algo como "Déjalos que hablen, podrían dar en el clavo." Claro que no lo hizo.

Los medios del espectáculo iban a tener un día de campo hablando sobre JiMin y él. Normalmente eso sería una luz verde para la banda, excepto que ese era el tipo de publicidad que la empresa no necesitaba porque superaba en mucho al pequeño y obligatorio fanservice.

—Me gusta el tema de nuestro nuevo álbum, sólo que pensé que podríamos agregar algo cursi. Nosotros siempre hacemos música así.

La letra era más que asquerosamente romántica para ser descrita sólo como cursi. YoonGi se avergonzaría de todo lo que escribió en el momento que JiMin la leyera, no antes ni después.

—No creo que sea factible, YoonGi. —El director de producción ni si quiera se molestó en fingir pena. Apenas dejó de mirar su laptop increíblemente cara—. Evitemos esto por su reputación, ¿de acuerdo?

—Pero...

—Ya hay suficientes rumores de ustedes dos corriendo estos días, no alimentemos el estanque de pirañas. Para el siguiente álbum vamos a considerarlo, ¿de acuerdo?

El productor le extendió su USB donde había escuchado los borradores del ritmo, las voces y la letra.

¿Por qué el hombre seguía preguntándole si estaba de acuerdo? Era evidente que no. A pesar de eso, YoonGi no podía hacer mucho. Seguía atrapado bajo el sello de su empresa y sus decisiones.

Si ellos querían ocultar su mierda homofobia bajo al tapete, YoonGi nunca podría decir nada.

—No tengo otra opción —masculló, regalándole una mirada de disgusto. Rápidamente se puso de pie y por poco le arrebató su USB, él tenía buenos modales.

Una vez afuera de la oficina del productor, hizo una mueca triste. Ese era el filtro más importante para grabar la canción y acababa de ser rechazado. Tenía que aceptarlo, no habría canción con JiMin.

Trató de recomponer la cara, su noche no estaba arruinada del todo. Lo más difícil estaba por suceder. Aún quedaba su cena con JiMin y la incómoda charla que habría.

Sin embargo, su confrontación con el productor se sintió como un mal augurio.

YoonGi se obligó a apartar ese pensamiento, mientras preguntaba al staff si sabían dónde estaba su vocalista favorito.

Todos los chicos estaban dispersos en la empresa, trabajando hasta tarde gracias a su próximo álbum.

Oh, sí. El olor a comeback flotaba en el edificio. Era una mezcla de sudor, lágrimas de emoción y aspirinas para la migraña.

Al final todo valdría la pena.

Pandora's Box estaba en camino a ser un proyecto sensacional. Todas las canciones tenían un estilo de pop punk con acordes distorsionados de guitarra, completamente increíbles. Avril Lavigne se pondría celosa después de escucharlos.

Al final, encontrar a JiMin no fue tan difícil como YoonGi pensó. El chico de la línea maknae atrasó su prueba de vestuario hasta la noche. Era eso o levantarse temprano y JiMin no funcionaba así.

Cuando el sol salía, el vocalista sabía que era momento de dejar el teléfono e ir a dormir, su horario para descansar era un completo desastre. YoonGi alguna vez trató de ayudarle a JiMin corregir sus horas de sueño, manteniéndolo despierto durante el día.

Spoiler: No funcionó. El menor seguía siendo un vampiro.

—¡Auch, HiYorin Noona! —JiMin se quejó muy alto. Se escuchaba tan irreal, no era posible que alguien hablara tan agudo y su voz se escuchara igual de armoniosa.

YoonGi sonrió para sí mismo. Tuvo que detenerse para borrar la expresión feliz de su cara antes de entrar al cuarto donde tenían sus sesiones fotográficas.

Desgraciadamente no estaba preparado para la imagen que encontraría después de empujar la puerta. Nunca lo estaría.

JiMin estaba de pie en una plataforma alta, entre las sombrillas de iluminación y los reflectores.

El rapero se sintió como si pudiera caer de rodillas frente a JiMin. Ese era el efecto que el menor tenía sobre él cada vez que usaba vestuario. Las piernas fuertemente temblorosas, la boca reseca o el pulso exaltado, eran algunos de los síntomas.

Totalmente comprensible. Cualquier humano tendría la misma reacción al contemplar a JiMin.

Era todo un panorama verlo envuelto con el prototipo de una túnica blanca, hecha con tela semitransparente. Había adornos dorados serpenteando sensualmente entre sus formadas piernas. Y si apartar la vista ya era difícil, mucho más con su nuevo estilo de cabello. Lo tenía ligeramente más largo de lo común, con un nuevo tinte verde y un rizado permanente.

