5: La verdad
—¿Puedes quitar las manos de mis ojos? Siento que en cualquier momento voy a caer —murmuró mientras era guiado por el castaño a sabrá Dios que lugar.
—Ya te dije que es una sorpresa —dijo emocionado— unos pasos más...y ya llegamos.
Quitó las manos de sus ojos, dejando que el pelinegro admirara el lugar. Estaban en una galería enorme, las paredes eran de color hueso con un estilo victoriano, le parecía un lugar hermoso. Sonrió viendo los cuadros en las paredes, aunque no reconocía ninguno.
—No hay cuadros de pintores famosos aquí —dijo mirando a Jimin.
—No, la primera planta es para artistas locales, los cuadros de pintores famosos están arriba, en la segunda planta —explicó tomando su mano para llevarlo a la segunda planta.
—Me gustaría que algún día mis cuadros estuvieran aquí —dijo con una leve sonrisa.
—¡Tus cuadros de seguro son hermosos, apuesto que algún día estarán aquí arriba! —exclamó con emoción, nunca había visto un dibujo de Jungkook, pero con la pasión con la que hablaba de su profesión estaba más que seguro de que era muy bueno en ello.
Estuvieron varias horas en aquella exposición, Jimin disfrutó demasiado ver a Jungkook analizar las pinturas con los ojos brillantes de emoción, ese era su mundo, le encantaba el arte en todas sus formas y expresiones, pero debía decir que tenía especial inclinación hacia la pintura.
Luego de haber recorrido toda la exposición fueron a un restaurante para almorzar. Jungkook se sentía muy especial, Jimin lo trataba demasiado bien, incluso se había esforzado en mostrar interés por los cuadros cuando él sabía perfectamente que estaba aburriéndose allí.
Su objetivo de no enamorarse de él era cada vez más dificil, el castaño no ayudaba haciendo ese tipo de cosas por él, y por primera vez, se vió deseando internamente no tener esa enfermedad, tener más tiempo para estar junto a ese chico que poco a poco estaba logrando hacerse un espacio cada vez más grande en su corazón.
—¿Jungkook te encuentras bien? —preguntó Jimin preocupado al ver al menor perdido en sus pensamientos.
—¿Eh? Sí, solo me distraje por un momento— respondió sacudiendo un poco su cabeza de lado a lado
—¿Qué te parece la comida?
—Mmm está deliciosa, gracias por lo de hoy —murmuró, y Jimin pudo notar como el ambiente inicial de la salida se había perdido. Jungkook estaba pensando en algo más, y ese algo lo ponía triste.
—Aún no termina, hay algo más que...
—Tengo que ir a ver a Tae en un rato, así que no podré seguir paseando contigo —lo interrumpió. No podía faltar a su cita con Taehyung porque irían a ver al médico del que le habló para hacerse las pruebas.
—Pero Kookie... —hizo un puchero— ¿qué es lo qué vas a hacer con ese cabeza de fósforo?
—Jimin —dijo en tono de regaño, intentando con todas sus fuerzas no reír.
—Bien, perdón ¿pero no puedes dejarlo para mañana? En verdad quiero pasar más tiempo contigo —dijo en tono infantil acentuando el puchero.
—No me mires así, tenemos que hacer algo importante —pellizcó su mejilla con suavidad.
—Qué cosa? —preguntó con curiosidad.
—No es tu asunto —Jeon sonrió al ver la cara indignada del mayor.
—Siempre eres tan malo —fingió sollozar—, ni siquiera me dices un apodo bonito, solo me llamas Jimin.
—¿Así te llamas no? Los apodos son para parejas —sonrió de lado al ver que Jimin le sacó la lengua infantilmente.
—Bien, vete con él —se cruzó de brazos fingiendo estar enojado.
—No te enojes, te prometo que mañana pasaré todo el día junto a ti.
—Mañana debo trabajar, no podremos vernos —reprochó.
—Bueno pues cuando puedas, en verdad necesito ir con Taehyung —recibió un vago asentimiento por parte del castaño— No te molestes conmigo ¿sí? —besó su mejilla dejando al mayor en shock, mientras el salía del restaurante con una sonrisa pícara.
El castaño llevó una mano a su pecho, sintiendo los intensos y rápidos latidos de su corazón, mientras sus mejillas se tornaban calientes y una bonita sonrisa se dibujó en su rostro mientras un suspiro enamorado salía de su boca, definitivamente Jeon Jungkook sería el amor de su vida..
—Voy a conquistarte Jungkookie, ya lo verás —murmuró para sí mismo.
—Ya estoy aquí —dijo llamando la atención de su amigo pelirrojo.
—Te tardaste —se quejó, había estado esperándolo desde hace casi media hora.
—Lo siento, salí con Jimin —se disculpó y ambos entraron al hospital.
—Llamé a Yoongi hace unos minutos, así que él ya está esperándonos —avisó el pelirrojo y él solo ladeó la cabeza pensando en lo conocido que se le hacía ese nombre.
