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31

Después de una mini siesta que no ha llegado a ser ni tan siquiera eso en el coche de vuelta a casa, salgo de el disparada hacia mi habitación, no reparo en si se encuentra alguien en la casa, la cabeza ahora mismo me va a explotar y necesito relajarme puesto que poco me puedo tomar para intentar calmar ese dolor.Me tumbo una vez que he llegado al cuarto, cojo los cascos y decido poner algo de música suave en el teléfono, antes siempre me funcionaba, el dolor de cabeza se iba cuando ponía alguna melodía con la que al final me quedaba relajada y me dormía.Después de un rato haciendo hasta respiraciones profundas y acompasadas es imposible relajarme, la figura de ese hombre, su voz, la forma de pronunciar mi nombre, no puede ser. Mi mente me está jugando una mala pasada, mi barriga da un vuelco cuando me acuerdo de él e instintivamente llevo mi mano a mi vientre. ¿Será posible? ¿Existen esa conexiones tan especiales o espirituales que dicen que hay? Por un segundo se me pasan esos pensamientos por la cabeza y frunciendo el ceño las descarto, decididamente me estoy volviendo majareta, pero lo de esta tarde, no puedo quitarlo de mi cabeza.Me levanto de nuevo y decido darme una ducha para relajarme aún más para después bajar a comer algo, últimamente mi hambre es más voraz lo reconozco y todo me sabe tan rico que es imposible decidirme por un plato o por otro, muchas veces pruebo de los dos, total me tengo que alimentar bien, pero claro luego me echan la bronca, tengo que controlarme y no sé como hacerlo, no puedo coger demasiados kilos, tampoco soy muy alta y al final voy a parecer una galleta andante, toda redonda por todos lados.

Me coloco ropa cómoda y bajo de nuevo admirando las vistas de la casa otro día más, veo que no hay nadie en la casa, está todo muy tranquilo, cosa que me llama la atención, no se ve rastro de Caleb, ni de la cocinera, sólo los hombres que están custodiando la casa y poco más, me dirijo a la cocina y veo que no hay nada hecho de comer, saco las cosas para hacerme una buena ensalada dado que el día está caluroso y me apetece mucho y veo que hay cocacola madre mía que ilusión, hacia mucho que no me tomaba un vaso pero creo que por un poquito no me hará daño dado el estado en el que me encuentro, preparo todo y me dispongo a sentarme en el jardín pues el día lo merece y tranquilamente degusto la maravillosa delicia culinaria que me he preparado.Me levanto puesto que me he olvidado del pan y me dirijo a la cocina a por el, de vuelta al jardín al sentarme sigo otra vez en la tarea de terminar la comida que me he preparado. Un alboroto lejano hace que deje de comer y la ensalada se quede a medias intentando agudizar el oído para saber que es lo que ocurre.

―Señorita, es necesario que suba a su habitación ―uno de los hombres salidos de la nada se planta delante de mí para informarme de lo que tengo que hacer ―si es necesario le puedo ayudar ―dice metiendo prisa, se le nota en la cara.

―¿Ocurre algo?―pregunto sin ápice de moverme ―¿pasa algo de lo que me tenga que preguntar seriamente? ―la verdad que me empiezo a asustar un poco y un millón de ideas pasan por mi cabeza pero una rápidamente se instala en ella y no quiero nombrarla en alto.―No tranquila, órdenes de Caleb.

―Está bien ―recojo la ensalada, el pan y el vaso de coca cola haciendo malabares eso sí, me pongo de pie para dirigirme hacia mi habitación.

―Señorita puedo ayudarla con eso, déjeme que le coja....Varios disparos suenan cercanos a nosotros y todas las cosas que llevaba en las manos salen disparadas sin control, el buen hombre que venía a informarme me coge en volandas para dirigirse rápido a mi habitación y ponerme a salvo, no se que es lo que ocurre pero tampoco pregunto, tan sólo vienen recuerdos de nuevo a mi mente de hace sólo un tiempo y pienso en si otra vez ocurrirá lo mismo y será la misma persona.

―No se mueva de aquí señorita, seguro que no será nada ―habla gentilmente mientras sale del dormitorio cerrando tras de sí y desapareciendo para dejarme sola.Echo el pestillo y cierro la terraza, me tumbo en la cama y me vuelvo a colocar la música relajante esperando que nada ocurra, una punzada de dolor atraviesa mi vientre y llevo mi mano hacia él, me siento nerviosa ya no por mí si no por mi pequeña estrella que está dentro de mí, soy consciente que esta situación no le hace bien, me quito los cascos porque creo que no son buena idea al final, si tocan a la puerta no voy a oír nada y si surge algo más no me voy a enterar, agudizo el oído de nuevo puesto que todo está en silencio mientras me voy tranquilizando expirando e inspirando acariciando mi barriga dando pequeños y suaves masajes, parece que surte efecto porque todo los retortijones que sentía antes noto como se van calmando al igual que me estoy calmando yo. Unos golpes en la puerta me vuelven a acelerar de repente, me levanto y me voy acercando lentamente, me doy cuenta que tengo los zapatos puestos y me descalzo para hacer menos ruido todavía, cuando me los quito los pongo a un lado con cuidado y vuelvo a oír de nuevo más golpes contra la puerta.

No se si contestar o hacer como que no hay nadie y el que sea que se vaya. Sigo acercándome despacio y de repente el picaporte empieza a moverse arriba y abajo muy deprisa, mi primer gesto es de taparme la boca para que el grito que amenaza con salir de mi garganta sea amortiguado por mis manos para que no se consiga oír al otro lado. Los golpes son mas fuertes e intensos y yo sigo acercándome más despacio todavía, estoy casi apunto de llegar a la puerta cuando de repente un golpe sonoro la hace tambalear, parece que la van a partir. Me asusto y salgo corriendo hasta la terraza, abro con sigilo y salgo a ella, vuelvo a cerrar la terraza dejando un ligera ranura en la puerta e intento esconderme a pesar de que la barriga que no es demasiado exagerada pero que ya se va notando bastante hace que no tenga espacio para esconderme o agacharme como es debido.

 ¡Joder! La médica tenía razón, tengo que dejar de comer tanto, me digo cuando intento esconderme en un rincón que queda al lado de la puerta corredera pero no consigo pasar desapercibida del todo. Mientras me voy intentando camuflar la puerta del dormitorio finalmente cede y de ella emergen dos hombres gigantescos o eso me lo parece a mí, miro disimuladamente intentando que no me vean y no se si será eso posible, echo mi cuerpo hacia atrás chocando contra la pared, mi respiración se ha disparado de forma alarmante y creo que voy a entrar en pánico, tengo ganas de gritar, llorar, patalear todo al mismo tiempo. Vuelvo otra vez a mirar de nuevo y veo como están registrando todo miran hasta debajo de la cama hasta que....¡Dios! No, no, no, me muevo pegada a la pared para intentar ver la altura que hay, me han visto estoy segura, el hecho de ver como uno le hace un gesto con la cabeza al otro y le señala la terraza, no, no quiero volver...Miro hacia abajo y esto está muy alto, si caigo no creo que ninguna de las dos lo soportemos, pero...y si llego a la otra terraza, creo que habría una oportunidad.

 Como puedo me levanto el vestido, alzo una pierna eso si de forma lenta, como me gustaría hacerlo todo más deprisa pero es que me es imposible, la paso por el lado de la barandilla agarrándome con todas mis fuerzas, cierro los ojos por un momento porque no quiero mirar abajo resulta que tengo vértigo y aquí estoy subida en una altura que me va a dar un parrenque intento continuar pero la puerta de la terraza es abierta y abro los ojos asustada e intento poder pasar más rápido al otro lado de la terraza, resbalo con el pie desnudo perdiendo el equilibrio y me agarro al barrote que tengo debajo de mi barriga, me golpeo ligeramente en ella y ruego a Dios que no le haya pasado nada grave a mi hija por mi mala cabeza pero era para ponernos a salvo a mi hija y a mi, oigo cómo uno de ellos llama al otro o lo supongo porque de nuevo resuena en mi cabeza ese idioma que hacía tiempo que no oía y aunque Ekaterina dijo que me lo iba a enseñar parte de él lo tengo muy oxidado.

 Una sombra se cierne sobre mi y justo en el momento en el que voy a levantar la cabeza soy elevada por los aires de forma delicada y puesta en el suelo de la terraza de nuevo. Mentalmente mi cabeza no quiere mirar y es lo que hago, las lágrimas siguen saliendo por mis ojos de forma incontrolada, me miro por si hubiera algún signo de que algo fuera mal en el embarazo algún rastro de sangre del pequeño golpe, no sé algo, y siento que estoy frenética, tiemblo a la misma vez y mi cuerpo no acata las órdenes de mi mente.Una voz, esa voz, sí esta en mi cabeza no hay duda. Él, su recuerdo acude a mi mente. No puede ser, será que me protege en los momentos más duros de mi vida porque no se que pensar. Mi nombre en sus labios, lo vuelvo a oír, esta vez más cercano, y me niego la posibilidad de que él esté....¿sería posible?.Una caricia, esa caricia en mi pelo ¿tanto lo añoro?, ¿tanto lo echo de menos y no me he dado cuenta? ¿tanto lo quería?.No, niego con la cabeza de nuevo, no puede ser, todo es fruto de mi imaginación, mi cuerpo empieza a tiritar todavía más, tapo mi vientre por temor a que la persona que esté delante de mí quiera hacerme daño.

―Tranquila mi pelirroja todo esta bien ahora ―oigo que dice mientras vuelve a acariciarme de la forma que él sabía hacerlo.Quiero levantar la cabeza pero me da miedo pero es su voz juraría que es él. En este momento creo empezar a enloquecer, creo empezar a estar en un sueño del que no estoy despertando, pienso que he caído del balcón he muerto y esto reunida con él por eso no levanto la cabeza porque pienso que si lo veo sabre que estaré muerta como él. No quiero enfrentarme a la verdad, no se qué hacer.

―Vamos pequeña mírame, todo está bien ―vuelve a repetir, ahora está más cerca y siento su calor ―no tengas miedo, soy yo.Todo es muy real, ¿porque no tendría que serlo? Me pregunto. Entonces me armo de valor y hago lo que tengo que hacer.Levanto la cabeza al concluir sus últimas palabras y su ojos chocan con los míos. No puede ser, hay mas gente en la habitación, no está solo, veo como esas personas se mueven de un lado a otro, no oigo lo que dicen pero se con seguridad que están hablando, sólo lo miro a él, está...está...mas grande, mas trabajado, distinto, no se como explicarlo, pero su mirada, su voz, su tacto, es él y....esta vivo.Mi mente sólo repite una y otra vez tan sólo una cosa Arsen está vivo y está delante de mí.Entro en un bucle de nula respiración por la leche emocional que me acabo de llevar, y la ansiedad invade mi cuerpo, noto la calidez de su tacto sobre mi cuerpo y su mano sobre mi vientre, me sobrecoge de una manera que no se como gestionar pero todo está siendo tan, tan jodidamente intenso que no logro poner las piezas en su sitio, y el aire sigue sin llegar a mis pulmones y pienso en mi hija mi adorada Kayla.

―Respira mi pelirroja, vamos tranquila nena ―dice una y otra vez mientras me mira a los ojos y acuna mi espalda y mi vientre ―todo está bien ahora, vamos nena.Y no me logro estabilizar puesto que es mayor la sensación de desestabilización que siento que de alegría, parece que empiezo a divisar unos puntos negros en mi campo de visión que poco a poco se van volviendo más grandes y sólo pienso en una cosa, parece que el fín llega a mi vida, esto es tan intenso que mi corazón es imposible que lo resista, todo se vuelve negro y me quedo con la última imagen en mi retina, un Arsen preocupado pero a la vez tan guapo y enigmático como siempre.

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