Lori
- ¿Estas lista bebé?
- Si, solo dame un momento cariño.
Lori maldijo para su interior haberse demorado más tiempo del necesario en la ducha, el traje había sido recogido esa mañana de la tintorería y aún podía sentir el aroma ligeramente cítrico con el que lo habían tratado el cual se complementaba con su perfume propio, el maquillaje ya estaba en su lugar y solo faltaban sus aretes, con la desesperación parecía que sus dedos se habían vuelto torpes y era incapaz de lograr colocarse debidamente aquella joyería, más Roberto entro en la habitación notando como luchaba por lo que puso su mano gentilmente sobre el hombro descubierto de su esposa, algo que esta entendió y termino por dárselos a él, quien con calma comenzó a colocarlos.
- De verdad que soy un desastre.
- Nah, solo tienes tus momentos, ha sido así desde siempre.
- Y claro, tú has estado ahí para soportarme.
- Supongo que es parte de la costumbre, o parte del amor, no lo sé. - Y termino de colocarlos, retrocediendo un paso para que Lori pudiese verse en el espejo del tocador. - ¿Cuál crees tú que sea?
- ¿Importa? - Se levanto con delicadeza, dando un paso largo el cual le permitió que su vestido se meciese ligeramente alrededor de su cuerpo en un intento de exponerlo a su esposo.
- Creo que no, ¿Vamos?
- Vamos.
El dialogo entre ambos durante el viaje al restaurante no fue muy diferente al que tenían en otros días, cosas del trabajo, cosas de los familiares, cosas que pudieron ver en redes sociales, mientras Lori conducía veía de reojo a Bobby, riéndose un poco en cierto momento para sorpresa del pelinegro.
- ¿Ocurrió algo?
- Solo me acorde de como eras cuando te conocí.
- ¿Ah sí? ¿Y qué recuerdas?
- Pues, que tenías una expresión boba, parecías tener la edad mental de Lincoln en ese momento más que de la de alguien de mi edad, pesabas al menos la mitad de lo que ahora y tenías algo de musculo, usabas esa camisa verde que te hacía parecer trailero, es gracioso compararte con como eras.
- Jo, ya veo, yo también veo varias diferencias entre la Lori que conocí, como los anteojos gigantes, el acné, las piernas de pollo, el ronquido cuando reías, el cabello descontrolado, la piel pálida y esa expresión de "necesito literalmente paz", yo solo era un chico inocente más, tú eras la friki que tuvo esa transformación en chica de película de preparatoria.
- Bueno, te quedaste con esa friki, técnicamente quien salió perdiendo fuiste tú.
- Nah, pudo ser peor.
- Tomare eso como un halago Romeo.
La cena estuvo llena de conversaciones banales, casi parecía que se insultaban como si fueran dos niños pequeños al son de la música suave de fondo, riéndose mesuradamente de las tonterías con las que ambos salían cada tanto, casi como si fuesen dos amigos más que una pareja casada celebrando su aniversario.
La velada continuó hasta la llegada de medianoche, donde ambos se hallaban caminado como podían mientras reían en un claro estado de ebriedad hasta que Lori no pudo con su tambaleo y termino vomitando en un basurero al costado del camino con Bobby sosteniendo su cabello para que no se manchase.
- Sácalo todo, todo, toooooodo jejeje...
- Ojalá tú hicieras lo mismo conmigo, señor "no necesitamos protección si la fábrica no funciona".
- Ya te pedí perdón por eso un millón de veces, ¿Quieres que lo haga un millón más?
- ¡Dos millones! ¡Quiero dos millones de disculpas más!
Mientras discutían Bobby también termino vomitando en el basurero, empujando a Lori cuando sintió que debía evacuar por lo que esta quedo tambaleándose en un intento de lograr levantarse debidamente, observando detenidamente a su marido aferrarse desesperadamente a ese basurero como si su vida dependiese de ello.
- Pensar que llegamos a esto, es cuanto menos curioso jeje.
No sin un poco de dificultad logro acercarse a Bobby y comenzar a acariciar su espalda hasta que este pudo erguirse, observándole con una expresión lastimera.
- ¿Soy un desastre verdad?
- Te ves del asco. - Dijo mientras acariciaba su rostro. - Pff... ojalá pudieras mirar tu cara.
- ¿Qué es tan gracioso?
- Nada, solo que estamos aquí, en medio de la nada, con la mitad del cerebro apagado y viéndonos horrendos, pero seguimos aquí.
- Lori, cuando dije ese comentario sobre la fábrica...
Lori negó con la cabeza y una sonrisa.
- Ya no importa, las cosas no resultaron de la forma que pensábamos, ¿Pero alguna vez lo hicieron? Recuerdo que te caíste sobre el pastel en nuestra boda.
- Oye, la abuela y mi suegro se lucieron con ese pastel improvisado, además te recuerdo que en tu primer viaje de negocios te equivocaste de avión y terminaste a 2 estados de distancia de tu cita.
- ¿Y qué? Obtuve un mejor empleo después de eso, incluso me permitió ayudarte a abrir la tienda, la cual casi quemaste por comprar esos estúpidos motores.
- Motores que venían defectuosos de fábrica y cuya indemnización nos permitió tener el departamento.
- ¡Oye!
- ¡¿Qué?!
- ¿En serio nos equivocamos tantas veces?
- Así parece, creo que somos un desastre en todo sentido.
- Jajaja, tienes razón, somos literalmente un desastre, uno del que hubiera entendido si hubieras querido separarte hace mucho.
- Bebé, ¿Recuerdas lo que te dije la noche de nuestro matrimonio?
- ¿No fue la noche anterior?
- ¿Importa? - Bobby tomo las manos de Lori con firmeza, casi como si se hubiese desintoxicado por completo en ese momento. - El trato era en las buenas y en las malas, desastres incluidos, ¿No? Además no me dejaste cuando pase por toda la rehabilitación después del accidente, era prácticamente un invalido.
- No pienses en ello, no podía dejarte en ese momento.
- Es lo mismo que pienso yo.
Bobby comenzó a acercarse, pero Lori puso una expresión desagradable.
- Acabamos de vomitar, no creo que un beso ahora mismo sea una buena idea.
- Seria una desastrosa, ¿No? - Bobby rio.
- Bueno, si lo pones así, ¿Qué es otro desastre más en nuestra relación?
Aunque haya sido una desagradable sensación general, el momento fue almacenado en la memoria de ambos como uno muy grato.
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