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𓆩♡𓆪 reason three.

2019, Noviembre 04.
Corea del Sur, Seúl.

Mientras que el grupo se enfrascaba en un debate apasionado sobre nuestros planes futuros, mi atención se veía irremediablemente atraída hacia la pequeña y encantadora Han Micha. No importaba cuánto intentara centrarme en la conversación, mis faroles marrones seguían volviendo a ella, como si estuvieran siendo atraídos por un imán invisible. De repente, la voz de su hermano gemelo interrumpió el flujo de mis pensamientos. Con un entusiasmo contagioso, anunció que su hermana nos ayudaría con la ambientación de nuestro cortometraje, gracias a su formación en diseño de interiores. Supuse que la noticia tomó a la misma Micha por sorpresa, ya que nos observó a todos con ojos como platos y una expresión de incredulidad en su rostro. Incluso giró hacia Jisung.

—Oye..., podrías haberme avisado primero, ¿no...?—protestó con una voz suave, casi un murmullo. Pero su hermano simplemente respondió con una risotada.—Claro, no tengo problema.—correspondió sintiéndose obligada ante la presión social que le acabó por hacer su hermano Jisung, con una sonrisa resignada.

Sin embargo, después lanzó una mirada fulminante a su hermano. Era una mirada que decía claramente que tendrían una larga charla sobre esto más tarde. Y no sería una conversación amigable, al menos para su hermano. A los demás nos pareció un gesto gracioso, por lo que cada uno volvió a sus propias actividades, sabiendo que al día siguiente nos reuniríamos para abordar este proyecto con más detalle.

A despecho de que me dirigía a mi hogar, era incapaz de eliminar la sonrisa embelesada que se había apoderado de mis facciones cada vez que el rostro angelical de Micha se colaba en mis pensamientos. Estaba convencido de que era un sentimiento que debía evitar, pero mis sueños no colaboraban en absoluto, ni tampoco las diez razones que planeé para persuadir a las personas de ello. Sin embargo, al alzar la vista, vi a mi inseparable amigo Felix atravesando la calle. De inmediato, mi sonrisa se desvaneció. Supuse que él sería el recordatorio constante de que no era prudente albergar sentimientos por esa chica. Estaba completamente seguro de que debía erradicarla de mi mente lo antes posible, antes de que estos sentimientos se arraigaran aún más.

Lee Felix, con su cabello largo y rubio resplandeciendo bajo el sol, no dudó en saludarme al cruzar la calle. A su lado se encontraba un muchacho que no reconocía en lo absoluto, pero que de igual forma me saludó por cortesía, lo mismo que yo hice a su vez.

—Hyung, parece que hoy concluiste temprano en la universidad.—observó Felix, frunciendo el ceño mientras introducía las manos en los bolsillos de su uniforme.

—Sí, solo tuvimos una reunión para un nuevo proyecto.—respondí, esforzándome por mantener mi tono de voz neutro.

—Yo también tengo uno, y es con algunos estudiantes de la Universidad de Hanseo. Escuché que algunos compañeros de la Universidad Avanzada de Yeouido estarán colaborando en la tuya tambien.

Asentí en respuesta, mi mirada oscilaba entre el suelo y los fanales de mi mejor amigo. No quería desvelar exactamente quiénes eran las personas con las que estaríamos trabajando en aquel proyecto que yo no quería saber nada. Aunque Felix me aseguró que no le importaba en lo absoluto que estuviera cerca de su exnovia Han Micha, sabía que era una idea nefasta que mi cabeza esté creando esos escenarios. Pude notar que el chico golpeó suavemente del hombro de mi amigo para indicarle algo, suponía que era la forma de decirle de que era momento de que se vayan.

—Bueno, hyung, debemos irnos.—confesó Lee Felix, rompiendo el silencio que se instaló entre nosotros.

—¡Por supuesto!—respondí, rascándome la nuca nerviosamente. Cerré los ojos por un instante, reconociendo que les estaba quitando un valioso tiempo de estudio.—No les robaré ni un minuto más, vayan a hacer lo suyo, chicos. ¡Estudien duro!

—¡Gracias, Minho hyung!

