Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10: Mi chico celoso

Capítulo dedicado a LauraCaldernDomingue guindygonzalez y BebitaCamino

Al igual que en este capítulo, el siguiente también lo dedicaré a las tres primeras personas que comenten ;)

—¡Jungkook espera! —Jimin seguía al menor, quien entró a su casa y subió las escaleras pisando fuertemente, terminando por dar un portazo y cerrándole la puerta de su habitación en la cara.

—¿Jimin qué sucedió? —preguntó Seokjin ladeando la cabeza. Nunca había visto a su hermano tan enojado como ahora, pero lo que más le sorprendía era que estuviera enojado con el castaño.

—Está furioso —dijo pasado ambas manos por su cabello—, quise darle un poquito de celos pero...no terminó muy bien.

—Jungkook simpre fue muy celoso, recuerdo una vez que dejó de hablarme por toda una semana porque nuestros padres me llevaron de vacaciones a Jeju y él se quedó aquí porque aún no terminaba la escuela —dijo con un resoplido—, ni siquiera fue mi culpa y se enojó conmigo

Jimin rió un poco.

—También una vez llegó de la escuela refunfuñando porque Taehyung no había querido almorzar con él por irse con el chico que le gustaba —soltó una carcajada—, lo perdonó cuando Tae le llenó la casa de flores.

—¡Pero fue solo una tontería, no era para que se enojara tanto! —exclamó haciendo puchero y cruzándose de brazos.

Comenzó a tocar la puerta una y otra vez, gritándole que no pararía de golpear la puerta hasta que la abriera, Jin negó con una sonrisa burlona y se fue hacia su cuarto.

—Es un terco, no te abrirá —dijo divertido el señor Jeon pasando por su lado para ir hacia la planta baja.

—Yo soy más terco que él —dijo y siguió golpeando la puerta.

—Hola Jimin —saludó la madre del pelinegro.

—Hola señora Jeon —hizo una leve reverencia.

—¿Qué sucedió? ¿Por qué Jungkook no quiere abrirte? —preguntó con curiosidad.

—¡Déjeme decirle que engendró al hombre más celoso de Corea! —exclamó frunciendo el ceño con un puchero haciendo reír a la mujer.

—Creeme que lo sé —afirmó—. ¿Qué fue lo qué sucedió?

—Pues verá...

Una hora antes

Jungkook alzó una ceja viendo al chico sentarse con mucha confianza junto a Jimin luego de que este se lo pidiera. Esperó a que Jimin lo presentara pero eso no ocurrió, ambos habían comenzado a hablar como si él no existiera. Parecía un maldito florero allí.

—¿Recuerdas cuando escapamos de mi fiesta de cumpleaños y terminamos borrachos en un bar? —preguntó el desconocido.

—Como olvidarlo, estaba muy aburrido junto a toda esa gente estirada tomando champagne y conversando sobre ropa de marca —bufó el castaño.

Su lengua golpeaba la parte interna de su mejilla, cosa que hacía cuando se enojaba. Veía a Jimin sonreír junto al chico con hoyuelos, que lo miraba embobado con ojos soñadores, no había que ser un experto en el amor para darse cuenta que el chico estaba enamorado de su Jimin, sí, porque luego de su conversación el mayor era su chico.

Había estado aguantando las ganas de golpear a ese chico desconocido en medio del restaurante, pero su paciencia no duró mucho cuando observó incrédulo como llevaba su mano al cabello del castaño, acariciándolo y besando su mejilla.

Se paró de golpe de la silla, dejando unos billetes en la mesa y salió del restaurante con el rostro rojo de la furia, siendo seguido por Jimin, que internamente quería reír, pues le parecían muy tiernos los celos del menor.

Actualmente

—Eso fue todo, admito que no debí intentar darle celos pero...¡el es muy enojón! —bufó—.  Solo era una bromita inocente.

—No te preocupes —rió la señora Jeon—. Jungkook nunca se enojaría tanto contigo como para dejarte de hablar.

En ese instante la puerta se abrió, dejando ver al pelinegro con el ceño fruncido, quien solo se limitó a agarrar el brazo del castaño y arrastrarlo hasta su cuarto, cerrando la puerta en la cara de su madre. El mayor se sorprendió cuando el más alto lo empotró contra la pared al lado de la puerta y lo acorraló, viéndolo con aquellos filosos ojos negros que parecía que iban a absorberle el alma.

—Jung...

Fue interrumpido por los labios contrarios, que se juntaron con los suyos de forma salvaje, hasta ahora no se habían besado de esa forma nunca, si se habían dado besos algo apasionados pero nada comparado a como lo estaba besando el menor ahora. Internamente se preguntaba como era que había tardado tanto en llegar a su vida semejante hombre...con solo ese beso ya lo estaba llevando al cielo.

Pasó sus manos por el cuello de Jungkook, llevándolas a su cabello y jalándolo con cuidado, sentía como su cuerpo se calentaba a cada segundo que pasaba. El pelinegro pasó sus manos por debajo de su camiseta, el más bajo jadeó, sintiendo las manos frías pasearse por su torso. Jungkook le mordió el labio inferior antes de pasar a besar su mandíbula y bajar hacia su cuello, lamiendo y mordiendo, sacándole suaves gimoteos al mayor. Llevó sus manos a su trasero, apretujándolo, haciendo al más bajo soltar un gemido bastante audible. Una de sus manos se paseó hasta la parte frontal, apretando un poco el miembro del castaño, que afirmó su agarre en el negro cabello del contrario volviendo a gemir.

—Dime Jimin —hizo una pequeña pausa—. ¿Él te pone así? —cuestionó con una sonrisa ladina al mayor, haciendo presión nuevamente sobre el miembro del castaño, escuchándolo suspirar—. Responde ¿él te pone así de duro con solo un par de besos?

—J-Jungkook —el mencionado se sintió morir cuando escuchó al mayor gemir su nombre de esa manera—, no, s-solo tú.

—¿Solo yo? —preguntó con una sonrisa burlona, recibiendo varios asentimientos por parte del más bajo—, es bueno saberlo.

Se alejó, dejando a Jimin con las mejillas ruborizadas y una visible erección en sus pantalones, mirándolo confundido cuando se acostó en su cama tomando su celular.

—¿No me vas a dejar así verdad? —preguntó mirando su erección.

—Para la próxima piénsalo dos veces antes de ignorarme por hablar con cualquier otro idiota —espetó jugando con su celular.

—Jungkook~ —se quejó alargando el nombre del menor—, solo lo hice porque te ves tierno cuando estás celoso.

El pelinegro siguió jugando, ignorando al mayor.

_Jungkookie~

—No te ayudaré con eso, ahí está el baño, yo iré a comer algo —dijo señalando la puerta y parándose para marcharse del cuarto—. No hagas mucho ruido, recuerda que mi familia está abajo —le dijo sonriendo de lado antes de soltar una pequeña carcajada viendo la mirada asesina que le daba el castaño.

Jimin miró hacia la bulto en sus pantalones y luego la puerta del baño, y soltando un suspiro frustrado se dirigió hasta allí.

—¿Donde está Jimin? —preguntó su madre al verlo bajar solo.

—Está en mi cuarto, baja en unos minutos —dijo intentado no reír.

Tomó unas fresas del refrigerador y se sentó junto a sus padres para comerlas. Estuvo varios minutos ahí, hasta que se dió cuenta que Jimin no bajaba así que decidió subir a ver que hacía.
Lo encontró acostado en su cama con los labios fruncidos y mirando al techo. Cuando se dió cuenta de su presencia se volteó, dándole la espalda.

—¿Acaso estás enojado? —murmuró divertido acostándose junto al castaño y abrazándolo de la cintura, dejando un suave beso en su nuca que hizo erizar al mayor—. Tú me provocaste Jimin.

—¡Me dejaste con una maldita erección Jeon! —se quejó empujándolo para que se alejara de él.

—¡Oh vamos! No te enojes —comenzó a dejar varios besos en su mejilla. Puso su mano en la mandíbula del más bajo, obligándolo a que lo mirara y depositó un beso en sus labios.

—Te perdono con una condición —dijo volteándose para quedar de frente—, que me pongas un apodo bonito.

—Ya te dije que los apodos son para las parejas.

—Entonces seamos pareja —dijo, expectante a la reacción del menor.

—Sabes que no quiero una relación por ahora Jimin.

Sería demasiado egoísta de mi parte atarte a mí de esa forma Jimin ¿por qué no lo entiendes?

—Jungkook ya parecemos una pareja —reclamó con el ceño fruncido—. ¿Por qué te rehusas tanto? De verdad que no te entiendo

—Ya hablamos de esto Jimin.

—Pensé que lo que sentías por mí te podría hacer cambiar de opinión —rió amargamente—, fui un iluso.

—Por favor Jimin, estamos bien así —dijo sintiendo la tristeza abrirse paso en su pecho.

Lo que más anhelo es hacerte feliz, perdón por ser la causa de tu desdicha.

—¿Estás enojado?

—No...lamentablemente no lo estoy —murmuró, escondiendo su cara en el cuello del menor.

Perdón, Jiminie

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro