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F I N A L

—¿Han venido aquí por voluntad propia? – ambos asintieron ante las palabras del juez – Señor Jung Hoseok, su esposa, Jung YangMi ha pedido al estado que se anule el enlace matrimonial que hasta éstos momentos ustedes mantienen. ¿Prefiere darle la palabra a su esposa o empezará usted?

—Yo empezaré – habló de inmediato la chica – daré los motivos por los cuales quiero romper mi matrimonio con él.

—Tiene la palabra señora Jung.

Miró a su abogada y se levantó con cuidado, suspiró y dirigió su vista hacia Taehyung, quien le sonrió tratando de transmitirle un poco de tranquilidad.

—Lo conocí en la universidad, ambos éramos estudiantes de administración de empresas y comenzamos un proyecto de tesis juntos debido a que coincidimos en el mismo tema a desarrollar – sonrió melancólica – era un chico bastante risueño, muy amable, educado y caballeroso, algo que realmente me cautivó.

Cerró sus ojos teniendo frescos los recuerdos de cuando se vieron por primera vez.

—¡Hola! Soy Jung Hoseok – hizo una reverencia para después sonreírle – ¿También estarás con el profesor Choi en éste proyecto?

—Si...– habló con timidez – Soy Kim YangMi.

—¡Wow, es un nombre muy bonito!

—Tu nombre también es muy bonito.

Ambos se quedaron viendo fijamente a los ojos, sintieron una conexión que jamás antes habían sentido.

—¿Podría proseguir con su relato, por favor? – el juez observó como la chica parpadeaba un par de veces para salir de su trance.

—Con el paso del tiempo nos hicimos grandes amigos y por consiguiente novios durante tres años antes de que me propusiera matrimonio – apretó sus puños – ese día en donde pidió mi mano frente a mis padres, prometiendo que me haría la mujer más feliz del universo.

—Señor Jung, ¿Tiene algo que decir antes de que la solicitante siga con su declaración? – el juez le miró – ¿Señor Jung?

Hoseok se había perdido en sus pensamientos y en los recuerdos.

—Te amo, Hoseok – YangMi besó los labios del joven – gracias por llegar a mi vida y hacerla aún más maravillosa.

—Gracias por iluminarme, mi bello sol – musitó colocando el anillo de compromiso en su dedo anular – eres lo más hermoso que tengo en ésta vida, y no te dejaré escapar jamás.

Ambos rieron juntando sus frentes, sentian que su burbuja mágica llena de amor permanecería hasta el momento de su vejez.

—No tengo nada que decir, señor.

El juez asintió y regresó su mirada a YangMi.

—Prosiga, señora Jung.

—El primer año de matrimonio fue perfecto, risas, alegrías, momentos juntos. Disfrutábamos de las pequeñas cosas que la vida nos brindaba, hasta que él comenzó a serme infiel con una persona cercana a mí – suspiró – incluso platicamos sobre tener un bebé juntos, pero parecía tener una aberración ante esa idea.

—Eso no era verdad – espetó Hoseok desde su asiento – simplemente quería disfrutar de nuestro matrimonio sin tener una responsabilidad fija.

—Eso no parecía cuando te lo decía en la mesa y te largabas molesto a tu trabajo – suspiró – en fin, durante cuatro años estuvo viéndome la cara con una de mis amigas, decía que tenía que quedarse hasta tarde en la oficina para poder estar con ella. Incluso llegaba ebrio y con olor a mujer.

—¿Alguna vez hubo agresión de cualquier tipo por parte del señor Jung en su estado de ebriedad o sobriedad hacia su persona?

YangMi guardó silencio, sembrando una espinita de duda en todos sus familiares y amigos, sobretodo en Taehyung. El chico cerró los ojos conteniendo la rabia en cuanto vió a YangMi asentir en silencio, Jimin tomó su mano y le miró tratando de tranquilizarlo.

—Quiero matar a ese infeliz...– susurró el castaño – quiero hacerlo.

—No cambiarás nada y sólo complicarás aún más las cosas – Jimin apretó su mano – por favor, no hagas espectáculos y compórtate.

—¿En qué consistió la agresión? – el juez captó la atención de ambos chicos.

—Algunos empujones, movimientos bruscos en mi cuerpo, gritos cuando algo no le parecía – suspiró – creía que estaba bien soportar eso porque era mi esposo y que era producto de su estrés por darnos una mejor vida.

—¿Por qué nunca me dijiste eso, Hoseok? – su abogado susurró en su oído – pude haber hecho algo por ocultarlo.

—Jamás creí que saliera a la luz – Hoseok sintió su teléfono vibrar en el interior de su saco, lo tomó entre sus manos y visualizó el nombre de MiDo ahí. Volvió a guardarlo y regresó su vista a YangMi.

Ella comenzaba a sentir un nudo en la garganta, se sentía tan tonta por creer en un hombre que simplemente no valía la pena en lo absoluto, en ese instante recordó las palabras de su hermano cuando le encontró algunas marcas de las manos de Hoseok en su piel.

—¿Qué estás esperando, YangMi? ¿A que ese hombre te mate y seas parte de una maldita estadística más?

—Él no es así, solamente yo lo provoqué.

—¡Reacciona, joder! – tomó sus mejillas con delicadeza – tienes cuatro meses de embarazo y debes cuidar de ti. No quiero que te enfermes o que les suceda algo a los mellizos, deja a Hoseok y te prometo que yo te ayudaré en todo lo que necesites. Sé que Taehyung y Jimin no se negarán a ayudarte y estarán apoyándote si tú te separas de él. No quiero que ese idiota te haga más daño o te de una desilusión más grande.

—Lo amo y eso no lo puedo evitar – miró a su hermano – él me hace feliz y quiero quedarme aquí, a su lado.

—¡YangMi, he llegado! – Hoseok miró el ceño fruncido de Namjoon e hizo una reverencia por educación.

—Hobi – corrió a besar sus labios, dejando a su hermano con la palabra en la boca – ¿Cómo te fue?

—Mal, como todos los días – se quitó su saco y Namjoon era lo suficientemente observador como para notar algunos arañazos en su cuello, un chupetón en el área de su clavícula y un poco de labial en su camisa blanca – ¿Ya hiciste de comer?

Nam me trajo un poco de carne y arroz con verduras – YangMi sonrió extendiendo su pequeña charola a Hoseok – ¿Quieres un poco?

—Sabes que odio la carne así – habló indiferente – olvídalo, iré con Jungkook y SeokJin a comer algo.

—Hobi...– tomó de nueva cuenta su saco y salió de su casa azotando la puerta.

—¿Puede continuar? – ella negó ante la pregunta del juez – tomaremos un descanso de diez minutos.

—Debiste decirlo, Yang – Jimin la abrazó con fuerza – desde hace tiempo te hubieses librado de la lacra que es Jung Hoseok.

—Fui tan estúpida, lo sé – ella suspiró – pero quiero creer que ya no lo estoy.

—¿Cariño? – su voz era tan irritante ante todos los presentes, la sala de espera era tan pequeña que podía escucharse todo perfectamente – Hoseokie, ven.

—Lárgate, MiDo – el joven la miró con desprecio – solo estás atrayendo la atención de todos.

—Eso es precisamente lo que quiero – susurró para después elevar su voz – ¡Atención!

De manera discreta, YangMi levantó su vista hacia la ahora rubia de vestido negro.

—¿Y a ésta que le picó? – susurró Taehyung.

—Sé que hoy es la audiencia para validar el divorcio del matrimonio Jung y no busco interponerme – la rubia dirigió su vista hacia la pelinegra – solamente quiero aclarar, que yo fui el motivo de su divorcio. Yo me interpuse en su relación y tan culpable es él como lo soy yo de todo lo que a su esposa le ha ocurrido.

—MiDo...– ignoró las palabras de Hoseok mantuvo su mirada en su antigua amiga.

—YangMi, lo siento. Siento haberme comportado tan patética e hipócrita contigo y traicionar tu confianza de la peor manera  – suspiró – no te estoy pidiendo que me perdones, simplemente necesitaba hacerlo para conservar mi paz interior.

—Enterarme de su infidelidad provocó que perdiera mi embarazo – musitó con la mirada perdida – fue la parte más dolorosa de ésta situación. Perder la oportunidad de cumplir mi sueño fue un golpe devastador, me di cuenta que el Hoseok que conocí ya no existía y que jamás regresaría. Me di cuenta que no era la única en su corazón y que sus sonrisas y palabras bonitas éstos últimos meses eran falsas y forzadas, me quité la venda que cubría mis ojos y me impedía ver la realidad, y la realidad era que me acostumbré a amar a las porquerías. Es todo señor juez.

—¿Tiene algo que añadir, señor? – Hoseok negó sintiendo un vacío en su corazón y el arrepentimiento apoderarse de su mente – procederemos a firmar el acta, por favor, vengan aquí al frente.

Caminaron en silencio y dedicándose algunas miradas, tomó cada uno en su momento el bolígrafo entre sus manos para firmar.

YangMi sentía un peso menos en su vida, quería correr hasta la entrada y gritar a los cuatro vientos que su calvario se había terminado.

Y que se sentía lista para comenzar de nuevo, ya no como la señora Jung, sino solamente como Kim YangMi.

Ya casi finalizamos ésta pequeña aventura, sólo falta el epílogo. ❤️

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