28
Abro los ojos, tengo que adaptarlos a la tenue luz que entra en la habitación, estoy intentando ubicarme, unos lejanos pitidos llegan hasta mis oídos agudizando y mirando a mi alrededor. Está claro, estoy en la habitación del hospital, no huele demasiado a antiséptico, pero por lo poco que puedo ver parece que está decorada con globos, flores, y ¿peluches? Desde ¿cuándo?. La puerta se abre y la figura de Ekaterina se divisa entrando tranquilamente con un vaso en la mano. Se queda parada delante de mí cuando se da cuenta que he despertado y corre otra vez de nuevo hacia fuera creo que a llamar a un médico o es lo que me parece porque no he conseguido entender nada de lo que iba pronunciando.
A todo esto, he querido decir algo, pero estoy como impedida, los brazos y las piernas me pesan un montón, y no puedo ni hablar, algo me molesta. La puerta vuelve a abrirse para dar paso a un médico y un par de enfermeras. Las enfermeras están una por cada lado de la cama, el médico saca una especie de linterna o lucecita que tenía en su bolso y enfoca mis ojos directamente con ella preguntando algo que no logro entender puesto que estoy más pendiente de que no me quede ciega a contestarle, tampoco podría hacerlo porque no puedo hablar.
―Perdón Valentina, disculpe mi impaciencia, no me había dado cuenta que mis ayudantes todavía no le habían retirado el respirador, ahora en cuanto se lo retiren le daremos un poco de agua que tomará a pequeños sorbos para ver que tal la admite y podrá hablar despacio sin forzar la garganta ¿de acuerdo? ―habla el doctor mientras sigue tomándome las constantes de nuevo.
Asiento con la cabeza, puesto que todavía no me han quitado lo que tengo en la boca y no se a qué esperan.Ekaterina no se ha movido desde que ha vuelto a entrar, la noto muy nerviosa, emocionada diría yo, tiene un brillo y una alegría especial, supongo que será porque no me ha pasado nada porque si no no lo entiendo, pero está como esperando algo e impaciente porque el médico las enfermeras terminen.Comienzan a retirar el tubo y cuando por fin lo sacan las ganas de vomitar son inmensas, ¡señor! ¡Qué sensación más mala!.
Una de las enfermeras desaparece literalmente de la habitación mientras que la otra sigue mirando varias cosas, comprobando y haciendo su trabajo y la otra aparece con un vaso de agua que me ofrece muy amable.Me incorporo un poco con ayuda de ella y pego un sorbo pequeño intentando no toser, parece que llevase meses perdida en un desierto, qué garganta más seca ¡madre mía!.
Ekaterina toma asiento mientras sigue mirando a las enfermeras terminar de atenderme y apuntar una de ellas algo en su libreta, se despiden con cariño hasta su siguiente ronda.Mientras me fijo a mi alrededor y veo que la habitación está llena de ramos de flores, que son preciosos y ositos muy monos la verdad, me extraño porque para ser para mí en ese hipotético caso demasiado infantiles diría yo.Sin embargo me percato que Ekaterina está mas contenta de lo habitual o eso me parece a mí.
―Ekaterina ―hablo mientras me incorporo un poco más en la cama mullida del hospital― veo que la habitación está llena de flores y ¿ositos? ―la miro mientras digo la última palabra sin entender nada.
―¡Ohh! Cariño la verdad es que nos diste un susto muy grande pero después todo ha sido menos de lo que pensamos ―veo que dice con alegría.La miro con el ceño fruncido no comprendo lo alegre que sigue encontrándose sigue escondiendo algo lo presiento.
―Y que se supone que son todos esos osos que hay en la habitación ―insisto volteando la cabeza hacia la cantidad indecente de peluches.
―Ohhh, veo como se retuerce las manos y se levanta de la silla nerviosa, esto....bueno..son..simplemente regalos de....Unos golpes en la puerta nos distrae de la extraña no conversación que estabamos teniendo, se apresura a ir a la puerta rápidamente, si cuando ella quiere evadir algo es muy buena, pero sé que me enteraré muy pronto lo presiento.Abre la puerta y Caleb hace acto de presencia, mi estómago se encoje al ver semejante hombre, justo detrás aparece Ramón tan sonriente como siempre y cargando con otro presente más, espero que no sea otro oso de verdad.Miro a Ekaterina achino los ojos mientras la miro y la visita la ha venido la mar de bien, que suerte tiene de que no esté ahora mismo interrogándola para saber qué demonios esconde.
―Bueno preciosa veo que estás mas recuperada, me distes un buen susto ―habla Caleb justo cuando se sienta al lado de mi cama ― espero que de ahora en adelante tengas más cuidado ahora tienes que pensar que ya no eres solo tú.
―Caleb , Valentina sabe cuidarse ella sola no ¿crees? ―continúa Ramón sin dejar que siga hablando Caleb.
―Bueno mira que te ha traído Caleb ―Ekaterina estira el brazo para darme un paquete―lleva todo este tiempo preocupado por tí, se ha portado bastante bien con nosotros al igual que Ramón.Miro el paquete pensando en que no sea otro oso y dirijo mi vista de nuevo hacia Caleb, su cara de emoción lo dice todo o eso pienso, sus negros ojos brillan y su pícara sonrisa asoma en su hermosa cara, es todo un seductor nato y sabe como tratar y conquistar a una mujer.Decido abrir el paquete, rompo el papel puesto que siempre me han dicho que romper el papel trae buena suerte, supongo que alguna tonta superstición pero lo hago, y saco una caja de madera, es oscura en un tono cereza, en la parte superior está mi nombre tallado a mano en color más claro, es preciosa, abro la caja y en el interior está cuidadosamente colocado un precioso collar a juego con unos pendientes.
Justo el juego que vimos en el puesto de la plaza vieja donde estuvimos cenando en el último día que paseamos por allí, es un conjunto hecho a mano en nácar y piedra natural, realmente es precioso.
―Las piedras son berilo auténtico, me costó un poco encontrarlo porque pensé que lo había vendido, y resulta que lo tenía reservado pero logré convencerla ofreciendo un poco más ―esto último lo suelta a modo de pequeño chascarrillo ―espero que te guste como el día que lo viste.La verdad es que me sorprende porque sí es cierto que el conjunto me encantó pero no sabía que él me había visto mirarlo, me gustan mucho las piedras naturales, me gusta todo lo que está hecho a mano, todo lo que lleva una dedicación e implicación especial y se que este conjunto lo lleva, desde el momento que lo ví.
―Muchas gracias de verdad, no se como decirte que...es verdaderamente precioso ―digo mirando directamente a los ojos de Caleb mientras él me sonríe ampliamente ―es un gran detalle por tu parte, pero la verdad es que no...
―Tranquila, me gusta que te guste, es así de sencillo, sabía que el conjunto te gustaba y lo conseguí para tí, fin de la historia, quiero que te sientas bien, quiero que estés cómoda, me gusta que estés en casa de mi tío, y bueno después de lo que paso el otro día pues también te mereces que se te mime un poco ¿no? ―dice encongiéndose de hombros.Me extraña que suelan hablar en plan lo que paso el otro día, estoy pensando ¿cuánto tiempo llevo en el hospital?.
―Esto....Caleb una cosa que quería preguntarte...
―Dime preciosa ―habla mientras vuelve a sentarse de nuevo al borde de la cama.
― ¿Cuánto llevo aquí en el hospital? ―pregunto arrugando la nariz ― os oigo hablar de lo que paso el otro día, Ekaterina la veo feliz pero tampoco me dice nada, y no se no tengo aclare, el médico tampoco es que me haya explicado demasiado y la verdad me gustaría saber exactamente que es lo que...
―¿No sabes exactamente que es lo que ocurre? ―alza una ceja incrédulo por lo que esta oyendo ahora mismo ― pues no se si seré el más indicado para decirte yo lo que
―Créeme que podré soportar lo que puedas decirme, no creo que sea nada malo lo que haya pasado además que llevo unas pocas horas ¿aquí? ―estoy empezando a pensar que esto es indignante ―.
―Valentina en serio me estas diciendo que no ¿recuerdas nada? ―su cara de sorpresa va en aumento.Niego con la cabeza porque es la puritísima verdad.Un suspiro sale de su atrayente boca, se levanta de la cama, pasa sus manos por el pelo intentando colocarlo disimuladamente el cual no tiene que colocar porque lo lleva engominado y empieza a caminar por la habitación en ninguna dirección. Mala señal, está nervioso se nota ¿no?, me mira cuando se para, pero vuelve a hacer lo mismo y a mi si sigue así me va a dar un tabardillo o para y me lo cuenta o exploto una de dos.
―Quieres parar y decirme de una vez ¿¡que demonios pasa!?―esta vez alzo algo más la voz ―creo que merezco saber qué ocurre, en serio o me lo contáis o me levanto y me largo de aquí.Me mira fijamente por las palabras que acabo de decir que veo cómo parece que se lo piensa y se sienta en la silla que hay frente a mí, parece que al fin mis palabras hace que reaccione ¡dios bendito! Canta mi conciencia cuando Caleb hace eso.Me incorporo un poco más y me muevo hacia donde se encuentra sentado y me planto atenta a lo que tenga que decirme y supongo que preparada para todo o eso creo.
―Bien venga que estoy preparada suéltalo ya, ¡vamos! ―digo del tirón sin dejar que se vuelva a mover de la silla por si acaso ―.Veo cómo me mira y vuelvo a mirarlo de nuevo en forma de advertencia y reclina el cuerpo de nuevo en el respaldo de la silla.Resopla mascullando algo que no entiendo.
―Llevas casi tres semanas aquí ingresada, entraste en una especie de coma, perdíste mucha sangre y tenías una anemia ferro no se qué dijo el médico, no lo entiendo a la perfección, vamos que tenías todas tus defensas por los suelos, te había atacado también tu sistema inmunológico, por eso la pérdida de sangre que tuviste, es debido a tu embarazo.Mis ojos se abren como platos en el momento que mi mente creo que ha entendido la palabra embarazo o cree haberla entendido.
Embarazo, vuelve a resonar una y otra vez. Me quedo en shock, no respondo, miro fijamente a Caleb, el hace lo mismo, me coloco de nuevo en la posición que estaba antes de escuchar las palabras de Caleb y me recuesto un poco más en la cama, me estoy mareando y me están entrando ganas de vomitar. Yo embarazada, no es posible, no....no, no, no, eso no, ahora no. Vuelvo a mirar a Caleb porque no se hacer otra cosa.
―Siento haber dicho las cosas así pero es que tú...
―¡Joder Caleb! Podías haber dicho las cosas de otra manera no tan a la ligera ―le reporocho.―Pero si me has dicho tú que te lo dijera todo del tirón, si yo no quería decirlo así, haber preciosa si yo...
―Ni preciosa ni leches, me voy a poner como una foca, es que no lo entiendes que estoy embarazada y no estoy con el padre de la criatura, claro eso sabiendo que esta muerto o a saber o yo que se que pensar porque, porque yo ahora, es que si sólo tengo ventidos, bueno a punto de cumplir ventitres, y con un niño o una niña, y quién me va a querer a mí el día de mañana, sabes que los hombres no quieren a mujeres que tengan niños Caleb, sabes que hay hombres que no quieren a niños de otros hombres, y que no se como criar a un niño, si no se si soy capaz de cuidar de mí, con todo lo que me ha pasado y huyendo....
―No tienes que preocuparte de nada, yo no tengo problema con las mujeres que tengan hijos ―dice con una carcajada ―suelen ser más interesantes ¿sabes?.
―Claro, cómo no si a ti te gustan todas, lo olvidaba ―digo alzando las manos al cielo.
―No te equivocas ―dice señalándome con el dedo mientras se levanta y se queda a la altura de mi rostro ―a mi quien me gusta eres tú.Sin esperarlo me da un ligero beso que más bien es un ligero roce en los labios para después desaparecer por la puerta de la habitación despidiéndose hasta venir un poco más tarde.Me tumbo un poco más y me tapo con la sábana y sólo me queda reflexionar en lo que me acaba de contar Caleb, ya no en el interés que pueda tener en mí, que bueno no sé que pensar, estando embarazada de otro, no creo que eso sea posible, en fin, hombres quien los entiende, si no más bien, en que estoy embarazada, soy joven, no me encuentro cerca de mi casa, no tengo a mi gente cerca, solo está Ekaterina, pero y si aparece Vladimir, y si se llevase a mi pequeño o pequeña, y si.... Y con el pensamiento de una cosa y de otra cierro los ojos y me dejo llevar por el sueño porque espero que sea al menos algo reparador para tener las fuerzas en continuar hacia adelante.
