Mujer que contradices con tu esencia divina

Y atormentas con amor cuando no debes.

Que sanas las heridas de la vida

Así tengas que donar lo que no tienes.

Que abrigas tu propio mar...

Donde deleita la vida sus sermones;

Que habitas entre dunas y haces germinar

Algunas con canciones.

Mujer de semblante acústico,

De corazón deshojado y vientre agreste.

Que por más que el dolor las intimida

Caminan entre cardos de espinas y florecen.

Mujer hecha de paz y tremedales,

De agonía y risa, de angustias y placeres,

Que alberga almas en su vientre y les enseña a volar

Para luego cortar sus alas cuando crecen.

Que tiene un cántaro de amor quien sabe donde

Que ni Dios mismo entre dudas lo comprende,

Que es su obra más sublime hecha de fuego

Con la capacidad de crear besos de nieve.

Guerrera de la historia, de la vida, de mil mundos...

Que batalla con los más profundos síntomas de muerte;

Sin fronteras, ni esquinas, ni muros, ni pecados...

Que oculta un maternal tornado entre sus pieles.

Mujer contradictoria que ama la vida si no hay vida,

Y que unge con vida hasta la muerte;

Que tienes la sabiduría del milagro

Para convertir una gota en un torrente.

Tú, que vives y arremetes con furia

Para diseminar con amor lo que se muere,

Dime... ¿Cómo es que puedes lograr...

Lo que no puedes?

Yuván