Felix saludó con entusiasmo, agitando su brazo en el aire en una despedida animada. En ese momento, me di cuenta de que Felix podría ser el protagonista de cualquier anime, serie de televisión o película. Porque siempre era él mismo, constantemente brillaba, independientemente del entorno. Y eso me llevó a preguntarme cómo un hombre que irradiaba tanta felicidad podía ser tan diferente cuando estaba con su ex pareja. Eso sencillamente me hizo comprender aún más el profundo resentimiento que mi amigo tenía hacia Han Micha.

Y también me dejó con la curiosidad de entender por qué Han Jisung preferiría que su hermana saliera conmigo y no con mi mejor amigo. Eso sugería que había algo más en juego, algo que Lee Felix nunca ha mencionado, o al menos a mí. Decidí dejar de lado esos pensamientos y dirigirme a mi apartamento debido a que no quería involucrarme demasiado con respecto a la antigua relación del rubio. Ya que ahora mismo tenía unos gatos que necesitaban ser alimentados, recibir agua y muchísimo cariño, y que seguramente estarían esperándome ansiosos.

2019, Noviembre 05.
Corea del Sur, Seúl.

Segundo día consecutivo en que la veía seguidamente, estaba muy claro que lo disimulaba de una muy buena forma y me gustaría que ella crea lo mismo. Ahora, todos nos encontrábamos en el amplio salón de teatro, con su escenario de madera oscurecida por el tiempo y las luces colgantes que le daban un aire de misterio. Hyunjin se hallaba sentado en el escenario, con una mirada concentrada, tratando de coordinar y dar forma a todo lo que íbamos a hacer con respecto al proyecto. Sin embargo, sus planes meticulosamente trazados fueron interrumpidos por la inesperada presencia de Kim Seungmin, quien irrumpió en la sala con una idea completamente diferente en mente.

Conocía bien a Hwang Hyunjin, al chico de metro ochenta y algo, con su porte seguro y su mirada desafiante. Estaba completamente seguro de que no le había agradado en absoluto que su compañero le hubiera trastocado los planes. Este proyecto parecía ser de suma importancia para ambos, y por cómo se estaban desarrollando las cosas, era evidente que alguien debía intervenir.

No obstante, todos estábamos de acuerdo en que cualquier palabra mal elegida que saliera de nuestras bocas podría ser el detonante de una confrontación verbal entre los dos. Fue entonces cuando Jisung, con su cabello bien firme y su actitud despreocupada, se levantó de su asiento bordo que formaba parte del teatro. Con un paso decidido y seguro, se subió al escenario, eclipsando a ambos y captando la atención del resto del grupo. Comenzó a exponer una idea que dejó a los mismos directores del proyecto asombrados, pero parecía que faltaba un elemento vital en su propuesta. Eso lo hizo evidente al dirigir una mirada cargada de significado hacia su hermana, una mirada que reconocí del día anterior, cargada de expectativas y un brillo travieso.

—¿Por qué este tonto me está viendo de esa manera...?—escuché la voz de Han Micha, quien gradualmente comenzó a deslizarse sobre el asiento carmesí. En un desesperado intento de que el resto del equipo dejara de mirarla de esa forma.

—Nos hace falta la protagonista femenina.

—¡No!—Micha rápidamente elevó la voz, apuntando a su hermano con su dedo índice.—No soy parte de este proyecto, Jisung, acepté ayer porque me presionaste y no tenía otra opción. Pero ser parte por completo y visiblemente, ya es demasiado. Además, ni siquiera estudio arte—nos miró a todos—. Esos créditos deberían ser para el resto del equipo, yo no ganaría nada siendo parte del cortometraje.

—Han Micha, la idea de tu hermano es brillante. Tal vez tú no ganas nada haciendo esto,—empezó a decir Hyunjin.—pero nos ayudarías enormemente si lo haces. Los que estamos aquí, solo uno está estudiando actuación, el resto queremos ser directores de cine o, incluso, puedo llegar a decir que quieren hacer algo diferente con respecto al arte, pero actores jamás.—sus ojos se abrieron enormes, en señal de ironía. Eso me ofendió.—Así que... Si tú nos echas una mano con esto, te aseguro que tendrás nuestro respaldo en el futuro, si es que realmente lo necesitas.

Las palabras de mi amigo Hyunjin me dejaron estupefacto, ya que nunca lo he considerado una fuente de sabiduría. Por lo general, él acudía a mí en busca de orientación, no al revés. Sin embargo, cuando terminó de pronunciar esas palabras, cada uno de los hombres del grupo dijo algo. Ahora, sus miradas penetrantes están sobre mí, esperando que yo dijera algo para persuadir a la chica de que no abandonara nuestro grupo. No obstante, me sentía algo molesto con Hwang por haber enfatizado que yo era el único ingenuo persiguiendo esa carrera.

—Bueno...—fruncí el ceño, completamente desconcertado. No sabía qué decir para convencer a Micha de quedarse.—Yo soy el único insensato que está estudiando actuación.

Ella soltó una risa que revolvió mi estómago, logrando que una sonrisa tímida se dibujara en mis labios. Han Micha, al final, decidió unirse a nosotros. Iba a ser una de las protagonistas, lo que la tenía bastante nerviosa ya que no tenía ni idea de lo que implicaba la actuación ni de cómo debía comportarse. Por esto mismo, los chicos me encargaron la tarea de explicarle los aspectos más importantes de la actuación. Creo que fue por eso que nos encontramos almorzando en la cafetería al aire libre, uno de los espacios que ofrece la universidad.

Esta zona de la facultad es un lugar acogedor, rodeado de árboles desnudos y mesas de madera dispersas por el césped, cubierto por una fina capa de escarcha del invierno que se acercaba.

Nos sentamos en una mesa al final del patio, alejados de los pocos estudiantes que comían aquí. La mesa estaba bajo la sombra de un gran árbol de cerezo. Sus ramas, ahora desnudas, se extendían hacia el cielo invernal, y aunque las flores rosadas ya no están, la belleza austera del árbol desnudo tenía su propio encanto. El viento frío soplaba suavemente, haciendo que las pocas hojas restantes crujieran, creando un ambiente tranquilo y relajado.

Estábamos bajo un techo que parecía una carpa, protegiéndonos del frío que se intensificaba. Las luces colgantes de la carpa emitían un brillo cálido que contrastaba con el frío del exterior y creaba una atmósfera acogedora. Había una variedad de platos humeantes frente a nosotros, cada uno reflejando nuestras preferencias culinarias. Yo opté por un bocadillo de pollo caliente con una ensalada fresca al lado, mientras que Han Micha eligió un bol de ramen humeante con abundantes vegetales y trozos de carne de cerdo.

Mientras comíamos, comenzamos a hablar sobre el proyecto y la actuación. Ella parecía un poco nerviosa, jugueteando con sus palillos, entre que escuchaba. Le expliqué sobre la importancia de la expresión corporal y facial, cómo cada gesto y mirada podía transmitir un mensaje al público. Hablamos sobre cómo entender al personaje y cómo representarlo de manera auténtica, tanto que la comida se convirtió en una mezcla de sabores y conversaciones, cada bocado acompañado de risas y discusiones.

—Entiendo que puedas estar nerviosa.—comencé, haciendo fricción con mis manos, para calentarlas.—La actuación puede parecer intimidante al principio, pero realmente es una forma de expresión, como pintar un cuadro o escribir una canción.

Ella dejó de jugar con sus palillos y me miró, sus ojos reflejaban una mezcla de nerviosismo y curiosidad. Empero, de todas formas podía ver que de a poco se estaba sintiendo cómoda con todo esto.

—Lo más importante de la actuación, es entender a tu personaje. Tienes que conocer sus motivaciones, sus miedos, sus deseos. Tienes que ser capaz de ponerte en sus zapatos y ver el mundo a través de sus ojos.—Micha asintió lentamente, parecía estar procesando la información.—Y recuerda, cada gesto, cada mirada, cada palabra, todo comunica algo. Así que, cuando estés actuando, no solo digas las palabras, vívelas. Haz que cada gesto y cada mirada cuenten.

Hubo un breve silencio mientras Han Micha asimilaba lo que le había dicho. Luego, con una determinación recién encontrada en sus fanales oscuros, asintió. De nuevo, apretando con fuerza los palillos que se iban a dirigir a su plato de comida, los cuales apenas ha tocado.

—Lo intentaré, Lee Minho. Gracias por los consejos.—dijo, y aunque su voz temblaba un poco, pude notar que se encontraba dispuesta a dar lo mejor de sí.

Le sonreí, un destello de orgullo y expectativa iluminando mis ojos por lo que el futuro podría traer. Sabía que Micha tenía el potencial para destacar, simplemente necesitaba un poco de orientación y, sobre todo, confianza en sí misma. No obstante, era completamente comprensible su inseguridad y ansiedad, ya que este era un territorio completamente desconocido para ella.

Por lo que yo sabía, Micha no era una estudiante de arte sino de diseño. Su mundo giraba en torno a las líneas y formas, a los colores y texturas, a la creación de ambientes y espacios. Originalmente, su papel en nuestro proyecto era ayudarnos a ambientar cada escena del cortometraje que estábamos planeando. Ella iba a ser la que transformaría nuestras ideas en realidad tangible, la que daría vida a nuestros conceptos con su habilidad para el diseño.

Empero, gracias a su hermano, ahora se encontraba en una situación completamente nueva. Tenía que aprender en pocos días lo que significaba ser actriz, tenía que sumergirse en un papel y dar vida a un personaje. Tenía que aprender a proyectar emociones y pensamientos no solo a través de sus palabras, sino también a través de su lenguaje corporal y sus expresiones faciales. Era un desafío enorme, sin duda, y su nerviosismo era más que justificado. Pero a pesar de todo, hay una chispa en sus ojos, una determinación que me decía que estaba dispuesta a enfrentarse a este desafío sin importar qué. Y yo estaba allí para apoyarla en cada paso del camino.

2019, Noviembre 06.
Corea del Sur, Seúl.

Estaba sumido en mis pensamientos, reviviendo los sueños que había tenido la noche anterior. Eran sueños que prefería calificar como «horribles» en lugar de «excitantes», para mantener a raya mis propias emociones. Pero mi ensimismamiento se vio interrumpido cuando Seungmin apareció de repente a mi lado, agitando unos papeles blancos en el aire con un entusiasmo contagioso. Casi me sacó el corazón del susto, y tuve que hacer un esfuerzo consciente para no regañarlo por interrumpir mi introspección.

—¡Minho hyung! ¡Ya tenemos el guión!—exclamó Kim Seungmin, su voz resonando con orgullo y emoción. Observé cómo sus pasos se volvían más ligeros a medida que se acercaba a mí, su energía era prácticamente palpable.

—¿Tan rápido? Solamente ha pasado un día desde que esbozamos la idea del cortometraje.—comenté, sin poder ocultar mi sorpresa.

—Soy muy bueno escribiendo. Tienes que admitirlo.—respondió con una sonrisa traviesa. No pude evitar reír ante su confianza.

—Hoy nos reuniremos en el salón de teatro para mostrarles dónde grabaremos cada escena. Toma, lee el guión y dime qué te parece, ¿de acuerdo?—tomé el guión entre mis manos, prestándole completamente mi atención a las hojas y no al menor—Tengo que ir a buscar a los mellizos Han.—añadió, empezando a alejarse cada vez de mí.

Cuando tomé el guión de sus manos, sentí el peso de nuestras ideas y esfuerzos materializados en estas páginas. Mientras que Kim Seungmin se alejaba para buscar a los mellizos Han, me quedé allí, con el guión en las manos, listo para sumergirme en el mundo que estábamos a punto de crear. Me recosté contra la pared, permitiendo que el frío del ladrillo se filtrara a través de mi chaqueta de cuero, proporcionando un contrapunto refrescante a la ansiedad que bullía en mi interior. Con el guión en la mano, me dispuse a leer al menos la primera escena que íbamos a rodar. Pero cada escena que implicaba a la ex de mi mejor amigo parecía avivar una llama de temor en mi interior, temor de que mis sentimientos por ella se hicieran aún más fuertes.

A pesar de que las escenas que debíamos rodar juntos no eran particularmente románticas, no podía evitar que mi mente divagara hacia posibilidades y «qué pasaría si». Cada línea del diálogo, cada interacción, parecía estar cargada de un significado oculto, alimentando la incertidumbre que sentía. Me di cuenta de que estoy procrastinando, retrasando lo inevitable. Yacía evitando enfrentar la realidad de lo que está sucediendo, de lo que me encontraba sintiendo. Pasé las páginas de inmediato, mi corazón latiendo con un ritmo irregular mientras buscaba cualquier indicio de una escena de beso. Al no encontrar ninguna, solté un suspiro de alivio.

—Al menos no hay escenas de besos...—murmuré para mí mismo, una pequeña sonrisa de alivio se dibujó en mi rostro. Empero, incluso mientras decía las palabras, sabía que el problema no eran las escenas del guión, sino los sentimientos no expresados que yacían en mi corazón.—Carajo...

—¡Minho!

Giré la cabeza cuando escuché mi nombre en la voz de una jóven mujer. Entonces, la vi correr hacia mí, un par de planos enrollados en sus cálidas manos con un par de anillos decorados en sus dedos finos y largos. Por un momento, pareció que el mundo se ralentizaba, como si estuviera viendo una escena de una película. Ella se acercaba a mí, su sonrisa brillante y sus ojos llenos de emoción. Sacudí la cabeza disimuladamente para despejar mis pensamientos. No era el momento para soñar despierto.

—Kim Seungmin te estaba buscando y a tu hermano.—informé, ajustando mi bolso en mi hombro.

—Sí, estaba demasiado emocionado, así que cambié de camino—rio suavemente, extendiendo uno de los planos para mostrármelo—. Pero no se lo digas, por favor. Mira esto y dime qué te parece.

Asentí, esbozando una sonrisa tímida. No quería acercarme demasiado a ella, temiendo que el aroma de su perfume intensificara mis emociones confusas. No obstante, mientras yo intentaba mantener una cierta distancia, la mujer parecía no tener el mismo cuidado, acercándose cada vez más para que pudiera mirar el plano. Finalmente, su brazo rozó el mío. A través de la tela de nuestras ropas, pude sentir su calor, su energía. Pero no era el instante de callarme.

—Estás muy callado. ¿Está muy feo? ¿No te gusta?—preguntó, y antes de que pudiera responder, cerró el plano con tanta rapidez que temí que lo rompiera—. Demonios, tendré que hacerlo de nuevo.

La observé fruncir el ceño, su rostro reflejando su frustración y decepción. Quería decirle que no era así, que no había tenido tiempo de formar una opinión, pero las palabras parecían atascadas en mi garganta. En su lugar, simplemente la observé, perplejo por la intensidad de las emociones que estaba sintiendo.

—Y sigues sin decirme una sola palabra. Significa que de verdad está desproporcionado—se dijo a sí misma, asintiendo con la cabeza como si estuviera en un acuerdo silencioso con sus propios pensamientos—. Lo arreglaré, lo aseguro. ¡Si no le gusta a Minho, imagina lo que pensará Hyunjin! ¡Demonios!—exclamó una vez más para ella, sus palabras se fueron desvaneciendo a medida que se alejaba de mí.

Me quedé allí, en silencio, con los labios ligeramente abiertos. Las palabras de ella, su reacción, todo ocurrió tan rápido que apenas tuve tiempo de procesarlo. Mi mente se encontraba en blanco, tratando de poner en orden los pensamientos y las emociones que se agolpaban en mi cabeza. Por un lado, me sentía culpable. No fue mi intención hacerla sentir mal por su diseño. Por otro lado, estaba esa sensación persistente de alivio. Si ella estaba ocupada arreglando el plano, entonces eso significaba que tendría menos tiempo para pensar en mí, menos tiempo para acercarse.

Así que digamos que eso podría ser lo mejor para ambos. No obstante, a pesar de todo, no pude evitar sentir una punzada de decepción. Porque pese a mis miedos y dudas, una parte de mí había disfrutado de su cercanía, de su entusiasmo por querer compartir algo como eso conmigo. Y ahora, todo eso parecía estar desapareciendo. Tuve que salirme de mi telenovela mental para dirigirme a mi siguiente clase, porque al parecer, tenía que retomar atentamente las siguientes clases para poder hacerlo bien.

2019, Noviembre 06.
Corea del Sur, Seúl.

Con la información que uno de los directores del cortometraje me había proporcionado anteriormente, entré al salón de teatro para saber donde se iban a filmar las siguientes escenas. Mi entrada fue anunciada por el ruido distintivo de la puerta, atrayendo la atención de todos en la sala. Algunos de los directores y compañeros de grupo me saludaron con exclamaciones de bienvenida, lo que me arrancó una sonrisa y risa contagiosa.

Hyunjin, uno de los directores, comenzó a explicar los lugares donde se rodarían las diferentes escenas. Pero antes de eso, quería que los protagonistas ensayáramos nuestros diálogos. Así que, uno por uno, los miembros de mi grupo subieron al escenario para hacer su parte. Cuando llegó mi turno, subí al escenario junto a Micha. Nos sentamos juntos, preparándonos para recitar nuestros diálogos. Sin embargo, en ese momento, mi mente se quedó en blanco. No podía recordar las líneas, ni siquiera la escena.

—¡Corte!—gritó Kim Seungmin, uno de los directores.—Una vez más.

Y así lo hicimos, una y otra vez. Pero por más que lo intenté, no podía recordar los diálogos. No sé qué era lo que me estaba pasando, lo único que podía ver en mi mente era blanco, tenía la mente jodidamente en blanco. Eso era la razón del por qué no podía recordar los únicos diálogos que teníamos. Después del quinto intento fallido, bajé del escenario rápidamente, sintiéndome frustrado y estresado. Pude escuchar a los chicos del grupo hablando entre ellos, discutiendo si debían reemplazarme. Empero, los directores parecían seguros de que eso no era necesario. Entonces, escuché la voz de Micha.

—¡Oigan! No tomen una decisión precipitada—exclamó Micha, elevando su voz para hacerse oír por encima del murmullo de conversaciones. Parecía que nadie se estaba escuchando—. Esperen aquí.

Con esas palabras, ella bajó del escenario y comenzó a moverse hacia mí. Me he sentado en medio de las filas de asientos del teatro, por lo que pude verla correr por el pasillo y subir las escaleras para llegar hasta donde me encontraba. En ese momento, me sentía derrotado y no tenía ganas de hablar. Me sentía como un idiota, un inútil, un completo imbécil. Recordé las palabras de mi padre, advirtiéndome que seguir esta carrera podría ser un error.

Han Micha llegó hasta donde yo estaba y tomó asiento a mi izquierda, dejando una silla vacía entre nosotros. No dijo nada de inmediato, solamente se sentó allí, su presencia a mi lado sirviendo como un recordatorio silencioso de que no estaba solo en esto. A pesar de mi frustración y decepción, no pude evitar sentirme un poco reconfortado por su presencia a mi lado. Aunque no estuviera seguro de qué decir o hacer, al menos no estaba solo.

—¿Quieres decirme qué pasa?

—Me quedé en blanco. Arruiné el ensayo. ¿Entiendes eso, Micha?—respondí, mirándola a los ojos para que viera la frustración que sentía—¡Un ensayo!

Ella esbozó una media sonrisa, pero no era una sonrisa de alegría. Más bien, era una sonrisa de comprensión, una mueca apretada que decía que entendía cómo me sentía.

—Como sabrás, no tengo idea de lo que se siente actuar. Solo veo la actuación como decir palabras que alguien más escribió, y tengo que hacerlo si no quiero que mi hermano me mate—dijo, riendo suavemente. Yo también sonreí, a pesar de mi frustración—. Pero si me pongo en tu lugar, y cambio el escenario—levantó una ceja y me sonrió, haciendo un juego de palabras con su elección de carrera y su situación actual, lo que me hizo reír—, también me quedé en blanco varias veces, sobre todo cuando tenía que presentar mis diseños por primera vez. La presión de tener que mostrar algo que creé, algo que es tan personal y a la vez tan público, puede ser abrumadora.

—Entiendo lo que dices, Micha. Pero la diferencia es que tú creaste esos diseños, son tuyos. Estos diálogos...—dejé las palabras en el aire, incapaz de terminar la frase.

Micha se quedó en silencio un buen rato, su mirada fija en algún punto en la distancia. Alcé la vista para seguir su mirada y vi a Hyunjin y Seungmin observándonos desde lejos, esperando observar algún progreso.

—Cuéntame, Minho. ¿No puedes recordar los diálogos? ¿Ese es el problema, cierto?—preguntó, rompiendo el silencio. Asentí, jugueteando con el cierre de mi chaqueta.—Bien, entonces deberíamos hablar con los chicos. Podemos encontrar otra forma de ayudarte a memorizar tus diálogos. ¿Qué te parece?

—Suena... bien—admití, frunciendo el ceño—. Pero, ¿cómo haremos eso? No quiero complicarles las cosas a los chicos. Todos han trabajado duro para que este cortometraje salga bien, especialmente los directores.

Ella bajó la mirada, observando sus propias piernas cubiertas por los jeans anchos que solía usar. De repente, su teléfono sonó. Al abrir el mensaje, la luz de la pantalla iluminó su rostro. Cuando leyó lo que decía, me miró con una gran sonrisa.

—Lee Felix me ha dicho varias veces que te gusta el anime y leer mangas, ¿es verdad?

—Emh, sí... —afirmé nervioso. Digamos que oír el nombre de mi mejor amigo me ponía incómodo cada vez que estaba con ella.—Pero, ¿eso qué tiene que...?—comencé a responder, pero Micha me interrumpió.

—Tienes suerte de que soy ilustradora—informó, su sonrisa se ensanchó todavía más al ver mi reacción—. Puedo ilustrarte los diálogos, hacerlos más a tu gusto y quizás eso te puede ayudar.

Me quedé asombrado, sin palabras. ¿Estaba realmente dispuesta a hacer tanto por mí? ¿A usar su talento para ayudarme a superar este obstáculo? Su generosidad y su disposición a ayudar me dejaron sin palabras. Por un instante, sentí algo que no he sentido antes por ella, al menos no de ese modo. No estaba seguro de qué era, pero era cálido, reconfortante. Entonces, de repente, un aplauso resonó en el teatro. Los directores estaban aplaudiendo, asintiendo con aprobación a la idea de Han Micha. Al parecer, todos han dejado de hablar para escucharnos.

—¿Tú harías eso por mí...?

—¡Claro, Honnie! Me encantaría hacerlo. Además, ya he trabajado en un par de empresas de diseño gráfico, así que tengo bastante experiencia. Podría tenerlos listos para el lunes.—notificó Micha, su sonrisa nunca desvaneciéndose.

Sin embargo, lo único que tenía en mi cabeza ahora mismo fue el sonido de ponerme un apodo. Creo que en cualquier momento me daría un colapso mental, solo que tuve que deshacerme de esos sentimientos estúpidos cuando me percaté de quién era la mujer. Por demás de que mi corazón latía con esperanza. Tal vez, con la ayuda de Han Micha, podría superar este obstáculo después de todo.

2019, Noviembre 09.
Corea del Sur, Seúl.

Estaba completamente absorto en el manga que tenía entre mis manos, cada línea de diálogo y descripción de la escena alimentaba mi imaginación. Podía ver las escenas cobrando vida en mi mente y en la ilustración, los personajes moviéndose y hablando tal como estaba escrito en el papel. Está más que claro que después iría a agradecerle a Han Micha por haber hecho esto por mí, ya que su hermano me lo alcanzó hace media hora. No obstante, a medida que lo leía, un pensamiento seguía volviendo a mí, una preocupación que no podía ignorar: Han Micha.

Cada vez que su personaje aparecía en la escena, no podía evitar pensar en cómo sería trabajar con ella, en cómo nuestras interacciones podrían afectar los sentimientos que estaba tratando de suprimir. Cada escena parecía un desafío, un obstáculo que debía superar. Me hallaba tan inmerso en mis pensamientos y en el guión que apenas noté la presencia de las pocas personas que caminaban en la universidad.

—¿Un librito de amor?

—¡Ay, con una mierda!—exclamé, saltando del susto. Mi corazón latía con fuerza contra mi pecho, y apreté el pequeño manga con el guión contra mí como si fuera un escudo. Mi mano estaba presionada contra las hojas, todavía temblando por la sorpresa.

El chico que me asustó parecía fascinado por mi reacción, pero también pude ver una sonrisa perversa formándose en sus labios. Reconocí a Jung Wooyoung, un amigo con quien no me he juntado en varios días. Sabía que a veces iba a la casa de Lee Felix para estudiar o tomar algo, pero desde que había insinuado algo sobre mí y la ex de mi mejor amigo no habíamos tenido ninguna conversación.

No es que estuviera enfadado con Wooyoung por tener una opinión diferente a la mía. Lo que realmente me molestaba era que pensara que yo podría ser capaz de hacer algo inapropiado con Han Micha. Esa idea me había molestado, y aunque no estaba enfadado con Wooyoung, evité tener una conversación con él desde entonces. Ahora, aquí se encontraba, con esa sonrisa perversa en su colorida cara, sin dudas disfrutando de mi reacción repentina.

—¿Qué demonios, hyung...? ¿Un amor secreto que debe estar oculto?—indagó Wooyoung, una sonrisa juguetona en su rostro.

—No digas tonterías, Jung. Es un guión.—respondí, sintiendo cómo el oxígeno volvía a mis pulmones. Comenzamos a caminar juntos, dejando atrás el lugar donde había estado leyendo.—Me lo hicieron para que se me sea más fácil memorizármelo.

—¿Un guión de amor?—insistió, y no pude evitar fruncir el ceño. Wooyoung estaba comportándose de manera extraña, como si estuviéramos todavía en la secundaria. Si no lo conociera tan bien, diría que yacía tratando de probar algo.

Doblamos a la derecha, dirigiéndonos hacia mi próxima clase que se encontraba a punto de comenzar. Obviamente que no me iba a querer perder esas clases ahora mismo.

—Tengo un proyecto, no es lo que parece.—intenté explicar, pero Wooyoung parecía tener su propia opinión al respecto.

—Lixie me dijo lo mismo. Al parecer, es algo que los directores de estas universidades están haciendo—dijo con indiferencia—. No entiendo por qué quieren hacer trabajar juntos a sus estudiantes. Afortunadamente, a mí no me tocó hacer grupo con nadie.

Alcé una ceja ante su comentario. A veces, Jung Wooyoung podía ser increíblemente egocéntrico, creyendo que las cosas solo deberían hacerse a su manera. Mientras estaba distraído con sus palabras, Wooyoung tomó el cuaderno de mis manos sin pedir permiso y comenzó a leer.

—Eso se me hace familiar. Déjame ver.—demandó, pero cuando me percaté de lo que estaba haciendo le arrebaté el guión de las manos antes de que pudiera continuar.

—Jung.—advertí, molesto por su comportamiento.

Sin embargo, parecía que había leído lo suficiente para enfadarse. Pude observar cómo sus rasgos se endurecían, su mandíbula se tensaba y sus ojos se estrechaban en una mirada de frustración y enojo. Sus labios se apretaron en una línea delgada, y su cuerpo se puso rígido de un momento a otro.

—¿Es una puta broma, hyung? ¿Por qué estás tan cerca de Han Micha?—exclamó, su tono de voz cargada de incredulidad y enfado.—¿Sabes? Tal vez Felix cree que tú no eres capaz de quitarle a su exnovia, pero por los últimos días en que te he visto, creo que él debería pensarlo demasiado bien antes de meter las manos en el fuego por ti. Me largo.—notificó Wooyoung, su voz cargada de desdén y acusación.

Sus palabras me golpearon como un puñetazo en el estómago, dejándome sin aliento. Vi cómo Wooyoung se alejaba, dejándome solo con mis pensamientos y las palabras hirientes que acababa de decir.

En mi mente, resonó la tercera razón que creé para las personas que pensaban estar con la ex de sus mejores amigos: «La tercera razón es que puede causar un drama innecesario». Y en ese momento, me di cuenta de que quizás Jung Wooyoung tenía razón. Tal vez estaba jugando con fuego al considerar este proyecto, al permitir que mis sentimientos por Micha se entrelazaran con nuestro trabajo.

Un nudo se formó en mi estómago mientras consideraba las implicaciones de lo que acababa de suceder. ¿Estaba dispuesto a arriesgar mi amistad con Felix y la armonía de nuestro grupo por este proyecto? Mientras que estas preguntas giraban en mi cabeza, una sensación de certeza comenzó a asentarse en mi interior. Tenía que dejar este proyecto. Tenía que poner distancia entre Micha y yo, por el bien de todos los involucrados. Con un suspiro pesado, me dirigí a mi próxima clase, mi mente llena de pensamientos y preocupaciones.

BROOKS'S NOTE !! 🧋🦋🌿

¡HOLA! Ahre por qué gritaba djkd.

Acá vengo con el tercer capítulo, me gustaría saber qué es lo que piensan de la historia y cómo está yendo para ustedes. ¡Me gustaría saber si les gusta! ♡

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