—Bien, entre más rápido sea todo mejor —dijo dejando de lado sus pensamientos, a pesar de que juraba haber escuchado ese nombre antes.
—Buenos días, tenemos una cita con el doctor Min —le informó Tae a una enfermera.
—Oh, él los está esperando, usted debe ser Kim Taehyung —asintió un poco extrañado
—, el doctor Min me ha hablado mucho de usted.
Profirió mientras abría la puerta y se encontraba con la mirada asesina del doctor, mientras Tae reía nerviosamente
—Eso no era necesario que lo dijeras Hyuna, ya puedes retirarte —habló de forma seria, aunque sus mejillas tenían un leve color rosado.
Ambos se adentraron en la oficina, pero ninguno se esperaba esa sorpresa.
—¿Jungkook?
Por supuesto que le sonaba el maldito nombre de algún lado, la persona que tenían enfrente era nada más ni nada menos que el mejor amigo de Jimin, el que estaba aquel día en la cafetería, el castaño le había contado un par de cosas sobre él, por eso era que se le hacía conocido el nombre. ¿Quién se imaginaria qué el mundo era tan pequeño?
—¿Se conocen? —preguntó el pelirrojo confundido.
—Es el mejor amigo de Jimin —murmuró el menor.
—¡Ohh! ¡No tenía ni idea! —exclamó viendo la mirada amenazadora que tenía Jungkook sobre él, sabía que eso significaba un claro "te mataré cuando estemos solos".
—Bien, ya Taehyung me habló algo de tu situación —se cruzó de brazos—, aunque no entendí casi nada, sé por Jimin que tienes Leucemia ¿por qué estás aquí?
—Queremos una segunda opinión, solo le dieron tres meses de vida a Jungkook... —los otros dos pudieron escuchar claramente como su voz se quebró al final—, pero no me conformo con eso, sé que tú puedes hacer algo.
—Qué tipo de Leucemia tienes? —preguntó poniéndose de pie y pasando un brazo por el hombro del pelirrojo que había comenzado a derramar lágrimas en silencio.
—ALM*, ya hizo metástasis al cerebro.
—¡Maldición! —masculló por lo bajo—. Taehyung, no puedo hacer nada, el doctor que lo diagnosticó tenía razón —el pelirrojo lo abrazó llorando mientras él miraba a Jungkook seriamente.
—Tae todo estará bien —Jungkook pasó una mano por su espalda dejando un par de caricias—, espérame afuera ¿sí?
—Por favor Taehyung —dijo Yoongi antes de que al chico le diera tiempo protestar.
—Sabes que no puedes decirle a Jimin ¿cierto? Por ética no puedes contarle.
—¿Hasta cuándo piensas esconderle esto? ¿O es qué planeas engañarlo hasta qué mueras? —sus palabras puede que fueran crueles, pero solo él sabía lo ilusionado que estaba el castaño con Jeon.
—Él no tiene por qué saberlo —espetó.
—¡Maldición claro que tiene que saberlo! ¡El idiota está enamorado de ti! ¡¿O me dirás qué no te has dado cuenta?! —exclamó con enojo.
—Ya le dije que solo podíamos ser amigos, lo tiene claro.
—¿Por qué te empeñas en mantenerlo a tu lado? ¡Solo lo conociste hace unas tres semanas! —preguntó con el ceño fruncido.
—¡Porque a mi también me gusta! —gritó y luego negó con la cabeza, finalmente había admitido en voz alta lo que en verdad sentía.
—¿Qué? ¡Si en verdad te gustara no hubieras sido tan egoísta y le hubieras dicho la verdad desde hace mucho! No tengo nada contra ti Jungkook, pero Jimin es mi mejor amigo, y no quiero verlo sufrir por tu causa.
—No lo haré sufrir —dijo seguro y salió, encontrándose con el pelirrojo que se secaba las últimas lágrimas—, vámonos.
Ambos salieron del hospital, dirigiéndose a casa del menor.
—¿Qué harás ahora? —preguntó el pelirrojo mirándolo con los labios fruncidos, aún asimilando que pronto perdería a su mejor amigo.
—No puedo hacer nada Tae, solo esperar.
—No es justo —murmuró con los ojos acuosos.
—No llores —ordenó antes de que el mayor soltara las lágrimas—, ven aquí
Abrió los brazos y el pelirrojo no lo pensó dos veces para lanzarse hacia él, y apretarlo fuerte entre sus brazos, escondiendo la cara en su cuello.
—¿Qué tal si te quedas a dormir hoy aquí? Como en los viejos tiempos —dijo con una pequeña sonrisa acariciando los rojos cabellos, recibiendo un asentimiento por parte del otro aún sin sacar la cara de su cuello.
—Te amo Jungkookie.
—Yo también a ti Tae —besó su coronilla.
—Debes decirle a ese chico ¿lo sabes no?
—Lo sé —suspiró, sin tener idea de cómo le diría la verdad a Jimin.
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