𓆩♡𓆪 reason six.
2019, Noviembre 16.
Corea del Sur, Seúl.
Seguí la mirada de Lee Minho, dándome cuenta de que mi exnovio, Lee Felix, yacía parado en una esquina de la universidad junto a otro chico que había visto pocas veces en las fiestas de Felix.
Por la forma en que se saludaba con Hwang Hyunjin, supuse que debía ser uno de sus amigos. Sin embargo, lo que realmente me desconcertaba era la forma en que Minho está mirando a su mejor amigo. Hay algo en su mirada que no podía descifrar. No obstante, decidí que no debía importarme. Después de todo, Felix y yo habíamos terminado, y lo que le pasara ya no debía afectarme. Así que, una vez que terminé de grabar mis escenas, me despedí de mis compañeros del proyecto de mi hermano y me dirigí a casa. A la salida de la universidad, uno de mis mejores amigos, Seo Changbin, me está esperando con los brazos abiertos. Corrí hacia él y me alzó en sus brazos, dándome un par de vueltas en el aire.
—¡Has vuelto, Binnie!—exclamé, emocionada. Cuando me bajó, le reclamé.—¿Por qué no me avisaste? ¡Al menos te hubiera esperado en la estación!
—Oye...—murmuró Changbin, quitando mis manos de su pecho con un apretón suave.—Te has vuelto más fuerte, ¿no ves que me estás lastimando?—bromeó, lo que provocó que lo golpeara con más fuerza.—¡Auh! ¡Eso sí me dolió, violenta!
Reí a carcajadas, porque había extrañado mucho a Changbin. Me indicó que subiera a su auto y así lo hice. Luego, fuimos a buscar al resto de nuestros amigos para pasar el día juntos en un café, poniéndonos al día de todo lo que ha sucedido desde que Changbin tuvo que volver a Yongin debido a la grave enfermedad de su padre. Estuvo ausente durante un par de meses, ayudando a su madre y a su hermana con asuntos importantes de su familia, y hay muchísimas cosas que contarnos.
—¿Y si mejor hablamos de la acosadora de Bang Chan?—rio Soobin, ocasionando que la mayoría comience a reírse en la mesa. El ambiente estaba lleno de risas y bromas, pero yo me sentía un poco fuera de lugar, sin entender de qué estaban hablando.
—Veo que me perdí de mucho. ¿Qué sucede con la acosadora de Bang Chan?
Chan ante la pregunta de Changbin, trató de calmar las risas de sus dos amigos, movió sus manos en un gesto tranquilizador y explicó. Porque ni siquiera yo estaba al tanto de aquella información.
—No es nada importante. Solo es alguien amable, nada más que eso. Además, le dejé en claro que no era mi tipo de chica.
Intrigada, le pregunté.
—¿Y ella lo comprendió?
Bang Chan, en un intento de ser gracioso, hizo un comentario que sencillamente logró aumentar mi mal humor en este día.
—Igual que tú cuando pensabas que Felix iba a cambiar—dijo, soltando una risa. Mi molestia creció y, sin pensarlo dos veces, agarré una servilleta que estaba en la mesa y se la lancé.—No te enojes, chiquita.—demandó, tratando de calmar la situación.
—Chiquita tus huevos.
Mi respuesta fue instantánea y directa, y el comentario provocó que la mesa estallara en risas. El ambiente se volvió más relajado y la tensión en nosotros se disipó por completo. Aunque a veces mis amigos podían ser unos tontos apáticos, no podía negar que disfrutaba de estar con ellos, compartiendo momentos divertidos y creando recuerdos inolvidables.
Continuamos disfrutando de nuestra tarde en el café, riendo y charlando animadamente. Pasaron alrededor de treinta minutos antes de decidir que era hora de irnos. Acordamos dirigirnos a la casa de Lim Chael para terminar el día juntos. Empero, yo sabía que tenía que irme temprano, ya que tenía un examen importante al día siguiente y necesitaba estudiar. Me despedí de mis amigos con la promesa de reunirnos nuevamente pronto, al menos antes de que Changbin deba de irse, y me dirigí a casa para prepararme para el desafío académico que me esperaba al día siguiente. Simplemente esperaba que me vaya bien.
Apenas entré a casa, me encontré con la noticia de que nos iríamos a Malasia de vacaciones por un mes entero. Mi hermano y yo comenzamos a protestar inmediatamente, ya que era demasiado tiempo para pasar con la familia de nuestra madre, quienes, digamos, no eran las personas más agradables del planeta. Solamente que no nos quedó más remedio que aceptarlo. Le dije a mi hermano mellizo que le tenía que informar a sus compañeros del proyecto, debido a que se suponía que aprovecharíamos las vacaciones para terminar el cortometraje, pero con esta noticia las cosas iban a tener que cambiar.
