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A la mañana siguiente me despierto con la sensación que todo lo ocurrido ayer era una maldita pesadilla, me levanto y decido darme una ducha.
Después de vestirme decido desayunar algo ligero y salir pitando a la Universidad, elegí la carrera de psicología y estoy en el tercer año de curso, creo que lo elegí por ayudar el día de mañana a personas que lo necesitan aunque realmente para ayudarme a mí misma también.
A las nueve llego a la primera clase decidida a no perder más el tiempo, ya encontraré otro trabajo, pienso mientras que voy sacando el ordenador y el cuaderno para coger apuntes.La sala se va llenando y de repente Lola aparece a mi lado.
―Holaaaaa ―suelta de forma eufórica pegándome un susto de mil demonios.
―¡Joder! Lola, no aparezcas así de repente, casi me da un infarto ―digo llevándome la mano al pecho.
―Si no estuvieras en los confines de la Tierra, eso no te pasaría ―suelta tan tranquila. ¡Qué! ¿Ya vas asimilando que eras la más rica de la clase? ¿Te han ingresado el dinero ya? ―suelta mientras va sacando sus cosas para prepararse para la clase.
―Para serte sincera, ni lo he mirado ni me importa, esta tarde tengo que actualizar el curriculum y mandarlo a todas las empresas que encajen en el perfil que busco. No pienso tocar ese dinero, no se realmente de dónde viene ni porqué.
―Vamos Nara, ya oíste al notario ―me está escrutando con la mirada ― es una herencia directa, disfruta de lo bueno que te ofrece la vida en mucho tiempo y pégate un caprichito, puedes comprarte todo lo que te dé la gana.
―Sigo pensando lo mismo Lola, no pienso tocarlo hasta saber de dónde procede.
―Bueno tú sabrás, pero después de todo lo que has pasado yo me pegaba unos cuantos lujos con ese buen pellizco que tienes en el banco.Me incomoda de repente la forma de hablar que tiene y el preocuparse de manera excesiva por el dinero que supuestamente me ingresarán en mi cuenta si no es que ya lo tenga ingresado. Sigo teniendo esa rara sensación por mi cuerpo, es algo que no se va.
En cuanto entra el profesor en la sala todos tomamos silencio para que empiece con su clase correspondiente. ―Buenos días señorita Flores, mis más sincero pésame ―dice mientras está mirando a todos su alumnos.
―Gracias señor, se lo agradezco ―musito en voz baja.
―Necesito que vaya al despacho del rector, necesita hablar con usted urgentemente.
Miro a Lola porque no sé a que viene ahora que me llame el rector, pero me levanto de la silla recogiendo todas mis pertenencias y salgo directa del aula camino del despacho del rector, el señor Gallardo.
Cuando estoy casi llegando a su despacho diviso en la puerta a dos hombres enormes, vamos tipo de los cuatro por cuatro como diría Lola, pedazo de armarios empotrados, llevan el pelo muy corto, corte estilo militar, dan aspecto de pertenecer a algún grupo de élite o algo así porque normalmente esa clase de personas yo no me las cruzo en la calle y menos en la facultad.
Llego hasta la puerta y miro a uno y al otro y no dicen nada, no se mueven ni tan siquiera me miran, parecen unos jodidos robots.
Toco la puerta del rector y espero que me conteste,( en ese hueco que me han dejado al menos puedo meter la mano).
―Adelante ―oigo desde el otro lado.
Intento abrir la puerta y veo cómo uno de ellos me cede un poco el paso sin articular palabra.
Abro la puerta y un perfume intenso, profundo y muy masculino invaden mis fosas nasales y para nada es el perfume del rector, él siempre está oliendo a puro la verdad. Este perfume activa todas mis hormonas de instantáneamente. Voy caminando hacia la mesa del rector depacio.
―Siéntese por favor Ainara ―vuelve a hablar tranquilamente.
Me siento dónde ha señalado dejando la mochila a un lado y mi bandolera encima de mis piernas según estoy sentada.
―Bien, le he hecho venir porque.....nos ha llegado una carta en la que su expediente aquí está dado por finalizado, hemos visto que se ha trasladado a la Universidad de Moscú, en concreto la Universidad Lomonosov, y queríamos agradecerle el tiempo que ha pasado entre nosotros, ha sido muy agradable Ainara.
―¿Cómo? ―digo perpleja ante semejante situación.
―Es...esto señor Gallardo, creo que ha habido una confusión y grave, yo he pedido que mi expediente académico se haya trasladado a esa universidad, es más es que ni siquiera la conozco, ¡si no sé hablar ruso!, ¿cómo va a ser posible que yo haya solicitado eso?.
«Prepárate bonita que se avecina huracán de magnitud 5».
Revuelve en unos papeles que tiene encima de su mesa y saca una carpeta que me tiende para que la vea.
―Está todo ahí redactado Ainara, no es ninguna confusión ―vuelve a repetir haciendo incapié en ello.
Me pongo a leer todo el papeleo del traslado y consigo ver un nombre que no me ha sonado en la vida, jamás, Arsen Popov, es quién solicita el traslado en nombre de la señorita Ainara Flores García.
―A ver... a ver....―me agarro el puente de la nariz para tranquilizarme mientras hablo ―yo en mi vida he escuchado ese nombre, en mi vida he tenido que ver nada que provenga de Rusia, y en mi vida he pedido ni firmado ningún traslado, ¡esto es una locura!. En serio, ¿me está usted tomando el pelo?, porque en cualquier momento exploto ―digo alterandome por momentos.
Unos toques en la puerta me sacan de la conversación con el rector.
―Adelante ―prosigue el rector sin hacer el menos caso a lo que le estaba diciendo.
La puerta se abre para dejar ver a un .....¡joder! ¡pedazo de tío! Mi cerebro se acaba de freír con un cortocircuito generalizado dentro de mí. ¡La hostia puta! Grito en mi interior, de la puerta emerge un adonis esculpido por todos los Ángeles del Cielo, por lo menos mide un metro ochenta si no es más, lleva un traje gris que le sienta como un guante, parece hecho a medida, su pelo es de un color castaño y lleva un corte moderno que no hace falta que lo luzca porque a este hombre le queda todo bien, incluso la rastas si me pongo a fantasear. A través de su chaqueta parece distinguirse un cuerpo torneado, trabajado a base de horas de gimnasio o eso pienso yo. Llega hasta la altura que me encuentro y se sienta en la silla contigua a la mía y ¡zas! Nuestras miradas se cruzan en ese instante, un azul donde te podrías perder eternamente, pero de semblante serio y frío, muy frío, sus facciones son tensas, mandíbula cuadrada, nariz respingona y labios carnosos, ¡joder! No me había fijado en esos labios, están hechos para pecar. Aprecio que lleva tatuajes tanto en las dos manos como en el cuello y parte de la cabeza, y eso me tira un poco para atrás, bueno mas bien me atrae pero a la vez me da miedo, dios que confusión que tengo ahora.
Distingo y noto el perfume de antes y mi mente piensa muy rápidos.
Él ya ha estado aquí antes.
―Bien Ainara ―se dirige de nuevo a mí el rector ―le presento al señor Arsen Popov.
¿Queeeeeeeé? Grita mi subconsciente internamente, se pone a bailar una salsa por lo bien que se lo está pasando la jodía. Ruedo los ojos imaginando que estuviera hablando con ella y viendo el comportamiento troglodita que está teniendo en este momento.
―Buenos días Ainara ―dice en un marcado acento que no es español.
Un momento coño, ¡el rusooooo! Mi mente no está para más hoy, la tengo echa un lio, pero lio, lio, lio.
―Por fín nos conocemos ―vuelve a hablar con una medio sonrisa en su cara.
―Pues yo no tengo el gusto de conocerlo, porque es la primera vez que lo veo y no sé de dónde demonios sabe usted que yo me llamo Ainara ―suelto las palabras como una carretilla por lo nerviosa que estoy, aunque intento hacerme la valiente, sigo mirándolo fijamente.
―Bueno para su información yo hace tiempo que sí sé de usted ―cruza una pierna sobre la otra tan tranquilo ―. Siento informarla de esta manera, que.....a día de hoy está usted bajo mi mando, soy su guardia y custodia en estos momentos, por eso he venido a buscarla.
―Tu flipas ―le suelto frunciendo una ceja ―soy mayorcita de edad, con lo cual usted señor Popov no es ni guardia ni custodio mío, así que ya se puede ir por donde ha venido.
―Señor Gallardo ―habla sin quitarme la mirada de encima ―puede....¿dejarnos a solas? La señorita Flores y yo tenemos un asunto que tratar.Miro con ojos de cordero al rector de la facultad implorándole que no me deje sola pero veo como se levanta para marcharse.
―No se preocupe señor Popov, tómese usted el tiempo que necesite ―.
Será cabrón, le insulto con la mirada.
Una vez que ha salido por la puerta el susodicho que se encuentra a mi lado se levanta de la silla para ponerse en frente de mí apoyado sobre la mesa.Madre mía me va a dar un tabardillo, si es que está hasta cañón y todo, este sí que es un baja bragas como decimos Lola y yo, uf si lo viese se enganchaba a él como una garrapata.
Zaradeando mi cabeza para quitarme esos pensamientos lascivos que estoy teniendo en este momento, pero es que siento un calor tan repentino que no sé por dónde entra, ¿habrán subido la calefacción de la habitación?.
―Pues tienes que creer que tienes más cosas en común conmigo de lo que te piensas Ainara ―habla de forma contundente.
En concreto tiene una ―dice levantando el dedo ―y bastante importante.
―Yo...yo no....―la lógica aplastante que puede tener en ciertos momentos me ha abandonado a la suerte, mi lengua está como el cartón y mi boca está mas seca que la mojama ―no creo que tenga nada que le corresponda le vuelvo a repetir.
Mire sinceramente, yo soy una estudiante que acabo de perder a mi abuela, me he quedado sin trabajo y casi a la vez por no decir de golpe me he enterado que mi padre ha fallecido, el cuál llevaba sin ver unos quince años, creo que se está equivocando y bastante.
Chasca la lengua a la vez que se levanta de la mesa y se acerca más a mí, mi corazón empieza a latir más y más fuerte, parece que lo tengo en la mismísima garganta, este hombre impone y da miedo.
―Su padre murió hace cinco meses, y usted tiene algo que me importa y mucho, creo que ha heredado como medio millón de euros ¿verdad? ―su mirada está a punto de traspasarme.
Joder ya se de dónde ha salido ese dinero, pero...a todo esto y ¿cómo llegó hasta mi abuela?, y lo que es más fuerte ¿realmente quién es este tio?. Mareo, me estoy mareando, un amargor sube hasta mi garganta para volver a bajar, trago y vuelvo a tragar puesto que no quiero echar aquí lo poco que desayuné esta mañana.
―Si es por el dinero puedo devolvérselo, yo no sabía...yo no...
―No, no necesito el dinero, la verdad, soy un hombre afortunado, medio millón de euros es calderilla para mi bolsillo señorita Flores, pero....―deja la frase sin terminar y vuelve a estudiarme con la mirada.
―Si no le importa debo de volver a mis clases, si no tiene nada más que decirme puede dejar un teléfono al rector y yo cuando tenga el dinero me pondré en contacto con usted y se lo devuelvo, yo no lo quiero para nada, pero me tengo que marchar ―me levanto para recoger mis cosas.
―Eh,eh,eh, tranquilita que tú de aquí no te vas hasta que yo no lo diga ―dice agarrándome de una brazo para retenerme.
―Y yo le he dicho que he de marcharme a mis clases de nuevo, no tengo nada más que hablar contigo ―intento soltarme de su agarre.
―Y ahora me tuteas, interesante, pero....si sales por esa puerta sin mi consentimiento antes de que llegue a su siguiente clase..sus amigos, los de la cafetería ya sabe, ―habla chascando la lengua ―creo que van a tener un percance un poco grave, no sé si me entiende.
Me freno en seco porque no se si he oído bien o mi mente se lo acaba de inventar ¡mierda! El todo terreno, ahora cuadra todo. ¡Era él!.
―Si se le ocurre hacer algo a alguno de mis amigos ―le amenazo con el dedo ―se las verá conmigo, dejalos en paz, ellos no tienen nada que ver en esto.
Una carcajada rebota por toda la estancia.
―Ainara no lo has entendido ―habla mientras se acerca más a mí ―te vuelvo a repetir que el dinero no lo quiero, no me importa, como si te lo gastas, lo que no has entendido es que no estás en posición de exigir nada ni decir nada, tu padre era un puto chivato que vendería su alma al diablo y....
―¿Qué coños me estás diciendo? ―suelto indignada ―te he dicho que no sabía nada de él,¡qué es lo que buscas! ―ahora le estoy alzando la voz.
―Te busco a tí, tu padre hizo el mejor trato que podía hacer con mi padre y viendo lo que tengo delante cada vez estoy más convencido de lo gilipollas que fué.
Sólo te lo voy a repetir una vez y que te quede claro, cuando se hace un trato con la familia se cumple ese trato, es nuestra ley, el problema es que tu padre no cumplió y encima nos robó, robó a mi familia y ahora me quedaré con lo más valioso que tenía según él en sus últimos momentos de vida. TÚ.LA MAFIA SE COBRA TODAS SUS DEUDAS.
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