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Capítulo 30: Se fundieron el uno con el otro.

Las naves restantes de la flota de Alexander llegaron al planeta, más específicamente al país de Aromia, ciudad Mirandor.

Alice miró el cielo y vio a las naves llegando así que rápidamente hace una sonrisa gigante en su rostro y se levantó de su asiento y dejó su taza de té en la mesa, luego salió corriendo hacia afuera de su casa para recibir a Alexander con un gran abrazo.

Pero rápidamente se dio cuenta que algo andaba mal, solo había como veinte naves de las cien que se habían ido del planeta, además que no estaba la nave de Alexander.

- ¿Eh? ¿Qué sucedió? ¿Y la nave de Alex? - Preguntó Alice mientras se le aumentaba el ritmo cardiaco por el pánico que le estaba dando.

Sara rápidamente entiende la situación e intenta tranquilizar a su hija, agarrándole de la mano y decirle cosas para tranquilizarla.

- Tranquila hija, tú sabes que el nunca moriría de esta forma, espéralo, seguramente que en seguida vuelve. - Dijo Sara mientras le agarra de la mano a su hija para que se tranquilice.

- Si, tienes razón. - Dijo Alice mientras se tranquiliza poco a poco.

- ¿Qué sucede Alice? ¿Pasó algo malo? - Preguntó Nicolle con curiosidad mientras respira agitadamente por correr detrás de ella.

- Ah, no, no sucedió nada. - Dijo Alice mientras intenta esconder su preocupación.

- Pero como puede ser posible que corras tan rápido y no te sientas agitada ni cansada, increíble. - Dijo Niccolò mientras respira agitadamente también.

- Ah, es que gracias a Alexander me convertí en una exterminadora de clase platino, creo que ya podría estar al nivel de clase Rodio. - Dijo Alice mientras infla su pecho de orgullo.

- ¿¡Qué!? ¡Increíble! - Dijo Nicolle mientras pone una expresión facial que refleja impresión.

Rápidamente Alice cambió estado de ánimo, nuevamente a la de sentirse preocupada y fue corriendo hacia la gran plaza en dónde estaba Giulia Greco presidente de Aromia y Ernesto Miraflores, gobernador de la ciudad Mirandor.

- Mamá, iré a ver si Alex está bien. - Dijo Alice mientras se va corriendo.

- Voy contigo. - Dijo Sara mientras sigue a su hija.

Los gemelos también siguieron a ellas dos desde atrás, llegaron a la plaza y estaban las naves espaciales de guerra bastantes dañadas y algunos heridos por dentro, Alice comenzó a preocuparse porque Alexander no se encontraba en ningún lado.

- Díganme ¿Dónde está Alex? - Preguntó Alice con un tono de voz que reflejaba preocupación.

- El capitán Alexander... Su nave fue destruida. - Dijo uno de los soldados mientras es atendido por los médicos.

- ¿¡Eh!? ¿¡Qué!? - Preguntó Alice en pánico mientras temblaba levemente.

- Si, él logró eyectarse a tiempo, pero estamos seguros de que por la onda expansiva debió terminar gravemente herido, pero él nos dio la orden de que nos vayamos, así que no sabemos que sucedió con él. - Dijo el soldado mientras estaba acostado en la camilla.

- ¿¡Y lo dejaron ahí solo flotando en el espacio exterior!? - Preguntó Alice con un tono de voz y una expresión facial que reflejaba enojo.

- S... Si... Solo acatamos su orden. - Dijo el soldado mientras siente culpabilidad.

- ¡Maldi...! - Decía Alice, pero fue interrumpida por su madre Sara.

- Hija, tranquila ¡No te desquites con el soldado, el solo siguió ordenes! - Gritó Sara a su hija y esta se tranquiliza rápidamente.

De la nada apareció un cuerpo en el cielo con un traje espacial y cayó directo al suelo, dejando un pequeño cráter, todos se sorprendieron por el sonido y por lo que vieron, pero al darse cuenta de que era una persona rápidamente fueron los socorristas a ayudarlo.

Le sacaron el casco y se dieron cuenta que era el comandante Alexander Crawford, que se creía muerto por las palabras de los testigos, que estos eran los soldados.

- O... ¡Oigan! ¡Es el comandante Alexander Crawford! ¡Está gravemente herido! - Gritó uno de los socorristas mientras hacía señas a los médicos.