—¿Vas a lo del señor Cho?—me preguntó Jisung, asomándose por la esquina de mi puerta. Vestía con toda su ropa negra y abrigada, y en sus ojos se podía ver que estaba buscando algo.
—Sí, tengo que estudiar.—aclaré, juntando mis libros en mi bolso para salir de mi habitación.
—¿Te llevo?
—No te compraré un Bubble Tea, Han Jisung.—le respondí, sabiendo que esa era probablemente su verdadera intención. Él borra su sonrisa y eso hace que sonría ante su intento de sacarme una bebida gratis.—Ahora llévame...
—¡No!—contestó, dándose la vuelta y caminando por el pasillo como si nada.
Justo en ese instante, nuestra madre subía las escaleras con una canasta de ropa limpia y seca. No dudé un segundo en decirle que su hijito se negaba a llevarme al mercado de convivencia, donde planeaba estudiar mientras comía para concentrarme mejor. A Jisung no le quedó más remedio que llevarme después del grito de mamá, y nos subimos a su flamante BMW Serie 3 de color negro. El auto, con su elegante diseño y suave conducción, era el orgullo de Han Jisung. Aunque a veces se quejaba de tener que llevarme a lugares, sabía que en realidad disfrutaba de cada oportunidad para conducir su preciado vehículo. Nos pusimos en marcha, dejando atrás nuestra casa y dirigiéndonos al establecimiento.
Cuando habíamos llegado me dejó en claro que iba a aprovechar en ir a nuestra universidad para decirle a los chicos del grupo la noticia, ya que ellos todavía se encontraban grabando, y que dentro de dos horas iba a venir por mí para llevarme a la casa. Una vez que entré a la tienda, saludé al señor Cho con una sonrisa amigable, como solía hacer siempre. Recorrí los estantes y seleccioné una refrescante bebida de limón y pedí un tazón de ramen, mi comida favorita. Después de pagar, me dirigí a la zona de asientos, eligiendo uno de los altos taburetes que están frente a las amplias ventanas del establecimiento.
Desde allí, tenía una vista panorámica de la relajada calle, podía disfrutar del ir y venir de la gente mientras saboreaba mis alimentos. El bullicio de la ciudad se convertía en un agradable ruido de fondo mientras me sumergía en mis estudios. Desempaqué mis libros y apuntes, extendiéndolos sobre la mesa. Entonces, la aparición del señor Cho con el plato de comida que había pedido se hizo presente, le agradecí y el aroma del ramen recién hecho flotaba en el aire, mezclándose con el olor a papel y tinta de mis libros.
Comencé a leer, intercalando cada párrafo con un bocado de ramen o un sorbo de mi bebida. El sabor salado del ramen y el sabor cítrico de la bebida de limón eran el complemento perfecto para mi sesión de estudio. La combinación de la comida deliciosa, el ambiente acogedor y la vista agradable desde la ventana creaba un ambiente de estudio perfecto. Luego de dos horas de estudio, me sentía segura y preparada. Empecé a guardar mis pertenencias, pero justo en ese entonces, observé a dos hombres acercándose a la tienda. Mis ojos se detuvieron en el rubio familiar, mi exnovio.
Un torbellino de nervios se apoderó de mí, y por un momento, me quedé paralizada. Fruncí el ceño, dándome cuenta de que una vez más yacía dejando que la presencia de Lee Felix me afectara más de lo que debería. Así que respiré hondo, liberando todos mis nervios, e intenté comportarme con normalidad, como si nada hubiera pasado. Escuché cuando Felix entró a la tienda y compró dos helados. Cuando al fin salió, pude notar desde mi posición que está con su mejor amigo. Parecía que estaban teniendo una conversación bastante seria. Decidí que era hora de irme, por lo que recogí mis cosas y me dispuse a salir del establecimiento.
Aproveché el minuto en que un grupo de estudiantes también estaban abandonando la tienda para salir detrás de ellos, tratando de pasar desapercibida.
Sin embargo, justo cuando estoy a punto de salir, escuché algo que me detuvo en seco. Las palabras flotaban en el aire, como si estuvieran suspendidas en el tiempo. No podía ver a Felix ni a su amigo desde donde me hallaba, pero su voz era inconfundible. No podía entender todo lo que decía, pero las pocas palabras que logré captar me dejaron con una sensación de incertidumbre. Me quedé allí por un instante, tratando de procesar lo que he escuchado. Empero, finalmente, decidí que era mejor salir de allí y dejar atrás las emociones que la presencia de Lee Felix había despertado en mí.
2019, Noviembre 16.
Corea del Sur, Seúl.
Después de terminar mis escenas, me despedí brevemente de mis compañeros y me dirigí a mi mejor amigo. A medida que nos acercábamos al mercado de convivencia, el ambiente se volvía más animado, lleno de gente disfrutando de la tarde. Mi amigo me dijo que necesitaba comprar algunas cosas, así que me senté en el suelo de madera bajo un techado, buscando un lugar cómodo para descansar hasta que vuelva.
