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Capítulo 26: Reunión.

Llegó la noche, Alexander y Alice se dirigieron a dormir, él tenía la intención de dormir en el sofá de su habitación y que ella durmiera en su cama.

- Bueno, entonces, buenas noches. - Dijo Alexander mientras se acuesta en su sofá.

- ¿Eh? Pero... - Dijo Alice deprimida mientras agarraba la almohada y luego apretaba en su pecho.

- ¿Sucede algo? - Preguntó Alexander y cambia de acostarse en el sofá a sentarse.

- Yo... Esperaba dormir contigo, esperaba dormir abrazándote. - Dijo Alice con un tono de voz que reflejaba tristeza.

Alexander abre grande los ojos, él también quería dormir con ella, pero pensaba que ella no iba a querer o que piense que es demasiado pronto, aunque ya llevan poco más de un mes de relación, ellos pueden diferir en la velocidad de las cosas.

Alice mira hacia abajo esperando una respuesta de Alexander, así que él sonríe levemente, camina hacia ella y la abraza.

- Bien, durmamos juntos. - Dijo Alexander mientras la abraza con gentileza y delicadeza.

- Si. - Dijo Alice con una sonrisa, sin una pisca de la vergüenza que tenía recién.

Acto seguido Alexander se acuesta primero y luego ella lo sigue, rápidamente ella lo abraza, ese era el objetivo de ella, dormir abrazándolo, así poder olvidar totalmente ese sueño horrible que tuvo, poder sentir su calor corporal, su olor y el tacto de su cuerpo, es lo que quería, puede sonar pervertido, pero esto no tiene nada de ello, querer tener contacto físico y sentir el calor corporal de tu pareja, es solo una muestra de amor de las muchas que hay.

Rápidamente se durmieron sintiendo el calor corporal de cada uno, haciendo que el frío que azotaba esa noche desaparezca.

Pasó el tiempo nuevamente, un mes después, llegó el día que idearían un plan para interceptar a la especie invasora que se acerca a planeta.

En ese mes de salto temporal, la relación de Alexander y Alice se hizo más fuerte, unida y hermosa, algo que ya era casi imposible desde el inicio, aunque ella sigue teniendo ese trauma, ahora lo controla algo mejor.

Alexander y Alice llegaron a la base militarizada de para hablar con el gobernador de la ciudad Mirandor, Ernesto Miraflores y la presidente del país Aromia, llamada Giulia Greco, también estarán dentro Gregor Crowbell, su mano izquierda, Eric Crowbell y su mano derecha, Sara Crowbell, también estaban los demás magnates del país y por último también estaban las autoridades más grandes de la milicia Aromiana.

- Hola ¿Cómo andas? - Preguntó Alexander mientras saluda al guardia militar de seguridad.

- Hola, espero que esté bien. - Dijo Alice mientras saludaba elegantemente.

- Oh, Alexander, Alice, volvieron, ingresen rápido, ya están todos esperándolos. - Dijo el guardia militar de seguridad mientras abre los portones gigantes incrustado en el gran muro robusto que cubría toda la base.

- Entiendo, muchas gracias. - Dijo Alexander mientras camina hacia adentro.

Al entrar, el gobernador de la ciudad Mirandor vio a Alexander y Alice, rápidamente fue a recibirlos amablemente.

- Querido Alexander, querida Alice, me alegro de que ya estén aquí, vengan, siéntense en estos asientos reservados para ustedes. - Dijo Ernesto con una expresión de amabilidad.

- Muchas gracias, señor. - Dijo Alice mientras camina hacia el asiento junto a Alexander.

- Si, muchas gracias por tomarnos en cuenta. - Dijo Alexander mientras desliza el asiento, Alice se sienta y luego el acomoda nuevamente la silla.

- Gracias, cariño. - Susurró Alice mientras le guiña el ojo a Alexander.

- No hay de que. - Dijo Alexander mientras sonríe levemente que reflejaba tranquilidad.

Sara Crowbell vio la situación y no pudo evitar soltar un leve ruidito mientras se tapa la boca con su mano, ya que su yerno fue tan tierno con su hija, ella estaba tan feliz.

Gregor está sorprendido, no por Alexander, ya que es lo normal hacer eso en una relación, está sorprendido porque su querida hija será participe de esta reunión increíblemente importante que dictaminará la supervivencia de la raza humana en este planeta.

Eric estaba lleno de preocupación e ira, ya que el piensa que la razón del porque su hermana menor está en esta reunión como alguien titular, con asiento reservado, es por culpa de Alexander, su enojo y preocupación viene a que, esta reunión pondrá en peligro a todas las personas sentadas en un asiento.

- Hermana ¿Qué haces aquí? Este lugar es peligroso, deberías irte. - Dijo Eric mientras caminaba hacia ella, rodeando toda la mesa, pero es detenido por su padre.

- Eric ¿Qué te dije? Te dije que no debías hablar cuando no te tocaba. - Dijo Gregor muy enojado mientras mira a su hijo mayor.

- Pero padre, Alice no debería estar aquí, es peligroso, ayúdame a sacarla. - Dijo Eric mientras vuelve a caminar hacia dónde está ella.

- Hermano mayor, yo estoy invitada a esta reunión como alguien importante, igual que padre, no me voy a ir. - Dijo Alice con una expresión seria en su rostro.

- ¿Ah? Al... - Decía Eric, pero es golpeado por su madre para callarlo.

- Disculpen a mi hijo, le falta aprender a conocer cuál es su lugar. - Dijo Sara llena de vergüenza por su estúpido hijo.

Alexander miró a Alice y sonrió levemente, ya que el temperamento de su querida novia era grande contra la gente que le molesta.

- No pasa nada, solo que no se vuelva a repetir. - Dijo Guila Greco, mientras todos los presentes miraban con desagrado a Eric.

Eric, entendiendo la situación, lo único que podía hacer era mirar furioso a Alexander, lo cual él se dio cuenta y se sorprendió.

- «¡Woah! Que fuerte intención asesinta.» - Dijo Alexander mientras se pone algo nervioso.

Alice se da cuenta de la situación y rápidamente mira con enojo a su hermano mayor, Gregor, que estaba mirando a Alice y Alexander, se dio cuenta que su yerno se puso incomodo de la nada y su hija puso una cara enojada, miró cuál era la razón y vio a su hijo mayor mirando enojado a Alexander, Gregor suspira decepcionado de su hijo.

Gregor mira a su hijo muy enojado y con intención asesina, rápidamente Eric se asusta y deja de hacer el idiota.

- Bien, empecemos, hoy, escucharemos el plan de él joven Alexander para detener esta amenaza que nos acecha. - Dijo Ernesto Miraflores mientras señala a Alexander que está sentado en su asiento.

- ¿Eh? ¿Tu plan? - Preguntó Alice algo sorprendida mientras mira a su novio levantarse de su asiento.

- Si, tengo un plan para presentar. - Dijo Alexander mientras saca unos papeles de su mochila cuántica.

Alexander se preparó para decir su plan, hizo ruidos con su garganta para prepararse para hablar, el preparó muchos documentos para este momento.

- Mi plan es el siguiente. - Dijo Alexander mientras mira a todas las personas presentes.

Todos los presentes miraban a Alexander, algunos estupefactos, otros incrédulos, otros subestimándolo por verse muy joven y otros escuchándolo y respetándolo como debe ser.

- Las naves que construí pueden viajar al planeta enemigo, que está a medio año luz de distancia, en cuestión de menos de un segundo. - Dijo Alexander mientras muestra el documento de informativo de su nave espacial.

Todos los presentes abren los ojos bien grandes de la impresión por las palabras de Alexander, algunos hasta se atragantaron con su propia saliva.

- ¿Ah? ¿Y tú esperas que creamos eso? ¡No seas estúpido! - Gritó Eric totalmente enojado porque pensó que confirmó que Alexander solo engañó a su hermana menor.

- ¡Eric! - Gritó Gregor para que deje de hacer no respetar las reglas de una vez.

- Pero tiene razón, es difícil de creer eso. - Dijo uno de los magnates presentes en la reunión.

- Yo sí puedo creer lo que dice el chico bonito. - Dijo una hermosa mujer con apariencia extravagante.

- Yo también puedo creer, vi de primera mano su tecnología aquel día. - Dijo un señor gordo, que estaba al lado de la hermosa mujer con apariencia extravagante.

Alexander vio a esas dos personas y eran dos de las personas que estuvieron antes en la reunión con Gregor ese día que quiso presentar el cañón de compresión cuántica.

La hermosa mujer de apariencia extravagante guiñó a Alexander y luego le tiró un beso al aire, rápidamente Alexander se pone incomodo por lo que hizo, acto seguido sintió un escalofrío en su espalda, al darse vuelta, era Alice furiosa mirando a la hermosa mujer de apariencia extravagante.

- Alice, tranquilízate... - Dijo Alexander mientras sigue incómodo por las acciones de la hermosa mujer de apariencia extravagante.

Rápidamente los demás magnates atestiguaron en favor de Alexander, la gran mayoría de magnates y gente importante presentes, eran los que estuvieron ese día en la reunión en la residencia Crowbell.

Pero los que no estuvieron presentes ese día, eran personas importantes que estuvieron fuera del país ese día, así que no pudieron atestiguar lo sucedido en la ciudad Mirandor.

- Pero como puede estar tan segura ¿Señorita? - Preguntó un señor con apariencia normal que no estuvo ese día en la reunión.

- Lo vi con mis propios ojos. - Dijo la hermosa mujer con apariencia extravagante.

- Mmm... ¿Estás segura? - Preguntó una mujer hermosa que no había estado ese día también.

- ¿Están insinuando que miento? - Preguntó la hermosa mujer con apariencia extravagante mientras pone una cara enojada.

Acto seguido, comenzaron a discutir entre ellos, pero Guila los detuvo, una sola señal con su mano derecha fue suficiente para que todos se callaran.

- Yo puedo decir que es verdad. - Dijo el Ernesto mientras se para de su silla.

- ¿Cómo? - Preguntó Eric impactado porque el mismo gobernador defendió a Alexander.

- Alexander, usando una máquina que tiene una especie de casco, trasladó toda la información de como manipular esas naves y con mis soldados pude irme al otro rincón de la galaxia en cuestión de segundos, fue una gran locura y tuve demasiado miedo, pero es real lo que él dice. - Dijo el Ernesto y acto seguido sus militares con más rango asienten con la cabeza, dando por confirmado lo que Ernesto dice.

Todos quedaron en silencio unos segundos, pero Guila Greco rompe ese silencio para decir lo que pensaba en ese momento.

- Aun así, es difícil de creer ¿Hay alguna forma de demostrarlo? - Preguntó Guila mientras mira a Alexander a la cara.

- La hay, lo malo es que las naves son naves de guerra, como máximo entran dos personas ahí dentro. - Dijo Alexander mientras hace el ademán de agarrarse la barbilla para pensar.

- ¡Ja! ¿¡Vieron que tenía razón!? ¡Él pone excusas porque no puede demostrarlo! - Gritó Eric con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

- Es la verdad lo que él dice, el trasladó todos los conocimientos de los casi trece millones de años de existencia de la raza humana espacial usando la máquina de traslación de información y conocimiento.

- ¿¡Qué!? ¿El hizo eso? - Preguntó Gregor impactado y preocupado por su hija, ya que no sabía si eso tenía algún defecto o efecto secundario.

- Si, lo hizo, ah, ya sé cariño ¿Por qué no lo demuestras con tu nave espacial personal? Ahí creo que si entramos todos. - Dijo Alice mientras mira con una sonrisa a Alexander.

Alexander rápidamente sonríe, ya que la idea de Alice era simplemente magnifica, ya que el motor nuevo de su nave espacial tiene la misma tecnología que la de las naves espaciales de guerra.

- Alice, es una gran idea ¡Esa es mi chica! - Dijo Alexander con una sonrisa mientras la mira.

Alexander miró a todos los presentes y suspiró para que desaparezcan los pocos nervios que tenía.

- Vamos a mi nave espacial personal, los llevaré a dónde quieran, el motor está hecho con la misma tecnología de las naves de guerra. - Dijo Alexander mientras mira a todos los presentes.

- Está bien, vamos. - Dijo Guila Greco mientras camina elegantemente hasta afuera de la base militarizada.

Salen afuera y el guardia militar de seguridad se impresiona porque todos los presentes eran personas muy importantes.

- ¿Dónde está tu nave espacial? - Preguntó Guila sin mostrar señal de prejuicios.

Todos los demás estaban callados con una expresión seria, menos Eric que tenía una sonrisa pensando de que por fin había destapado a Alexander.

- «El no podrá mostrarnos nada, ahora es cuando mostrará su verdadera cara.» - Pensó Eric sin saber el golpe de realidad que le esperaba.

- Antella, trae mi nave espacial, déjala a unos dos kilómetros de altura, recuerda que mi nave es más grande que la ciudad.

- Recibido maestro.

- Jajaja ¿Hasta cuándo segui...? - Preguntaba Eric, pero de la nada apareció una nave espacial gigante.

La nave había viajado tan rápido que los presentes pensaron que había aparecido de la nada, todos quedaron boquiabiertos, con los ojos abiertos bien grandes, los únicos que no tuvieron mucha reacción fueron los que estuvieron presentes aquel día que Alexander destruyó la nave invasora.

Eric Crowbell tenía los ojos tan abiertos que parecía que se le iban a caer, no podía creer lo que estaba viendo.

- Bien, subiremos, ahora comenzarán a levitar, no se asusten cuando lo hagan. - Dijo Alexander mientras comenzaba a levitar.

Acto seguido Alice también, pero ella no mostró señal de miedo ni nervios, ya que ella subió muchas veces a la nave espacial.

En unos segundos, ya estaban dentro de la nave espacial, como era de esperarse, todos estaban impresionados por lo grande que era por dentro.

- Toda esta nave gigante podría almacenar millones de personas ¿Por qué no veo ninguna? - Preguntó Gregor mientras tragaba saliva de la impresión.

- ¡Ah! Es que, esta es mi nave personal, solo vivo yo y mi inteligencia artificial Antella ¿Por qué es así de grande entonces? Es que hace millones de años yo aspiraba a tener la nave personal más grande de toda la raza humana espacial, en ese momento estaba en el décimo lugar. - Dijo Alexander levemente avergonzado porque tenía que explicar eso.

Alexander llamó a los vehículos automatizados no motorizados para que todos se suban, en el mes de salto temporal, él ya había mejorado los vehículos, ya tienen dos asientos y algunos tienen hasta cuatro asientos, también tiene un vidrio y seguridad, es decir, reparó todos los defectos que tenían antes.

Alexander se sube a un vehículo automatizado no motorizado de dos asientos, junto a Alice al lado de él y se dirigen a la zona de control de la nave espacial.

- Yo quería ir en tu regazo. - Dijo Alice mientras está sentada en el asiento de al lado de Alexander.

- Pero tienes que aguantarte, hubiera sido vergonzoso si otros nos veían tomar un vehículo de un asiento. - Dijo Alexander mientras le toca la mejilla a Alice.

- Lo sé... - Dijo Alice mientras suspira y luego vuelve a la normalidad.

Acto seguido Alexander le dio un beso desprevenido a Alice, ella rápidamente miro a él con los ojos abiertos, sorprendida.

- Eso es injusto. - Dijo Alice mientras mira a Alexander directamente a los ojos.

- Lo siento ¿Quieres otro? Tardaremos unos cuatro minutos más en llegar. - Dijo Alexander mientras toma la mejilla de Alice.

- Si, por favor. - Dijo Alice mientras lo besa nuevamente.

Así, dándose besos, los tortolitos acaramelados, se dirigieron a la zona de mando de la nave espacial junto a los demás.




Fin del capítulo 26.

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