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32: El tiempo se agota


Observaba el pecho del menor subir y bajar con lentitud, su rostro se veía tan pacífico así durmiendo que no le daban ganas de despertarlo, pero Jungkook tenía que desayunar, ya estaba demasiado débil como para dejar de comer por dormir. En si no era que no pudiera levantarse de la cama, sino que se cansaba demasiado rápido y enseguida lo atacaban los dolores o las hemorragias. Su visión, contrario al pronóstico de Yoongi no había empeorado, al parecer el cáncer no había sido tan agresivo con sus ojos como lo estaba siendo con sus huesos.

—Conejito —lo movió con cuidado—, despierta Jungkook.

Comenzó a dejar un montón de besitos en su rostro mientras acariciaba los rojos cabellos del chico. Una pequeña sonrisa se formó en el rostro del somnoliento pelirrojo al sentir los suaves labios de su novio tocar su rostro con delicadeza. Tomó sus mejillas abriendo sus ojos con pereza y dió un pequeño beso en los belfos abultados del rubio.

—Buenos días, Bichito.

—Buenos días, Conejito.

Últimamente estaban más pegajosos que de costumbre, el tiempo del más alto casi se agotaba y ninguno quería pensar en ello, pero  eso no evitaba que se pusieran mimosos el uno con el otro. Después de la exposición de las pinturas de Jungkook en la galería de Jongsuk no solían salir de la casa para nada. Y habían pasado tres días desde eso. Se quedaban en pijama viendo películas en la sala de estar, recostados en el sofá dándose caricias. De vez en cuando Jeon levantaba la camisa del mayor y acariciaba y besaba su vientre con devoción, hablándole a su pequeño hijo aunque este no lo escuchara. Jimin cuando eso sucedía con sus ojos cristalizados grababa el bonito momento. Debía recopilar fotos y vídeos que mostrarle a su hijo sobre su padre cuando estuviera mayor.

—Te he preparado un rico desayuno —musitó besando nuevamente los labios de su novio.

—No tengo mucha hambre —hizo un puchero y el contrario frunció los labios entristecido—, pero lo comeré porque lo hiciste tú.

—¡Yah, deja de ser tan cursi! No te pega —se quejó dándole un golpecito en el pecho con poca fuerza, para que no se le formara un hematoma al menor, escuchándolo reír con fuerza.

—Claro que si soy cursi —reprochó abrazándolo por la cintura—. ¡Yo fui el primero en decir te amo!

—¡No es cierto, mentiroso!

Toda la mañana fue así, llena de risas y bromas por parte de ambos, alimentándose el uno al otro, besándose y mimándose. Cuando la noche llegó Jungkook se encontraba listo para salir. El traje elegante que llevaba puesto lo hacía ver tan apuesto que Jimin no pudo evitar fotografiarlo. Su chico se veía demasiado apuesto esa noche.

Tenía una reservación en un restaurante bastante bonito, aunque reservación reservación no era, pues esa noche el restaurante sería solo para ellos.

—Te ves precioso —Jungkook lo tomó de la cintura y se agachó levemente besando sus labios con suavidad.

—Lo sé, cariño —profirió coquetamente, causando una risita en el más alto.

Por un momento el Jimin que recién estaba conociendo hace tres meses le llegó a la mente. El solía comportarse así los primeros días. Ahora se daba cuenta lo mucho que habían evolucionado, tanto de forma individual como en pareja, y todo en tres simples meses.

Llegaron al restaurante alrededor de las 8:30 pm. El lugar era sencillo pero elegante al mismo tiempo. Pero lo más llamativo era que todas las paredes del lugar estaban escritas. Desde hermosas dedicatorias románticas hasta firmas o nombres de personas, abarcando todo lo largo de las cuatro paredes del local.

—Esto es genial —musitó aún un poco sorprendido.

—Señor Park, Señor Jeon, acompáñenme por favor —un joven camarero se acercó a ellos.

Los llevó a la mesa que estaba al centro y les dejó la carta para que escogiera con calma el platillo que degustarían.

—¿Por qué está vacío? —preguntó, era extraño que solo ellos dos estuvieran en el lugar.

—Está reservado únicamente para nosotros —le sonrió

—¿Qué? ¿Cómo lo hiciste?

—En realidad fue gracias a Namjoon —rió un poco—. Quería que lo perdonara por toda la estupidez que te dijo y necesitaba un restaurante para nuestra cena romántica, así que le pedí ayuda en esto.

—No sabía que eras tan aprovechado —le pellizcó la mejilla, escuchando el quejido que soltó el rubio.

Pidieron la comida y refresco, ya que Jungkook no podía beber alcohol, disfrutaron de los deliciosos platillos entre conversaciones y palabras de amor, dándose algunos besitos de vez en cuando. Fue una noche maravillosa para ambos.

Alrededor de dos horas después se marcharon de allí, no sin antes dejar su huella plasmada en aquella pared.

"Jeon Jungkook ama a Park Jimin, ahora y para siempre"

"Park Jimin ama a Jeon Jungkook, ahora y para siempre"

Dos semanas después

Veía a los niños corretear de un lado a otro, rodando por la hierba y jugando con pelotas. Llevé una mano a mi vientre acariciando el lugar, apenas y se podía notar un pequeño aumento de tamaño. Mi bebé estos días ha estado bastante problemático, las náuseas y vómitos han disminuido un poco, pero aparecieron los antojos. Jungkook dentro de sus limitaciones hacía todo lo que estaba a su alcance por cumplirlos. En otras ocasiones tenía que llamar a Yoongi o Taehyung para que me complacieran mis caprichos, Jungkook a veces se frustraba tanto por ello, pero no había nada que pudiéramos hacer.

Ahora estábamos en el parque en el que nos conocimos, los tres meses de vida que le dieron a Jungkook se habían cumplido y él aún estaba con nostros, aunque sabíamos que no sería por mucho más, ya que cada día estaba peor.

Ambos lo sabíamos, estábamos utilizando un tiempo prestado.

Hoy me rogó para que saliéramos a tomar aire fresco y coger un poco de sol, y yo simplemente no pude negarme a sus ojitos de Bambi. En este momento estaba en la heladería de la calle de enfrente, tenía muchos deseos de un helado de chocolate y él fue a conseguirlo a pesar de que le dije que yo mismo podía hacerlo. Sé que hoy no se siente bien pero es tan testarudo.

Estaba tardando un poco por lo que me puse de pie dispuesto a ir hacía allí, pero antes de poder cruzar la calle lo vi.

Sonreí mirando a Jungkook en la acera del frente, sonriéndome de igual manera. A pesar de que ambos estábamos aterrados porque sabíamos que con cada hora que pasaba su muerte estaba más cerca, intentábamos ser felices estos últimos días y sonreír lo más que pudiéramos. Faltaba poco para que el semáforo cambiara de color y él pudiera llegar a mí...

Lamentablemente las cosas nunca salen como uno quiere, lo que terminaría siendo un lindo encuentro terminó siendo uno de los peores días de mi vida.

Desde la lejanía pude ver la nariz de Jungkook sangrar en exceso, y a él llevando su mano a esta, para luego caer desmayado al piso. Todo ocurría como en cámara lenta, mi cerebro no registraba bien lo que estaba sucediendo. El semáforo cambió de color y no lo pensé dos veces para correr hacia él, con las lágrimas saliendo a borbotones de mis ojos.

Mi corazón se disparó, latiendo rápidamente en mi pecho, queriendo escapar de él y correr a donde su dueño. La ansiedad y el miedo se estaban adueñando de mi mente, con la negatividad dominando cada esquina de mi sistema. Y es que estaba más que claro que a estas alturas no era una buena señal que cayera desmayado.

—¡Jungkookie, no me hagas esto! —grité agitando su cuerpo con fuerza—. P-por favor.

Mi voz salió quebrada, mis sollozos aumentando a cada segundo, logrando que la gente comenzara a amontonarse a nuestro alrededor. Sentía como mi pecho se comprimiera, impidiéndome respirar correctamente.

—¡Llamen a una a-ambulancia! —exclamé al ver que todos me miraban y nadie hacia nada.

—¡Hola! ¿Hospital Central? Un chico se desmayó en medio de la calle... —una chica comenzó a darle la dirección pero mi mente no se concentraba en eso, solo podía observar a mi Jungkookie inconsciente en el suelo.

—Mi Conejito por favor, solo resiste un poco más —rogué en susurros, limpiándole la sangre del rostro.

Si tuviera que describir este momento con palabras solo me vienen tres a la mente:

Tremebundo, dantesco e inquietante.

Mis manos no paraban de temblar, en realidad creo que todo mi cuerpo está temblando. Todavía seguía sin poder respirar adecuadamente y un miedo irracional me recorrió todo el cuerpo. Sentía las gotas de sudor frío correr por mi rostro juntándose con mis lágrimas. Intentaba tragar saliva para bajar el nudo que se formaba en mi garganta pero sentía mi boca seca, mis manos estaban heladas y unas náuseas repentinas me atacaron.

—¡Está teniendo un ataque de pánico! —escuché levemente a alguien gritar, una persona se arrodilló frente a mi tomando mi rostro pidiéndome que respirara, pero yo solo tenía algo en mente.

Lo estoy perdiendo

Fue lo último que pensé antes de que todo se tornara negro.







Penúltimo capítulo. Solo falta el final y el epílogo.

Tardaré un poco para publicarlos, alrededor de dos semanas, ya que voy a centrarme en escribir IDC y darles el maratón que les prometí, además de que quiero tomarme mi tiempo para plasmar bien las emociones y sentimientos de los personajes.

Para los que no me siguen, publiqué dos nuevas historias, por si a alguien le interesa pasarse por mi perfil y añadirlas a sus listas de lectura. Esas las estaría actualizando cuando culmine esta.

Besitos 😽

Nota actual: no hagan caso a lo de arriba. Publicaré todos los caps que faltan hasta el final entre hoy y mañana.

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