—¿Me preocupa Jungkook sabes? Últimamente está bajando mucho de peso —dijo con preocupación—, y no sé si es que no se alimenta bien o si es por...ya sabes.

—Es normal que pierda peso Tae —explicó el pálido—, de echo, es uno de los síntomas más comunes, probablemente también tenga anemia, pero habría que hacerle estudios para confirmarlo.

—No es justo —apretó los puños—, solo tiene 24 esto. Jungkook simpre fue tan frío como un tempano de hielo, pero jamás fue una mala persona, no merecía algo como esto.

—No lo conozco bien —hizo una pausa—, pero debe ser alguien genial cuando Jimin está tan enamorado de él, aunque no me gusta nada que le esconda la verdad, sé que quedara devastado cuando lo sepa.

—Hemos hablado sobre eso —habló el pelirrojo—, tiene miedo de que Jimin se aleje si se entera.

—Será peor si no le dice —hizo una mueca—,  pero ya no hablemos de esto, estamos aquí para hablar de nosotros, Jimin y Jungkook pueden resolver sus problemas entre ellos.

—Tienes razón —asintió con una pequeña sonrisa.

—No sería mejor que descanses unos minutos, ya estás algo agitado —expresó con preocupación, viendo el pecho del menor subir y bajar con algo de rapidez.

—No, estoy bien, falta poco para llegar, además eso debe pesar un poco —dijo mirando el bolso que cargaba el mayor.

Ahí llevaba la paleta, la pintura y los pinceles, y en la otra mano llevaba el lienzo para dibujar. Desde la mañana Jimin le había estado insistiendo en que le gustaría verlo dibujar, y que mejor que dibujar el lugar donde se conocieron.

Así que allí estaban, dirigiéndose al parque del lago. Decidieron ir caminando ya que sería bueno para Jungkook tomar el sol y caminar un poco, pero Jimin ya comenzaba a dudar de eso cuando lo vió con la respiración un poco agitada. Aún así el muy terco no quiso descansar hasta que llegaron al lago.

Se sentaron en la hierba admirando la cristalina agua. Luego de unos minutos Jungkook se puso a acomodar todo para comenzar a dibujar. Todo el tiempo Jimin se quedó viéndolo pintar, admirando cada trazo y color que el pelinegro hacía en el blanco lienzo. Jungkook era demasiado bueno, tenía muchísimo talento, estaba seguro de que en un futuro el pelinegro sería famoso.

Pasaron los minutos en silencio, Jungkook dibujando y Jimin observando con atención cada gesto del chico. Mantenía el ceño fruncido y algunas veces se mordía la punta de lengua o el labio inferior cuando debía hacer un trazo delicado con el pincel, se veía que a pesar de todo disfrutaba pintar y le ponía empeño.

—¡Wow! ¡Te quedó genial! —dijo emocionado cuando el pelinegro terminó el cuadro.

Jungkook había dibujado el lago rodeado de árboles, con dos figuras observando el agua con las manos unidas.

—¿Somos nosotros? —preguntó el castaño con curiosidad y Jeon solo asintió sonriendo.

—Te la regalo, es tuya —le entregó la pintura.

—?En serio? —chilló emocionado tomándola en sus manos con cuidado de no dañarla—. La colgaré en la sala de casa.

Cuando volvieron a la casa del castaño lo primero que hizo el mayor fue colgar el cuadro y se quedó observándolo por unos minutos.

—¿Te parece bien que esté aquí? —preguntó llevando una mano a su mentón.

—Puedes ponerlo donde quieras, es tuyo —alegó abrazándolo por la espalda y depositando un beso en su mejilla.

—¿Jungkook puedo preguntarte algo? —se volteó mirando fijamente al pelinegro a sus orbes ónix, y él solo asintió debido a la seriedad que veía en aquellos ojos azules—. ¿Por qué no quieres tener una relación?

El menor lo soltó y le dió la espalda pasándose la mano por el cabello desordenándoselo, Jimin era muy observador, por lo que hace tiempo se había dado cuenta de que el más alto solía hacer eso cuando se encontraba nervioso.

—Estás muy insistente con ese tema últimamente —bufó—. No entiendo cuál es tu obsesión por ponerle un nombre a lo que tenemos, no puedes solo disfrutar y ya.

—¿Me estás hablando en serio? —cuestionó incrédulo caminando hasta ponerse frente al pelinegro—. ¿Crees qué no he visto cómo te coquetean o te miran cada vez qué salimos? Y lo peor es que no puedo reclamar nada porque...¿que se supone que debo decir? ¿Qué ya estás en una relación? ¿Qué ya tienes novio? ¡No, en todo caso podría decir que somos amigos con beneficio!

El más bajo se cruzó de brazos mirando como el menor trataba de esquivar su mirada.

—¡¿Podrías al menos mirarme a los ojos y explicarme por qué no podemos tener algo serio?! —espetó con voz dura.

—¡Joder Jimin, deja eso ya! —dijo fastidiado.

—No, merezco al menos una explicación ¿o es qué acaso para ti lo qué tenemos es solo un juego?

El chico alzó la vista mirándolo con enojo, estaba bien que le reclamara y le pidiera explicaciones, pero no que dudara del amor que sentía por él.

—¿Cómo puedes decirme eso después de todo lo que ha pasado entre nosotros? —exclamó en voz alta—. ¿Crees que no tengo nada qué hacer para perder mi tiempo jugando contigo? Estoy enfermo Jimin.

—¡¿Por qué no me das una maldita explicación entoces?! —gritó Jimin perdiendo la paciencia—. ¡Incluso dijiste que somos almas gemelas pero te niegas a formalizar lo nuestro!

De pronto se escucharon unos pasos y aparecieron Yoongi y Taehyung bajando las escaleras mirándolos a ambos con confusión, si estuviera en otra situación le habría dado curiosidad el hecho de que el cabeza de fósforo estuviera en su casa.

—¿Qué sucede Jimin? ¿Qué son esos gritos? —preguntó Yoongi con el rostro extremadamente serio.

—Nada Yoongi, vuelvan arriba —expresó Jimin con tono duro.

—Jungkook... —llamó Tae con preocupación al ver el rostro pálido del chico y su respiración agitada, pero este no quitaba sus ojos de Jimin.

—¡Yoongi! —gritó Jimin asustando a todos.

El pálido tomó la mano de Tae, observando los puños cerrados del castaño. Jimin siempre fue alguien muy pacífico, pero cuando se enojaba era alguien de temer, solo lo había visto así una vez en su vida, y fue el día que se enteró que Namjoon lo traicionaba.

—Es mejor que los dejemos conversar Tae, vamos —lo haló para comenzar a subir las escaleras pero el pelirrojo se quedó mirando a su amigo—. Tae —el mencionado lo miró—, vamos.

Ambos desaparecieron escaleras arriba y Jimin volvió a mirar a Jungkook con expresión dura.

—¡Habla!

—¡¿En serio quieres seguir discutiendo?! —preguntó Jungkook incrédulo.

—¡Solo dame una maldita razón, solo una Jugkook! ¡¿Me dices qué me amas pero no podemos tener nada?!

—¡Maldita sea Jimin, mi tiempo es limitado! —gritó al fin lo que había callado por tanto tiempo, sintiendo su corazón encogerse dentro de su pecho y su respiración acelerándose aún más.

—El tiempo de todos es limitado Jungkook, no te justifiques con eso, ¡porque lo único que estoy viendo es que eres un cobarde que tiene miedo de ser feliz! No me...

—¡Voy a morir Jimin! —exclamó callando al castaño, que lo miró con el ceño fruncido para luego abrir los ojos en demasía.

—¿Qué? —la expresión atónita de su rostro era observada por un Jungkook que lo miraba con las primeras lágrimas escapando de sus ojos.

—Tengo Leucemia mieloide aguda en etapa terminal, hizo metástasis a mi cerebro, solo me quedan unas pocas semanas de vida...

—Pe-pero, no... —negó con la cabeza no dispuesto a aceptar eso, no podía creerlo—. ¡No, dime qué eso es mentira Jungkook!

—No lo es, lo supe el día que nos conocimos —explicó agachando la cabeza—, por eso lloraba.

—¡¿Lo sabes desde entonces y nunca me dijiste nada?! ¡¿Por qué Jungkook?! Joder tenía...tengo tantas ilusiones contigo, deseaba pasar el resto de mi vida a tu lado. ¡Eras consciente de eso, te dejé en claro qué estaba malditamente enamorado de ti ¿y me escondiste eso durante todo este tiempo?! — llevó las manos a su cabello tirando de él.

—Perdóname —se acercó a él intentando tomar sus manos—. No quería perderte Jimin, si te lo decía te hubieras alejado de mí.

—¿Y ahora qué voy a hacer yo? ¡Dejaste qué me enamorara de ti sabiendo qué no tendríamos un futuro juntos! —reclamó con lágrimas cayendo de sus ojos cual cascada—. ¡¿Qué se supone que haga cuando mueras?!

—Yo intenté mantenerte solo como un amigo, fui un egoísta, pero no pude evitarlo. Llámalo amor a primera vista o lo que sea, pero me cautivaste desde el inicio y te juro que luché para evitarlo pero no pude, porque caí completamente enamorado de ti, Jimin.

—No tienes idea de lo mucho que me hubiera gustado oírte decir eso hace unas semanas —el tono de tristeza y decepción en su voz no pasó desapercibido para el más alto.

—De verdad lo siento, estaba tan asustado, mírame Jimin —levantó su camiseta dejando ver la marcada pérdida de peso que tuvo—, he estado empeorando cada vez más, a veces hay días en los que apenas y puedo levantarme de la cama debido al dolor, eres lo único bueno que tengo en mi vida y tenía tanto miedo de perderte.

—Ya me perdiste Jungkook, desde el primer momento en que me mentiste.

—¡No te alejes de mí, por favor! —pidió desesperado—. Me has hecho desear algo que sabía que no podía tener. Al principio no me importaba tanto pues no tenía por quien luchar, pero luego de que me enamoré de tí me vi deseando cosas imposibles, en verdad desearía pasar toda una vida a tu lado —su voz se quebró en la última parte—, desearía poder amarte libremente, sin límites, y me duele tanto saber que no podré hacerlo. ¡No tienes idea de lo mucho qué me lastima pensar en ello!

—A mí también me duele Jungkook, pero más me lastima que me hayas mentido. ¿Cómo puedo confiar en ti si me estás mintiendo desde el inicio?

—Jimin...

—No me vuelvas a llamar Jungkook —murmuró saliendo a paso rápido de la casa, siendo seguido por un deseperado Jungkook que intentaba retenerlo—, espero que no estés aquí cuando regrese.

—¡No Jimin! ¡Espera! —gritó pero ya era demasiado tarde, el chico había subido a su auto y se había marchado con rapidez de allí.

Cayó arrodillado llorando con fuerza mientras la palabra perdón se repetía una y otra vez en su mente. Sintió unos brazos envolverlo y levantó la mirada con sus ojos inundados en lágrimas observando a su mejor amigo mirarlo con los ojos cristalizados.

—Jungkook tienes que calmarte —dijo preocupado viendo cómo el pelinegro tenía espasmos debido al llanto.

—Lo perdí Tae, perdí a mi Jimin —sollozó con fuerza.

Al pelirrojo se le encogía el pecho al ver a su mejor amigo así, incluso el pálido, que observaba todo desde la entrada sentía un poco de lástima de ver así al chico. Aunque también le preocupaba Jimin, el castaño había salido demasiado alterado y conducir así no era una buena idea.
Se sobresaltó al escuchar a Taehyung llamándolo a gritos con los ojos llenos de lágrimas y un Jungkook inconsciente en sus brazos.

Las lágrimas no lo dejaban ver bien el camino, por lo que, queriendo evitar un accidente se estacionó a un lado de la carretera hipando a causa del llanto.

—¡JODER! —gruñó golpeando fuertemente el volante una y otra vez sin importar lastimar sus manos.

Gritó, gritó muy fuerte, desgarrándose la garganta, y descargando entre lágrimas y golpes el dolor que sentía en su interior y que pensaba que terminaría consumiéndolo completamente.

Actualizaré de nuevo el miércoles. Besitos 💋