Once del Once
Para ti, la persona que me robó mi primer beso, y los siguientes miles...
No recuerdo nada de este día. No recuerdo las clases que tuvimos en la mañana, ni recuerdo el viaje de ida y vuelta del colegio a tu hogar. No recuerdo los motivos detrás de que ambas fuéramos a tu casa. No recuerdo cómo llegamos a tu pieza, ni recuerdo la razón de las risas burbujeantes en nuestros rostros, pero recuerdo el día: 11 de noviembre.
Era como si lleváramos meses anticipando ese día sin saberlo, años quizás. Acumulamos miles de recuerdos que convergieron en ese momento. Millones de experiencias vividas nos impulsaron a tras pasar la línea... bueno... te impulsaron.
Después de un año completo de miradas robadas; besos en la mejillas; abrazos que duraban más de la cuenta; citas no citas; sonrisas ganadas; manos rozadas, palabras dichas y no dichas; memorizar gustos, disgustos, anhelos, sueños; proyectos futuros; besos esquimales, y velar por el sueño ajeno entre los brazos de la otra. Finalmente ese era el día.
¿Por qué esperamos tanto? ¿Cómo aguantaste tanto tiempo? ¿Las señales no eran obvias?
Estoy segura que eran obvias para todos.
Es mágico cómo no recuerdo nada de ese día, pero mis ojos se nublan de emoción al recordar todo. No recuerdo nada circunstancial, pero la emoción sigue tan pregnante en mí, como si ese día hubiera ocurrido ayer, y no hace siete años. Es la memoria kinésica hablando, haciendo que sonría y llore al evocar ese momento en mi mente.
En mi memoria es como si ese día solo hubiera pasado en fotogramas claves y no en 24fps o más. Porque nos recuerdo sentadas en tu cama, luego tus manos en mi rostro, para rápidamente robar mi aliento, al mismo tiempo que mi primer beso, para finalmente robarte los primeros 5000. Okey, Okey, los primeros 10000... perdimos la cuenta casi al segundo día.
Ese día no me robaste uno o dos besos, me robaste muchos. Y a pesar que susurrabas «Lo siento», entre cada uno de ellos, tú y yo sabemos que no eran sinceros.
¿«Lo siento» por qué? ¿Por robarme un beso o unos cuantos? ¿«Lo siento» por traspasar la línea de la amistad? ¿«Lo siento» por cambiarlo todo? ¿«Lo siento» por hacerme llorar?
Sí, lloré y lloro siempre. En cada «Te amo», debo aguantarme la sonrisa, y las lágrimas. Recuerdo claramente tu cara de preocupación frente a mis lágrimas, pero ellas no te impidieron probar una y otra vez mis labios. No quería llorar y asustarte, nunca fueron lágrimas de tristeza, dolor o pena. Fueron lágrimas de emoción. Lágrimas que gritaban: «¡Por fin!».
Por años te preocupaste de mis lágrimas frente a tus palabras de amor, luego comenzaste a emocionarte a mi lado, ahora las proteges y las honras. Ya no te acongojan, te llenan de ternura.
Ese día no hablamos mucho, porque nuestras bocas estaban ocupadas conociéndose y saboreándose. Había mucho que hablar, acuerdos que transar, promesas que prometer, palabras de amor que profesar, pero bueno... tenemos una vida completa para ello.
Van siete años desde ese día, y sigo emocionándome de solo recordarlo, ni siquiera es una emoción sutil, no... es de esa emoción que te hincha el pecho y se te humedecen los ojos. Van siete años y siento que fue hace dos. Van siete años y mi día sigue iluminándose si te encuentro por sorpresa en la calle. Van siete años y mi corazón sigue saltándose latidos cuando tomas mi cara entre tus manos. Van siete años... y creo que estoy aún más enamorada de ti.
Pero sé que no soy la única. Sé que no soy la única que cree que ama más que la otra. Sé que no soy la única que se imagina futuros posibles juntas. Sé que no soy la única ansiosa de esos posibles escenarios. Y estoy muy feliz de saber todas estas cosas. Me hace amarte con confianza y con todo lo que tengo, porque sé que tú me amas con la misma intensidad.
Amarte me hace sentir libre, no tengo que reprimir sentimientos, ni palabras, ni toques, ni besos, ni sueños, ni anhelos, porque tú tampoco lo haces. Velas por mi bienestar y mi felicidad, así como yo me anticipo a tus necesidades. Tengo un don para ello.
Es increíble que mi mayor preocupación a tu lado, es que me encuentres bonita cada vez que me mires. A veces me relajo, pero es una preocupación constante. Amo que siempre me mires como si fuera lo más hermoso del mundo, no importa que este maquillada, o sin dormir por 27 horas, o sin nada. Realmente mi autoestima te ama. ¿Puedes creer van siete años y sigo con ansiedad los días antes de verte? ¡Siempre voy muy nerviosa a nuestras citas! Te veo y siento un alivio instantáneo, realmente tu presencia alivia y reconforta mi alma, es impresionante.
Sé que nuestros recuerdos de ese día son difusos, pero luego de esos besos, me devolví flotando a mi casa, con una sonrisa en los labios, mejillas calientes, corazón inflado, y anhelando el mañana. Recuerdo pensar «¿Qué pasará ahora?» y responderme «Pues lo que sea, vamos a disfrutarlo».
Lo disfrutamos, lo vivimos, lo luchamos, lo sobrevivimos, lo cuidamos, lo protegemos, lo celebramos y lo proyectamos.
Se supone que hay días que te marcan tu vida, ese es uno de ellos, pero al mismo tiempo vagamente podemos recordarlo. Es tan especial que nuestro aniversario no lo celebramos cuando me pediste estar en una relación, sino cuando cruzamos la línea de nuestra amistad. Amo más ese día que mi mismo cumpleaños.
Perdón por ser tan fan de nuestra relación que la expongo en todos lados, pero me hace valorarla aún más. Me hace recordar y maravillarme, me hace recordar y reír con memorias, me hace recordar y llorar de la emoción.
¿Puedes sentir mi amor en estás palabras? ¿Prefieres los dibujos? ¿Los videos? ¿Los libros? ¿Los suspiros? Creo que me falta animarlo, tienes que darme unos años más, es mucho tiempo y trabajo. Sigue a mi lado y las sorpresas seguirán llegando.
Me encanta el once del once. Me encanta, porque ese día no éramos nada, pero siempre fuimos todo. Me encanta porque es tu momento más valiente, y mi momento más emocionante. Me encanta porque es nuestro día.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro