Capítulo 14: Enamorada.
Alice y Alexander encontraron a una persona en camioneta que iba a la ciudad Mirandor, mucha gente que vivía al borde de la ciudad huyó despavoridos, la mayoría murieron por la onda expansiva, pero algunas personas sobrevivieron en bunkers bajo tierra, ahora mismo están todos huyendo por la carretera hacia las ciudades limítrofes, son tantos que se estancó la ruta del tráfico que había.
Alexander apenas se subió a la camioneta y se desmayó por la falta de sangre.
- ¿Alexander? ¡Aguanta! ¡Por favor, no puedes morir! – Dijo Alice desesperada mientras están en la parte trasera de la camioneta y lo sujeta.
Alexander recupera la consciencia y ve a Alice desesperada sin saber que hacer.
- Tranquila, estoy bien, ya recuperé la consciencia, cálmate, yo fui entrenado innumerables veces para este tipo de situaciones, puedo soportar el dolor y controlar mi anemia por la falta de sangre. – Dijo Alexander con un a expresión de dolor, pero confiada.
- Me alegro, tienes que vivir, me sentiría devastada y nunca me perdonaría si mueres por mi culpa ¡Nunca lo superaría! – Dijo Alice con una expresión de tristeza.
- Tranquila, no moriré, sabes que te conté que estuve peor hace diez millones de años. – Dijo Alexander mientras le toca la mejilla y le limpia las lágrimas a Alice con su brazo que le queda y la mira desde abajo con una sonrisa gentil.
- Yo... No sé nada de eso, idiota... Todavía me es difícil de creer eso. – Dijo Alice levemente sonrojada mientras mira a Alexander desde arriba.
- «Por qué Alexander es tan amable y gentil en estas situaciones, me pone extraña y me hace sentir emociones fuertes.» - Pensó Alice mientras no quiere dejar de mirarlo.
- «Me hace sentir extraño cuando veo a Alice así, quisiera poder hacerla reír ahora mismo, pero sinceramente me siento de la mierda.» - Pensó Alexander mientras no quiere dejar de mirarla.
Poco a poco comenzaron a acercar sus caras el único hacia el otro, así como si fuera instintivo, como si tuvieran imanes que se atraen, hasta que...
- ¡Jóvenes! Ya estamos llegando, no se murió el herido ¿O sí? Ya vamos hacia el hospital. – Dijo el conductor de la camioneta que decidió ayudarles.
Alice aleja rápidamente su cara mientras intenta calmar su cara sonrojada.
- ¡Muchas gracias! Alexander no morirá, tranquilo. – Dijo Alice para cambiar el tema.
- Es cier...to señor, no mori...ré. – Dijo Alexander mientras respira con dificultad.
- ¡Me alegro! Aguanta un rato más por favor. – Pidió el conductor mientras acelera.
- Much...as gracias. – Dijo Alexander mientras vuelve a descansar.
Se quedaron en silencio los tres, pero Alice y Alexander estaban pensando en lo que estaba sucediendo hace poco.
- «Yo... ¿Casi beso a Alexander? ¿Por qué? Yo sé que es extremadamente lindo y tiene buen físico, también es muy amable y gentil a veces, además tiene buen sentido del humor... También me salvó la vida... ¿Quizás? ¿Me enamoré de Alexander?» - Mentalmente se preguntó Alice mientras se le pone roja la cara.
- «Yo iba a besar a Alice, mi primer beso en mis diez millones de años de vida... También salvé su vida arriesgando mi vida ¿Desde cuándo soy así de temerario? ¿Será que tanto me importa Alice? La primera vez que la vi me impactó su belleza, ¿Pero llegar al punto de estar enamorado de ella?» - Mentalmente se preguntó Alexander mientras se sonroja levemente.
Llegaron a la entrada de la ciudad Mirandor y entraron rápidamente al ver a un herido y lo llevaron rápidamente al hospital, en donde lo atendieron, le hicieron una transfusión de sangre y le cerraron el corte.
Ahora Alexander está inducido al coma, para que no sufra más por ahora.
Alice está sentada en la sala de espera luego de que fue atendida sus heridas menores, esperando una buena noticia sobre la condición de Alexander y pensando en lo que había sucedido antes.
- «Espero que todo salga bien ¡Debes sobrevivir! Además, en ese momento, instintivamente casi le beso ¿Será que en verdad estoy enamorada de él?» - Mentalmente se preguntó Alice nuevamente.
Alice todavía no acepta y duda de sus sentimientos, ella de pequeña tuvo muchas malas experiencias con los hombres, desde algunos que la querían secuestrar para ganar dinero, a otros perturbados que querían hacerle cosas horribles a una niña.
Alguien a lo lejos se le acercaba a Alice lentamente, pero ella estaba sumida en sus pensamientos.
- Alice, estás bien? ¿No estás herida? – Preguntó Egil con una cara desesperada, pero a la vez desagradable.
Alice lo vio y automáticamente su expresión cambio a una de seriedad y rechazo.
- Oh, eres tú Egil, si como ves, estoy bien. – Dijo Alice con un tono indiferente hacia Egil.
- Me entenderé en el gremio de exterminadores que Alexander quedó gravemente herido por esa enorme explosión en la ciudad Esperanza, me dijeron que no podrá ser más un exterminador. – Dijo Egil mientras intenta todo lo posible de aguantar soltar una sonrisa de felicidad.
Alice escucha lo que dijo Alexander y luego lo mira con una expresión de enojo, pues, conoce a Egil, ella no puede soportar que él se esté mofando de la situación de Alexander.
- Él está bien ¡Se recuperará! – Respondió Alice con agresividad.
Egil comienza a irritarse nuevamente, no puede creer que Alice esté así por un chico más joven que ella, ya que no sabe nada sobre la verdad de Alexander, él no sabe que es más viejo que todos.
- Alice, por favor, entiéndelo, si el sigue siendo un exterminador siendo un manco, solo será un peso muerto y te perjudicará, tómame como tú mano derecha, si? Yo te ayudaré más que él. – Dijo Egil mientras intenta hacer una expresión de tristeza para que ella se apiade.
- ¡Entiende! Ya no eres el Egil que conozco, ya no quiero saber más nada de ti, Alexander se curará y volveremos a cazar monstruos. Si era solo eso, vete por favor. – Dijo Alice mientras se vuelve a sentar en los asientos de la sala de espera.
Egil ya desesperado y enojado suelta y dice todo lo que piensa.
- ¿Por qué te importa tanto ese chico idiota? ¿Acaso te enamoraste de él? No creo, eso es imposible. – Dijo Egil con toda confianza.
Las palabras de Egil golpean fuertemente en Alice, así como si la golpearan con un fierro.
- ¿Por qué? Yo... - Dijo Alice dudando de todo y muy confundida.
Egil se pone feliz porque vio un momento de debilidad en Alice, él pensaba en su mente perturbada que ella nunca podría enamorarse de otro hombre que no sea él.
- Dime Alice ¿Por qué te preocupa tanto ese idiota? Responde ¿¡cuál es la razón!? – Preguntó Egil mientras grita fuerte.
Alice no sabe que responder, no sabe ni lo que siente ella misma.
- «Por qué me importa tanto Alexander? Él es amable, gentil, fuerte, confiable, gracioso, buena persona y atractivo, además de que me salvó la vida... Espera ¿por qué pienso así de él? Yo nunca había pensado que un hombre es atractivo antes, recién me doy cuenta de eso, quizás yo... Estoy de verdad...» - Pensó Alice mientras ordenada todos sus sentimientos, pero fue interrumpida una vez más por Egil.
- ¡Responde por favor! ¿¡Por qué te importa tanto ese idiota!? – Grito Egil interrumpiendo los pensamientos de Alice.
