34
Los días van pasando mi barriga va creciendo y cada vez me voy acostumbrando más a la presencia de Arsen.«Bueno y a lo que no es sólo su presencia». La voz de mi conciencia siempre tan atrevida como siempre. Pero tiene toda la razón del mundo. El sexo con Arsen es maravilloso. Lo único mi gran barriga, estoy de ocho meses y parezco una mesa camilla.La visitas médicas ahora son todas en la mansión, estoy siendo muy controlada y monitorizada y daré a luz a nuestra hija en casa. Recuerdo la gran conversación que tuvimos sobre ello, más bien por no decir discusión, yo quería ir al hospital pero al final mi cabezonería no ganó, ganó la suya como en la mayoría de las veces, me siento sin fuerzas para estar día sí y día también llevándole la contraria, no me apetece nada de nada, así que ahora mismo me limito a decirle a todo que si y quedarme más ancha que larga en lo hipotético de la palabra porque la verdad que ancha si me encuentro, es que no me veo ni los pies para poder ponerme unos tristes zapatos. Los meses han pasado y parece que el mal tiempo ha remitido algo, aunque todavía hace un poco de fresquito.
Tengo todo comprado para mi pequeña, no me falta detalle ninguno y no me puedo quejar para nada, en eso si he elegido yo prácticamente todo, bueno he dejado algo a su padre en el fondo me daba pena, pobrecito......El día ha transcurrido bastante bien, todavía queda un tiempo para que mi pequeña haga acto de presencia y podamos conocerla, pero cada vez puedo dormir peor y Arsen se empeña en que cada vez que me desvelo tengamos que tener sexo para poder relajarme y dormirme, me siento un útero con patas de verdad. ¡Qué hombre más caliente, no tiene fin nunca!. A lo que iba, que el día había ido bastante bien, un poco más cansada de lo habitual, pero normal en mí, llegamos a la casa y me fuí directa a darme una ducha caliente y relajante mi cuerpo y mis pies me lo pedían a gritos, Arsen tenía que atender parte de sus negocios y esta vez no podía acompañarme, en el fondo daba gracias al cielo porque sabía como terminaría eso y ahora mismo es lo que menos quería, necesitaba algo de tregua, aunque por dentro me estuviera muriendo de la risa al recordar su cara de enfado cuando Connor hacía acto de presencia en la cocina para requerir de su presencia en el despacho.
Una vez relajada después de la ducha, me cambié por una ropa más cómoda y decidí bajar a cenar algo ligero, aunque para que decir ligero, luego mis cenas se convertían en picar y picar y seguir picando, no podía resistirme a los donetes, a la nutella, a todo lo que llevase chocolate, y creerme que de eso en casa no faltaba, mi queridísimo amor por llamarlo de alguna manera me estaba cebando muy bien cebada, yo la primera culpable lo reconozco.Después de darme un medio atracón y esperar a que Arsen bajara a cenar que al final no ocurrió, me levanto y me dirijo a la sala de la televisión, aburrida me tumbo en el gran sofá y me dedico a mirar la cartelera de la televisión, al final opto por una peli romántica y le doy al play, me acomodo más en el sofá y busco una manta que siempre guardo en uno de los lados, la saco la estiro y la pongo por encima acurrucándome viendo entretenida la película. Unas manos fuertes se aferran a mi cintura, me asusto porque noto que soy elevada de repente.
―Tranquila cielo, soy yo, vamos a la cama, te quedaste dormida viendo la tele mi amor. La cálida voz de Arsen golpea en mi oído calmándome de golpe y haciendo que me acurruque contra su pecho. Ronroneo un poco mientras me acomodo.Su pecho sube y baja mientras notro como sonríe mientras me acomodo más a él.Llegamos a nuestra habitación y me tumba sobre la cama delicadamente. Posa sus labios sobre mi barriga y me encojo en posición fetal sonriendo por lo que acaba de hacer, la cama se hunde ligeramente al recostarse a mi lado y cierro los ojos sintiendo el calor de su cuerpo contra el mío, es lo más dulce del mundo que puedo sentir en este momento, es lo más dulce del mundo que siempre sentiré.Un fuerte dolor hace que me despierte.
―¡Ahhhh! ―me encojo por la sopresa ―aprieto mi mandíbula puesto que ha dolido y mucho. Intento darme la vuelta pero es imposible, los riñones me matan. Me muevo como puedo muy, muy, muy despacio mientras.......
― ¡Ahhh! ―otro dolor esta vez más fuerte, me atraviesa entera ― grito y esta vez si puedo hacerlo fuerte.Soy consciente de que Arsen sigue a mi lado pero no se entera, está durmiendo como un cesto, menudos ronquidos, le pego como puedo en el hombro, pero es un poco imposible. Oigo como algo en la lejanía que no entiendo y ha sonado mas bien a jenmgasjoensu jangsoehbgla maskdlgnaes, fantástico, la madre que lo parió, grito en mi subconsciente. Intento moverme un poco más en la cama puesto que parece que el dolor punzante ha parado y consigo llegar hasta el borde, os recuerdo que es una cama king xxl y yo estoy redonda como una camilla, me pongo de pie y doy un par de pasos.¡Jesuscristo y toda la corte celestial!―¡Ahhhhhh! ¡Joderrrrrrrrrrrrrrrrr! ―grito y esta vez si que a pleno pulmón, el dolor me a atravesado la espalda tanto que parece que ha llegado a mi cerebro y me lo ha taladrado.―¡Qué! ¡Qué! ¡Voy! ¡Pasa! ¡Arriba! ¡Vamos! ¡Si! ―veo cómo Arsen se pone de pie sin ningún tipo de miramiento, sin saber a donde va ni como y sin orientación ninguna, cuando veo que se da la vuelta para ver donde me encuentro la situación no puede ser más ridícula.Cae de culo todo lo grande que es por la impresión que le ha dado verme de la guisa en la que me encuentro ahora mismo.
―¿Te has meado? ―Pregunta mientras se levanta del suelo frotando su cara con los nervios a flor de piel.
―Qué coños me voy a mear ―le digo de mala gana ―he roto aguas, llama al médico y dile que vamos directos al hospital.
―Pero tenemos todo aquí....
―Arsen no está todo preparado aquí, ¡llama y vamos directos al hospital! ¡ahhhh! Me cagüén ¡ahora!.Veo como pega un respingo y del mismo respingo tropieza y vuelve a caer de morros contra el suelo, si al final se estampa los morros y se los deja pegados en el suelo, tan grande y tan torpe en esta situación.Como puedo me dirijo al vestidor, y cojo la maletita preparada de mi niña, no me molesto ni en cambiarme de ropa, me coloco el abrigo encima y me cambio las zapatillas por los zapatos y me intento dirigir hacia la puerta de la habitación.Esta se abre apoteósicamente y menos mal que no he llegado si no deja mi cara estampada en la pared, mi queridísimo viene despesperado porque no encuentra al médico, esta a medio vestir, vamos que lleva los pantalones a medio subir, despeinado y sin las zapatillas, veo como le tiemblan las manos y se las pasa por la cara y el pelo cada dos por tres,suspiro porque puedo entenderle y me armo de valor para tranquilizarlo, le mando que se ponga una camiseta y unas deportivas, que coja las llaves del coche y que salgamos del hospital cagando leches porque las contracciones son cada vez mas cercanas la una de la otra.
Hace lo que le pido y tarda como unos cinco minutos, puedo decir que puede ser un record para él, convoca a algunos de sus hombres para que nos sigan en el coche y Connor se encarga de conducir donde vamos nosotros, he de reconocer que él ha tenido mucho más temple que él, ha guardado todo mu rápido mientras que Arsen me ha subido al coche en volandas entre delicadamente y no y se ha subido casi lanzándose en plan misil dentro de él arremolinándose el cinturón alrededor de su cuerpo y el mio y dando la orden de salir al hospital zumbando deprisa.Veinte minutos después llegamos al hospital, Arsen es el primero en salir dejándome en el coche y gritando despavorido, embarazada a la vista y niña que se avecina o algo parecido, las ganas de reír eran tremendas pero el dolor era tan insoportable que no podía hacerlo.Después de colocarme en la camilla, me llevan dentro rápido, no pueden colocarme la epidural puesto que estoy demasiado dilatada así que las contracciones a aguantarlas como una campeona. Arsen entra todo vestidito de verde, ¡pero qué mono por Dios! Me da la mano y noto que la tiene sudada, creo que está más nervioso que yo.
Me colocan en lo que parecen los estribos, hay tiempo para poco, por lo que se ve y aunque soy primeriza esto va a ser mas bien rápido y con ganas. Otra contracción llega y con ganas, me retuerzo y aprieto la mano de Arsen que aguanta estoicamente, lo miro con el carácter que podemos tener las españolas, pero es que en este momento me duele hasta el alma, parece que me voy a partir en dos y se me caen unos lagrimones que no puedo contener, quiero llorarrrrrrrr.Con palabras dulces y cariñosas Arsen intenta calmarme, pero yo más bien lo estrangularía, porque no se cortaría la punta de la polla o se haría un nudo en esos huevos llenos de amor, y esa es la contestación que le dí en un completo ruso cuando me dijo de todos los piropos bonitos y caricias y carantoñas bonitas en su idioma quedando bien o eso pensé yo, puesto que el idioma lo había medio aprendido y lo chapurreaba más que bien, mi contestación fue tan sincera en ese momento que un par de enfermeras no pudieron contener la risa. Contestación de mi queridísimo Arsen, que sus huevos con mucho amor estaban dispuestos a darme mucho más, rodé los ojos porque eso significaba que si esto le gustaba estaba claro que querría tener más hijos y yo no sé si pasaría por la misma experiencia, estoy ¡tan cansada!.―Vamos un empujón más, que ya queda poco, tú puedes ― habla el médico.
―¿Pero no estaba ya aquí? ―pregunto asustada, hace un rato me dijeron que ya estaba todo listo.
―Si estaba todo listo para traerla al mundo, no que ya estuviera fuera cielo, contesta una de las enfermeras.Con un trapo mojado, Arsen va quitando el sudor de mi frente y va depositando dulces besos sobre esta, me agarra la mano para darme fuerza cada vez que la necesito, y os puedo asegurar que estoy necesitando mucha.Cuando viene una de las contracciones empujo puesto que es cuando me han dicho que lo haga.Grito empujando con toda mi fuerza desgarrándome por dentro, y pareciendo que estoy echando hasta el alma por la boca. Cojo aire y acto seguido que viene otra hago lo mismo.
―Para, para, para me dice el médico, tranquila, ya tenemos la cabeza aquí, ya se ve, espera.Noto como anda en la parte baja de mi cuerpo pero no se lo que está haciendo.
―Venga ahora en la siguiente contracción otro empujón fuerte. Arsen si quieres ponte detrás de ella y la ayudas a empujar un poco más.Asiente con la cabeza mientras se coloca detrás de mi y me abraza dándome todo el calor y apoyo que necesito en ese momento.Noto como viene la siguiente y al ponerme tensa Arsen lo nota y me levanta en ese momento, cojo aire y grito al empujar todo lo fuerte que puedo cuando de repente oigo el llanto fuerte y alto de mi hija, oigo como retumba en toda la habitación y no puedo sentir más que una alegría inmensa, una paz interior que no se puede explicar y unas ganas de llorar que no se de dónde vienen. Con cuidado Arsen me vuelve a dejar en el sitio mientras me sigue dando muchos besos en la cara y en la frente, sonrío porque lo he conseguido.
―¿Quiere tener el honor de cortar el cordón umbilical de su hija? ―pregunta el médico orgulloso.Arsen asiente emocionado, me mira y yo asiento feliz porque lo haga. Él se dirige hacia donde está nuestra hija y lo hace todo como le dice el médico, pero al mirarme su semblante ha cambiado, me preocupo porque no se que es lo que ocurre, le veo un poco más pálido de lo normal, viene de nuevo hacia mí....
―¿Ocurre algo cariño? ―pregunto muy nerviosa.―Esto....yo....
―¿Está bien nuestra hija? ― vuelvo a preguntar esta vez intentando elevarme un poco del sitio, mientras veo como la limpian y la miden y la están haciendo varias pruebas.
―No yo solo es que ¿es normal que haya tanta sangre? ―me pregunta un poco apenado ―yo no quiero que sufras para nada cariño, y el hecho de ver tanta sangre para que nuestra hija naciera....yo.....¡Ayyyyy! Suspiro porque la verdad no se que haría sin ese hombretón que a la vez es mas tierno que un enorme peluche.Traen a nuestra hija después de haber hecho las primeras comprobaciones y la ponen sobre mi pecho, es preciosa y lloro nada más sentirla encima de mí, tiene mucho de su padre, pero tiene también algo de mí, una gran mata de pelo pelirrojo, pero la boca es totalmente de su padre, unas manos grandes como las de él también, y los ojos la verdad que tienen mi forma pero su color y no puedo estar mas que agradecida por darme este enorme regalo, ahora todo dolor se ha esfumado completamente y si esto es el sentimiento de maternidad tendría muchos más, miro a los ojos a Arsen y sobran las palabras, le doy las gracias por el regalo que me acaba de hacer, pero él hace lo mismo conmigo y aquí empieza la andadura de nuestra familia.Bienvenida al mundo Kaila.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro