Capítulo único
¿Fue un accidente? ¿Fue casualidad? ¿Alguien predijo que pasaría eso? ¿Alguien hizo que eso sucediese? La tormenta no fue cosa del destino... o quizás sí. El incendio del bosque, provocó que corrieras en dirección a una cueva escapando de las llamas, pensaste que allí estarías a salvo.
Te acababas de separar de tus compañeros y no sabías si ellos te estaban buscando o si se habían dado cuenta de que os habíais separado.
Estabas más pendiente ahora de estar a salvo y no expuesta a la tormenta de rayos y el fuego. A pesar de estar cubierta de la tormenta, los rayos y los relámpagos hicieron de las suyas, los árboles y las rocas obstaculizaron la única salida y, a colmo de males, te dejaron a oscuras.
Te encogiste abrazándote a ti misma hasta que el desprendimiento cesó y pudiste alzar la mirada, estaba completamente a oscuras y tu mirada, todavía, no se acostumbraba a la oscuridad. Metiste la mano en el bolsillo de tu pantalón negro de invierno y sacaste tu teléfono, lo desbloqueaste y buscaste la linterna para iluminar el camino y buscar una segunda salida porque esa estaba bloqueada y era imposible salir. Miraste alrededor con curiosidad alumbrando todo a tu alrededor menos el suelo, alumbraste al frente y frenaste al darte cuenta de que había una pared delante de ti, decidiste ir con la mano izquierda en la pared y la mano derecha sujetando el móvil y alumbrado el lugar. Ibas atenta, revisando lo que tenías alrededor, pero no en lo que estaba al frente, por lo que tropezaste con una liana o una raíz del suelo y diste un paso en falso que te hizo caer a un gran agujero soltando el teléfono, este chocó contra una pared y quebró apagándose la luz y dejándote a oscuras mientras caías.
El impacto contra el suelo te dolió lo tuyo, gemiste de dolor y te sentaste en el suelo, te tocaste la parte posterior de la cabeza para ver si sangrabas, no, no sangrabas a pesar de haberte golpeado fuertemente la cabeza. Supusiste que tuviste un golpe de suerte.
Suspiraste aliviada por ello y te levantaste del suelo. Había una luz que emergía del techo, alzaste la mirada para ver el sol, estabas mucho más abajo que antes, casi podía ser algo imposible alcanzar la superficie de nuevo.
No sabías donde estabas, pero sabías que no podía subir por la pared, así que miraste alrededor. Te quitaste los pétalos de flores que se habían quedado enganchados en tu ropa negra con una franja roja, habías aterrizado en una pizca de hierba con flores doradas. Acomodaste tu ropa, admites que eras un poco emo, te gustaba taparte parte de la cara con parte del cabello, tenías el cabello corto y liso de color (t/c), admites que no tenías muchos amigos pero... a ti te gustaba ser así, no te importaba ser una chica solitaria sin amigos, tú eras feliz sola, disfrutabas la soledad, te gustaba estar sola para poder pensar...
Ahhh, un detalle más... eras huérfana, pero no te importaba el hecho de serlo. Miraste más allá de la cueva y decidiste adentrarte a lo más profundo de la cueva por ese pasillo. Viste una entrada majestuosa con dos pilares uno a cada lado, entraste. Todo era completamente negro y había un poco de hierba, aquí había una flor que parecía marchita, los pétalos estaban en dirección hacia abajo y te parecía escuchar un sollozo proveniente de ella. Cuando te acercaste lo suficiente viste como alzó la mirada, tenía rostro y se veía asustado, te pidió que no lo hicieses daño, y que no lo matases.
- ¿Por qué lo haría?- preguntaste ladeando la cabeza a un lado, por alguna razón no se te hacía raro tener una flor parlante delante, te parecía interesante.
Te miró esperanzado y se atrevió a dar una pequeña sonrisa.
- Sígueme, si alguien te ve...- no entendiste el resto, se metió en la tierra impidiéndote entenderlo.
Lo seguiste, sentías que era un ser de confianza, te dijo que te ayudaría en las batallas y que no permitiría que te dañasen, te enseñó a pelear contra un maniquí pero tú no lo golpeaste con la rama que te dio, más bien te quedaste serena y le diste piedad. Aun sin entenderte te guio a través de todas las ruinas, también te explicó lo que te pasaría si te encontrasen otros monstruos y en varias ocasiones tuviste que pelear, pero dabas piedad a todo lo que se te interponía por delante, no quería dañar a nadie. Visteis una casa a lo lejos y Flowey- te dijo su nombre mientras atravesabais las ruinas- te pidió que te escondieses, que si quien habitaba en esa casa te veía te dañaría y mataría.
Entraste en la casa desierta o vacía y seguiste las indicaciones de Flowey, las cuales fueran correr al sótano o planta baja antes de que alguien os viese. Abriste la puerta del final de pasillo del sótano y recorriste un pasillo largo hacía el fondo, allí había una mochila granate vieja y algo maltratada que utilizaste para que Flowey pudiese viajar contigo, así que lo trasplantaste en la mochila una vez pusiste algo de tierra en la mochila. Abriste la puerta y viste la nieve y un MUY largo pasillo cubierto por la misma... de repente sentiste una sensación de bienestar que te llenaba de determinación por alguna extraña razón.
Caminaste escuchando lo que Flowey te decía, te comentaba cosas de tener cuidado con los monstruos y todo eso... escuchabas atentamente a la flor hasta que unos pasos diferentes a los tuyos te hicieron soltar un leve grito- o jadeo- y girarte hacia atrás. La rama que hace unos momentos habías pasado... había desaparecido... Flowey empezó a temblar y te pidió que os fueseis de allí lo antes posible.
Llegaste a poco más lejos, pero antes de pasar por el puente y te giraste una vez más, tus reflejos te hicieron ser rápida y te agachaste antes de que la rama te golpease. Miraste el suelo en dirección a donde había caído la rama y te giraste en la dirección por donde vino la misma. Allí había un sujeto con el rostro tapado con un gorro de pelo, tenía un abrigo marrón oscuro casi negro y el pelo de la chaqueta era color piel humana, dentro del gorro se podía ver una mirada roja que se apagó poco a poco. Quedó delante de ti y sacó una mano del bolsillo para quitarse el gorro lentamente.
- Tienes buenos reflejos...- una voz grave y siniestra resonó dentro del gorro y cuando se lo quitó pudiste ver que era un esqueleto... te sorprendiste y diste un paso atrás pero te mantuviste firme. Te extendió la mano- eso es bueno por aquí, te ganaste un poco mis respetos- dudaste pero le entregaste tu mano formando un apretón de manos confuso pero amistoso, la textura de sus huesos se te hacía rara, pero no diste ninguna mueca extraña.