En ese momento, Alice activó sus nanomáquinas cerebrales y e inmediatamente ordenaron sus sentimientos para ella, estás máquinas solo sirven para ordenar todo como debe estar, no modifica ni crea nada, tampoco cambia personalidades, solo ayudan al usuario a poder expresarse libremente y no dudar. Gracias a las nanomáquinas Alice pudo organizar sus sentimientos y se imaginó a Alexander sonriendo tan amable y gentilmente, herido en el regazo de ella, mientras le toca la mejilla, se imaginó esa situación en la que estaban en la camioneta volviendo, el cómo se sintió tan cálida y deseosa de besar esos labios, ella ya se había dado cuenta.
- Me parece que no puedes responder, seguro lo estás haciendo por capricho o para que yo recapacite y vuelva a ser como antes. Pero no te preocupes, yo nunca cambié, soy el mismo de siempre, podemos volver a ser como siempre lo fuimos, o... Algo m... - Decía Egil, pero fue interrumpido por Alice.
- Yo... - Dijo Alice mientras mira hacia abajo levemente sonrojada.
- ¿Tu...? – Preguntó Egil con una sonrisa, pensando de que Alice lo iba a aceptar otra vez.
- Yo... ¡Estoy enamorada de Alexander Crawford! Si, lo admito, por fin lo entendí, estoy enamorada de él, todo de él me cautivó, es el hombre más maravilloso que conozco y conocí, estoy segura de que también es el hombre más maravilloso que conoceré en toda mi vida. – Respondió Alice sonrojada y luego comenzó a respirar agitadamente.
Alice dejó todo de ella en esa respuesta, dejó toda su vergüenza atrás y dejó en claro sus sentimientos.
- Alice... ¡No puedes...! - Decía Egil con una expresión desesperada, pero fue interrumpido nuevamente.
En ese momento un médico salió de la habitación se emergencia e interrumpió a Egil para decirle algo a Alice.
- Disculpa señorita, ya terminamos el tratamiento hace unas horas y el estuvo en coma inducido, pero ahora se ha despertado, puede pasar a verlo. – Respondió el médico mientras indicaba a Alice a dónde tenía que ir.
Las palabras del médico pusieron a Alice enormemente feliz, rápidamente quería ir a verlo.
- ¿En serio? Quiero verlo, vamos señor médico. – Dijo Alice mientras camina con el médico.
- Está bien... Disculpe ¿Ese señor que está llorando viene con usted? – Preguntó el médico mientras señala a Egil.
- No, el no viene conmigo, debe estar aquí por otro paciente, vamos doctor, apurémonos. – Dijo Alice mientras mira con una expresión enojada a Egil y luego se va con el médico a ver a Alexander.
Egil quedó en shock, él nunca se imaginó ni soñó en sus peores y más perturbadores sueños, que Alice se enamorara de un chico que no es el.
- «Esto no puede ser cierto... No puede ser cierto, no, no ¡No!» - Pensó Egil mientras se agarra la cabeza y nieva los hechos.
- «Alice no puede estar enamorado de ese idiota, ella debe haberlo dicho para darme celos... Si eso es, solo tengo que matarlo... Decidido, voy a pagar por un asesino que sea tan fuerte como un exterminador rango platino de la unión de asesinos, gastaré todos mis ahorros, pero valdrá la pena.» - Pensó Egil mientras ríe exageradamente cómo todo un loco y se marcha hacia afuera del hospital.
Alice entra a la habitación de Alexander y lo ve en la camilla del hospital ya despierto.
- Oh, hola, Alic... - Decía Alexander, pero es interrumpido por Alice que se abalanza sobre él.
- Alex! – Gritó Alice mientras se lanza hacia él y lo abraza.
Alice habiendo aceptado sus sentimientos, se volvió más atrevida de cierto todo.
- Alice? – Preguntó Alexander confundido por ese abrazo.
- ¡Ah! No es nada, me alegro de que estés bien, por eso te abracé, acaso ¿No puedo? – Preguntó Alice mientras le toca la mejilla a Alexander.
Alexander se dio cuenta por las expresiones de Alice, que estaba muy preocupada por el, eso de algún modo le hacía feliz, por una razón que el todavía no sabe ni entiende.
- Claro que puedes. Por cierto, no sé porque me siento tan cálido cuando me acaricias así. – Dijo Alexander sin haber entendido sus sentimientos todavía.
- Yo también me siento cálida cuando haces lo mismo. – Dijo Alice con una sonrisa, solo que ella si habiendo entendido sus sentimientos.
Ellos se quedan ahí en silencio unos segundos, hasta que Alexander reacciona por algo que dijo Alice recién.
- Por cierto ¿Me llamaste Alex? – Preguntó Alexander con curiosidad.
- Quiero llamarte Alex ¿No puedo? – Preguntó Alice con una sonrisa.
- Claro que puedes, puedes llamarme como quieras. – Dijo Alexander con una leve sonrisa.
- Está bien. – Dijo Alice mientras ponía feliz como una chica enamorada, por primera vez.
Pasan dos meses desde que Alexander fue internado y está casi recuperado, Alice iba todos los días y le llevaba comida casera para él y comenzó a ser más pegajosa con él, pero a Alexander no le desagrada, de hecho, le agrada, pero él no sabe porque todavía, está concentrado en otras cosas que no le da el tiempo para pensar en esa sensación extraña que él tiene.
- Paciente Crawford, le daremos el alta, le pido que cuide su muñón cómo se lo indicamos. – Dijo el médico y luego le da los documentos que demuestra que ya fue dado de alta.
Alexander sale junto a Alice del hospital y lo primero que él quiere es fabricar su brazo robótico cuántico para poder volver a ser una persona no manca.
- Alice. – Dijo Alexander.
- ¿Si Alex? – Dijo Alice con una sonrisa.
- Voy a necesitar estos materiales para construir mi brazo robótico, ayúdame a conseguirlo por favor. – Dijo Alexander mientras mira a Alice.
- Claro, solo dímelo. – Respondió Alice feliz de ayudar a Alexander.
- Muchas gracias, lamento las molestias. – Dijo Alexander apenado por pedir ayuda siempre a Alice.
- ¡No es molestia! Quiero ayudarte ¿Sí? – Dijo Alice mientras hace una sonrisa y le agarra la cara a Alexander con sus dos manos.
- Está bien. – Dijo Alexander rendido a la situación.
Se van hacia el coche de lujo de Alice para ir al mercado para conseguir los materiales rápidamente.
- «Alice estuvo muy pegajosa y mucho más amable hacia mí en estos meses que estuve en el hospital, es extraño, pero no me desagrada...» - Pensó Alexander mientras caminaba hacia el coche.
Entran al coche y se van al mercado a comprar todo lo necesario.
Terminan de comprar todo y se dirigen al coche otra vez.
- ¿A dónde vamos ahora? – Preguntó Alice mientras sube al asiento de piloto en su coche de lujo.
- Vamos a mi departamento, ahí todo todas las herramientas necesarias. – Dijo Alexander mientras sube al asiento de copiloto.
- ¿¡A tu departamento!? – Preguntó Alice y de la nada se pone feliz.
- Si, mi departamento... - Respondió Alexander extrañado.
Alice lo mira y reacciona, ya que estaba actuando muy feliz y pegajosa.
- «Ah, debo calmarme, Alex debe estar pensando que estoy siendo una idiota, debo calmarme y actuar lo más posible a como era antes de saber que estoy enamorada de él.» - Pensó Alice mientras suspira para calmarse.
- ¿Estás bien? – Preguntó Alexander extrañado y a la vez preocupado.
- No es nada, vamos entonces. – Dijo Alice con un tono calmado y arranca el automóvil.
- «Esa es la Alice que conozco, aunque como fue recién no me desagradó, si me sorprendió porque fue inesperado.» - Pensó Alexander mientras mira hacia la ventana a su lado.
Llegan al departamento de Alexander y entran adentro.
- «Así que este es el departamento de Alex, como esperaba, es tan él.» - Pensó Alice mientras se sentaba en el sofá.
- Bueno, vamos a la habitación taller. – Dijo Alexander mientras señalaba con el dedo hacia la puerta de la habitación.
- Está bien, vamos. – Dijo Alice mientras se levanta del sofá y camina junto a Alexander.
Fin del capítulo 14.
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