El techo tenía una abertura que funcionaba como una especie de ventana, permitiendo que la nieve cayera suavemente desde arriba. Observé fascinado cómo los copos de nieve se posaban en la ventana, creando un paisaje mágico. Empero, mi atención fue rápidamente desviada cuando recordé el golpe que me habían dado en la cara durante la locura de Jung Wooyoung. Un fuerte ardor se extendió por mi mejilla, haciendo que no pudiera evitar una mueca de dolor.
En ese momento, Felix se sentó a mi derecha. Lo vi con una bolsa colgando de sus manos, lo cual me hizo sentir un poco nervioso. Estaba más que consciente de que él presenció la escena que tuve con su exnovia, y no sabía cómo reaccionaría. Intenté disimular mi incomodidad, sencillamente que no pude evitar sentir una tensión en el aire. El silencio entre nosotros era incómodo, y esperaba que el pecoso iniciara la conversación. Mientras tanto, mi mirada se desviaron hacia la nieve que seguía cayendo lentamente, tratando de encontrar algo de tranquilidad en ese instante. Deseaba que todo se resolviera de la mejor manera posible y también que nuestra amistad no se viera afectada por lo sucedido.
—¿Te gusta, no?
El sonido de su voz casual contrastaba con la extraña pregunta que me hizo. Me levanté del piso de madera, sorprendido por sus palabras, y lo miré con expresión de confusión.
—¿Qu-qué...?—balbuceé, incapaz de poder formular una respuesta clara. No sabía cómo responder a lo que acababa de decir.
Sin embargo, Lee Felix está ciertamente relajado, mientras que me miraba, las palmas de sus manos estaban reposadas a los extremos del suelo de madera en donde estábamos sentados. Cargando todo su peso en ambas manos, entre que movía la cabeza de un lado al otro.
—Ella te gusta. Eso se nota.—mencionó de repente. Y sabía que él sabía de quién me estaba hablando, pero yo no podía reaccionar.—Tenía dudas, pero nunca te dije nada. Es extraño, porque creí que... pondrías en práctica tus propias 10 razones.—dijo al final, mientras que extendía su mano hacia mi pecho, ofreciéndome un Bingsu de coco.
Aunque su gesto era amable, noté cierta brusquedad en su movimiento. No obstante, no pude formular una respuesta coherente en este momento, simplemente mordí el helado, mientras que pensaba en qué decirle. La confusión y la sorpresa llenaron el aire mientras ambos comíamos nuestros helados en silencio. No sabía cómo abordar la situación o qué decirle a Felix. Me sentía abrumado por sus palabras y por la revelación de que sabía sobre mis sentimientos hacia Han Micha, su ex. Así que sí, necesitaba tiempo para procesar todo y encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sentía.
Decidí que era mejor hablar con mi mejor amigo en otro momento, cuando estuviera más tranquilo y pudiera articular mis pensamientos de manera clara. Sabía que no tenía el derecho de elegir cuándo y en qué momento abordar el tema. No quería que nuestra amistad se viera afectada por esta situación, así que opté por dejarlo pasar por ahora y buscar el momento adecuado en el futuro. De todos modos, pude percibir que Felix tampoco consideraba importante hablar sobre eso, aun cuando de vez en cuando sentía la mirada de él en mí. Continuamos sentados en el suelo, disfrutando de nuestros helados en silencio.
La situación era desconcertante y mis pensamientos se agolpaban en mi mente. Así que tomé la decisión de que era importante mantener la calma y no dejar que esto afectara nuestra amistad. Sin embargo, de repente, Lee Felix se levantó del piso de madera con muchísima determinación y comenzó a caminar. Un nudo se formó en mi estómago, pensando que tal vez estaba muy enfadado conmigo. No pude apartar la mirada de él mientras caminaba, hasta que finalmente se detuvo y giró la cabeza sobre sus hombros.
—¿No vienes?—me preguntó, con una mirada de expectativa en sus ojos.
Obviamente que asentí, levantándome rápido, dejando mi helado a un lado, y me apresuré a alcanzar a mi mejor amigo. Al menos la tensión entre nosotros se disipó, y parecía que volvíamos a ser los mismos de siempre, sin ningún secreto en el medio.
Pero no podía negar que mientras nos dirigíamos hacia algún lugar, que suponía que sería su casa, mi cabeza se llenaba de miles de pensamientos sobre lo que podría suceder a partir de ahora. La incertidumbre y la anticipación se mezclaban en mi mente. Finalmente, habíamos llegado a su casa y comenzamos a hacer lo que siempre hacíamos cuando nos juntábamos en su hogar o en mi departamento. Mientras que estábamos jugando, noté que mi amigo giraba sus ojos hacia mí de vez en cuando, pero tanto que me hacía dirigir mi mirada a su rostro, esperando que me dijera lo que quería saber.
