Capítulo 11: Antella.
Pasan unas horas y Alexander está por terminar de reparar a Antella, mientras que Alice no entiende nada.
- «¿Qué es lo que está haciendo Alexander? Son herramientas raras y tienen muchas lucecitas ¿Será que lo que dijo es verdad?» - Se preguntó Alice mientras mira las acciones de Alexander.
Entonces por fin Alexander termina de reparar a Antella, lo que le había pasado no era tan serio, es solo que ella se había apagado por sí misma y una IA no debe volver a encenderse nunca después de que su maestro muere, a no ser que sea una emergencia, por eso la forma de volverla a encender en extremadamente tedioso, para que nadie quiera hacerlo porque sí, pero igual, alguien como Alexander no hubiera tardado tanto, lo que pasa es que tuvo que reparar también la computadora cuántica para que el sistema avise que Antella está en funcionamiento otra vez.
- ¡Sistema! Encendiendo a la IA Antella después de su apagamiento, reorganizando datos, analizando datos, revisando funciones. Terminado.
Al escuchar esa voz robótica y sin vida del sistema mencionar que Antella ya estaba lista, Alice estaba en shock, hasta ahora, todo lo que le dijo Alexander, se estaba cumpliendo.
- ¡Antella! ¿Me escuchas? ¿Tienes algo averiado o algún defecto que deba reparar? - Preguntó Alexander mientras espera que Antella le responda.
- Vamos Alexander deja de actuar ya, no va a resp... - Decía Alice, pero fue interrumpida por una voz femenina robótica y sin vida.
- Estoy bien maestro Alexander, revisando todas mis funciones no tengo ningún fallo. - Dijo Antella mientras hace ruiditos porque está revisando sus funciones.
- «¿Qué? ¿Todo esto es cierto?» - Se preguntó Alice con sus ojos bien abiertos de la impresión.
- Maestro ¿Qué ha sucedido? Yo creí que usted estaba muerto porque no despertaba nunca de su criogenización, así que me apagué luego de crear la vida humana que me pidió. - Dijo Antella mientras pone en la pantalla toda la información de los seres humanos y que material genético ha usado.
- Mi intención no era pedirte que crees vida humana, seguro que como estaba tan herido seriamente y estaba perdiendo la conciencia, dije una estupidez tratando de decir otra cosa, pero no te culpo Antella, es mi culpa, tu solo seguiste mis órdenes. Dijo Alexander mientras se agarra la cabeza con una mano.
- «Así que la religión contaba una verdad, a medias, no fue nada fantasioso la creación de la raza humana y Antella no era la que mandaba, era el ángel, Alexander, nosotros no fuimos creados por una diosa o la panspermia, fuimos creados por la tercera teoría que rondaba por la gente conspiranoica, la creación de la raza humana por otra civilización más avanzada.» - Pensó Alice entendiendo toda la verdad de la raza humana.
Alexander se levanta del suelo y va hacia la computadora cuántica y comienza a apretar el teclado táctil para intentar contactar con la raza humana espacial pero no puede.
- ¡Antella! ¡Contáctame con la raza humana espacial! - Ordenó Alexander porque no puede hacerlo manualmente.
- Si maestro, contactando con la raza humana espacial, bip, bip, bip. Rechazado, no se ha podido contactar con la raza humana espacial. - Dijo Antella mientras hace ruidos raros.
- ¿Por qué? Explica la razón Antella. - Ordenó Alexander mientras se siente impotente.
- No se puede contactar con la raza humana espacial porque al parecer cambiaron de formato de llamada, parece que sigue siendo con entrelazamiento cuántico, pero en estos diez millones de años, seguro han avanzado mucho tecnológicamente y algunas tecnologías que tenemos ahora debieron quedar obsoletas o simplemente mejoradas. - Explicó Antella mientras sigue intentando llamar a la raza humana espacial.
- Está bien, no tengo nada... Parece que debo reparar mi nave e irme al planeta hogar Earth325-H, aunque tendré que criogenizarme por doscientos años otra vez. - Dijo Alexander pensativo mientras se agarra la barbilla.
Esas palabras pusieron un poco nerviosa a Alice, ella no sabía, pero sentía un sentimiento extraño por Alexander y no quiere que se vaya.
- «Pero si hace eso... Después de doscientos años yo ya estaré muerta, no quiero que se vaya.» - Pensó Alice mientras pone una expresión triste.
Alexander la ve triste y no entiende por qué esa reacción, el esperaba que ella quede en shock o queda impresionada.
- ¿Qué sucede Alice? ¿Por qué esa expresión triste? - Preguntó Alexander con preocupación.
- No es nada... Es que ¿Te vas a ir? No entendí muy bien, pero lo que entendí es que vas a tardar doscientos años en ir y doscientos años en volver, yo ya estaré cinco metros bajo tierra, después de que nos hicimos amigos, por eso me siento mal. - Explicó Alice claramente malinterpretando sus sentimientos.
Alexander entendió por fin la razón, ahora que lo pensaba él tampoco quería separarse así de Alice, porque ella le cayó muy bien y siempre fue amable con él.
- Entiendo, no queda de otra que intentar reparar la comunicación... Por cierto ¿Quieres ser inmortal? - Preguntó Alexander mientras mira seriamente a Alice.
- In... ¿Inmortal? - Preguntó Alice muy confundida.
- Si... Yo lo siento, te mentí, no tengo veintiún años, tengo más de ocho mil años ¡Ah! No, en realidad ahora tengo más de diez millones de años, pero es que era algo imposible de creer si te lo decía en ese momento, me hubieras tachado de loco. Ah, pero mi cuerpo quedó para siempre cuando obtuvo la edad de veintiún años, así que no mentí del todo. - Explicó Alexander mientras intenta explicar nervioso.
Alice, viendo y escuchando ya todas estas cosas que ella creía imposible, creer eso no fue nada.
- Está bien, te creo, de hecho, mi familia siempre ha estado obsesionada con la inmortalidad, mi madre ha invertido mucho dinero en experimento e investigaciones, me encantaría ser inmortal. - Dijo Alice con unos ojos brillantes.
- Me alegro, solo tengo que buscar los materiales y fabricar una inyección, tengo que tomar el gen que detiene la vejez, tengo algunas muestras guardadas en mi nave espacial, debo poder acceder a ella. - Explicó Alexander mientras se agarra la barbilla.
- Entiendo, te ayudaré a buscar los materiales. - Dijo Alice con una cara confiada.
- ¿En serio? Muchas gracias y gracias por creerme. - Dijo Alexander con total sinceridad.
- No es nada. - Dijo Alice mientras se va caminando hacia afuera de la cápsula.
Pero en ese momento Alice piensa en algo que la hace tener que volver a dentro de la cápsula que es en dónde está Alexander ahora.
- Alexander... Dime... ¿Mi familia también puede hacerse inmortal? - Preguntó Alice con un tono y una expresión preocupada por su familia.
- Claro que sí, el deber de la raza humana espacial es proveer la inmortalidad a todas las civilizaciones humanas que existan por el universo, así que si o si todos los humanos lo recibirán independientemente si son jóvenes o viejos. - Dijo Alexander orgulloso de su deber como parte de la milicia humana espacial.
- Me alegro. - Dijo Alice mientras comienza a llorar.
- Oye, no llores... Me haces sentir mal... - Dijo Alexander mientras seca sus lágrimas con sus dedos.
Alice se sonroja, se aleja un poco y para de llorar.
- Bueno, me voy a buscar los materiales que necesites para reparar lo que necesites reparar. - Dijo Alice para cambiar el tema de conversación.
- ¡Ah! Si, dame un papel te voy a escribir los materiales que necesito para reparar la cápsula, la conexión con mi nave espacial y también para intentar crear una línea de comunicación con la raza humana espacial, todavía recuerdo que había una forma experimental para cambiar la forma de comunicación a una con mayor calidad, los datos los debo tener en la nave espacial, si creo eso y es en verdad la nueva forma de comunicación estamos salvados, por cierto, no le digas nada a tus padres todavía, ellos no lo van a creer y van a prohibir que te juntes conmigo. - Dijo Alexander mientras toma el papel y el bolígrafo y empieza a escribir cada uno de los materiales.
- Está bien ¡Cuenta conmigo! - Dijo Alice con mucha energía mientras mira a Alexander.
Alexander termina de escribir y se lo pasa a Alice y ella se va corriendo hacia la ciudad otra vez para hablar comprar las cosas.
- Bien, las cosas están saliendo más o menos bien, lástima que no podamos comunicarnos con todos, pero es un gran avance igual. - Dijo Alexander a Antella con una expresión de satisfacción,
- Maestro, por cierto ¿Quién era esa chica? - Pregunto Antella con curiosidad.
- Ah, ella es una chica amable y gentil que me ayudó cuando estaba solo en el bosque, me agrada así que la quiero ayudar en todo lo que pueda. - Explicó Alexander a Antella.
- Pues a mí me parece que ella te atrae sexualmente maestro. - Dijo Antella con una voz robótica y sin vida, pero juguetona.
- Q... ¿Qué? - Dijo Alexander mientras se ahoga con su propia saliva.
