
S I E T E
Ocho meses después.
—Estoy embarazada...– YangMi sonreía y algunas lágrimas se mezclaron entre sus labios mientras sostenía aquel papel donde un positivo se hallaba en color negro.
—¿Cariño? – Hoseok miraba confundido a su esposa – ¿Estás bien?
YangMi lo miró con emoción.
—Hobi, seremos padres – Hoseok frunció el ceño – ¡Estoy esperando un bebé!
—¿Qué estás diciendo?
Ella le entregó el papel entusiasmada, mientras que él se lo arrebató con enojo.
—Dios mío, ¿En qué estabas pensando, YangMi? – ella dejó de sonreír – ¿No te cuidaste?
—Tomé mis pastillas como el ginecólogo me lo dijo, pero no sé que ocurrió – se acercó a él tomando sus manos – es una gran oportunidad para que nuestro matrimonio dé un paso más, cariño.
La mente de Hoseok está fuera de sí, amaba la idea de tener un hijo con YangMi a comparación de un tiempo atrás, pero primero debía deshacerse del amorío que había formado con MiDo para que todo fructificara, sin embargo, su enojo lo dominó en esos momentos, soltando con brusquedad las manos de su esposa, empujándola un poco del pecho.
—Abortarás a esa cosa, YangMi – ella sintió una presión en el pecho que le nubló los sentidos por un momento – no puedo permitirme que tengas a ese bebé.
Tomó una bocanada de aire antes de enfrentar al joven frente a ella.
—No lo haré, Hoseok – YangMi se acercó al rostro de su esposo – has sido bastante egoísta hasta el momento, ¿No?
—No me...– agradecía infinitamente las hormonas de su embarazo que le impulsaron a alzar la voz, imponiendo su presencia.
—¡Cállate y escúchame joder! – Hoseok calló abruptamente – ¿Eres feliz?
—Si.
—Yo no, Hoseok. ¿Sabes que he sacrificado por ti? ¡Todo, maldita sea! Mis padres me advirtieron que era inútil casarme contigo, ¿Y sabes que les dije? Que eras el hombre perfecto para mí – ella se acercó aún más, logrando intimidar un poco al varón – dime, ¿Ya te cogiste a MiDo?
Hoseok palideció.
—¿Qué cosas tan fuera de lugar estás diciendo, YangMi?
—Estoy tratando de ignorar el hecho de que perdí a uno de mis mejores amigos por defenderte a ti y a MiDo – suspiró – así que si me llego a enterar de que todo esto es verdad, olvídate de mí, al carajo nuestro matrimonio y los años juntos, ¿Entendiste?
Él asintió, sintiendo pequeños temblores en su cuerpo a causa del miedo.
Quizás era tiempo de olvidarse de su amante, por el bien de su esposa, de su matrimonio y sobretodo, de su hijo.
Tres horas antes de la actualidad.
—¿Estás segura de tener hijos con él? – Taehyung tenía abrazada a YangMi mientras acariciaba su abultado vientre, había acudido a él entre hipidos y lágrimas hasta su trabajo. Ella tenía miedo de encontrarse a Jimin, no quería que su corazón se siguiera quebrando a causa de los bonitos recuerdos que formó con él.
—No sé si estoy haciendo lo correcto, Tae – sorbió su nariz – él no me correspondió como lo esperaba, eso me hace pensar que Jimin siempre ha tenido razón, mierda.
Él suspiró al escuchar a su mejor amigo tocar la puerta, ella abrió sus ojos asustada de toparselo.
—Métete en el baño – susurró Taehyung – ahora.
YangMi hizo lo que le indicaron y en silencio lloraba porque quería ir a abrazar a ese pequeño rubio y que éste le diera mimos mientras le decía que le quería.
—Necesito de tu ayuda, me he metido en algo serio.
El corazón de ambos amigos latió con rapidez.
—¿Qué ocurre?
—Hablé con Yoongi – Jimin suspiró – le dije que si seguía tapando a Hoseok, me encargaría de hundir su empresa.
—¿Y eso que tiene de serio?
—Me ha dicho que YangMi está en cinta y que si hundo la empresa, Jung se quedará sin trabajo.
Kim frunció el ceño.
—Sigo sin encontrarle lo serio.
—MiDo escuchó todo, y me buscó al salir de la empresa.
YangMi se reincorporó de dónde estaba y pegó su oreja a la puerta.
—Me dijo que tuviera cuidado con lo que hacía en contra de Hoseok – Jimin sollozó – ella también me dijo que Yang está embarazada, ¿Es cierto?
Ella se encontraba anonadada, ¿Cómo es que ella sabía de eso sí sólo se lo había dicho a Hoseok y a Taehyung?
—Y-Yo...– el rubio explotó ante la inseguridad de las palabras de Taehyung
—¡Responde con la verdad, Taehyung! – gritó el rubio con la voz quebrada – ella me amenazó con atentar contra YangMi si hacia algo, ahora tengo miedo, esa mujer está demente y no pienso quedarme de brazos cruzados si llega a hacerle daño a YangMi.
Jimin cayó de rodillas al piso, escondiendo su cara entre sus manos. Taehyung rápidamente fue hasta el y lo abrazó con fuerza.
—Jimin, cálmate, por favor.
—N-No puedo – sorbió su nariz – pensé que SeokJin o Jungkook me pagarían los favores que me debían, pero se hicieron tontos, ignorándome.
—Estará bien, Jimin – Taehyung acarició su cabeza – ella y sus hijos estarán bien.
Ella no pudo soportar más y salió del baño, sin importarle que estuviera peleada. Se arrodilló hasta donde ambos chicos estaban, sollozando.
—Lo siento – ambos miraron a YangMi – lo siento, lo siento, lo siento. Tenías tanta razón que me siento tan estúpida por confiar en ellos y no en ti, Jimin perdóname.
El mencionado sonrió débilmente, acariciando el vientre de su amiga.
—En ocasiones el amor te ciega, y no ves más allá de lo que está ocurriendo, sólo quieres vivir encerrada en una burbuja de felicidad donde no hay maldad.
—Quiero regresar a casa, chicos – se levantó con ayuda de ellos – tengo unas cosas que hacer.
No muy de acuerdo, llevaron a la chica de nuevo a su casa, YangMi llevaba en mente desenterrar aquel sobre amarillo que hace algunos años puso bajo la tierra, para no enfrentarse a la verdad. Ahora tenía dos motivaciones para abrir ese sobre.
Se sentó en la sala de su casa, importándole poco manchar sus sillones de tierra.
Tomó un poco de aire y con mucho temor lo abrió. Sintió como si hubiesen vaciado un balde de agua fría sobre su cuerpo cuando comenzó a ver el contenido de ese sobre.
Fotos, fotos y más fotos.
Sintió algunas punzadas en su vientre, así que decidió respirar lentamente, conteniendo sus emociones. La puerta de la casa se abrió, dejando ver a un Hoseok feliz.
—YangMi, he comprado algo para...– detuvo su hablar cuando oyó la respiración errática de su esposa – ti.
Ella se levantó del sillón, girando lentamente hacia Hoseok. Se acercó a él e impactó aquellas fotos en su pecho. Dirigió su mirada hacia el suelo y soltó una risa sarcástica.
—¿Así es como me demostrabas tu amor? ¿Acostándote con ella? – volvió a reír – Jimin tenía tanta razón, soy patética.
—Puedo...– ella le interrumpió.
—¿Explicarlo? No lo creo – se alejó nuevamente de Jung para mirarlo directamente a los ojos – ya no te amo, vete de mi casa, ahora.
—E-Escucha...– Hoseok se sobresaltó ante el tono de voz de su esposa.
—¡No quiero escucharte! – gritó – crees que después de lo que ví, ¿Tenga que darte una oportunidad para escucharte?
—YangMi por favor – el cuerpo de Hoseok comenzó a temblar – escucharme.
Ese día estaba decidido a restaurar su matrimonio, pues habían pasado varios meses sin saber nada de MiDo, y aquellos mellizos le habían hecho entrar en razón.
—¡Ya no te amo, Hoseok! – YangMi sollozó – ¡Me has sido infiel desde hace cuatro años, carajo!
El pelinegro revolvió su cabello con desespero.
—YangMi, te juro que yo nunca quise hacerlo.
—¡¿Y por qué lo hiciste?! – la joven tomaba suavemente su vientre abultado, denotando los quizás desastrosos seis meses de embarazo que ella poseía.
—¿Podrías amarme de nuevo? – Jung tomó las manos de su esposa – ¿Por los mellizos?
Yang comenzó a jadear, y un líquido comenzó a resbalar sobre sus piernas.
—Hoseok... – ella le miró con pánico. Él la tomó entre sus brazos y corrió con ella hasta la entrada.
Todo el caos estaba por empezar.
¿Les está gustando?
¡Disfruten del capítulo! ❤️
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