—Hyung...
—Dime.—contesté, presionando los botones del joystick, entre que luchaba por no perder la partida. No quería tener que empezar de nuevo.
Sencillamente que el incómodo silencio que se ha formado entre nosotros en su habitación me hizo darme cuenta de que Lee Felix no se encontraba bien. Decidí pausar el juego para poder prestarle toda mi atención. Parecía que yacía buscando la forma de expresar los problemas internos que tenía en este mismo momento, hasta que levantó sus luceros a los míos y dijo lo siguiente.
—Puedo comprender que te guste Han Micha, ¿a quién no, verdad?—rio suavemente, pero esta vez pude percibir que no estaba usando el sarcasmo para decir algo feo de su ex.—Pero puedo entender eso. Sin embargo, siempre y cuando no hagas nada para que ella lo sepa o para que corresponda a tus sentimientos, tú y yo estaremos bien. ¿No es así? Porque tu intención no es que ella lo sepa, ¿verdad?
En ese entonces, me di cuenta de que a Felix realmente le importaba lo que yo pudiera hacer con su exnovia. Moví mi cabeza en señal de afirmación, dejándole claro que no haría nada para que la muchacha de larga melena negra supiera que tenía sentimientos por ella. La conversación aclaró nuestras expectativas y había fortalecido nuestra amistad. Ambos estábamos comprometidos en proteger nuestra relación y evitar cualquier conflicto que pudiera surgir por mis sentimientos hacia Han Micha. Nos miramos el uno al otro, reconociendo la confianza y el entendimiento mutuos que hemos reafirmado ahora mismo. Juntos, estábamos decididos a seguir adelante, enfrentando cualquier desafío que se presentara, sabiendo que nuestra amistad era más importante que cualquier enamoramiento pasajero.
Mientras que jugábamos, mi mirada se desviaron del juego y quedaron perdidos en el horizonte de mis pensamientos. «Pasajero...» Esa palabra resonaba en mi mente constantemente, y anhelaba que mis sentimientos por ella fueran realmente efímeros, que no se arraigaran profundamente en mi corazón. Deseaba fervientemente que no estuviera enamorado de ella. En medio de la distracción, me di cuenta de que capaz tenía que esperar a que el proyecto que teníamos juntos llegara a su fin.
Quizás en este momento, mis sentimientos por ella podrían concluir de una vez por todas. Esa idea se aferró a mi mente, y comencé a imaginar cómo sería cuando finalmente pudiera dejar de luchar contra mis emociones y seguir adelante. Mientras tanto, intenté volver al juego, pero mi mente seguía divagando entre los momentos compartidos con ella y las posibilidades futuras. Me encontraba en un dilema interno, tratando de hallar una solución a mis sentimientos mientras disfrutaba de la compañía de mi mejor amigo. La esperanza se entrelazaban en mi corazón, sin embargo, tenía que pensar que lo más importante ahora mismo era mantener la amistad que tenía hace años con Lee Felix.
2020, Enero 08.
Corea del Sur, Seúl.
En noviembre 17 del año pasado, realizamos la última escena junto a Han Micha. Sabíamos que después no tendríamos que reunirnos hasta enero para hacer la siguiente toma, ya que las vacaciones habían llegado y los mellizos Han se iban de Corea del Sur a visitar a sus familiares. Esto significaba que no estarían disponibles durante ese tiempo.
Con el fin de las grabaciones, los días siguientes los pasé con mis amigos, y poco a poco las cosas volvieron a la normalidad. Incluso Jung Wooyoung se disculpó por haberme golpeado aquel día. El tiempo pasaba rápidamente, y una vez más me encontré caminando hacia el lugar de reunión con el resto del equipo del proyecto para hacer las últimas tomas. No obstante, ahora mismo seríamos solamente unos pocos reunidos en el sitio establecido, ya que el resto de los personajes ya han concluido con sus tomas. Como mi compañera de actuación se tuvo que ir, recién podríamos acabar con las últimas escenas para dar por finalizado el cortometraje que teníamos juntos.
—¡Lo siento! ¡Perdón por llegar tarde!
El sonido de una voz femenina gritando al fondo nos hizo girar la cabeza, y no podía creer lo que mis ojos están viendo. Parecía que Malasia transformó a Han Micha debido a que se ha vuelto aún más hermosa de lo que ya era. Su largo cabello negro, que antes le llegaba hasta la cintura, ahora estaba a la mitad de su espalda, con ondas delicadas en cada extremo. Por demás de que destacaban unas mechas blancas entre todo ese negro, aportando un toque de contraste y modernidad a su look.
Y no solo había cambiado su cabello. Su vestuario también experimentó una transformación. Llevaba un atuendo que era a la vez femenino y cómodo, que reflejaba su personalidad y estilo únicos. La combinación de su nueva apariencia y su encanto natural la hacía destacar todavía más, si eso era posible. Y no fui el único que se dio cuenta de eso. Porque uno de los chicos se quedó tan sorprendido que escupió su bebida, salpicándome.