Unos rayos de sol entran en la habitación y son los causantes de que me despierte, abro los ojos y adapto mi vista a la claridad de la habitación, sigo teniendo el gotero puesto, anoche no probé bocado, recuerdo que me quedé dormida, pero tampoco sé si me darían de comer o no con tantas bolsas que llevo colgadas pues no se qué es lo que me darán y el tiempo que estaré aquí. Me desperezo un poco con cuidado de no arancar ninguna vía y me levanto puesto que necesito ir con urgencia al aseo. Una vez terminada de hacer mis necesidades, de tener la cara lavada y aseada vuelvo a la cama y tocan a la puerta. Las enfermeras vienen con una bandeja y un ligero olor a comida llega hasta mí. Trastean en el colgador del gotero y retiran un par de bolsas, me siento al borde de la cama y una de ellas acerca una especie de mesa para poner la bandeja encima de ella.
―Hemos traído lo que el médico ha mandado Valentina, vas a empezar a tomar sólidos poco a poco ¿vale?, una tortilla francesa de un huevo, y una manzana asada para empezar para desayunar, de momento nada de lácteos hasta nueva orden.Asiento con la cabeza y me coloco para empezar a comer porque tengo hambre he de reconocerlo.
―¿Sabéis hasta cuándo voy a estar ingresada? ―pregunto mientras doy el primero bocado a la tortilla ―la verdad no he conseguido ver al doctor y no se nada ―sigo hablando con ellas.
―En media hora pasará por la habitación cielo, luego le preguntas todo lo que tu creas conveniente, pero si la comida te sienta bien, no creo que te tenga mucho tiempo más aquí, te has ido recuperando muy rápido cariño.Asiento con la cabeza y sigo comiendo poco a poco el desayuno que me han traído, la verdad que ahora mismo es un auténtico manjar.Como habían dicho ellas, pasada media hora el médico hace acto de presencia.Después de hablar con él ponerme al día de todo lo que tengo que tomar, de todos los alimentos que ahora tengo que evitar, el reposo que tengo que llevar puesto que el feto ha sufrido bastante y la placenta necesita agarrarse bien, medicamentos y un largo etc me dará el alta al día siguiente, pero todas las semanas tendré que pasar consulta, y me ha hecho prometer que ecografía semanal para controlar al bebe y sobre todo tomar la medicación que me ha mandado y refuerzo inmunológico.
Tendré que visitar al psiquiatra, la verdad de esto último no estoy muy convencida, accedí por probar, pero me conozco y si no me viene bien creo que no volveré.Después de pasar un día entretenido entre la visita de Ekaterina y de Caleb llego el momento de salir de allí y volver a casa, me encuentro que mi habitación está todo colocado, hay una cama de más y miro extrañada porque eso no estaba la última vez.
―Cielo estos días vas a dormir acompañada, tenemos que vigilar un poco más de cerca que no pase lo del otro día y como no te gusta dejar la puerta abierta pues hemos pensado entre todos que...
―Ya entre todos o lo ha pensado Caleb ―digo sin pensarlo porque realmente es lo que siento en ese momento.
―No parece un mal chico Valentina ―dice Ekaterina mientras se acerca hasta donde estoy ―podrías darle una oportunidad, puedes conocerle, puedes salir con él, no se, a mi realmente me gusta y....
―Y nada, yo creo que ahora mismo no estoy preparada para nada, y menos como me encuentro, será mejor que descanse un rato antes de bajar a comer, creo que será lo mejor para todos ―hablo de forma tajante.Veo como Ekaterina después de colocar todo lo que ha podido sale de la habitación con cierta pena y me deja sola mientras me dirijo a la cama y me tumbo con cuidado, parece que todo ha empezado a darme vueltas, sé que a lo mejor he sido algo dura con ella o es o pienso yo pero no puedo evitar acordarme de Arsen, yo no puedo evitar seguir pensando en él, y sólo de pensar en el beso que me ha dado Caleb, por una parte mi cuerpo pide más, por otra me siento como que fuera la peor persona del mundo, la más traicionera, la más víbora, la cual ruhín por haber dejado que esa persona se acercase a mí de esa manera, y encima ahora con el tema del embarazo, estoy hecha un manojo de nervios, confusión, lio, esto es más gordo de lo que me pienso y no se cómo terminará ni como saldrá nada. Y si la cama es para que duerma Caleb aquí conmigo, me levanto de sopetón mientras lo pienso. No, grito mientras me llevo las manos a la boca para que nadie me oiga, esto es insano, me estoy volviendo loca, en serio, estoy totalmente majareta.
No quiero pensarlo, y si duerme desnudo, o en calzoncillos, no se si aguantaré viendo ese cuerpo sin nada encima, madre mía, mi imaginación ya está trabajando de una forma que hasta me estoy poniendo muy, muy caliente, esto no, no puede ser, de verdad Caleb no puede dormir aquí tengo que convencer a Ekaterina de ello porque creo que esa idea a ella la vendría mas que bien y como que no.Me levanto de nuevo para dirigirme a la puerta cuando esta se abre de repente para dejar ver a un gran especimen, de verdad, no creo que vaya a acostumbrarme a esto, es como poner a un adonis en la puerta de tu casa, la abres y te encuentras a eso un adonis escupido por los Dioses del Olímpo de una manera perfecta y justo en el momento que lo contemplas unos angelitos están revoloteando alrededor de él tocando el arpa con una música melódica, pues eso majareta total. Entra como Pedro por su casa, sin yo darle tan siquiera permiso y se pone a probar la cama que hay supletoria en la habitación, ¿en serio?, venga va ¿dónde está la cámara oculta?.
―Es perfecta para mí y el colchón es lo suficientemente cómodo, justo lo que había pedido ―oígo que dice en la lejanía.
―¿Cómo? ―vuelvo a preguntar atónita ―¿qué has dicho qué...?
―Lo que has oído nena...que es justo lo que pedí.
―No pretenderás que tú...―Justo lo que estás pensando.Y ahí está de nuevo esa sonrisa encandiladora. Si es que tiene un sartenazo en la cara de verdad pienso cuando le veo, pero luego sigo contemplando esa sonrisa y parece que se me mojan hasta las bragas.
―Pero yo no necesito una niñera ―esto me está indignando más por momentos ―.
―Bueno yo no lo considero ser una niñera, más bien acompañante masculino ―dice alzando las cejas de forma cómica.
―Sí encima burlate, ahora veo que te salió la vena cómica, no sabía que guardabas también un payaso dentro de ti.
―Guardo muchas cosas dentro de mí, y precisamente la que menos es la de payaso ―suelta con gran guasa.Si encima voy a tener que reírme al final de todo lo que dice, pero no pretenderá dormir conmigo no, no.
―No pretenderás que vas a dormir conmigo esta noche, porque no va a ser así.
―No lo dudes, ya te dije consigo lo que quiero, y esto está preparado para mí, lo del otro día no vuelve a suceder, ahora toca cuidarte no hay más que hablar.
―Pero yo...
―No hay peros que valgan, te preparo el agua para que te den un baño con el agua a una temperatura no muy caliente y después bajo a prepararle la cena, sé las indicaciones que te dio el médico así que tranquila que todo lo tengo controlado, te subiré la cena aquí para que no tengas que bajar las escaleras, yo también me subiré la mía y nos hacemos compañía.Y yo sin articular palabra me quedo contemplando ahora mismo todo lo que este hombre está haciendo ahora mismo por mí, casi sin conocerlo y encima gestando el bebé de otro hombre que no es él, creo que cualquiera no haría eso.
