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15: Malas noticias

—¿Qué haces aquí? —preguntó confundido al ver al castaño frente a su casa.

Se encontraba recostado en su auto, viéndose demasiado sexy con aquellos pantalones negros de cuero, y aquella camisa azul marino que combinaba con sus ojos, los primeros dos botones los tenía desabrochados mostrando parte de su pecho y clavículas.

—Vengo para acompañarte al hospital —dijo con una sonrisa—. Yoongi me contó todo Conejito.

—¡Ashh ese idiota! —susurró con el ceño fruncido.

—¿Por qué no me contaste? —cuestionó negando un par de veces con la cabeza.

—Yo no quería ilusionarte en vano, quería saber primero antes de contarte —musitó con la cabeza gacha.

—¡Oh Jungkookie! No puedes ocultarme esas cosas —reprochó como si fuera un pequeño, cruzándose de brazos haciendo un puchero—. Sé que no lo hiciste por mal...pero me gustaría acompañarte en lo que sea que tenga que ver con tu enfermedad.

—Perdón —lo abrazó por la cintura apoyando su cabeza en su hombro.

—No importa, vayamos antes de que Yoongi se enoje por hacerlo esperar.

Ambos subieron al auto y como era costumbre entre ellos, pusieron algo de música mientras Jimin conducía con una mano en el volante y la otra entrelazada con la de Jungkook. Decir que ambos se encontraban felices era quedarse corto. Aunque fuera pequeña, aún había una esperanza de que Jungkook pudiera vivir unos meses más. Sin quererlo habían terminado ilusionados, y también un poco ansiosos, deseaban saber de una vez los resultados de los exámenes.

Entraron al hospital tomados de la mano, caminando directamente hacia la oficina de Min. Al llegar lo encontraron en una situación bastante comprometedora. Taehyung se encontraba sentado en su regazo a horcajadas, con la mayoría de los botones de su camisa abiertos mostrando el pecho y hasta parte del abdomen, mientras el mayor se encontraba besando su cuello con esmero.

Cuando escucharon el carraspeo incómodo del menor de todos, se dieron cuenta de la presencia de las otras dos personas en la oficina y rápido se separaron arreglándose la ropa.

—Que poco ético de usted tener sexo en su oficina, doctor Min —dijo Jimin intentando retener una carcajada.

—¡Jimin! —chilló con el color rojo apoderándose de sus pálidas mejillas.

—¿Pueden dejar de mirarnos así? No vinimos para esto —se quejó el pelirrojo intentando esconder su sonrojada cara.

—Cierto —habló Yoongi buscando los papeles con los resultados de las pruebas de Jungkook—. Siéntense.

Ambos se sentaron uno al lado del otro sin separar sus manos, se miraron con una pequeña sonrisa para luego prestar atención a lo que diría el mayor de todos.

—Dios, esto es tan difícil —murmuró el pálido haciendo que las sonrisas del par se borraran.

Jimin apretó la mano del pelinegro haciéndole saber que estaba ahí para él, si las noticias eran negativas él debía ser el apoyo para Jungkook, debía permanecer firme para consolar a su amado.

—Jungkook no es posible comenzar el tratamiento con quimioterapia.

El pelinegro apretó la mano que sostenía Jimin sintiéndose bastante angustiado.

No podía hacer el tratamiento.

En unas semanas moriría y no podría hacer ni la mitad de cosas que quiere hacer junto a su lindo castaño.

—¿Por qué? —preguntó Jimin acariciando con su pulgar el dorso de la mano del menor.

—Tiene anemia, o sea, sus eritrocitos y además, sus plaquetas, están muy por debajo del valor que deberían tener. El objetivo de la quimioterapia es eliminar las células cancerosas, pero infortunadamente este procedimiento también elimina células normales, lo cual incrementa el riesgo de efectos secundarios, como el sangrado excesivo causado por el bajo número de plaquetas e infección por un bajo conteo de leucocitos

»Si empezáramos a tratarte tus niveles de plaquetas disminuirían, al igual que tus eritrocitos que son los que transportan el oxígeno, como ya te dije antes esto causaría hemorragias y que tengas mayor dificultad para respirar pues el oxígeno no sería suficiente

—¿Y no hay otra solución? —preguntó Jimin sintiendo la mano del menor temblar.

—Tal vez un tiempo atrás si, pero ahora ya es tatde. Lo lamento —negó levemente con los labios fruncidos.

—Jungkookie —lo abrazó con fuerza cuando las lágrimas del pelinegro comenzaron a caer una tras otra.

Lo abrazó fuertemente queriendo unir sus pedazos rotos, los sollozos del chico se hacían cada vez más altos causando que a todos en esa oficina se les cristalizaran los ojos. Jimin no pudo aguantar mucho antes de soltar el llanto también, quería mantenerse fuerte para Jungkook pero se le había hecho imposible al escucharlo llorar con tanto dolor.

—Yo estoy contigo Conejito, todo estará bien.

—Nada saldrá bien —musitó con la voz quebrada, aferrándose al cuerpo del castaño—. Solo quería estar más tiempo a tu lado, es lo único que...que deseaba, no estoy pidiendo mucho.

Esa confesión partió su corazón a la mitad, amaba tanto a ese pelinegro entre sus brazos que en este momento parecía un chiquillo desolado, que si pudiera bajarle una estrella para hacerlo feliz lo haría.

—No llores por favor —pidió acariciando sus mejillas—. Si tu lloras yo me pongo muy triste.

—Lo siento tanto Jimin, de verdad lo siento —susurró lacrimosamente.

El castaño se separó para mirarlo bien a los ojos, demasiado confundido por las disculpas del más alto.

—¿Por qué te disculpas?

—Te mantuve a mi lado sabiendo que te haría sufrir, fui demasiado egoísta, no debí haberme acercado a ti.

—¡No! ¡Te prohíbo que hagas eso Jungkook! —se quejó al escuchar esas absurdas palabras—
Fui yo quien se acercó a ti, y jamás ¿me escuchas? Jamás voy a arrepentirme de conocer a alguien tan especial como tú.

—No tengo nada de especial —se lamentó alejándose de él.

—Eres demasiado apuesto, eres dulce, honesto, tienes un gran talento para mostrarle al mundo, dices que odias las muestras de afecto pero cuando alguien que amas necesita de ti no lo piensas dos veces para ayudar. Eres una persona increíble, me encanta cada detalle tuyo, como frunces el ceño cuando estás concentrado, o como empujas tu mejilla con la lengua cuando estás celoso o enojado, cada gesto y cada defecto tuyo me parece hermoso.

»¡Por eso no trates de alejarme porque no lo haré! Voy a permanecer a tu lado porque te amo y quiero estar contigo sin importar nada más. ¡¿Qué importa si solo te tengo unas semanas?! Vamos a hacer tantas cosas en ese tiempo que parecerá un año entero.

Se abrazaron nuevamente, calmando poco a poco la angustia en sus corazones besándose una y otra vez. Taehyung y Yoongi habían decidido dejarlos solos para darles un poco de privacidad, entendían que necesitaban un momento a solas para calmar las aguas.

—¿Prometes qué estarás a mi lado hasta el último momento? —preguntó extendiendo su mano con el dedo meñique arriba.

—¿Quieres qué te lo prometa por la garrita? —dijo tratando de hacer reír al menor.

—Hablo en serio —manifestó con un puchero.

—Bien, te lo prometo —profirió entrelazando sus meñiques.

—Jimin —algo adormilado respondió un vago "¿qué?” a la persona del otro lado de la línea.

Era muy temprano, ese día no debía trabajar por lo que pensaba dormir hasta la tarde si era posible, después del día que habían tenido ayer deseaba descansar un poco pero al parecer eso no iba a suceder.

—¿Jimin me escuchas?

Abrió los ojos sorprendido al darse cuenta de que quién llamaba era la madre de Jungkook.

—¿Señora Jeon todo está bien con Jungkook? —preguntó asustado, pues la madre de Jeon nunca antes lo había llamado.

—No es nada grave, no te exaltes —dijo con calma—. ¿Puedes venir a la casa? Desde ayer Jungkookie a estado algo deprimido y no quiere decirnos nada.

—Por supuesto, voy enseguida —se despidió de forma rápida antes de colgar.

Cuando llegó la señora Jeon le explicó la situación y le dió una bandeja con comida para que se la llevara al menor, pues se habia negado a desayunar ese día. Frente a la puerta de la habitación, que se encontraba entreabierta, escuchó un poco de la conversación del pelinegro con su hermano.

—¿Me dirás qué te sucede? Estás así desde que llegaste ayer ¿tienes algún problema con Jimin?

—No, todo está bien con él.

—¿Entonces qué te sucede hermano? —preguntó con preocupación.

—Quiero estar solo, por favor —pidió tapándose completo con la manta, incluida su cabeza, Jin solo suspiró y salió del cuarto encontrándose a Jimin fuera.

—Jungkook —el mayor entró finalmente con la bandeja en sus manos—, come algo, tu madre me dijo que no desayunaste nada —dijo en tono de regaño.

El menor muy obediente se sentó en la cama a comer su desayuno mientras compartía besos fugaces con el más bajo.

—Tú madre me dijo que estabas deprimido...¿sigues angustiado por lo de ayer?

—No puedo evitar estarlo —suspiró.

—No pienses en eso, anda, come.

—¿Jungkookie, quieres ser mi novio? —soltó de pronto causando que el mencionado se atragantara con la comida y comenzara a toser.

Luego de calmarse Jimin repitió la pregunta recibiendo una negativa del más alto, que tratando de contener la risa miraba hacia otro lado para que el mayor no se diera cuenta.

—Jungkook~, Jungkookie~ —dijo en su oído, alargando la última vocal en tono meloso y abrazándolo por la espalda.

—Está bien bichito, acepto ser tu novio.

—¿Cómo me llamaste? ¿Bichito? —preguntó alejándose de él para mirarlo de frente.

—Me pediste hace tiempo que te pusiera un apodo —se encogió de hombros continuando con su comida.

—¡Pero era un apodo bonito! ¿Por qué me dices así? —se quejó haciendo puchero.

—Porque pareces uno de esos bichitos que zumban en el oído —dijo de forma divertida viendo al castaño cruzarse de brazos enojado.

—Eso es un mosquito Jeon —el menor asintió un par de veces sin mirarlo—. ¡¿Me estás comparando con un mosquito?!

—Bichito se oye mejor —dijo con una sonrisa burlona en la cara—. No puedes enojarte, tú me dices Conejito por mis dientes y yo no te digo nada.

—¡Pero los conejos son lindos! —manifestó haciendo un berrinche—. ¡Los mosquitos no!

—Pero tú si lo eres —tomó las regordetas mejillas del contrario entre sus manos acercándose a dejar un besito en sus labios.

—¿Me estás coqueteando para que no me enoje? —peguntó alzando una ceja.

—¿Qué crees? —cuestionó con una sonrisa ladina.

—Pues creo que no te funciona.

Se lanzó sobre el menor haciéndole cosquillas, escuchando al instante las carcajadas que soltaba.

Jin y la señora Jeon se miraban con una sonrisa fuera del cuarto del menor, escuchando las risas de ambos chicos en el interior de la habitación, pensando ambos lo mismo.

No hay nada mejor que Jimin para alegrar a Jungkook.



Segunda actualización ✌️

Ahh! No tienen idea de cuánto sufrí escribiendo este capítulo. 😢

A partir de aquí comienza la verdadera trama de la historia, prometo no hacerlas sufrir tanto con los próximos caps.

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