En el M/V JiMin haría una interpretación medusa.

—¡Suga Hyung! —YoonGi ocupó su máscara de inexpresión para encontrarse con la mirada de su compañero de banda. Fue complicado mantener la neutralidad al notar que JiMin tenía un desastroso delineado en los ojos, igual a un ángel que estuvo llorando. Mierda, mierda, ¿cómo podía ser tan hermoso?— ¡Auch, HiYorin Noona!

—Te dije que dejaras de moverte, JiMin-ssi —le advirtió la chica del staff, sacando un alfiler de los pliegues de la túnica.

—JiMin no puede quedarse quieto —YoonGi comentó fingiendo desinterés. Tuvo que guardar las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta para no tocar a JiMin de alguna forma.

Los toques casuales nunca eran suficientes.

YoonGi soñaba mucho sobre cómo sería si ponía sus manos sobre los hombros de su amor. Si deslizara los dedos por todos sus músculos de la espalda. JiMin tenía un par de hoyuelos justo al final de ella, así que sería como...

—¿Por qué hablan como si no estuviera presente? —La voz cantarina del vocalista lo transportó fuera de sus fantasías.

HiYorin miró a YoonGi al dar su respuesta.

—Ya estamos terminando. —YoonGi no pudo evitar una pequeña sonrisa al notar el mohín de JiMin siendo ignorado por la estilista y él—. Todas las pruebas de vestuario están listas con este muchacho. Es todo tuyo, YoonGi-ssi.

Todo suyo. Ojalá, una buena fantasía. Confesarse era comenzar a perseguirla.

Cuando JiMin fue soltado de la túnica no se quedó en ropa interior, a toda prisa saltó a ponerse su camiseta. YoonGi le dio un triste y silencioso adiós a los abdominales del vocalista.

—Terminé, terminé.

—Tus pantalones no están abrochados —apuntó casualmente. No era para nada espeluznante que YoonGi hubiera notado ese detalle antes que el mismo JiMin, no lo era—. Vístete con calma.

El rapero estaba sorprendido de la naturalidad de su voz. Los músculos de su garganta estaban demasiado tensos, quizás podrían romperse al hablar.

Miró a cualquier lado menos a JiMin. Debía ser inteligente y no mirarlo demasiado. Mucho menos cuando el vocalista presumía toda esa piel dorada.

Su atención cayó en HiYorin. La estilista se acercó al fotógrafo con comportamiento que podía ser casi profesional. Casi, hasta que se dieron un beso rápido y se apartaron en un parpadeo.

YoonGi sonrió dulcemente, ignorando la punzada de envidia. Los dos eran esposos y tenían tantos niños esperándolos en casa que podrían formar su propia boyband.

Su historia no podía ser más romántica. Los dos se conocieron en uno de los primeros conciertos de Bangtan y años después, con sortijas en la mano, terminaron trabajando para los artistas que los flecharon.

—Ahora mis pantalones están en su lugar —JiMin anunció con una sonrisita. Mientras YoonGi no miraba, el chico consiguió una toallita húmeda para sacarse el delineador de su cara o al menos gran parte— ¡Nos vemos, chicos!

HiYorin y su esposo les sonrieron como despedida. Eso fue lo último que YoonGi notó porque JiMin lo sujetó de la muñeca y guio por los pasillos de Hybe.

—Más despacio, JiMin-ah —le recordó. El vocalista miró su agarre, se sonrojó y con una tímida sonrisa de disculpa lo dejó ir. El corazón de YoonGi se apretó, causándole un fuerte tirón en el pecho.

Todo era una mierda injusta, YoonGi ha estado envuelto al pequeño meñique del vocalista desde siempre. ¿Por qué tenía que doler?

—¿Cómo fue la reunión con el productor?

Escuchó a JiMin preguntar y él lo miró. Su menor escondía todo su cabello de poodle dentro de una gorra de los LA Dodgers. Porque evidentemente, el tono verde menta y el rizado de su pelo llamaría la atención en la calle.

—No hubo luz verde —admitió con un suspiro triste.

—¡¿Por qué?! Realmente he estado esperando que me des una canción.

Con un suave puchero que YoonGi quería besar tan mal, JiMin mostró que también le dolía la pérdida del proyecto.

—No creo que fuera lo suficientemente buena para convencer al hombre.

JiMin resopló, mostrando el desacuerdo. Al menor tampoco le agradaba el director de producción. Nunca lo tomó en serio, no lo suficiente para apoyar su mixtape. YoonGi odiaba más al hombre por frustrar a su amor.

—Tonterías, no tengo que conocer la letra o el ritmo para saber que es un buen material.

—Algunas canciones tardan años en salir. —Agitó la mano como si no fuese nada. No quería decirle al vocalista lo mucho que amaba escuchar sus halagos sobre lo que él componía.

JiMin lo hacía sentir importante.

—No tengo tu tipo de paciencia, Suga Hyung —JiMin reconoció con una suave sonrisa tirando de sus carnosos labios.

—No te desanimes, lo conseguiré. Quiero verte rapear. —Le dio un golpecito juguetón en la espalda, haciendo reír a JiMin.

Trató de actuar ligero. A diferencia de sus sentimientos y de la larga lista de deseos profundamente enterrados sobre ese cantante. Quería besarlo, quería dedicarle una canción, quería bailar con él, quería desnudarlo, quería dormir entre sus brazos, quería todo.

Porque desde que lo conoció, Min YoonGi le perteneció. Al niño de gafas gruesas, suéter horrible y pantalones de chándal que no combinaban en nada.

—Al menos tenemos Pandora's Box. No puedo esperar para presentarlo. —JiMin comentó felizmente, saliendo del edificio de su empresa. En piloto automático se acercó a su furgoneta negra con los vidrios polarizados.

YoonGi quería abrirle la puerta del auto a JiMin, pero el guardaespaldas y conductor lo hizo primero.

—Te queda bien ser medusa.

—Oh, ¿me estás insultando? —Con una sonrisa bromista, JiMin dejó de abrochar su cinturón mientras levantaba una de sus cejas.

—Quizás, cualquiera que te mire a los ojos va a estar condenado.

Podía hablar por experiencia. Mirar a los ojos a JiMin y encontrar todo ese brillo esperanzador siempre le agitaba el corazón.

Estaba tan arruinado por este chico.

—No estoy seguro, pero lo tomaré como un halago —JiMin aceptó en un aparente tono de desconfianza, lo delataba su ligero rubor. YoonGi sabía eso.

Si insultaba a JiMin, tendría un insulto de vuelta.

Si halagaba a JiMin, tendría un sonrojo adorable.

—Puede ser.

—Voy a demostrarles a todos que medusa no era el verdadero monstruo. ¿Sabías que ella era el único mortal de las tres Gorgonas? No merecía que Perseo la matara, después de todo fue culpa de Atenea, porque estaba celosa y... —El rapero dejó de escuchar en algún punto. Sólo se dedicó a observar en silencio la pasión en las palabras del vocalista.

Mierda, JiMin era tan ridículo tratando de equilibrar la balanza para un personaje ficticio. Pero delataba su precioso corazón. YoonGi moriría por un espacio en él.

—Haz eso —respondió tardíamente.

Luego de un rato, JiMin se inclinó sobre la ventana del auto y una expresión curiosa transformó toda su cara.

—¿A dónde vamos, Hyung? Esto no es propio de ti. Me estás llevando a mi restaurante favorito, al otro lado de la ciudad.

—Puedo invitar a mi Dongsaeng a comer de vez en cuando.

Eso no era del todo una mentira. Siempre le gustó alimentar al trío del terror, los más jóvenes eran ruidosos después de tener su estómago lleno y se volvía divertido. Excepto que estaba lejos de ser el verdadero motivo por el que invitó a JiMin a cenar.

Le declararía sus sentimientos.

—Es cierto, pero escuché a PD-nim diciendo que pediste un permiso anticipado. Es como ver una estrella fugaz, estamos en época de comeback.

—¿Te molesta? —El rapero tuvo que rebotar la pregunta, era demasiado pronto para ser honesto. No estaba iniciando una confesión guardada por años dentro de su auto, con su guardaespaldas escuchando.

—¡No, no me estoy quejando! —JiMin rápidamente exclamó— Es sólo que... ¿Es por Amelia y yo?

YoonGi apretó los dedos contra el asiento de cuero.

Odiaba a Amelia. Amelia fue la última novia de JiMin. Ella era extranjera y su coreano era un asco, pero era muy amable con todo Bangtan. No había una buena excusa para guardarle tanto resentimiento, YoonGi sólo la odiaba porque ella podía besar a JiMin y él no.

El rapero no era rencoroso, el amor lo volvió así.

El amor no correspondido no era hermoso, ni romántico, ni poético. YoonGi aprendió que el amor no correspondido era solitario, vacío. Era encontrar a JiMin en su habitación, desvistiendo a Amelia entre risas y el dolor que siempre sentiría al recordarlo.