Hago lo que me dice y cuando la bañera está lista me dirijo a ella, él ya se ha bajado para preparar la cena, y me doy cuenta que ha echado sales de vainilla, huele súper bien, me desnudo y me introduzco en la bañera, el agua está en la temperatura justa y me tomo mi tiempo me acomodo cierro los ojos y disfruto tranquilamente, respiro y poco a poco me voy relajando en el ambiente tan fantástico que Caleb ha preparado para mí, realmente es una dulzura y le estoy empezando a coger mucho aprecio.Unos golpes suenan fuera en la habitación y me doy cuenta de que Caleb habrá llegado con la cena, salgo despacio de la bañera y cojo el albornoz para taparme cuando la puerta se abre y la luz es encendida.Mierda refuto por lo bajo. Una carcajada se oye mientras levanto la vista y ahí esta apoyado en el dintel de la puerta con los brazos cruzados, menos mal que me ha dado tiempo a poder abrocharme el albornoz en el último momento pensé que no lo conseguiría de verdad, si no lo hacia me vería en bolas y eso me daría mucha vergüenza.
―¿Piensas que no te he visto denuda? ―pregunta según salgo por la puerta del baño hacia la habitación.Me vuelvo hacia él y lo miro extrañada.
―Cómo has dicho ―pregunto.―Pues eso que si piensas que no te he visto desnuda ―vuelve a hablar de nuevo.Me quedo mirando sin comprender a qué viene eso ahora mismo pero sigo hacia la habitación aunque dando vueltas a mí cabeza.
―El día que te llevé al hospital cuando te paso todo, nada más llegar te metieron rápido hacia boxes, en ese momento pude entrar contigo porque me hicieron toda clase de preguntas mientras te estaban quitando la ropa, hace una pequeña parada y carraspea mientras me mira para poder continuar, pues eso que empezaron por la parte de arriba hasta que llegaron al sujetador, luego empezaron por la parte de abajo pero este viaje no pararon y te quitaron todo, y cuando vieron que tenían que realizar también un electro decidieron cortar también la parte de arriba, por cierto por lo poco que pude ver puedo decir que bonita lencería.Trago saliva como puedo, esto el día del hospital no me lo dijo, de verdad quiero morirme, tierra trágame, este hombre es directo y no se sabe hasta que punto hasta que dice las cosas así venga ala sin vaselina de forma directa.
Estaba muy nervioso para fijarme en nada más la verdad de lo que estaba ocurriendo allí después de cuando había desaparecido la lencería y toda la ropa que estaba cubriendo tu cuerpo, me preocupé muchísimo cuando te metieron tan rápido y te rodearon por todos lados y empezaron a poner agujas, máquinas y hacer preguntas de todo tipo, reconozco que estaba muy muy nervioso, pero también reconozco una cosa.
―El que....―contesto mientras vuelvo a mirarle de nuevo ―el qué reconoces.
―Tienes unos pechos preciosos que desde que los vi no puedo quitarlos de mi mente.Madre mía, no me extraña que este hombre con estas cosas que dice no se las lleve de calle, pero yo ahora....Valentina centrate, mas bien Ainara la vo,z de mi conciencia me reprende estate quieta, estarás mejor, un momento una embarazada puede tener sexo ¿no? Mierda no lo he preguntado, pero claro supongo que sí, pero en mi estado y con lo que ha ocurrido, pero mejor que no, no quiero volver a lo de hace unas semanas, ¡dios por que es todo tan complicado! ¡Con lo bien que estaba yo en España!
―A todo esto ahora que caigo en la cuenta, nadie me ha dicho de cuanto estoy ni el médico tan siquiera, tu no sabrás algo Caleb, porque Ekaterina no me ha dicho nada, siento tener que preguntarte a tí pero si lo sabes me gustaría saberlo.
―Oh no pasa nada, tranquila, el médico pensó que el padre era yo y tampoco negué nada, sigue pensando que soy yo así que me dio toda la información hasta una ecografía tengo que aquí la tienes mira, este es tu bebe ―saca la ecografía del bolsillo trasero del pantalón y sentándose a mi lado me la muestra y señala en punto donde se encuentra mi hijo o mi hija ―aquí se encuentra en pequeño soldadito ―dice con guasa ―estás de trece semanas y media ―unos tres meses y algo más, casi que en la siguiente ecografía podría verse el sexo del bebe, en esta estaba escondido, pero fíjate que podría ser un niño, se aceptan apuestas yo tengo esa ligera impresión ―vuelve a decir sonriendo.
―¿Porqué me tratas tan bien? ―termino por preguntar, me puede la curiosidad.
