Soy lo que muchos conocen como "un hijo de puta con suerte". Esto debido a que, sin merecerlo, tengo a dos hermosas chicas enamoradas de mi, embarcadas en una... ¿sana competencia? Donde además conservan su amistad, aguardando mi respuesta.

Sin embargo, yo estaba enamorado de una tercera chica, una "inalcanzable". Guiado por un mal consejo, hice públicos mis sentimientos en una fiesta. Creí que me aceptaría, pero terminé humillado.

Salí del recinto en plena lluvia. Ahí estaban ellas, con miradas inexpresivas. Sin embargo, lejos de reclamarme, abrieron unos paraguas para cubrir mi rostro y retirarnos del lugar. No las merezco.