- Lo que oíste maestro, no puede engañar a las nanomáquinas controladoras de hormonas, sabes que yo superviso las nanomáquinas que recorren su cuerpo. - Dijo Antella mientras muestra en la pantalla un vídeo que está captando en vivo y en directo una de las nanomáquinas de Alexander desde adentro.
Alexander fue descubierto, Alexander sabe que no puede engañar a Antella en nada de lo que sucede con su cuerpo.
- Bueno... Es cierto que Alice me gusta algo... ¡Pero no es de la forma que crees! - Gritó Alexander mientras se tapa la cara de la vergüenza.
- Ahí vamos de nuevo, a mí no me engaña, pero mejor cambiemos de tema de conversación por su propio bien maestro. - Dijo Antella mientras hace una voz burlona, aunque su voz es robótica y sin vida.
- Muchas gracias... - Dijo Alexander rendido hacia su IA que fue creada para facilitar su vida.
Alexander se pone a configurar y reparar algunas cosas más y ya está anocheciendo.
- Bien Antella, logré reparar tu conexión con mis auriculares cuánticos, ahora podremos comunicarnos a dónde quiera que vayamos. - Dijo Alexander con una cara feliz ya que por fin puede sentirse más seguro con Antella a su lado.
- Está bien maestro, salgamos ya de aquí, se está haciendo tarde y necesita ir a descansar, sus niveles de energía han decaído bastante. - Explicó Antella mientras muestra los gráficos de energía de Alexander en la pantalla de la computadora cuántica.
- Bien, volvamos al departamento, Antella, activa el camuflaje. - Dijo Alexander mientras sale de la cápsula.
- Entendido maestro. - Dijo Antella mientras activa el camuflaje para que nadie pueda verlo.
Alexander y Antella se van caminando al departamento mientras miran el atardecer.
Alexander llega de noche a la ciudad y con un hambre, se va a un puesto callejero de comida rápida.
- Por favor deme una hamburguesa triple de vaca cerdo con extra de queso. - Pidió Alexander al señor que estaba vendiendo las hamburguesas.
- Enseguida caballero. - Dijo el señor del puesto callejero mientras empieza a hacer la hamburguesa de Alexander.
- Maestro, debe comer de forma más saludable, además, que raro que no esté comiendo la comida sintética del horno cuántico. - Regañó Antella a Alexander como los viejos tiempos.
- «Nunca pensé que estaría feliz de que Antella me regañara otra vez.» - Pensó Alexander mientras hace una pequeña risa.
El señor del puesto callejero terminó la hamburguesa de Alexander y se lo entrega y le cobra.
- Aquí tiene, son cinco uniones por favor. - Dijo el señor del puesto callejero mientras extiende la mano para cobrar.
- Bueno, tome, muchas gracias. - Dijo Alexander mientras entrega el dinero al señor del puesto callejero.
- Muchas gracias, vuelva pronto. - Dijo el señor del puesto callejero con una expresión amable.
Alexander se va comiendo su hamburguesa triple de vaca cerdo con extra de queso.
- «Esto está delicioso la comida sintética es horrible alado de esta delicia.» - Pensó Alexander mientras sus ojos brillan y actúa como un niño.
Alexander se sienta en un banco en la plaza y termina de comer su hamburguesa.
- «Estoy lleno, ahora a volver al departamento y a dormir, que mañana es un gran día. » - Pensó Alexander mientras se va caminando.
Alexander va caminando por los callejones oscuros y Antella siente algo.
- Maestro, hay entidades hostiles que lo están siguiendo desde atrás. - Dijo Antella mientras Alexander está caminando tranquilo.
- Está bien, sigamos actuando que no sabemos que están aquí por si las dudas. - Susurró Alexander con confianza.
Desde arriba en un edifico de unos diez pisos, lo está mirando Egil con una sonrisa aterradora.
- Ahora aprenderás a no meterte conmigo y con mi plan de casarme con Alice, estos tres asesinos con una fuerza similar a una clase oro, te van a dejar paralitico de por vida, o quien sabe ¿Muerto? Jajaja. - Dijo Egil confiado mientras se ríe con una expresión desagradable.
Alexander camina hacia un callejón sin salida y aparecen los tres asesinos con la fuerza de un exterminador de clase oro.
- Así que piensan matarme eh... - Dijo Alexander con una expresión confiada.
Egil mira desde arriba y comienza a reír aún más loco todavía.
- Que imbécil, se ha quedado encerrado el solo, se nota que me ganaste por pura suerte. Ahora ¡Muere! - Dijo Egil y comienza a reír otra vez.
Los tres asesinos con un poder parecido a un exterminador de clase oro van corriendo hacia Alexander para matarlo.
Alexander sonríe confiado y se le activa su modo de batalla.
Fin del capítulo 11.
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