- ¿Qui-Quien eres?- tartamudeaste nerviosa.
- Fell, FellSans el esqueleto- respondió soltándote.
Todo se quedó en un silencio, un silencio incómodo para ti, decidiste hablar para decir tu nombre, puede que seas huérfana pero tienes educación y valores que te dieron en ese aburrido lugar en el que tú eras la mayor y te tenían de niñera. Todavía lo no le dicho pero tienes dieciséis años y tienes un problema de crecimiento que he hace parecer más joven de lo que en verdad eres, tienes la apariencia de una niña de doce años e realidad.
- Yo me...
- No me interesa en realidad saber tu nombre, estoy ocupado, tengo que capturar humanos pero me da pereza, entonces tengo que esconderme de mi hermano- hablándote siguiendo su camino y dándote la espalda, caminó rumbo al puente.
- No lo veo justo- hiciste un puchero tierno que él no vio.
- ¿el qué?- no se giró, solo metió las manos en los bolsillos y se detuvo sin mirarte ni siquiera de reojo.
- Que yo sepa tu nombre y tú no el mío
- ¿Acaso no sabes leer entre líneas?- dijo girándote a verte y gesticuló- un "no me interesa saber tu nombre"- hizo las comillas con los dedos- significa: "no quiero gastar mi memoria recordando tu tonto nombre"- espetó volviendo a meter las manos en sus bolsillos del anorak.
- ¿y cómo sabes que es tonto si no lo conoces?- sonreíste victoriosa y lo miraste con desafío esperando su respuesta.
Flowey tembló nervioso y con miedo. Él te miró amenazante, gruñó girándose del todo y se acercó a ti a quedar justo delante como hace un rato cuando formasteis el apretón de manos.
- Adelante- se notaba que estaba intentado deshacerse de ti lo más rápido posible para poder seguir haciendo lo que quiera que estaba haciendo antes de verte.
- ______- respondiste con orgullo cruzándote de brazos en una postura más bien burlona, se te quedó mirando sin expresar emociones.
- Lo que yo decía- te dio la espalda de nuevo y se alejó rumbo al puente.
- ¡Oye!- exclamaste siguiéndolo- podrías ser más amable- dijiste impotente, te ignoró.
- ______, sería mejor irnos- dijo Flowey desde la mochila mirándote con miedo.
- Sí, eso, obedece a esa flor deforme- dijo Sans sin girarse solo te miró por el rabillo de la "cuenca"/?
- ¡¡¡OYE!!!- gritaste haciéndolo sobresaltar- no le digas así a Flowey- estabas enfadada de verdad, apenas conocías a Flowey pero ya lo considerabas un buen amigo, te había salvado de las ruinas y los monstruos que estuviesen allí metidos.
Se giró molesto pero nervioso y te mandó callar, te tomó de la muñeca y te arrastró pasando el puente y te empujó a un arbusto cercano mandándote callar de nuevo. No dijiste nada, ni lo miraste raro solo volteaste a ver más allá, estaba caminando apresurado a un puesto hecho de madera y simuló dormir sentado en una silla que había allí con las manos entrelazadas. Estabas extrañada y sorprendida pero todo se aclaró al ver una segunda sombre entrar en la escena... daba miedo su postura alta y el atuendo que tenía.
- ¡¡¡SANS!!!- eso te hizo dar un salto del susto.
Él también se sobre saltó y cayó de la silla, se levantó rápido y miró al segundo esqueleto bastante más alto que él nervioso e inquieto.
- J-j-jefe...- dijo en bajo con bastante miedo nada que ver a la manera en cómo te habló hace unos momentos, ahora con miedo, antes era gallito contigo, ¿acaso él influenciaba en su comportamiento?
- ¡¡¡¡¡ERES UN HOLGAZÁN!!!!! ¿¡ACASO ESTAS HACIENDO ALGO DE LO QUE TE DIJE!?- estabas al límite del desmayo por el miedo, estabas abrazada a Flowey encogida en el arbusto en el que Sans te empujó.
- Me acabo de sentar, fui a dar una vuelta a ver si veía a alguien... jefe- lo último sonó con todavía más miedo que antes, bajó la mirada levemente, no era capaz de mirarle a la cara.
- YA LO HABLAREMOS EN CASA- gritó con poca paciencia y sin más se fue.
Pudiste ver que estaba paralizado con un sudor frío en la frente y que se dejó caer en la silla con la respiración intranquila e irregular apoyando las manos en sus piernas y levantó la cabeza al frente para suspirar con alivio.
Saliste del arbusto lentamente- al asegurarte de que el esqueleto que daba miedo tanto a ti, como a Flowey y a Sans- con Flowey desmayado del susto dentro de la mochila y caminaste hacia él con precaución, te apoyaste en el puesto de madera con la manos y él te miró sin ganas, enfadado pero avergonzado en el fondo... tu mirada era comprensiva, tú también te habías asustado, lo entendías en cierta parte.
- ¿Quién era él?- preguntaste con una mirada curiosa.
- Mi hermano y mi jefe- respondió acercando la silla al puesto y apoyándose con los brazos cruzados en la madera del pequeño lugar.
- ¿Hermano y jefe al mismo tiempo?- repetiste a modo de pregunta. Asintió.
- Te recomiendo irte, podría volver y si lo hace y te ve... no quiero saber lo que te pasará, digamos que es un... un gran fanático a la búsqueda y captura de humanos, por aquí vosotros nos servís para poder volver a la superficie y terminar con la humanidad, yo tendría que capturarte y llevarte con mi hermano pero...- suspiró y se encogió de hombros- no me interesa eso, también me da pereza ir detrás de un humano tratando de perseguirlo y capturarlo, además no creo que sea necesario salir y destruir la humanidad, que lo hagamos pro venganza a lo que nos hicieron no tiene nada- explicó.
- Owww- dijiste con una mueca tierna- que cute- te apoyaste con los codos en la madera y las manos en la barbilla, no habías entendido anda, solo te habías quedado con la parte de "no me interesa capturarte" o como tú lo quisiste entender.
- No soy "cute"- dijo frunciendo el ceño y haciendo las comillas con los dedos.
- ¿Sabes lo que significa?- dijiste con una mirada victoriosa.
- Signifique lo que signifique no lo soy- se cruzó de brazos.
- ¿Te puedo abrazar?- te apretaste las mejillas a ti misma.
- ¿Quieres morir?- gruñó apartando la mirada.
- Me arriesgaré a ello...- canturreaste yendo por la parte izquierda y quedaste a su lado, te miró cauteloso.
- Te lo digo en serio- frunció el ceño en señal de amenaza- te mataré... lo digo en serio- dijo haciéndose el duro a pesar de que te seguías acercando- te lo advierto- se levantó de la silla y se alejó quedando al límite, atrapado entre la madera y tu acercándote imparable, no te afectabas sus palabras.
