Te amé, tanto te amé con ese aroma inmortal

De un amor inmarcesible que da envidia;

No amor fugaz, no amor pueril, no amor voraz

No amor sin más que enferma, que abusa y que fustiga.

Amor de aroma sensual, pulcro y sutil

Que reverbera en los latidos del silencio;

Tanto y tanto te amé que hasta el tiempo vino a mí

para implorar que no deje de hacerlo.

El aire hiló tu voz, la brisa tu reír,

Y en las acaudaladas aguas del espíritu insurrecto

Te descubrí desnuda... desnuda mi amor...

Te acurrucaba el sol candente en risos frescos.

Y el viento... lo sentí danzando junto a ti

Para hacerte el amor con sus susurros,

que desfallezca igual que lo doblega el mar

si intenta distanciar lo que te ofrezco.

Nadie y solo nadie para abonar tu flor

Y recorrer el oasis de tu vientre apaciguado;

Tu alma la hizo Dios perfecta para dos

Que hizo florecer tu rosa en mis pecados.

Mi amor llegó hasta ti, sarmiento que atavié

Después de naufragar en tu sangre tantas veces;

El tiempo sabe bien que el tacto de tu piel

Y el agua en tu vergel... me pertenecen.

Te amo hasta morir sin muerte o muerte igual,

No existe tanta sal para cubrir la miel que hay en mi aliento;

Solo lo supe ayer...el pasado vino a ver

Si este amor no es de papel que rasga el tiempo.