Exito
- No puedo creer que me convencieras de venir a estas cosas.
- No ocultes la oscuridad de tu alma Lynn, yo lo hago todo el tiempo y solo es en estás ocasiones donde la puedes exponer al mundo.
- Si... ¡Pero no vendiendo libros así!
- Dinero es dinero, y los doujinshis no se pagan solos, ¿Acaso no quieres leer la siguiente entrega de "solo es una fiebre, idiota"?
El rostro de Lynn adquirió una tonalidad tan roja como su ropa y se cruzo de brazos, era la señal para Lucy que había ganado ese encuentro.
- Solo espero que logres vender suficientes copias antes de que Luan venga por nosotras.
- Estoy segura de que sí, me va bastante bien por internet.
- Eso es bueno, aunque, ¿De qué escribes?
- (Sonriente) ¿Es necesario preguntar?
- (Voz baja) Maldigo al tipo que le vendió ese manga, (A Lucy) Entiendo eso, ¿Pero de que va la historia?
- Ahh, bueno, es sobre un chico algo inocente pero bastante activo y risueño junto a uno de sus amigos, alguien que la sociedad aparta por sus gustos, pero que aun así su amistad floreció y cada vez se acercaban más, y más, mirándose de forma distinta con el tiempo y buscando excusas para pasar cada vez más juntos hasta que...
- Ya entendí, ya entendí, no sigas por favor.
En ese momento ambas hermanas llegaron hasta un pequeño puesto donde ya habían otras personas, sorprendiendo a Lynn de que hubiesen invadido su puesto, pero Lucy se acerco amigablemente a estos y les saludo con cordialidad.
- ¿Y eso?
- ¿Tú creías que pude pagar un puesto para mi sola en esta convención?
- Pudiste pedirle un préstamo a Lola.
- Me gustan las cosas diabólicas, pero no hablar con el diablo.
Lynn entendió perfectamente a su hermana, el banco tiene intereses menores.
- Bueno, entonces solo tengo mover las cajas y asegurarme que nadie se pase de listo contigo ni con tus amigas, ¿No?
- Así es.
Lucy le respondió sin mucho interés, ni siquiera se volteo a verle por lo que esta levanto la caja que había traído Lucy, sacando una pequeña navaja para abrirla, momento en el que Lucy se percato la caja que había tomado su hermana.
- ¡Esa no!
Pero fue muy tarde, Lynn pudo notar la portada de los libros que había traído su hermana.
- Puedo explicarlo.
La portada tenia a dos adolescentes muy pegados el uno al otro, mirándose con suma pasión mientras se encontraban desnudos, hasta ese punto Lynn podría soportarlo, era un pecado que compartía con su hermana menor, pero lo que si llamo fuertemente la atención de Lynn fue los rostros y rasgos de ambos chicos, pues eran dos chicos que conocía perfectamente.
- Cabello blanco, pecas y dientes frontales prominentes, cabello naranja, pecas y dientes disparejos.
- Bueno, son características muy comunes hoy en día, ¿No?
- Son Lincoln y Liam.
- N..No.
- ¡Hiciste un doujinshi BL de Lincoln!
- F..Fue por una buena causa.
- Qué causa ni que nada, es tú hermano mayor.
- Y hasta la fecha he ganado más de 300 dólares con esos libros.
- No me vengas con... espera, ¿Cuánto?
- 327 dólares para ser exactos.
- ...
- ¿Lynn?
30 minutos después
- ¡Quedan pocas copias del último tomo de "Pecas-minoso amor" a la venta, si quieren una apresúrense!
Luego de gritar, la horda de gente se arremolino más sobre Lynn siguió recibiendo el dinero mientras Lucy entregaba las copias a su lado, había sido un éxito brutal y en pocos minutos las copias casi se habían agotado.
- Uff, esa fue una jornada difícil.
- Lo hubiera sido más si no lo hubieras convencido de ir al entrenamiento de basquetbol.
- Hey, me costó tiempo, pero el chico le gusta un deporte, me conformo con eso.
- Y yo con todas las escenas de él y Liam juntos, verlos sudorosos después de entregar todo en la cancha, abrazándose por una nueva victoria mientras celebran y cada vez se presionan con más fuerza, es... maravilloso.
- En fin, ya vendiste casi todo, Lincoln saldrá del entrenamiento en unos 30 minutos más así que tenemos tiempo para vender la última copia.
- Ah, ¿Así que esto está a la venta?
Ambas hermanas quienes hace solo un instante se miraban risueñas por la victoria del día no querían voltearse a ver al cliente que se paro frente a ellas sin que se dieran cuenta, reconocieron fácilmente esa voz, ambas la conocían perfectamente.
El bullicio de la convención se apago totalmente para ellas, pues solo escuchaban el constante golpeteo del pie del adolescente frente a ellas, sentían que levantar la mirada era lo mismo que una sentencia a muerte y que no envidiaría para nada a una reprimenda de su madre.
- ¿Y bien? ¿Van a contestarme que es esto?
Lynn fue quien logro conseguir un poco más de confianza en si misma para levantar la mirada, notando una enorme sonrisa acompañada de una peculiar mirada de el chico peliblanco que se alzaba frente a ella.
- ¿Quién dibujo esto?
- E..Eh...
- Y..Yo no...
- ¿Quién lo hizo? – Lincoln acerco su rostro.
- Noso... nosotras...
- ¿Quién? – Se acerco más.
- Y..Y...
- ¿Qui... - Puso su rostro justo frente a Lynn. - ..én?
Lucy y Lynn aprendieron ese día que Lincoln realmente podía asustar.
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