- Oh, vamos, ¿nunca diste un abrazo?- dijiste abrazándolo con fuerza, estaba tenso y te trataba de retirar pero poco después y al ver que no cedías o no querías hacerle daño como él tenía pensado que harías, puso una mano sobre tu cabeza y suspiró calmándose un poco.
Todo quedó en un cálido silencio que no era incomodo, al menos por tu parte. Notabas como a pesar de tener una personalidad dura y fría era tierno por dentro, literalmente, tenía una personalidad Tsundere. No te querías soltar, a pesar de ser un desconocido al cual le habías dado un abrazo por lo cute que había sido hablándote no te querías soltar. Suspiraste y te separaste ansiosa por ver su reacción, este estaba sin emociones notables, creo que lo estaba procesando todavía.
- ¿nunca te dieron de un abrazo?- preguntaste haciéndote la inocente pero en cierta parte querías saber la respuesta, a veces utilizabas tu problema de crecimiento para ser el doble de tierna. Te miró en lo que se podría definir como avergonzado.
- Si para vosotros un abrazo es lo que acabas de hacer sin acabar herido... entonces no- dijo cruzándose de brazos y apoyándose en la pared del puesto.- aquí si te quieren "abrazar" es para apuñalarte por la espalda- bajó la mirada- lo he vivido...
- Oh- diste una mirada entristecida pero tierna- no pretendía disgustarte, solo quiera darte un abrazo por lo cute que habías sido al hablarme- en realidad no mentías, no querías disgustarlo.
- ¿Quieres dejar de usar términos humanos?- se quejó frunciendo el ceño de nuevo.
- ¿Lo dices por lo de Cute?- te miró indiferente- significa kawai, tierno, chiquito, cuqui...- explicaste.
- En tal caso... no lo soy- gruñó acercándose amenazante tratando de intimidarte pero no te inmutaste, solo te reíste un poco.
- ¿Lo ves? Lo eres- musitaste entre risas- y también eres Tsundere- sonreíste de oreja a oreja.
- ¿Otra vez con los términos humanos?- se sentó en la silla apoyando el codo izquierdo en el puesto y la mano en su barbilla.
- Perdón... significa ser de personalidad cruel, hostil y violento por fuera pero suave, amable y dulce por dentro- ahora te apoyaste tú en la pared del puesto mientras él te escuchaba atentamente.
- Claro que no- negó apartando la mirada hacia donde tendrían que venir los clientes mientras te reías un poco, pudiste notar una sonrisa escondida que trataba de impedir que vieses con la mirada apartada.- agáchate y escóndete debajo de la mesa- dijo nervioso de repente.
Miraste a su dirección y te agachaste casi en una acción refleja y te sentaste en la nieve con las piernas cerca del pecho y abrazándolas con fuerza aguantando la respiración conforme los pasos se hacían cada vez más cercanos.
- ¿¿¡¡TODAVÍA SIGUES AQUÍ!!??- de nuevo el hermano y jefe estaba aquí y tu corrías un grave peligro de ser vista.
- Perdón jefe, me despisté y el tiempo corrió más rápido de lo que pensé- se levantó del puesto y salió de él- ahora mismo me voy a por humanos- dicho esto se fue corriendo dejándote todavía más vulnerable.
- ¡¡SANS!!- este se detuvo y se giró lentamente- ¿TE CREES QUE SOY IDIOTA?- Sans se acercó de nuevo pero no dijo nada- SE QUE ESTABAS HABLANDO CON ALGUIEN- te pusiste todavía más nerviosa y comenzaste a temblar un poco, también por el frío que la nieve aportaba a tus lumbares y trasero.- ¿¡QUIEN ERA!?- exigió saber.
- Bueno veras... estaba...- notaste le nerviosismo en su voz pero no entendías porque no le decía que tú estabas allí. Se quedó en silencio y la impaciencia del esqueleto alto se hacía notar.
- ¿Y BIEN? ¿¡QUÉ ESTABAS HACIENDO!?- exigió de nuevo. Te sentías mal por dentro y decidiste salir a dar la cara.
La mirada de los dos esqueletos se posó sobre ti, una furiosa por fuera pero sorprendida y eufórica por dentro y la otra aterrada por dentro y por fuera. El esqueleto alto miró al menor, este se encogió y bajó la mirada, una personalidad completamente diferente a la que tenía contigo antes de que apareciese el hermano.
- ASÍ QUE ESCONDIENDO UN HUMANO PARA LLEVARTE TODO EL MERITO...- dijo más bien para él que para el hermano- HABLAREMOS MUY SERIAMENTE EN CASA SOBRE ESTO... EN CUANTO A Ti, HUMANO... ENTREGATE O NO SALDRAS CON VIDA- esa amenaza te dolió y asustó en comparación con las amenazas que te habías dado Sans.
Te quedaste en el sitio encogida por el miedo y diste un paso atrás. El esqueleto alto miró al menor de nuevo.
- ENCARGATE DE ELLA, EN CASO DE QUE FRACASES Y ELLA LLEGUE A SNOWDIN... TU TAMPOCO SALDRÁS VIVO- gruñó y se fue a paso apresurado.
A pesar de tener los ojos aguados a punto de llorar alzaste la mirada y suspiraste con alivio acercándote un poco a Sans. Este extendió una mano hacia ti con el signo de que te detuvieras y no siguieses acercando y tu alma salió de tu interior cambiando de color y dejándote enganchada en el suelo sin poder moverte. Sans suspiró y se acercó hacia ti, estabas paralizada sin poder moverte por el poder que había ejercido sobre ti.
- ¿Cómo se supone que voy a matarte?- dijo rodando los ojos- ... si puedes volver a empezar siempre que quieras, cuando quieras y como quieras.
Tu sabías que podías volver atrás o resetearlo todo, Flowey te lo explicó cuando atravesabais las ruinas ocultándoos de los monstruos. Lo miraste y bajaste la mirada al suelo. Tu alma volvió a su color original y volvió a tu interior. Puso una mano sobre tu cabeza y tú lo miraste.
- Vete antes de que me arrepienta y cambie de opinión- dijo seco y sin emociones caminando hacia el puesto.
Te quedaste allí de pie sin moverte, ni con pista de ir a obedecer sus palabras, no querías irte sola, querías quedarte al menos hasta que Flowey despertase del desmayo que había tenido al ver al hermano de Sans y por los gritos que pegó la primera vez que ambos lo visteis.
- ¿Cómo sabes que puedo volver a empezar?- preguntaste acercándote un paso a él.
Este se había encaminado hacia el puesto y se sentó en la silla, se cruzó de brazos sobre la madera y te miró sin expresiones de sentimiento en el rostro.
- ¿Por qué lo sé?- dijo en tono de pregunta mirándote- no eres el primer humano que pasa por aquí- respondió indiferente echándose para atrás y apoyándose en el respaldo de la silla suspirando y cruzándose de brazos.
Lo miraste con algo de tristeza pero no por su respuesta sino por el miedo a la amenaza del hermano de Sans, tenías miedo a que la amenaza se hiciese real. Tragaste saliva y caminaste hacia él sin miedo a que te hiriese, tenías ese problema, confiabas en la gente que te trataba bien muy rápido.
- Dije que te fueses- gruñó entre dientes. Negaste con la cabeza- ¿Porque?- exigió saber.
- ¿Por qué eres así cuando no está tu hermano? ¿Por qué siempre vas detrás de tu hermano con la cola entre las piernas? ¿Por qué te haces el gallito cuando no está él?- dijiste con rabia a que te tratase así cuando no estuviese él, era algo que no entendías y querías saber.
- Vete- ahora estaba empezando a enfadarse él, se levantó de la silla brusco en modo de amenaza pero esta no te afectó.
- Respóndeme antes- dijiste segura dando un paso más.
Tu alma salió de tu interior y se volvió azul (Creo que es igual que en Undertale normal/?). Él te apuntó y extendió el brazo hacia el lado opuesto. Sentiste como la gravedad cambiaba para ti y para nadie más y una fuerza superior a la gravitacional que te atraía hacia el suelo te empujó hacia la corteza de un árbol haciendo que se te cayese la mochila de la espalda e impactando fuertemente contra tu espalda. Te quedaste sin aire por un momento y respiraste irregularmente cuando caíste a la nieve de cara. Te levantaste lentamente y lo miraste encogida desde la otra punta del lugar, allí cerca del puente. Te levantaste débil y caminaste hacia la mochila. Flowey se hacía despertado por el golpe y te vio con la cara de dolor, no preguntó nada, solo se abrazó a ti con sus raíces mientras te ponías la mochila y después volvió al interior de la misma. Volviste al camino jadeante y con una pequeña cojera en la pierna. Bajaste la mirada al suelo y te fuiste sin más y sin alzar la mirada hacia Sans. Tu alma había vuelto a tu interior cuando caíste de cara al suelo, no te atreviste ni siquiera a mirar a nada ni nadie. Tenías la mirada en el suelo aguantando lo más que podías las lágrimas para no parecer débil, creas que no merecía llorar por un golpe que seguro te acabaría dando cualquier otro monstruos de los que habitan por aquí...
... aun así había sido un buen golpe que le había dolido más a tu corazón/ alma que en ninguna parte de tu cuerpo.
Cuando te fuiste de la escena ambos suspirasteis a la vez, tú con miedo empezando a llorar y él decepcionado consigo mismo. Se sentó en la silla y se llevó las manos a la cabeza bajando la mirada a un punto inexistente de la mesa de madera.
- Que idiota...- musitó para sí mismo, ese insulto no te lo dedicaba a ti, se lo dedicaba a solo el mismo.
Continuaste tu camino atravesando el frío y desértico paramo de nieve, tomaste las asas de tu mochila y caminaste bajando la mirada al suelo, metiéndote directamente en el vacío de tu mente para después recordar esa anterior escena una y otra vez. Registraste tus memorias observando su rostro desde lejos, jurarías que a pesar de dañarte tenía una mirada enojada pero de culpabilidad en el fondo, ¿Entonces porque te dañó? ¿Fue por las excesivas preguntas que le hiciste? ¿Porque se cansó de ti? No, nada de eso, lo hizo por orgullo, pero fue incapaz de matarte. Esa debía ser la solución concluiste saliendo de tu mente y dándote cuenta de que ya habías llegado a Snowdin. Tragaste saliva recordando las palabras del esqueleto alto: el jefe y hermano de Sans. Suspiraste y temblaste en el sitio. Te aferraste con fuerza a la mochila y empezaste a atravesar el pueblo sin mirar a nadie, no te atrevías a levantar la mirada, sentías que si los mirabas te golpearían. Así que caminaste sin levantar la mirada salvo cuando llegaste a una casa dúplex con dos buzones, uno impoluto y el otro destrozado, roto y el buzón lleno de correo en el suelo con un montón de cartas tiradas por el suelo. Bajaste las cejas con pena pero agitaste la cabeza, Sans no merecía tu compasión después de lo que te hizo, eso fue lo que pensaste después de la experiencia por la que te hizo pasar.
Seguiste caminando incansable hasta el final de Snowdin, pero... la niebla emergió de la nada, aun así seguiste caminado con la esperanza de poder salir del bosque lo antes posible. Caminaste inquieta y nerviosa hacia el final, tragaste saliva cuando ya te era imposible ver absolutamente nada. Te quedaste quieta en el sitio y empezaste a escuchar una voz que te dejó congelada en el suelo, "estoy muerta" pensaste.
- PARECE QUE EL INUTIL DE SANS NO CONSIGUIÓ DERROTARTE Y DESTRUIRTE- gruñó el esqueleto delante de ti, la niebla poco a poco se disipó pero todavía seguía allí persistente impidiendo ver a dos cuatros pies delante de ti, aun así veías y escuchabas al hermano de Sans- PARECE QUE EL GRAN PAPYRUS VA A TENER QUE HACERSE CARGO, PERSONALMENTE...- vale, ahora ya sabías su nombre, lo cual te hizo estremecer por completo, sabías que no ibas a salir ilesa de esto- NO HABRÁ PIEDAD CONTIGO, ¡¡ERES UNA PIEDRA MOLESTA EN EL ZAPATO DE TODOS LOS MONSTRUOS DE POR AQUÍ!!- y ahí estaba, lo que más temías, el modo batalla del que te habló Flowey.
(...)
Te quedaste quieta y temblaste por el frío que la humedad de la noche, la niebla y las heridas te brindaban. También te sentías débil y sin fuerza, como si fueses a caer desmayada en cualquier momento, no por nada, acababas de tener la peor batalla de tu vida contra Papyrus, el hermano y jefe de Sans, en la que no moriste de milagro... te sentías bien al no morir porque... había sido tu primera batalla seria.
Te dejaste caer de rodillas al suelo y te abrazaste a ti misma por instinto. No te importó que la nieve te empapase las piernas, los pies, las rodillas; o que el frío te calase y te refriases y murieses por el catarro.
- ¿______?- escuchaste a tu espalda, no por nada, pero esa voz era la que menos querías escuchar en esos momentos después de todo lo que había pasado.
Notaste como sus pasos se acercaban a ti y después te rodeó pro la espalda tomando tus manos y ayudándote a levantar con un abrazo, te ayudó a mantenerte en pie, te sentías demasiado débil para ello.
- Estás helada, ¿Qué ha pasado?- dijo volteándote a verte cara a cara, habías comenzado a llorar por la batalla, te dolías las heridas y te sentías impotente e inútil ante él- ¿Qué te ha pasado? ¿Quién te dañó?
Se veía preocupado pero sin importancia al mismo tiempo, era raro, ¿se estaba preocupando o no por ti? Simplemente sollozaste y lo abrazaste fuerte sin responder, eso lo preocupó todavía más. La primera vez que lo abrazaste al menos lo avisaste de que lo iba a abrazar pero ahora no lo avisaste y seguramente se tensó porque pensó que lo dañarías o algo por el estilo. Pero al escuchar tu llanto todo miedo a que lo dañes desapareció y te miró con sorpresa.
- S-Sans...- lloraste su nombre tratando de calmarte mirándolo al rostro- es-estoy gravemente he-herida- dijiste como un leve susurro separándote y quitando la mano que había permanecido todo el tiempo en tu abdomen revelando lo que sería una muy profunda herida de la que brotaba mucha sangre, eso lo dejó estático y paralizado por la sorpresa al ver una herida tan grave.
Al paso de unas décimas de segundo se quitó la chaqueta marrón oscuro de pelo color carne y te la puso alrededor de los hombros, lo miraste confusa y algo avergonzada, tomó impulsó para tomarte en brazos al estilo nupcial y te acunó para que el frio de la pérdida de sangre no te afectase tanto, a pesar de que no te daba tanto calor como desearía. Acto seguido y sin pensarlo dos veces echó a correr rumbo a Snowdin y entró en su casa, la casa que antes habías visto que era un dúplex y que supusiste que era de los hermanos esqueleto, ahora lo confirmaste del todo.
Sin soltarte un momento, registró la casa con una mirada rápida, su hermano no estaba, "quizás se fue a alardear con Undyne" pensó Sans. Te miró y subió las escaleras de la casa y entró en su cuarto dejándote en lo que sería una especie de colchón, eso no llegaba ni a llamarse cama, no tenía sabanas y la almohada era una mochila con una piedra en su interior. Te tumbó y salió del cuarto dejándote sola por unos segundos, no te moviste en ese lapso de tiempo, estabas demasiado débil y tenías demasiado frío. Regresó poco después con dos mantas, una gorda como un edredón de invierno y otra fina como una sábana de verano. Encima de esto había dos rollos de papel de cocina y dos boles de agua un trapo en el interior de cada uno. Por un momento te preguntaste como fue capaz de prepararlo todo tan rápido. Dejó las mantas en el suelo y tomó los dos rollos de papel de cocina y se sentó en el suelo a tu lado y comenzó a desenrollar el papel y cortándolo por la línea de puntos o a veces rompiéndolo en plan bestia para ponerlo sobre la camiseta y secar la sangre, de paso poder escurrirla, pero en cierta parte era papel mal gastado pensado desde la mente del hermano de Sans.
- ¿Podría... levantarte la camiseta?- pidió nervioso quitando el papel manchado de sangre y dejándolo sobre la mesita de su cuarto.
Asentiste lento y temblorosa, tenías mucho frío y no pensabas que podría haberte algo indebido en ese estado, además de que veías una mirada sincera y no una sucia y pervertida como mucha gente en la calle cuando estabas en la superficie.
Así lo hizo, te levantó la camiseta hasta un poco menos de verse el sostén, es decir, procuró que no se te viesen los pechos. Te la aguantaste y lo miraste con los ojos medio cerrados. Mojó uno de los trapos en el agua y te limpió la herida, el contacto te hizo estremecer el agua estaba helada, escurrió el trapo en el agua y con el segundo trapo te secó la herida hasta el punto de que ya no sangrase. Suspiró cuando el bol de agua trasparente ahora estaba teñido de rojo transparente por tu sangre, aun así persistía en limpiarte la herida hasta que los globos blancos de tu cuarto reaccionasen y parasen la sangre. El agua fría estaba teñida de sangre y el segundo bol de agua fue el que empezó a usar, limpió tu herida con cuidado, jadeaste por el agua, ahora estaba caliente, te sorprendiste por ello, esperabas que fuese agua fría. No comentó nada de tus reacciones sorpresa.
- ¿Quién te hirió?- fue lo único que preguntó al cabo de un rato.
- Tu hermano...- musitaste con miedo mirándolo como escurría el trapo en el agua y lo dejaba allí, ya no sangrabas prácticamente, ya estaba medianamente curada, solo faltaba el vendaje, pero estaba reposando para poder entablar conversación.
Todo se quedó en un silencio profundo que a ti se te hizo incomodo, te mordiste el labio inferior nerviosa, su expresión parecía enojada, no te miraba a ti, tenía la vista en un punto muerto de la habitación.
- Ya veo- dijo al fin pero su voz sonaba rabiosa y enfurecida. Te miró.
Cruzasteis miradas, tú te bajaste la camiseta y palpaste una herida con tus manos, él observaba lo que hacías sin comentar nada.
- Sans- llamaste mirándolo y quitando la vista de la camiseta un poco manchada de sangre- gracias por la ayuda y perdón por preocuparte- dijiste un poco avergonzada pero al mismo tiempo agradecida por su ayuda.
- Fue un placer ayudar- dijo riendo de lado, pensaste que estaría enfadado pero no, al contrario tenía una actitud diferente- voy por un poco de vendaje- se levantó del suelo y te miró una última vez.
Os quedasteis mirando con un silencio sorprendentemente cómodo hasta que la puerta se abrió de un portazo interrumpiendo el silencio y que os hizo mirar a la puerta del cuarto que permanecía cerrada hasta el momento.
- ¡¡¡SANS!!!- Sans suspiró molesto y rodó los "ojos".
- ¿¡Que pasa!? Jefe- dijo en alto contestando a su hermano que recientemente hacia entrado en la casa.
- ¿¿¡¡QUE ESTAS HACIENDO EN TU CUARTO ENCERRADO!!??- exclamó el hermano abriendo la puerta de sopetón.
Te encogiste en el sitio aguantando la respiración y protegiéndote la herida con los brazos, Sans adoptó una posición defensiva y de ataque al mismo tiempo, tenía una mirada seria y agresiva. Fruncieron el ceño los dos a la vez con amenaza puesta en el contrario.
- ¿¡QUE ESTÁ HACIENDO ELLA AQUÍ!?- Gruñó señalándote, su tono de voz era de: "me molesta tu presencia".
- ¿Acaso no puede?- dijo en tono seco- está herida
- ¡¡COMO SI ESTÁ MUERTA!! ¡NO PUEDE ESTAR AQUÍ!- contestó agresiva enfadándose.
- Está en mi cuarto- dijo indiferente.
- ME DA IGUAL, LA CASA ES MÍA- gritó- Y TU NO TIENES EL DERECHO DE...
- ¡Yo soy el mayor aquí! Que te deje autoridad sobre mí no te da el derecho a tener poder y fuerza sobre todos- dijo de manera grave y agresiva golpeando la mesita de noche autoritario y amenazante.
Todo se quedó en un silencio profundo y espectral, te quedaste callada mirando las reacciones de ambos. El hermano cerró la puerta de un portazo pero se notaba una mirada sorprendida y un poco intimidada en el fondo, se escucharon los pasos del mismo hasta el cuarto y después la puerta cerrándose. Sans bajó la mirada al suelo.
- Ahora vuelvo con el vendaje, me ha pasado- dijo encogiéndose de hombros un poco culpable.
Asentiste lento... lo comprendías. Sans salió del cuarto apresurado y fue al cuarto de su hermano, trató de abrir pero no pudo. Tú te quedaste mirando a la nada tratando de escuchar la conversación de ambos hermanos. Fue breve. Fue rápido. Al poco tiempo escuchaste los pasos de nuevo dirigiéndose a tu cuarto. Sans se asomó con un poco de vendaje jugando con él un poco despistado te miró.
- ______, ahora sí, a vendarte, pero tendrías que quedarte un tiempo para que la herida se recupere bien- dijo Sans sentándose en el suelo con las piernas cruzadas.
Asentiste con una sonrisa y te levantaste la camiseta sin dejar que se viese el sostén. Se acercó a ti y se sentó en el suelo, se mantuvo serio, simplemente te curó. Cada vez que rozaba su cintura tu sentías un escalofrío (Y no porque te gustase o fuese a ver el típico y cliché Lemmon que hay en muchas historias... digo... ya me callo).
Sino porque la pérdida de sangre hacía que tuvieses frío y el tacto de Sans te hacía tiritar porque sentías como si te tocasen con hielo en vez de con las manos. Una vez lista te bajaste la camiseta y te abrazaste a ti misma. Tenías frío, mucho frío de repente. Empezaste a tiritar un poco, incluso Flowey se preocupó al ver tu estado. Sans te enrolló con la manta fina y te tomó en brazos caminando hacia el salón, bajó los escalones contigo a cuestas y te dejó sentada en el sofá. Regresó a su cuarto y volvió contigo con la manta gorda para ponértela por encima. Tú te sonrojaste de vergüenza, podías caminar, no era para exagerar.
Sans se fue a la cocina, Papyrus estaba en ella cocinando, así que empezaste a escuchar como empezaban a "hablar"- porque más bien estaban discutiendo- lo de vuestra batalla, Papyrus contraatacaba las preguntas de Sans con evasivas o con la pregunta de: "¿Y tú porque no la mataste cuando te lo dije?" a lo que él se quedaba callado sin responder y apartaba la mirada hacia ti, tu mirabas curiosa la escena, ladeabas la cabeza a un lado sin entender porque Sans te miraba de vez en cuando y sonreías por la incomodidad de no entender nada. Eso provocaba un cierto nerviosismo en Sans quien- con un sonrojo profundo- apartaba su mirada con brusquedad hacia el suelo.
- Empiezo a saber el porqué de no haber matado a esa humana cuando te lo dije- dijo preparando la "bechamel" (notas de la autora: ¿se escribe así la nata que lleva la lasaña por encima?) en un bol aparte.
- Chitón.
- BEBE.
- Mandón.
- ENANO.
- Soy el mayor.
- Y EL MÁS CAGÓN.
- Y tu inferior.
- NO ERES CAPZ DE CONFESARTE A LA HUMANA- Sans se hizo el ofendido e hizo una especie de ruido que era tal que así: "gasp" poniéndose una mano en el pecho haciéndose el ofendido- PERO NO LO NIEGAS... canturreó victorioso.
- Cállate...- musitó yéndose de la cocina con los puños apretados, se sentía ofendido e impotente porque sabía que su hermano menor tenía razón en lo que acababa de decir. Se sentó en el sofá a tu lado y te miró por el rabillo de la cuenca para después mirar a otro lado y prender el televisor para disimular.
- ¡NO LO NEGASTE!- gritó Papyrus desde la cocina con un tono más bien humorístico y sarcástico.
- ¡¡PAPYRUS!!- gritó ya molesto de su sentido del humor, parecía más bien el sentido de la humillación.
- ¿¡QUE DIJISTE!?- advirtió cambiando la voz sarcástica por una grave y enfadada.
- J-j-jefe, dije, jefe- dijo tragando saliva.
- ESO PENSABA YO- dijo volviendo a la cocina.
Sans suspiró aliviado. Tú lo miraste y sonreíste de lado.
- Todavía no me contestaste a la pregunta que te hice- dijiste acercándote un poco a él, en vez de estar en el rincón derecho ahora estabas en el centro del sofá.
- ¿Qué pregunta niña?- dijo interesado pero al mismo tiempo indiferente, sabía fingir bien sus emociones. Sonreíste por ello.
- ¿Por qué eres tan diferente delante de tu hermano que con el resto de personas?- repetiste aquella pregunta sin respuesta que en un pasado te conllevó a un fuerte golpe contra un árbol, ahora confiabas que no te dañaría estando medio herida.
Rodó los ojos y miró el televisor por unas décimas de segundos y después mirarte a ti con un rostro fingido- quizás fuese verdadero- de falsa ilusión, se le veía que no quería explicarlo en esos momentos. Por sus gestos anteriores quería ver el programa de ese tal MTT, no lo conocías pero te daba miedo su aspecto a pesar de ser un robot cuadrado con una rueda (No es Mettaton Ex, es el original alv).
Todo quedó en un silencio incomodo en el que ninguno de los dos habló y Papyrus no dijo palabra, estaba más ocupado finalizando la cena
- No vas a contestar, ¿verdad?- dijiste dando por seguro que no te iba a contestar, te estaba mirando con ojitos de: "no quiero decirlo". Negó con la cabeza lentamente. Hiciste una mueca fingida de molestia y apartaste la mirada hacia la cocina buscando la mirada de Papyrus y que te ayudase, pero este no sé dio cuenta de vuestra charla, así que no podía ayudarte, de todas maneras dudabas mucho que él te ayudase.- entonces me enojo y no respiro- dijiste en una pequeña rabieta tomando aire para después inflar las mejillas y aguantar la respiración.
- Sabes que eso no me influye en absoluto, ¿verdad?- dijo desafiante cruzándose de brazos y mirándote con impaciencia esperando a que tuvieses que volver a respirar- me da igual que no respires- se encogió de hombros- nos habrás el trabajo más fácil- dijo desviando la mirada hacia la televisión y sentándose de frente para ver el programa.
Aguantaste la respiración y miraste que no captabas la atención de ninguno de los dos hermanos, por lo que soltaste el aire por la nariz y pensaste en algo para que te contestase a la pregunta, pero finalmente lo descartaste. Empezaste a atender al programa, a pesar de que el robot te daba miedo saber que no podría atravesar la pantalla te calmaba, parecía un robot sacado de una película de terror, pero sabías que no podía tocarte. Así que te sentiste aliviada y te sentaste con las piernas cruzadas y las manos tomando tus tobillos como una niña pequeña apoyando la espalda en el respaldo suave y acogedor del sofá.
- ¡LA CENA!- Papyrus salió con tres platos repartidos uno en cada mano y un tercero en su "antebrazo" y los dejó en la mesa, junto eso los vasos y los utensilios para cenar. Te sentías nerviosa e incómoda, Papyrus había intentado matarte y lo sumiso que era Sans en cuanto su hermano abría la boca te inquietaba y te hacía sentir vulnerable ante todo lo que pudiese pasar en la casa.- buen provecho para los dos, supongo.
- No querrás decir... Bone Appe...- Papyrus lo fulminó con la mirada y este se calló de inmediato sin decir nada.- no dije nada.
- Eso pensaba yo
Sin ninguna interrupción más, empezasteis a cenar la lasaña que había estado preparando Papyrus. Tú miraste con desconfianza el plato y suspiraste para después tomar el tenedor y probar un primer bocado. Tragaste lento pensando que estaría diferente a la lasaña o pasta que comías en el orfanato, pero no, estaba estupendo, muy diferente a lo que tú pensaste... en tus quince años jamás habías probado algo igual y estabas sorprendida.
Tras la cena llevaste los platos a la alta pica y saliste al salón y te sentaste en el sofá a la espera de los dos hermanos.
- Oye humana- llamó Sans.
- ¿Sí?- alzaste la cabeza y miraste a Sans.
- Tengo que revisarte la herida- avisó levantándose de la mesa con el plato y el vaso y se encaminó a la pica de la cocina a dejarlo allí. Sonreíste de lado y miraste a Papyrus que te mirada de manera pervertida a ti y a Sans, eso te hizo sentirte incomoda.
Ignoraste eso hecho y te levantaste del sofá para caminar al lado de Sans escaleras arriba. Ese par de hermano no te parecían tan malos, cuando hablaste con Sans la primera vez pintó a su hermano como un ser malvado, a pesar de haber peleado y casi muerto con él, cuando lo conociste pensaste que era una persona bastante... bastante buena onda, no sé si me explico. Entrasteis en el cuarto y Sans cerró la puerta- bueno la dejó entre abierta- y tomó el rollo de venda que había dejado en la mesita de noche. Tú te agachaste y te sentaste en el colchón- que en realidad era una cama- a esperar a que Sans te revisase la herida. Él se sentó con las piernas cruzadas delante de ti con el rollo de venda en las manos. Te levantaste la camiseta de manera que no se te viene el sostén, como antes. Quitó la venda lentamente y puso un rollo nuevo, es decir, volvió a vendarte.
- Esta perfecto, solo no hagas esfuerzos- dijo Sans haciendo una bola con las vendas restantes. El rollo lo dejó tirado por el suelo, te miró serio.- pero... si vas a continuar con el viaje... ten mucho cuidado, hoy te has enfrentado a mi hermano y mira que es poco despiadado, pero más adelante te encontraras con gente muchísimo menos despiadada que mi hermano.- se levantó y esperó a que hicieras lo mismo- nosotros te vamos a dar piedad, pero habrá gente que no te la querrá dar e irá a por ti a muerte- salisteis del cuarto los dos juntos, muy cerca del otro, casi podíais tomaros de las manos, pero no lo hicisteis- así que ten cuidado...- hablo cuando bajasteis todas las escaleras.
- Y SI QUIERES ALGO DE LASAÑA NO OLVIDES PASARTE POR AQUÍ- alentó el otro esqueleto, asentiste con una sonrisa muy amplia, estabas muy agradecida por la ayuda de los dos hermanos.
- Claro...- dijiste- espero volveros a ver- dijo encaminándose hacia la puerta.
Cerraste la puerta tras de ti saliendo al frío paramo de nieve. Metiste las manos en los bolsillos de tu pantalón y empezaste a caminar rumbo al este o pro donde tuviste la batalla contra Papyrus, esta vez no había niebla y pudiste atravesar el pasillo con normalidad. Más allá había la entrada a una cueva.
El interior era simplemente hermoso, tenías una gran sonrisa en el rostro. Había un par de monstruos y una flor eco, ya sabías lo que era eso gracias a que Flowey te lo explicó... espera... ¿Dónde estaba Flowey?
- ¿Flowey?- llamaste quitándote la mochila y verlo dormido dentro de esta.
Sonreíste y lo dejaste dormir en paz. Te colgaste la mochila de nuevo en ambos hombros y seguiste caminando. El puesto de madera que tenías a un lado estaba vacío. Seguiste caminando y te adentraste entre la maleza alta que tenías delante, te quedaste quieta al escuchar una conversación. Miraste a un lado y allí estabas dos personas, una de ellas con una especie de armadura y la otra era... ¿¡PAPYRUS!? Te sorprendiste al oír su estridente voz.
- ¿¡QUÉ SI LA ATRAPÉ!? ¡EL GRAN Y TEMIBLE PAPYRUS NO ESTÁ PARA ESO!- el otro sujeto habló pero no lo entendiste- ¿¡LUCHAR, YO, CONTRA ELLA!?- se rio- ¡PUES CLARO QUE SI! ¿¡QUIEN TE CREES QUE SOY!? ¿¡MI HERMANO!?- el contrario habló de nuevo. él se rio sarcástico y después se puso nervioso- ¿QUE ME VISTE...?- tragaste saliva en seco- ¿... EN MI CASA CON ELLA?- ahora si valiste madre- ¡MENTIRA! ¡FUE MI HERMANO QUIEN LA TRAJO! ¡YO ESTABA EN CONTRA!- vaya, ¿así que para eso sirven los hermanos mayores? Tú lo entendías perfectamente lo que se sentía, no tenías hermanos pequeños pero al ser la mayor del orfanato todos los niñatos pequeños te echaban la culpa a ti de todo. El contrario volvió a hablar- ¿¡QUE!? ¿¡QUE VAS A ENCARGARTE PERSONALMENTE DE ELLA!? UNDYNE ESO NO ES ALGO QUE YO PENSARÍA EN EL MISMO MOMEN...- el contrario lo cortó a mitad de palabra- ¿¡DÉBIL!? AL CONTRARIO... ES HÁBIL, NO PELEA, SE NIEGA A PELEAR, LO TENDRAS FACIL...- el contrario se rio, eso sí lo escuchaste y habló- SI LO SÉ, ES UNA LOCURA... ALGUIEN QUE NO QUIERE PELEAR... PERO ES CIERTO- suspiraste derrotada- NO ME QUISO DAR UN GOLPE Y LA DEJÉ A 1/20... VAMOS CASI MUERTA- se rio sarcástico pero de mala gana- SI, SE RECUPERÓ CON MI HERMANO...- se encogió de hombros ante el comentario del contrario- HAS LO QUE QUIERAS CON ELLA... NO ME INCUMBE LO QUE TU DECIDAS...
Sin más la plática termino y ambos se retiraron. Seguiste caminando y atravesando toda la cueva. Pero tenías una duda en la mente... Sans te dijo que su hermano era despiadado y que había personas muchísimo más despiadadas que él, y esa persona con la que habló... Undyne... significa que si él casi te mataba... ella o él... Undyne... te destrozaría completamente. Temblaste un poco al pensarlo. No se te hacía agradable pensar esas cosas a pesar de ya habías pasado por eso con la pelea contra el hermano de Sans. Pero eso ya es agua pasada... no le tenías rencor, al contrario, te caía bien.
Suspiraste tras solucionar todos los puzles, solo había una cosa que te causaba curiosidad, saber que habría en la cueva escondida, si, esa cueva que solo se puede acceder mediante flores rosas que solo se abren al llegar de una orilla a otra.
Tan solo había un banco para sentarse y una flor eco, miraste el lugar sonriendo de lado, era un lugar tranquilo y sereno, perfecto para pensar. Te sentaste en el banco y tocaste la madera del mismo con las manos. Miraste la flor eco y la curiosidad te ganó, te acercaste a oír lo que decía: "No estoy listo para la responsabilidad que conlleva amar". Te sonrojaste un poco y apartaste la mirada al reconocer la voz. Decidiste seguir adelante sin ninguna interrupción más, todo el rato con esa frase gravada en tu mente y repitiéndose como el ajo una y otra vez. En el fondo se te hacía agradable escucharla, pero también te daba cierto misterio a porque esa persona diría eso una flor que nadie puede escuchar. Debatías ese tema con Flowey y hablabas sobre las posibles razones de porque alguien diría eso...
Atravesaste toda esta cueva sin dificultades, para ahora se alzaba ante ti una especie de pasillo, eran un pasillo muy majestuoso, había pilares a los lados, el pasillo por alguna razón hacía zigzag... empezaste a avanzar y escuchaste algo moviéndose en tu dirección, te moviste, era una lanza... y,... delante de ti se alzaba esa guerrera con la que habló Papyrus. Empezaste a correr mientras la guerrera te lanzaba flechas, tenías miedo... esquivabas los ataques por los pelos, pensabas que no tenías esperanzas... solo miedo...
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Adelantemos hasta el final/?
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Nerviosa y temblorosa caminaste por el pasillo conocido como: "el último corredor", tu labio temblaba, tragaste saliva para calmarte y te abrazaste a ti misma. Paraste en seco al ver una figura conocida ante ti. Sonreíste inconscientemente... hacia siglos que no lo veías desde... su declaración.
- Hola pequeña, parece que el destino nos ha vuelto a juntar- sentías miedo y seguridad al mismo tiempo... ¿eso era posible?
- S-s-Sans, ¿dónde estuvis...?- estabas emocionada pero preguntaba al mismo tiempo.
- No estoy aquí para hablar contigo- cortó seco y agresivo- estoy aquí para juzgarte por tus acciones de un modo tanto subjetivo como objetivo...- se quitó la capucha- te agradezco mucho lo que hiciste con mi hermano, fue bonito por tu parte aceptarlo a pesar de lo cabezota que pueda llegar a ser, pero no te perdono que le enseñes que era el anime a Alphys- apartaste la mirada con un leve sonrojo y sonreíste inconscientemente. Se acercó- por lo demás- quedasteis frente a frente- eres muy buena persona y estoy orgulloso de ti- "beso" tu frente y enredó una de sus manos entre tus cabellos- más adelante encontraras a nuestro rey, juntos determinareis el destino de nuestro universo... yo de ti... o ya estaría muerto o habría tirado la toalla- se alejó un poco de ti- y mírate, sigues de una pieza- sonreíste y te sonrojaste- ____, el destino de nuestro mundo está en tus manos, la decisión final que vas a tomar... cambiará todo- dijo él acercándose a la salida de espaldas- decide con cuidado, te quiero...- fue lo último que dijo y como la primera vez que se te declaró, desapareció tele transportándose.
- Yo también te quiero...- dijiste en bajo a un espacio silencioso, pero sentías en el fondo que te había escuchado...
Y tan solo... afrontaste tu destino con valentía...
Porque sabías... que no estabas sola...
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Vale voy a confesar algo... este lo escribí cuando tenía catorce años, literalmente xd
Llevo bastante años en esto de la escritura, pero antes escribía en privado, ósea, en Word (Quizás es por eso que se ve raro el One-short, si es que se ve raro, claro, porque también puede verse bien y yo estoy aquí haciendo un drama Queen xdxd) y pues, estuve revisando las historias antiguas y privadas y me encontré esta, la leí y dije: "Me gusta..." y decidí publicarla para que todos y todas la podáis leer, y pues eso, que vierais la forma de escribir que tenía antes, se nota que era un poco más inexperta ya que la forma de narrar es más cómica y bizarra, más que ahora, pero estoy orgullosa con el trabajo que hice cuando era más pequeña y pues, ahora os lo comparto uwu
He cortado el enfrentamiento contra Undyne porque el one-short se me estaba quedando demasiado largo, la verdad es que también he cortado una parte de Alphys y de Mettaton, porque sino este one-short tendría unas 12.000 palabras, y tampoco me apetece aburrirlos xdxd
Y pues eso, Fell Sans se enamora instantáneamente de la rayis, porque solo se han visto una vez xdxd
Vale si, ese era un problema que tenía antes, hacía que los personajes se enamoraran muy rápido, ese detalle ya lo tengo corregido, o al menos mejorado, porque obviamente me dedico a los one-shorts y tengo que planear la escena principal, el nudo y el desenlace amoroso en menos de 10.000 palabras xdxd
A veces en menos de 5.000 palabras xd
Y pues, supongo que eso era todo xd
Espero que os haya gustado y nos vemos en un próximo one-short o capítulo de historia.
Bye~
By Ecchisforlife
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