—¿Necesitas que esta salida sea por ella? —JiMin lo miró con confusión, arrugando lindamente su nariz. Las entrañas de YoonGi se apretaron—. Quiero decir, si su ruptura fue horrible para ti podemos tomar esto como una salida de escape...

Era lo que menos deseaba. Porque entonces su cita no sería una cita, sino un momento para abrazar a JiMin y consolarlo por una mujer. Pero si era lo que su cantante quería se lo daría.

Si JiMin le pedía que robara un banco o lloraría, YoonGi se volvería un ladrón.

El vocalista sonrió hermosamente, lleno de calma.

—Nos estamos tomando un tiempo. Puede que no estemos juntos ahora mismo, pero más adelante podría suceder. Así que no estoy deprimido.

Aunque el recordatorio decía que JiMin era heterosexual y había una chica esperando por él, fue necesario para que YoonGi tomara valentía. Si no se confesaba esa noche, nunca lo haría.

No importaba que fuera rechazado, necesitaba tener el no definitivo. Porque su mente siempre seguiría creando fantasías. Como que un día JiMin notara lo masculino que era y diría algo coqueto en serio.

—No es por eso que quiero invitarte a cenar —dijo rotundamente—. Es, una sorpresa.

—Las sorpresas siempre deben tener alguna pista. Sé un buen Hyung y dame una.

—Eh, pues...

Sus palabras murieron al encontrarse con la mirada de JiMin.

Maldición, lo amaba tanto que ya ni si quiera era divertido.

Sería tan fácil inclinarse para presionar su boca con la del vocalista. El guardaespaldas no los miraría, JiMin tardaría un momento en salir de la sorpresa y empujarlo. Sería tan sencillo, podría tener unos segundos del nirvana.

—Suga Hyung, cuando me miras así nunca sé que pensar —susurró el menor, sin dejar de mirarlo a los ojos. Maldita sea, YoonGi deseó una interrupción o lo besaría. Realmente lo haría.

Su petición fue concedida por el tipo grandote que conducía.

—Chicos, les tengo una mala noticia.

—¿No hay combustible? —preguntó JiMin. Intentando inclinarse para mirar en el tablero del coche, sólo que no llegó tan lejos.

—Es algo más serio. Por favor, mantengan la compostura.

Eso sonaba como que vendría una horrenda noticia y el nudo en el estómago de YoonGi no lo estaba anticipando.

—¿Qué pasa? —Se agregó a la conversación, sonando más serio que antes.

—Hay dos autos siguiéndonos.

Mierda. Dos autos detrás de ellos, si uno ya era lo suficientemente malo un par era mucho peor.

JiMin cayó en su asiento y su entusiasmo se apagó. Todas las facciones de su cara se endurecieron.

—¿Estás seguro? —murmuró, con su voz sonando muy lejana.

—Ya lo comprobé. Por favor, no entren en pánico.

Muy tarde para esa advertencia, el rapero no estaba asustado, pero sabía perfectamente que el vocalista sí. Después de todo, él sufrió el peor incidente con los Saseng fans y a nadie de Bangtan le gustaba hablar de eso.

—No entres en pánico, JiMin —YoonGi le recordó, dándole un suave apretón en su muslo—. Estamos juntos en esto.

Estaré siempre para ti, amor. No dejaré que suceda, otra vez.

—Yo, no... No estoy entrando en pánico, me siento más... Quiero aire, me siento algo mareado.

—Sabes que no podemos abrir las ventanas. ¿Puedes encender el aire acondicionado, por favor? —le ordenó a su guardaespaldas. El hombre aceptó.

—Voy a encenderlo y necesito apagar las luces. Intentaré perderlos mientras regresamos a la empresa.

Ir a la empresa era el mejor plan para encontrar un lugar a salvo, no podían guiar a los acosadores a su casa.

—Está bien —YoonGi tuvo que decir por JiMin, porque su vocalista preferido se veía demasiado perdido para responder. Mareado, probablemente—. Puede ser Dispacht.

Necesitaba consolar al vocalista.

—Ellos utilizan camionetas blancas, lo sabemos. —JiMin sonó sin aliento y su argumento fue tan bueno que YoonGi tragó grueso.

—Tenemos un guardia. —Intentó que su recordatorio fuera algo bueno. Pero escuchó respirar a JiMin más fuerte.

—Ahora mismo, tengo un poco de pánico —JiMin admitió en la obscuridad, con su voz a punto de romperse. Que no sollozara o a YoonGi se le rompería el corazón—. ¿Suga Hyung, puedo tomar tu mano? Por favor...