Alice escuchó las palabras del socorrista y rápidamente salió corriendo hacia en dónde están los socorristas, su madre y los gemelos los siguieron.

- «Maldita sea, tenía confianza de que se había muerto en el espacio exterior.» - Pensó Niccolò mientras se mordía la uña del dedo pulgar.

Le sacan el casco a Alexander y justo llega Alice, acto seguido Alexander escupe sangre manchando todo el lugar.

- ¡Diablos! ¡Qué suerte que me sacaron el casco a tiempo! O si no iba a vomitar la sangre dentro del casco y por experiencia propia, eso es desagradable. - Dijo Alexander mientras seguía escupiendo sangre.

- ¿Eh? - Preguntó Alice con un tono de voz entrecortado.

- ¿Mmm? Dije que por experiencia propia es horrible escupir la sangre dentro del casco, si ya uno sufre llorar en el espacio exterior porque las lágrimas se quedan en tu ojo por la falta de gravedad y te termina ardiendo el ojo y no te puedes limpiar porque tienes el casco, ahora imagínate si se llena de sangre dentro del casco, me hubiera muerto ahogado, tuve que tragar la mayoría de sangre, que asco. - Dijo Alexander con un tono de voz que expresaba irritación.

- ¿Qué ocurrencias dices, idiota? - Preguntó Alice mientras lo mira con los ojos llorosos.

- ¡Ah! Jajaja... ¿Oh? ¿Qué hace aquí la mujer más hermosa de todos los tiempos? - Preguntó Alexander para aliviar el ambiente y para animar a su novia.

- Deja de decir estupideces, deja que el médico te atienda. - Dijo Alice con un tono de voz que expresaba enojo, pero a la vez alivio.

Los gemelos Moreau se acercaron al lugar junto con Sara Crowbell para observar con curiosidad toda la situación que estaba aconteciendo.

- Oh, así que este es el novio de Alice, aun estando herido es muy guapo. - Dijo Nicolle mientras le guiña el ojo a Alexander.

- ¿Mmm? ¿Quién eres? - Preguntó Alexander sentado mientras era atendido por los médicos.

- Soy amiga de la infancia de Alice, dime ¿Quieres terminar con ella y ser mi novio? Eres guapo y sexy. - Dijo Nicolle con una expresión facial burlona.

- ¿Ah? - Preguntó Alexander anonadado y patidifuso por las palabras de la hermosa chica rubia con ojos celestes que tiene en frente.

- ¡Deja de decir estupideces Nicolle! - Gritó Alice a Nicolle con un tono de voz una expresión facial que reflejaba enojo y celos.

- Disculpa, pero ya estoy locamente enamorado de Alice Crowbell y creo que eso no cambia ni en millones de años. - Dijo Alexander mientras habla con un tono de voz que reflejaba sinceridad pura.

Nicolle y Niccolò se rieron por la respuesta pretenciosa de Alexander, pero Alice se sonrojó y se avergonzó, porque ella entendía las palabras de él, no era una exageración ridícula, porque él ha vivido millones de años.

- Alice ¿Qué sucede? - Preguntó Niccolò con una expresión facial que expresaba nerviosismo.

- Oh, así a Alice le gustan ese tipo de confesiones, no lo sabía. - Dijo Nicolle con una sonrisa burlona.

- No es eso... En realidad, me gusta todo lo que diga él... - Dijo Alice con un tono de voz que reflejaba un leve avergonzamiento.

- Jeje... Nuestra Alice sí que está totalmente enamorada, los dejaremos solos entonces, adiós. - Dijo Nicolle mientras le agarra del cuello a su hermano gemelo y lo lleva arrastrando.

- ¡Oye! ¡Qué haces! No me quiero ir, no puedo permitir que ella se quede sola con ese tipo ¡Suéltame! - Rogaba enojado Niccolò a su hermana gemela Nicolle para que lo suelte.

- ¡Cállate! ¿¡Debiste de darte cuenta, no!? Ella está locamente enamorada de él, ya no tienes derecho a meterte. - Dijo Nicolle a su hermano gemelo Niccolò con un tono de voz que expresaba enojo y reprimenda.

- Yo me meto en donde quiero, ella no debe estar con ese tipo pretencioso, los voy a separar. - Dijo Niccolò con un tono de voz y una expresión facial que expresaba enojo e impotencia mientras se levantaba y se iba para su casa.

- Que hermano idiota y tóxico tengo. - Dijo Nicolle mientras suspira de la decepción.

Pasan las horas y Alexander es curado por la nueva tecnología de la civilización de tipo cuatro y medio, gracias a eso ya fue dado de alta y se fue a su departamento junto a Alice.

- «Bien, ya llegado el momento, me dije a mi mismo que cuando vuelva, iba a intentar entregarle mi primera vez a Alice, ella ya vino a mi departamento y creo que ella ya tiene más o menos una idea en su cabeza del porque vinimos a mi departamento.» - Pensó Alexander mientras miraba a Alice que se sentó en el sofá.

- «Parece que Alexander quiere hacerlo conmigo hoy y estoy dispuesta a entregarle todo de mí.» - Pensó Alice mientras aprieta los puños con fuerza para darse determinación.

Ambos se bañaron y vistieron por separado, luego cocinaron y cenaron. Ya había llegado la hora de dormir y Alexander tenía todo preparado, como su cuerpo está mejorado para los con la ingeniería biológica avanzada del ser humano, él puede decidir si quiere que su semen pueda fecundar o no, de esta forma tienen un cien por ciento de efectividad a comparado a un preservativo que era la máxima tecnología de este planeta en el ámbito sexual, además que él ya sabe que Alice no tienen ninguna enfermedad de transmisión sexual y ella también sabe que él no tiene ninguna.

Los dos se sentaron en la cama matrimonial y se quedaron en silencio, con la luz apagada, la única luz que entraba era la de la luz de la luna.

- Alice, ese chico rubio que era parecido a la chica rubia, él está interesado en ti. - Dijo Alexander con un tono de voz que expresaba seriedad y celos.

- ¿Ah? Si, supongo que sí. - Dijo Alice con una expresión facial que reflejaba disgusto.

- No me gusta. - Dijo Alexander con un tono de voz que expresaba un leve enojo.

- ¿Eh? Acaso... ¿Estás celoso? - Dijo Alice con un tono de voz que reflejaba felicidad.

- Eh... ¡Si! ¡Lo admito! ¡Estoy celoso! ¡No quiero que nadie te tenga, quiero que estés conmigo para siempre! Dime ¿¡Eso me hace celoso y tóxico!? - Dijo Alexander mientras abrazaba a Alice y la tiraba a la cama con pasión.

- No, no te hace tóxico, además, yo soy igual, no quiero que ninguna otra chica te vea amorosamente o te coma con la mirada, quiero que seas solo mío y de nadie más. - Dijo Alice mientras rodea sus brazos por el cuello de Alexander.

- Alice... No te preocupes, estaré contigo por el resto de mi vida y nadie me podrá separar de ti. - Dijo Alexander y luego le da un hermoso beso.

El beso era un beso tierno, apasionado y largo, rápidamente Alice se comenzó a sentir más y más cálida hasta el punto de sentirse caliente, después de un minuto terminaron de besarse.

- C... Cariño... - Dijo Alice mientras respira agitada.

Acto seguido Alexander comienza a besarle por todo el cuello, haciendo que el cuerpo de Alice sintiera un escalofrío desde el coxis hasta la nuca, después de ese escalofrío ella perdió toda su fuerza, estaba totalmente indefensa frente a él.

- C... ¡Cielos! ¡Atacar así de repente es injusto! - Dijo Alice mientras intenta contener su respiración agitada.

- Esta noche te totalmente haré mía y nos volveremos uno. - Dijo Alexander mientras vuelve a besarla a la boca con pasión.

Alice estaba extremadamente feliz por las palabras de Alexander, de la nada comenzó a volar la ropa de ellos por toda la habitación y consumieron el acto del amor, probaron cada rincón de sus cuerpos y sintieron el placer junto a la persona que aman, el contacto físico, ellos sentían algo mágico y hermoso, no estaban teniendo relaciones sexuales como animales o para satisfacer sus necesidades como la mayoría de las personas, el sexo que ellos estaban teniendo era algo tierno, dulce, hermoso, romántico y apasionado.



*******



Mientras Alexander y Alice estaban en sus momentos atrevidos y felices, Niccolò fue a la casa de Alice para hablar con ella, él quería confesar sus sentimientos a ella, él no quería dejarse perder por alguien como Alexander, pero fue a la casa equivocada.

Tocó el timbre y salió Sara Crowbell la madre de Alice, ella estaba confundida porque Niccolò era el que había tocado el timbre.

- Disculpe señora Crowbell, quiero hablar con Alice un rato. - Dijo Niccolò mientras se arregla un poco el cabello del nerviosismo.

Rápidamente Sara se dio cuenta que Niccolò quería confesarse a su hija, aun cuando ella ya está de novia, ella pensó que él es un atrevido, pero de mala manera.

- Mi hija no se encuentra ahora en casa, ella se fue a pasar la noche con mi querido yerno. - Dijo Sara para hacerle entender a Niccolò para que no moleste.

- ¿Eh? ¿¡Qué!? ¿Usted permitió que ella se vaya, así como si nada? ¡Rápido! Tenemos que rescatarla. - Dijo Niccolò mientras corre hacia su automóvil.

- ¿Rescatarla para qué? Si ella fue a la casa de su novio para poder tener intimidad, no te atrevas a interrumpir. - Dijo Sara con un tono de voz una expresión facial que reflejaba enojo e imponencia.

- ¿Eh? ¿Intimidad? ¿Te refieres a sexo? - Preguntó Niccolò mientras entra en pánico por las palabras dichas por Sara.

- Si, así que no molestes, tampoco te diré el domicilio de mi yerno ¡Adiós! - Respondió Sara y cerró la puerta de la residencia Crowbell.

- ¡Espera! ¡Señora Crowbell! ¡Creeme que no podemos dejar que ese tipo ponga una mano sobre ella! ¿¡Señora!? ¡Responde! - Decía Niccolò en pánico y desesperado.

Hasta que llegó la policía a la residencia Crowbell, Niccolò había sido denunciado por Sara por entrar y molestar en propiedad privada.

- ¿Eh? ¿Por qué? - Preguntó Niccolò mientras era detenido por la policía.

Lastimosamente solo se quedó una semana en la comisaría porque su delito no fue algo que se pueda considerar grave.


*******


Al día siguiente llegó la flota oficial de la suprema milicia humana espacial con un representante de la suprema especie humana espacial y oficialmente dictaminaron al planeta Antierra como territorio humano y todos los habitantes humanos como parte de la suprema especie humana espacial.

Junto con la flota llegó el supremo general Aurora, para hablar con el soldado explorador Alexander Crawford.

- Soldado, usted ha quedado absuelto de su sentencia, tu padre ha pagado una gran cantidad para que no vayas preso esos miseros diez años ¿Desea ir a verlos? - Preguntó el supremo general Aurora a Alexander.

- No, todavía no, quiero pasar por lo menos un año viviendo con mi hermosa novia, aquí en este planeta, como ves señor, he agarrado cariño a estas tierras. - Respondió Alexander con un tono de voz que expresaba respeto.

- Está bien, no diré más, pero dentro de un año debe volver a sus deberes como soldado. - Dijo el supremo general Aurora mientras se marchaba.

- ¡Señora, si señora! - Respondió Alexander de la misma forma que sus soldados le respondían.

Alice se le quedó viendo a Alexander por la repentina respuesta, ella estaba triste porque pensaba que Alexander tenía que irse y ella estaba dispuesta a ir con él a su viaje terraformando planetas.

- Cariño... - Dijo Alice mientras comenzaba a llorar de la felicidad.

- Quiero pasar muy lindos momentos contigo, hacer todas las cosas de parejas que hacen las parejas, ya no puedo vivir sin ti... Así que... Cuando tenga que irme ¿Vendrías conmigo? - Preguntó Alexander mientras cerraba los ojos con miedo a que ella lo rechace.

- Claro que iré contigo, iré a cualquier lado contigo ¡Hasta a los confines del universo si es necesario! - Respondió Alice y luego lo besa apasionadamente.

Se terminan de besar y Alexander sorprendido por el beso, se tranquiliza y sonríe plácidamente.

- Entonces, pasemos el mejor año de nuestras vidas. - Dijo Alexander mientras abraza a Alice con ternura.

- ¡Si! - Dijo Alice mientras también sonríe y lo abraza con ternura.




Fin del capítulo 30 y del primer arco argumental llamado "El planeta terraformado".

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