―Me gustas, me gustaste desde el primer día que te vi, y no eres un trofeo más en mi colección, no soy tan cabrón como piensas Valentina, mi tío me ha contado parte de la historia ocurrida con Ekaterina y contigo aunque me gustaría escucharla más de tu boca algún día cuando estés preparada, no me importa tu estado actual, no me importa nada, sólo se que quiero estar a tu lado y cuidarte y se que lo voy a conseguir cueste lo que me cueste soy muy testarudo lo se.Me quedo por un segundo mirando fijamente a sus ojos para intentar analizar su mirada y saber si dice la verdad o no, pero es tanta la información que acaba de darme que tengo tal bloqueo mental que no se por dónde pisar, aunque creo que lo que realmente tengo es hambre porque el olor que me llega a comida hace que mi estómago tenga ahora mismo vida propia y sin pensarlo me dirijo a las bandejas para destapar cada una de ellas y contemplar un par de pescados con una pinta estupenda.
―En el tiempo que has estado abajo esto tú no lo has hecho ―digo teniendo una de las tapas en la mano y señalando con la otra el pescado.
―Correcto, yo sólo lo he calentado, pero ya estaba preparado lo había mandado mi tío, no me han dado la oportunidad de prepararte mi plato de pasta preferido que mala suerte ―chasca la lengua de nuevo.
―Bueno, hay más días ―digo mientras le guiño un ojo y ataco el pescado.Un buen rato después y casi sin hablar terminamos de cenar y Caleb recoge los platos y bandejas las baja a la cocina y unos minutos después vuelve a hacer acto de presencia en la habitación mientras que yo ya estoy metida en la cama.Se acerca a la cama para cerciorarse de que estoy cómoda y no me falta de nada y cuando lo ha comprobado todo me da un beso en la frente mientras me acaricia la mejilla, en ese momento levanto mi vista hacia él y nuestras miradas se encuentran creando un impacto visual, negro contra verde, no sé como reaccionar, me quedo estática al igual que él, veo cómo él dirige su mirada a mi boca y de nuevo a mis ojos, abro ligeramente mis labios y mi respiración se vuelve más trabajosa por la situación, estoy nerviosa, él me pone nerviosa, me agarra con su otra mano libre la otra parte de mi cara, ahora me tiene entre sus manos y me acaricia muy suave, nos volvemos a mirar, y se que me está pidiendo permiso yo cierro los ojos y sólo puedo pensar en que sea lo que tenga que ser, de pronto siento sus labios sobre los míos. Son esponjosos, suaves, es un beso suave, tibio, lento, es como un leve roce, abro mi boca dándole a entender que quiero más y un pequeño gruñido sale de mi garganta, estoy excitada, el agarra mi cara más fuerte queriendo más de mí, ahora los besos son un poco más fuertes, más profundos, da paso su lengua dentro de mí en busca de la mía y cuando la encuentra un ligero vals comienza a danzar dentro de nuestras bocas .
Su respiración es igual de trabajosa que la mía, alcanzo a tocar su pecho con mi mano mientras baja y sube rápidamente por la excitación, bajo un poco más y toco sus marcados abdominales. Sigo con diversas caricias hasta que nos separamos porque no podemos seguir más.
―No puedo seguir más ―digo entre jadeos ―no estoy preparada Caleb, no se si yo....―Tranquila, lo entiendo, no te preocupes, me has regalado más de lo que yo me imaginaba que podría tener, pero me gustaría que esta noche.. yo....
―¿Que es lo que quieres? ―pregunto mientras me incorporo un poco.
―Prometo que no haré nada que no quieras pero me gustaría dormir aquí a tu lado la cama es grande y podemos poner aquí en medio una...
―Shhhhh ―digo poniendo un dedo sobre sus labios ―está bien, duerme conmigo.Y sin decir nada más, yo vuelvo a tomar la posición en la cama en la que estaba antes y Caleb se mete en el otro lado, me toma por sorpresa el abrazo que me da pero el en fondo me hace sentir bien, me hace sentir protegida, me hace sentir querida, creo que es algo que cualquier mujer puede desear en este mundo a decir verdad y con la cabeza en muchos pensamientos y en ninguno a la vez cierro los ojos y me dejo llevar por el sueño que ahora cada vez es más profundo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro