- Bien apestoso, 2 tiros más y terminamos por hoy.

- ¿En serio me dejaras irme?

- Claro, hoy aguantaste bastante bien, el descanso también es importante para que los músculos crezcan.

- (Fastidiado) Bieeeeen.

Lincoln comenzó a botar la pelota mientras Lynn defendía el aro, la chica le había obligado a practicar gran parte de ese día y ver que estaba a 2 puntos de poder ir a jugar videojuegos le había reanimado, pero la defensa de Lynn era fuerte, él lo sabía perfectamente, por lo que cuando avanzo no le importo usar su cuerpo para ver si la chica retrocedía, un grave error.

Pues Lynn no iba a retroceder contra su hermano menor.

- ¡Ahg!

Lynn había terminado en el suelo, pero su rodilla había impactado directamente contra la acera.

- (Preocupado) ¡Lynn!

Minutos después

- (Apenado) Lo siento mucho.

- Vamos Linc, solo fue un pequeño golpe.

- Ese golpe sonó muy fuerte, deberías ir al hospital.

- Ho, - Lynn esbozo una gran sonrisa mientras se ponía de pie - Ni que fuera mi primer golpe entrenando, ya veras como en un rato estaré bien.

- Pero...

- Hey, estábamos entrenando y me caí, y ya, ¿Entendido?

- Pero Lynn...

- Ash, si quieres pedirme perdón mejora tu forma de evadir defensas y gáname limpiamente la próxima vez que juguemos basquetbol, además quiero descansar un rato.

El muchacho bajo la mirada mientras asentía con la cabeza, entendió perfectamente el mensaje y salió del cuarto en silencio, deteniéndose en la puerta con la intención de volver a hablar, pero Lynn fue más rápida que él.

- (Feliz) Si sigues aquí te voy a obligar a hacer ejercicios para reforzar esos brazos de fideo que tienes.

El peliblanco bufo suavemente, si su hermana tenía ánimos para hacer eso quería decir que estaba bien, por lo que más tranquilo se retiró, despidiéndose con una señal de mano antes de cerrar la puerta.

Pero en el momento que la puerta se cerró, el rostro de Lynn se deformo en una muesca de dolor, tirándose a la cama mientras ahogaba el intento de chillar por el dolor mientras ponía la bolsa de hielo que su hermano le había traído, algo que duro unos minutos hasta que la intensidad se calmó lo suficiente para no tener que concentrarse evitar quejarse.

En ese momento, pudo escuchar como la puerta era abierta, momento en el que esbozo una expresión más tranquila, como si aquel dolor no existiese, viendo como entraba Lana.

- Oye Lynn, tengo una competencia de atrapar lechones y necesito mejorar mis técnicas.

- Genial, pero ahora estoy algo ocupada.

- Vamos, estas sentada en la cama, siempre dices que hay que moverse.

- Pero yo...

- (Suplicante) Por favor.

Lynn intentaba evitarlo, pero junto a Leni, Luan y su padre, era de quienes aún caían con los letales ojos de cachorro de las gemelas, una técnica ante la cual la muchacha termino por ceder y, preparándose mentalmente todo lo posible, termino accediendo antes de levantarse.

El solo hecho de caminar hasta el patio fue una experiencia horrible para Lynn, pero al llegar al patio trasero y con las primeras acciones de Lana, la deportista estaba en su límite, uno que fue sobrepasado cuando la pequeña termino por golpearle accidentalmente la rodilla.

Lynn iba a gritar con todas sus fuerzas, pero termino mordiendo su brazo para ahogar aquella descarga, y aun así, no logro evitar llamar la atención no solo de Lana, sino que del muchacho peliblanco que se encontraba en la sala.

- (Preocupado) ¡Lynn! ¡¿Estás bien?!

- Lo estoy, claro que lo estoy.

- Pero si recién yo...

Lana no pudo terminar de hablar antes de que la mano de Lynn fuese colocada en su boca, impidiéndole hablar.

- Lynn, déjame llevarte al...

- Lincoln, entiende que estoy bien, solo me emocioné demás cuando vi que Lana estaba por ganarme y quise soltarme.

- ¿Segura?

- Si, si, ya sabes que soy alguien de sangre caliente, ya vete a jugar tus videojuegos.

Dicho esto, el peliblanco se retiro nuevamente, momento en el que Lynn soltó a Lana y comenzó a intentar bajar el dolor de su rodilla como podía, casi lagrimeando en el proceso, algo que Lana pudo ver.

- (Asustada) L..Lynn...

- No te preocupes, no fuiste tú, fue una herida jugando con Lincoln.

- Entonces estás herida, hay que atenderte.

- Detente ahí, si lo haces él se enterará, ¿Sabes que ese chico tiende a culparse mucho no? No quiero crearle desconfianza ni menos hacerlo sentir mal.

- Pero no puedes quedarte así, además... eso debe doler.

- Lana, - Lynn se aferro al brazo de esta quien comenzaba a encaminarse hacía el hogar. – Prométeme que no le dirás a nadie.

- Pero...

- (Seria) Prométemelo.

La expresión de Lana se deformo, no estaba de acuerdo con aquello, pero termino confiando en la mirada llena de convicción de su hermana.

- ¿Puedo ayudarte en algo al menos?

- Ayúdame a llegar a mi cuarto, ¿Sí?

Camino al cuarto, Lana observo de reojo a su hermano mayor concentrado en la televisión, ignorando por completo a Lynn quien ni siquiera estaba ocultando su dolor al usar su pierna.

- ¿En serio no le vas a decir?

- ¿Qué ganaría haciéndolo?

- Qué él te ayudara, y se preocupara.

- Entonces no lo haré.

- ¿Tanto te importa que él se sienta bien?

- Mmm... si, y no dudaría en hacerlo de nuevo, sea con Lincoln o con quien sea de la familia.

- ¿Segura?

- ¿Por qué crees que baje a entrenar contigo con la rodilla así?

Lana quiso replicar, pero no hallaba las palabras, pero si algo no pudo evitar pensar es que esa era una parte de Lynn que no podía evitar admirar.