En lugar de responder, YoonGi estiró su mano y atrapó la de JiMin a ciegas. El amor de su vida estaba temblando y horriblemente frío.

El rapero amaba su trabajo, pero odiaba el síndrome de adoración a los famosos.

Sólo pudo rogar que ambos llegaran a la empresa a salvo, su cita no importaba y olvidaría la confesión. JiMin no necesitaba el estrés de liderar contra sentimientos que no correspondía después de ser acosado y obligado a recordar el incidente.

El camino a Hybe fue asquerosamente largo. Había un silencio espeso, donde sólo se escuchaba rugir el motor y sus respiraciones agitadas.

Pareció tomar una eternidad llegar al lugar seguro.

—Estamos aquí. Bajen y dejen que los guardias hagamos nuestro trabajo.

YoonGi no necesitó otras palabras para tomar de la mano a JiMin y arrastrarlo fuera de la camioneta, tenía que poner al vocalista a salvo.

Entró velozmente a la empresa.

—¡YoonGi, JiMin! —PD-nim los saludó apresuradamente— Vayan a la sala de prácticas, nos encargamos de esto.

—Gracias —El vocalista susurró, apretando sus dedos más fuerte contra YoonGi. Caminaron sin compartir una palabra.

Al llegar a la enorme sala de prácticas, el resto del grupo les dio un saludo grupal, rodando sobre la misma pregunta.

—¿Están bien?

—Nos reunieron todos aquí, ¿qué está pasando? —JungKook preguntó, rascándose nerviosamente el piercing en su ceja.

YoonGi era el único capaz de contar la historia, su amor seguía mudo.

—Dos autos nos seguían.

Con un jadeo grupal, Bangtan se movió hacia JiMin.

—¿Estás bien, ChimChim? —TaeHyung murmuró, abrazando a su mejor amigo. Así que YoonGi tuvo que soltar su mano. Lo hizo lentamente.

A JiMin le costó un minuto recuperar su habla. Parecía que las palabras le pesaban en lengua.

—Estoy bien, Suga Hyung me dejó tomar su mano y todo. Se sintió como cuando mi hermano me sujetaba al salir del restaurante de papá, en la madrugada. —El vocalista sonrió forzadamente, terminando su relato.

No fue el relato lo que hizo que el pecho de YoonGi se apretara tan dolorosamente. Sino la comparación de las sensaciones.

YoonGi era igual a un hermano mayor para JiMin. Siempre lo sería, mierda. Esto sólo era un adelanto de la respuesta a su confesión. El menor nunca lo vería con ojos románticos cuando eran una familia.

La ola de decepción fue arrasadora. Lo supo desde el inicio, sin embargo, escucharlo era un golpe duro de la realidad. Él era el único que estaba enamorado.

Tal vez en otras condiciones, donde ambos fueran más amigos que hermanos y sus únicas dudas fueran sobre sus sexualidades. Tal vez. YoonGi nunca lo sabría.

Duele, duele. ¿Por qué estar enamorado es desgarrador?

—¿Tú estás bien, Hyung? —NamJoon cuestionó una vez que estuvieron tranquilos por JiMin.

YoonGi estaba tan cansando para mentir. No podía hacerlo con su nuevo corazón roto, sangrando en estos instantes.

—No. —Todos compartieron una mirada preocupada, pero eso no lo detuvo a seguir hablando—. Estas cosas siempre me hacen desear que nosotros no fuéramos idols.

—Suga Hyung... —JiMin susurró, con los ojos más amplios de lo normal. YoonGi sacudió la cabeza para evitar que alguien se acercara. No, no necesitaba un abrazo. Especialmente no de JiMin.

Jin carraspeó, rompiendo el silencio lacerante. Leyendo muy bien a YoonGi.

—Todos le daremos un momento a YoonGi para refrescarse.

NamJoon se unió a su idea.

—Hagamos eso, busquémosle un café.

El rapero mayor evitó mirar a todos, sobre todo a JiMin, mientras salían de la sala de prácticas. Entonces se deslizó contra la pared, enterrado su cabeza entre sus manos.

—Desearía que nuestra vida no fuera así... —murmuró. Se dijo a sí mismo que no iba a llorar en la sala de prácticas, se lo dijo. Ojalá sus ojos lo hubieran escuchado.

YoonGi no lo sabía, nunca lo habría pensado. Pero, en el reloj de su teléfono apuntaban las 11:11 pm. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro