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1: Solo tres meses

—¿Qué?

El chico se quedó atónito al escuchar lo que había dicho el doctor, tragó audiblemente, con algo de dificultad debido al enorme nudo que comenzaba a formarse en su garganta.

«No, no puede ser cierto, esto solo debe ser una broma de mal gusto»

Pensó con la angustia y el dolor apoderándose de todo su ser, instalándose en su mente, corazón y alma, aferrándose con fuerza a su cuerpo dejándolo devastado.

—Lo lamento mucho señor Jeon, pero las pruebas arrojaron resultados claros —dijo con pesar, no era algo razonable para un doctor encariñarse con sus pacientes, pero no todos los días a un chico de 24 años le descubren un cáncer en etapa terminal.

—¿Entonces ya no hay solución? —preguntó con una pizca de esperanza haciendo un hueco en su mente, una luz en medio del dolor emocional que estaba experimentando.

—La Leucemia mieloide aguda es una enfermedad potencialmente mortal ya que no hay suficientes células sanguíneas maduras para prevenir la aparición de anemia, infecciones y hemorragias, a veces, la leucemia se puede extender, o formar metástasis. Si se extiende y afecta al cerebro, sus síntomas pueden incluir dolores de cabeza, problemas de equilibrio o problemas en la vista, que es lo que has estado experimentando las últimas semanas.

Un suspiro salió de sus labios mientras comenzaban a picar sus ojos, queriendo sacar las lágrimas que habían comenzado a formarse. No había que tener un título en Medicina para darse cuenta de que el doctor le había dicho que ya era demasiado tarde para él.

—¿E-entonces qué debo hacer? ¿Esperar a morir? —apretó la tela de sus jeans entre sus manos tratando de contener el llanto, deseando ser lo suficientemente fuerte para poder resistir lo que vendría.

—Si comienza el tratamiento ahora tal vez pueda alargar su vida un poco, quizás un año, no es algo seguro, ya que hay que ver como su cuerpo asimila la quimioterapia...pero si no lo hace probablemente no llegue a los tres meses.

Ahora sí fue imposible para el retener las ganas de llorar que se abrieron paso de forma brusca, llevó una mano a su boca tratando de ahogar los fuertes sollozos que salían de ella.

¿Cómo se supone qué le explicaría a sus padres y a su hermano que tenía una enfermedad terminal y qué moriría pronto?

Y es que era tan injusto, cuando por fin su vida comenzaba a tomar rumbo viene y le sucede esto. Después de haber conseguido por fin el trabajo que tanto quería y que se había independizado, comprando un pequeño apartamento en el centro de Seúl.

Tenía toda una vida por delante, había deseado tanto encontrar a su persona especial, formar una familia, tener hijos. Pero ya todo eso eran simplemente sueños rotos, que ya no podía cumplir por más que quisiera.

—No haré el tratamiento —decidió después de pensarlo por varios minutos. Qué más da un par de meses antes o un par de meses después, lo sentía mucho por su familia, pero el no tenía nada que lo atara, nada por lo que esforzarse y soportar los meses de tratamiento intensivo que tendría por delante. ¿Iba a pasar su último tiempo en el hospital? No, por supuesto que no lo haría.

—Pero señor...

—Entre más rápido muera mejor, no quiero ser una carga para mi familia —musitó mientras comenzaba a tener espasmos debido al llanto—. Estará bien con que me recete algo para los dolores en los huesos.

—Bien, si es lo que usted desea.

—Es lo que deseo —contestó con voz quebrada.

Luego de haber salido del hospital comenzó a caminar hacia ningún lado en específico, no tenía deseos de regresar a su solitario apartamento, y tampoco tenía el valor para darle la cara a sus padres ahora.

Caminó sin sentido hasta encontrar un parque con un pequeño lago, todo estaba rodeado de árboles, algunas parejas se encontraban conversando y riendo, todo el lugar era colorido y alegre, algo que distaba mucho del paisaje gris que era su vida en esos momentos.

Se sentó frente al lago, pensando en su vida y dejando las lágrimas brotar nuevamente. Llorando a mares y descargando su dolor, lo peor es que ni siquiera podía desahogarse con alguien ya que la única persona en la que confiaba, Kim Taehyung, su mejor amigo, se encontraba visitando a su familia en Daegu.

—Es bastante patético ver a un chico tan lindo llorando así —alzó la mirada observando a un chico de cabello castaño, ojos pequeños de color azul marino y labios pomposos, piel blanca y de unos 1.75 de altura.

Frunció el ceño molesto por lo que acababa de decir.

—No lo tomes a mal, solo que nadie merece tus lágrimas ¿sabes? Aunque ahora creas que vas a morir todo estará bien —le sonrió.

—Si hallas la cura para el cáncer puedes avisarme —espetó de forma fría, molesto por la interrupción del chico, él solo quería desahogarse en paz.

El castaño abrió los ojos en demasía, sorprendido por la respuesta que le había dado el lindo chico que llamó su atención.

—Yo...per-perdón, asumí que era por algui...

—Solo déjame en paz ¿sí? Me acaban de dar la noticia y no estoy de humor —murmuró centrándose en la brillante y cristalina agua del lago, que reflejaba los rayos del sol.

—Puedo hacerte compañía si quieres, dicen que no hay nada mejor que hablar de lo que nos aflige con extraños.

—Jeon Jungkook —dijo, y al ver la cara confundida del chico se aclaró la garganta y volvió a hablar—, mi nombre, me llamo Jungkook

—Ah, yo me llamo Park Jimin, tengo 26 ¿y tú?

—24

El castaño tragó saliva sintiéndose algo triste de pronto ¿cómo era posible qué un chico de solo 24 años tuviera tal enfermedad?

—Y...¿que tipo de cáncer es exactamente? —preguntó en voz baja sentándose a su lado.

—Leucemia

—¡Pero no es tan malo! Un tío de mi mejor amigo también tenía leucemia y ahora está bien —dijo sonriendo, pensando en que el chico se pondría bien en unos meses.

Que ingenuo.

Solo asintió, no queriendo decir que la de él tenía muy mal pronóstico y que solo le daban aproximadamente tres meses de vida.

—Te pondrás bien, ya no llores —algo atrevido, se acercó y pasó sus manos por las mejillas del pelinegro, borrando las lágrimas que había derramado antes—. Te ves feo llorando, de seguro una sonrisa se ve mejor en tu rostro.

—¿Me estás coqueteando? —preguntó con una ceja alzada, el tierno chico frente a él lo estaba haciendo olvidarse por unos momentos de la triste noticia que le habían dado.

—Se supone que por eso vine en primer lugar, me pareciste un chico muy lindo, y quería conocerte— sonrió haciendo que en sus ojitos se formaran dos media lunas.

Rió un poco negando con la cabeza.

—Eres bastante directo

—Digamos que me gusta conseguir todo lo que quiero.

—¿Y qué es lo qué quieres?

—Es obvio, en un mes ya me estarás diciendo novio —dijo en tono seguro causando una fuerte carcajada en el pelinegro, en verdad le atraía el chico.

Carcajada que desapareció de pronto al darse cuenta de las cosas, él no podía tener una pareja ahora ¿de qué servía? En unos pocos meses morirá y solo haría sufrir a esa persona.

—No soy de tener pareja, no me gustan las relaciones —mintió, diciendo todo con un tono muy serio.

—Eso es porque no habías conocido a Park Jimin —aseguró.

—Si, lo que tú digas —se puso de pie, sacudiendo sus jeans—, tengo que irme, fue un gusto, Jimin.

—¡Espera! ¿Pero no me darás tu número siquiera? —preguntó poniéndose de pie también.

—Mejor no, lo más probable es que no volvamos a vernos.

—Pero...

—Adiós— se dió la vuelta y comenzó a caminar rumbo a casa de sus padres.

En el camino solo iba pensado en la mejor forma de darles la noticia, no les daría tantos detalles, solo iría al punto.

Al llegar fue recibido por el abrazo de su madre y un apretón de manos junto a un beso en la frente de su padre.
Jeon Jungkook se sentía el más afortunado en esos momentos, porque si había algo que podía asegurar era que sus padres habían sido muy amorosos con el toda su vida.

—¡Ya llegué! —exclamó su hermano mayor entrando por la puerta principal—. Jungkook me dijo que tenía que darnos una noticia, espero y sea que por fin se consiguió un chico lindo —rió revolviendo los cabellos de su hermano menor.

Si, sus padres y su hermano sabían que le gustaban los chicos, se los dijo cuando sólo tenía quince años, sus padres no lo aceptaron al momento, pero siempre intentaron comprenderlo.

Los tres tomaron asiento viendo expectantes a Jungkook, quien solo suspiró y se decidió a hablar.

—Mamá, papá, Jin...tengo cáncer —la casa se sumió en un profundo silencio hasta que la risa nerviosa de su hermano lo rompió.

—¿Pero qué dices Jungkookie? No se bromea con esas cosas —dijo aún riendo, pero sintiendo sus ojos cristalizarse.

—No es broma hyung, me detectaron una leucemia....en etapa terminal.

Al instante su madre rompió en llanto siendo abrazada por su hermano, mientras su padre se acercaba a él, abrazándolo fuerte entre sus brazos, mientras de sus ojos salían un montón de lágrimas.

—Pero...¿por qué no nos dijiste nada? —su madre sorbió su nariz y lo miró—. Si nos lo hubieras dicho antes ahora tal vez podría haber alguna solución.

—Mamá los síntomas comenzaron hace solo cuatro meses atrás, no dije nada porque un doctor me dijo que sólo era anemia y me recetó unos antibióticos para la fiebre que tenía, pero cuando empecé a empeorar decidí ver a otro doctor y el fue quien me dijo todo hoy en la mañana.

—¿Qué tratamiento te dijeron qué debías hacer? Vamos a buscar al mejor especialista para que...

—Papá basta, solo me dieron tres meses de vida

—¡No! ¡Mi pequeño no! ¿Por qué?! —su madre se tapó la cara llorando con fuerza, Jungkook solo dejó que silenciosas lágrimas salieran de sus ojos mientras era abrazado por sus padres y hermano.

Ese día fue uno de los peores de la vida para la familia Jeon, ya que la noticia de que perderían al más pequeño de la casa era un duro golpe para todos, principalmente para el hermano mayor, que perdía a su pequeño confidente de travesuras.

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