O C H O
Actualidad
—¿Familiares de Jung YangMi?
Hoseok se acercó hasta el médico, con el miedo a flor de piel y la culpa comiendo su cabeza.
—E-Es mi esposa, ¿Mis hijos y ella están bien?
—Ella se encuentra bastante estable ahora, sus signos vitales son un poco inestables, pero nada de que preocuparse – miró su tabla y frunció un poco sus labios suspirando con pesadez – tuvimos que intervenirla y realizar un legrado uterino, los productos comenzaron a asfixiarse por falta de líquido amniótico y finalmente fallecieron. A ella tuvimos que controlarle una hemorragia en la cirugía, es por ello que fue difícil controlar sus signos vitales. Lo siento mucho, señor Jung.
Hoseok cayó de rodillas al piso, sintiéndose miserable. Miró al doctor con lágrimas en los ojos sintiéndose impotente.
—¿Productos? ¿Usted le llamó a mis hijos productos? – se levantó tomando con fuerza la bata del adulto – ¡Eran sólo unos bebés!
—Yo sólo hago mi trabajo, señor.
En ese instante, una mano se colocó en el hombro de Jung, haciéndolo voltear bruscamente, y antes de que pudiera reaccionar, un puño aterrizó en su mandíbula.
—¿Crees que ahora sea el momento de presentarte como un esposo atento y un padre preocupado? – los orbes negros de Taehyung se posaron en Hoseok – ¡Por tu maldita culpa ella está como está! MiDo y tú se encargaron de destruir su más grande sueño.
—Eres un hijo de puta, Jung – Jimin le miró con odio – arruinaste a mi amiga y la hundiste, pero hasta lo más profundo. No mereces llamarte su esposo.
—¡Namjoon, espera! – MiDo empujaba débilmente el ancho cuerpo del hombre, quien la apartó con sutileza.
—¿Para ésto nos pediste la mano de mi hermana? – gritó el moreno – ¿Para llenarla de miseria, infidelidades, sufrimiento y pérdidas? ¿Dónde quedaron las promesas que tú mismo le hiciste en el altar hace cinco años?
Toda la gente observaba la escena, algunos con desprecio, otros con pena y la gran mayoría con morbo de saber que era lo que ocurría en aquel aparente círculo familiar.
—Señores, les pido que si tienen algo que discutir, lo hagan fuera de ésta clínica – un hombre mayor se acercó a ellos – los demás pacientes merecen el mismo respeto que su familiar.
Todos hicieron una reverencia avergonzados.
—Necesito que su esposo se quede aquí para cuando la paciente despierte – el médico se acercó nuevamente – los demás familiares pueden retirarse.
Aún con rabia impregnada en sus cuerpos, los demás se retiraron, dejando sólo a Hoseok.
El castaño frotaba sus sienes dejando caer las lágrimas que fluian de sus ojos. Una presión en su pecho se instaló poco después de que el doctor le diera esa desagradable noticia.
—Su esposa ha quedado infértil después de éste episodio.
Se golpeó mentalmente por ser tan imbécil, por dañar a la persona que más lo amaba en este mundo, por enredarse con la mejor amiga de su esposa, por ser jodidamente patán y no apoyar siempre a su esposa con ese embarazo que en esos momentos tanto deseaba.
—No seas patético, Hoseok – se dijo a si mismo, mientras agachaba su cabeza y halaba sus cabellos castaños – fuiste una mierda con YangMi, deja de llorar, joder.
—Su esposa ha despertado, señor Jung – alzó su vista hacia el médico, quien posaba su mano en el hombro del joven – por protocolo del hospital, usted será el encargado de anunciar su estado después del legrado, nosotros nos encargaremos de lo demás.
—Se supone que para eso estoy pagando por un servicio médico privado – Jung se levantó furioso revolviendo su cabello – jodida mierda con ustedes.
Aterrado y con la cara llena de vergüenza, caminó hasta la habitación de YangMi. Ella observaba todo a su alrededor, estaba desorientada y confundida.
¿Qué había ocurrido?
Todos sus recuerdos se avecinaron en su mente en cuanto vió a Hoseok entrar por la puerta de su habitación. Una mezcla de emociones recorrió su cuerpo; se sentía burlada, rota, engañada. Se sentía la peor mujer del mundo, quería golpearse por ser tan ingenua y tan crédula ante todas las mentiras que MiDo y Hoseok le hacían creer.
En ese preciso instante recordó a Jimin, su mejor amigo le dijo la verdad y simplemente no quiso aceptar esa verdad que él le estaba poniendo en bandeja de plata. Recordó las palabras de Taehyung, recordó lo mucho que le había dicho anteriormente acerca de MiDo y su esposo.
También vino a su mente los amigos de Hoseok, ellos le advirtieron que le estaba siendo infiel con su propia secretaria y sólo les ignoró ofendida, porque creía que eran solamente mentiras y porquería para arruinar su matrimonio.
—YangMi, ésto es serio – SeokJin tomó ambas manos de la chica – Hoseok va a lastimarte, por favor, abre los ojos, quita esa venda que te impide ver la verdad y acepta la realidad, tú realidad.
—Yo he recibido quejas por parte de varios trabajadores de la empresa, sonará crudo y demasiado grotesco si así lo quieres ver – Yoongi bebió un poco de café – pero ellos follan en su oficina, hasta altas horas de la noche, ¿Creías que se quedaba hasta tarde haciendo reportes o tomando conferencias? ¡Joder, no! Ese cabron está quebrando tu matrimonio, y te va a quebrar a ti si no paras todo ésto a tiempo.
—Eso no es verdad...– YangMi sentía su cabeza a punto de explotar.
—Hey, escucha –Jungkook se colocó frente a ella, deshaciendo el agarre que SeokJin había formado con Yang – sé que ésto es difícil de creer, y hasta quizás para ti irreal, pero ninguno de nosotros queremos hacerte daño, queremos que seas feliz. Hoseok es un cabronazo de primera y se lo hemos dicho, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver. Tú no quieres aceptar que el hombre que amas ya no corresponde tus sentimientos, que no te valora y no piensa hacerlo. Sé que estás en cinta y ese bebé que está formandose dentro de ti, merece un padre que lo anhele y lo amé más que a su propia vida. Por favor, YangMi, aléjate de él.
—¡Sólo quieren meterme ideas!
Ella sacudió su cabeza, tratando de relajarse y mantener relajados a sus bebés, sin embargo, se sentía vacía. Comenzó a fruncir su ceño en cuanto un dolor en su vientre le atacó, alzó un poco su bata y pudo observar que algunos hilos de color negro unían su piel.
¿Qué estaba sucediendo?
Su esposo se acercó a ella y se sentó a su lado, él suspiró y le miró fijamente.
—Tenemos que hablar.
E
spero la estén disfrutando, porque el drama y las tragedias están bastante cerquita.
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