—Oye...—mascullé enojado.
Lo miré mal, molesto por su reacción exagerada y para nada disimulada. Pero, por mucho que me molestara, no podía negar que compartía su sorpresa. Micha se veía completamente diferente, y no pude evitar sentirme impresionado y un poco desconcertado. La idea que tenía en mente de dejar de sentir cosas por ella una vez que termináramos con el cortometraje parecía haber sido contradicha. Aunque aún no hemos terminado de grabar las escenas, su ausencia de un mes en Corea se asemejaba mucho a la idea que tenía en mente en ese entonces. Comencé a darme cuenta de que tal vez no era solo un gusto físico o emocional pasajero lo que sentía por ella, sino que realmente me estoy enamorando de Han Micha.
—¿Llego muy tarde?—volvió a preguntar. Esta vez pude ver cómo su pecho subía y bajaba por haber estado corriendo.—Amh, ¿está todo bien, chicos? Carajos... Sabía que no debía cortarme el cabello, ¿eso arruina alguna toma de las grabaciones? Puedo ponerme un...—fue interrumpida.
—No, no. Está... Te queda bien.
—Oh... Gracias, Seungmin-ssi.—respondió ella, sonriendo tímidamente. Sus mejillas se han enrojecido, y eso me hizo sentir un nudo en el estómago.
Era una sensación muy extraña, como una mezcla de frustración y descontento. Algo en mi interior se retorcía al ver su interacción, y me di cuenta de que me encuentro experimentando una especie de malestar emocional. No era enojo, ni tristeza, sino algo más complicado. Era como si una pequeña parte de mí se sintiera amenazada, y no estoy demasiado seguro de cómo manejar esa sensación. Empero, una cosa está clara: estoy sintiendo celos, y eso simplemente confirmaba lo que ya sabía.
Me enamoré de Han Micha.
—¿Está todo bien, Minho?—indagó Micha, notando mi silencio desde que apareció. Su rostro reflejaba una preocupación genuina, y eso sirvió para aumentar mi malestar.—Hola, por cierto.
—Hola, Micha. Y sí, todo está más que bien.—respondí rápidamente, intentando ocultar mi turbación.—Solamente estaba pensando en las últimas escenas que tenemos que grabar hoy.
—Oh, entiendo.—dijo ella, pareciendo aliviada. Inició con sus pasos a mi lado.—Espero no haber causado ningún problema con mi nuevo look. Quería hacer algo nuevo, ya sabes, comenzar una etapa nueva.
—Comprendo, pero quédate tranquila. Si Seungmin te dijo que no pasa nada, es porque así mismo es, de todos modos, él es uno de los directores del cortometraje.—aseguré, intentando sonar convincente. Miré de vez en cuando el cómic.—De hecho, te queda muy bien.
Ella me sonrió, sus mejillas todavía rosadas, y algo dentro de mí se agitó. Me di cuenta de que tenía que alejarme de esa situación, de esos sentimientos que están empezando a abrumarme. Por demás de que le prometí a mi mejor amigo que no pasaría absolutamente nada con su exnovia, o que ella no se enteraría de mis sentimientos por su persona y era justo eso lo que haría.
—Bueno, deberíamos ponernos a trabajar.—recordé, cambiando rápidamente de tema.—Tenemos mucho que hacer hoy.
Con eso, me alejé, dejando a Micha con una expresión confusa en su faz. Sabía que tendría que enfrentar mis sentimientos por ella en algún momento, pero por ahora, todo lo que quería era concentrarme en las escenas que teníamos que grabar y evitar cualquier complicación emocional. Entonces, la voz de Kim Seungmin se hizo presente para anunciarnos las tomas que teníamos que hacer este mismo día, y en todo el trayecto había fingido demencia, como si la chica que tenía a mi lado era una desconocida, solamente que cuando estábamos descansando podía verla pasando un buen rato con el director y los celos me estaban carcomiendo por dentro.
«Relájate, relájate...»
Internamente, me repetía esas palabras y también que debía mantener la calma antes de que cometiera cualquier error. Mis dedos índices presionaban suavemente mis sienes, masajeándolas en un intento de aliviar la tensión. Con los párpados cerrados, trataba de contener las emociones que burbujeaban dentro de mí por esa mujer. Sin embargo, la sensación de una sombra proyectándose sobre mí me hizo abrir los ojos. Frente a mí estaba mi amigo Hyunjin, con una expresión seria en su rostro.
—¿Y a ti qué te pasa?
—Nada, me estoy relajando.—mentí, acomodándome en las gradas de la universidad. Hyunjin se sentó en el escalón justo debajo del mío.
—Las grabaciones ya terminaron, eres completamente libre. Nos volveremos a reunir en marzo para la toma final, pero como debe ser en primavera, lo dejamos hasta entonces.
—Estaremos justos de tiempo.—comenté, pensando en el apretado cronograma.
—Eso es lo que lo hace más emocionante—rio Hyunjin, acomodándose en el escalón.—Oí que todos están sorprendidos con la melliza Han.
—Así es.
Acerté, moviendo la cabeza en afirmación. Simplemente que en mi rostro hubo una representación evidente de que hablar de aquello no era lo que quería hacer ahora mismo, muchísimo menos con él. ¿Por qué? Bueno, él fue una de las personas que estuvo en desacuerdo con la decisión que tomé, ya que pensaba que Lee Felix no era una buena persona, que era una mala influencia y que no servía como amigo.
Sabía que Hwang ha dicho todas esas cosas por lo que había visto en la última fiesta que mi mejor amigo hizo en su nuevo departamento. En realidad, no lo veía de esa manera. Entendía perfectamente por qué era el blanco de las bromas y risas. Tal vez el hecho de que todos hicieran chistes sobre mi creciente interés por la exnovia de mi mejor amigo era el punto de diversión para mis amigos. Podía manejar eso. No me importaba que Hyunjin pensara que estaban ridiculizándome en lugar de ser cómicos conmigo. A pesar de sus comentarios y bromas, sabía que no hay malicia en sus acciones. Después de todo, éramos amigos y eso era lo que los amigos hacían: se burlaban el uno del otro, no obstante, sin herir a nadie.
—Hasta Seungmin.—agregó, y yo rodé los ojos ante ese comentario. Hyunjin soltó una risa.
—¿Qué es gracioso?
—Nada, Minho hyung, nada.—contestó el castaño de Hyunjin, todavía riendo.
Ignoré sus comentarios y risas, únicamente me concentré en la vista desde las gradas. Empero, mi tranquilidad no duró mucho. Pronto me hallé de vuelta a mi departamento, dejando atrás las risas y los comentarios de Hyunjim. Aun cuando intentaba evitar mis sentimientos por Han Micha, sabía que no podía huir de ellos para siempre. Y con la última toma del cortometraje acercándose, tendría que enfrentarlos más pronto que tarde.
2020, Enero 10.
Corea del Sur, Seúl.
Apenas pasaron dos días desde que terminamos las tomas del cortometraje y ya sentía que el aburrimiento me estaba consumiendo. Normalmente, nunca salía durante mis vacaciones, siempre me la pasaba estudiando o pasando tiempo con las personas con las que solía convivir en mi pasado. Sin embargo, esta vez, uno de mis mejores amigos, Soobin, tuvo la brillante idea de invitarme a un show que uno de sus amigos se encontraría dando esa noche.
Después de prepararme, maquillarme y elegir el atuendo perfecto para una noche en un bar, el sonido del claxon del auto de Soobin resonó fuera de mi casa. Me despedí de mis padres y subí al coche de mi amigo, lista para una noche de diversión. En el camino al bar, Choi Soobin y yo charlamos sobre todo lo que pasó en las largas semanas en las que estuve ausente. Fue agradable ponerme al día con él y sentir que, a pesar de mi ausencia, nuestra amistad seguía siendo sólida. Cuando llegamos al bar, un enorme letrero de neón rosa captó mi atención.
Parecía un lugar muy popular, ya que hay largas filas de personas esperando para entrar. Soobin tomó mi mano y nos acercamos a la entrada. Luego de una breve conversación con los de seguridad, nos dejaron pasar. Nos dirigimos al escenario y nos sentamos en una de las primeras mesas redondas disponibles que estaban repartidas por todo el espacio. El sitio estaba lleno de energía, con la música de fondo y las risas y conversaciones de los demás clientes llenando el aire. Minutos después, las luces del escenario comenzaron a encenderse, anunciando el comienzo del show. La anticipación en la sala era palpable, y no pude evitar sentir una emoción similar. Me encontraba lista para disfrutar de la música, la compañía de mi amigo y la atmósfera vibrante del bar.
Era una bienvenida distracción de mi rutina habitual y estaba emocionada por lo que la noche podría traer. Sin embargo, nunca imaginé que vería a mi exnovio sentado a unas pocas mesas de distancia, con un par de personas a su lado. Desvié la mirada rápidamente, no quería llamar la atención. Soobin me dio un suave codazo en mi brazo, sugiriendo que pidiéramos algo de comer y beber. La noche está resultando ser bastante agradable. Conocí al amigo cantante de Choi Soobin, que resultó ser muy popular. Incluso se unió a nosotros en nuestra mesa, y tuvimos la oportunidad de conocerlo mejor. No podía negar que era guapo, pero mi atención se desvió cuando mis ojos se encontraron con los de Lee Felix.
El rubio con pecas parecía sorprendido de verme allí, pero por primera vez en muchos meses, no me estaba mirando con resentimiento. De hecho, podría jurar que su mirada brillaba con la misma intensidad que la primera vez que nos conocimos. No obstante, sabía muy bien que no era una buena idea mantener el contacto visual, mucho menos con él, por lo que estaba a punto de apartar la mirada cuando noté que me dedicó una media sonrisa, como si nada hubiese sucedido anteriormente.
Y en este instante es que sentí como si el mundo se hubiera detenido. Esa sonrisa, aunque breve, me dejó sin aliento. Diría que había algo en su expresión, una mezcla de sorpresa y algo más que no podía identificar ahora mismo, algo que me hizo sentir un torbellino de emociones. Fue un pequeño gesto, pero suficiente para hacerme recordar todo lo que hemos compartido y todo lo que habíamos perdido por su culpa. Y aunque sabía que debía apartar la mirada y concentrarme en la noche que tenía por delante, no pude evitar sentir una punzada de nostalgia y un anhelo por lo que una vez fue de nosotros.
—Y cuéntame, Micha. ¿Estás soltera?
—¡Yeonjun!—exclamó Soobin, dándole una patada por debajo de la mesa a su amigo. Puedo ver a Yeonjun frotándose la espinilla ante el dolor qué sintió.
—¡Auh! ¡Eso me dolió!
—¿Piensas qué las personas te pegan por diversión o qué?—mi amigo frunció el ceño.—Es por eso que nunca te presento a mis amigas, te las quieres culear a todas, Choi Yeonjun.
—¡Choi Soobin!—exclamé yo esta vez, golpeándolo en el hombro por sus terribles comentarios.
—Es que es verdad.
Mi amigo se defendió. En cambio, Yeonjun se cruzó de brazos, pareciendo ofendido.
—¡Eso no es cierto! No me acuesto con todas tus amigas.—el pelinegro bufó, parecía que era más importante mirar las mesas de al lado que el rostro de su amigo que no veía hace mucho tiempo.
—¿Ah, no?—Soobin levantó una ceja, claramente no convencido de las palabras de su amigo de la preparatoria.—¿Y qué me dices de Kang Nabi? ¿De Kim Hari? ¿De Lee Minae? ¿Y de...?
—¡Eso fue hace mucho tiempo!—interrumpió Yeonjun, sonrojándose. Eso me hizo reír, solo que mis ojos iban de vez en cuando a la mesa donde estaba mi exnovio.—Además, no fue como tú lo estás haciendo sonar. No me acuesto con todas tus amigas, simplemente con las que me atraen.
Soobin soltó una carcajada.
—¡Eso es prácticamente lo mismo, Yeonjun!
Choi Yeonjun bufó, visiblemente frustrado, pero no pudo evitar sonreír. Pese a su discusión, era claro que ambos eran buenos amigos y que este tipo de peleas eran comunes entre ellos. Y aunque el comentario de Yeonjun me tomó por sorpresa, no pude evitar reírme de la interacción entre los dos amigos. Cuando el show finalmente terminó, decidimos abandonar el bullicioso ambiente del bar. Soobin me pidió que lo esperara en el auto mientras se despedía del pelinegro, a lo que asentí con la cabeza. Me despedí de Yeonjun con una sonrisa y me dirigí hacia la acera donde está aparcado el auto de mi mejor amigo.
La noche estaba fresca en esta noche de pleno enero, ya que el invierno todavía está, y el bullicio del bar se desvanecía a medida que me alejaba. Justo cuando estoy a punto de llegar al auto de Soobin, me choqué con alguien. El impacto me tomó por sorpresa y mi celular se me escapó de las manos, cayendo al suelo con un ruido sordo. Rápidamente, me agaché para recoger mi celular, rezando en silencio para que no estuviera dañado. Mientras lo hacía, levanté la vista hacia la persona con la que me choqué, solamente para encontrarme con una sorpresa aún mayor.
La persona que había causado el choque también se agachó para ayudarme a recoger mi celular. Pero en el segundo en que nuestros ojos se encontraron, me quedé sin aliento. A centímetros de mi rostro está Lee Felix, con sus características pecas y sus luceros llenos de asombro, al igual que los míos. Nuestras manos se hallaron al mismo tiempo en el móvil, nuestros dedos rozándose en el proceso. El contacto inesperado hizo que mi corazón se acelerara. Por un segundo, todo lo demás pareció desvanecerse, hasta mis recuerdos de todos los horribles momentos que me hizo pasar en el tiempo en que estábamos juntos.
—Micha...—susurró mi nombre, su voz apenas audible en la quietud de la noche. El sonido de mi nombre en sus labios me sacó de mis pensamientos y volví a la realidad. Nos levantamos del piso y guardé mi teléfono en el bolsillo de mi chaqueta, pero era tiempo de alejarme de su figura.—Espera.
Extendió la mano para detenerme. No obstante, pareció darse cuenta de lo que estaba haciendo y retiró su mano rápidamente, tal vez recordando las últimas palabras que hemos intercambiado. Cuando le dije que no vuelva a ponerme una mano encima, creo que lo había dicho demasiado segura que por eso mismo reaccionó de este modo.
—Quiero disculparme contigo, nada más—declaró, manteniendo una distancia prudente entre nosotros—. No fui una buena persona, lo admito de verdad. Aún sigo sin comprender por qué te eché la culpa a ti cuando el que se equivocó fui yo. Lo siento.
Sus palabras me tomaron por sorpresa. Había estado esperando una disculpa de él durante mucho tiempo, pero ahora que al fin la tenía, no estaba segura de cómo sentirme. Tenía miedo de aceptar su disculpa, miedo de que volviera a lastimarme como lo ha hecho en el pasado. Empero, al mismo tiempo, no podía ignorar el cambio en él. Parecía sincero, arrepentido incluso, y eso era algo que estuve esperando ver en él durante mucho tiempo. Sin embargo, no podía olvidar el dolor que me causó. Las mentiras, las peleas, la desconfianza... todo eso todavía está fresca en mi memoria. Y aunque una parte de mí quería creer en este nuevo Lee Felix, otra parte de mí no podía olvidar todo el mal que me hizo. Me encontraba dividida entre el deseo de perdonar y seguir adelante, y el miedo de volver a ser lastimada.
Felix dio un paso adelante.
—Es más, me gustaría hablar esto en un lugar más relajado. ¿Qué te parece?—sugirió con una sonrisa en su cara. Eso hizo que me asombrara.—Descuida, no será nada raro, solamente me gustaría que podamos solucionar nuestros problemas. Nada más.
—¿Está todo bien?
La voz de Choi Soobin interrumpió nuestro tenso encuentro. Apareció de repente a mi lado, su expresión protectora y su postura firme dejando en claro su descontento hacia Felix.
—Piénsalo y me dices. Adiós.
Felix se despidió, asintiendo con la cabeza en señal de despedida. En cambio, cuando me choqué con la mirada de mi mejor amigo únicamente pude dedicarle una media sonrisa antes de girarme para subir al auto de Soobin. Una vez que ambos estuvimos en el auto, el chico de cabellera rubia encendió el motor y me miró, una expresión de confusión en su rostro.
—No me digas que...—comenzó, pero lo interrumpí antes de que pudiera terminar.
—Jamás, Soobin. Pero...—suspiré, apoyando mi brazo en la ventana.—me gustaría que no le comentes nada a los chicos. Es mi decisión lo que vaya a hacer con Felix.
Soobin asintió, aceptando mi petición. Aunque podía mirar la preocupación en su mirada, también noté la confianza. Confianza en que tomaría la decisión correcta, confianza en que sabía lo que estaba haciendo. Y aunque no estaba segura de nada en este momento, esa confianza me dio un poco de consuelo. Suspiré frustrada.
2020, Enero 14.
Corea del Sur, Seúl.
—No fuiste.
Hice una mueca incómoda, limpiando un vaso detrás de la barra del bar donde había estado trabajando desde que decidí mudarme solo. Felix está sentado frente a mí, claramente molesto porque no asistí a la fiesta que organizó el sábado por la noche. No es que no quisiera ir, sino que Hyunjin me ha invitado a una reunión en su casa, y como rara vez asistía a sus eventos, pensé que sería una buena oportunidad para cambiar eso. Sin embargo, no le había dicho a Lee Felix, y mucho menos le dije que fui a otra fiesta. Sabía que se pondría tenso si se enteraba.
Cada vez que no podía asistir a sus eventos o hacer las cosas que él me pedía, siempre se lo tomaba como un ataque personal. Como si estuviera enojado con él o tratando de castigarlo de alguna manera. Pero eso no era cierto. Lo último que quería era hacerle daño, especialmente después de lo que el hermano de mi mejor amiga me había dicho.
—Estaba cansado, lo siento.—me excusé, aunque sabía que probablemente no sería suficiente.
—No es excusa. Yo voy a tus fiestas.—replicó, su tono cada vez más agrio.
—Tú las organizas.
Contesté, frunciendo el ceño. Recordé que yo no era el tipo de persona que organizaba fiestas. Las pocas veces que había reuniones en mi departamento, era porque Lee Felix las organizaba.
—¡Y qué!—clamó, moviendo su cabeza.—Tenías que estar conmigo, al menos es lo mínimo que merezco, mucho más cuando te enamoraste de mi chica ¿o no, Lee Minho?—bufó Felix, su expresión claramente ofendida.
Tenía ganas de decirle que Han Micha ya no era más su chica, que él había arruinado todo lo que los unía como pareja. Pero sabía que no era el momento para que mi enojo hablara, así que simplemente le sonreí en forma de disculpa. Le sugerí que fuéramos a almorzar, ya que me hallaba a punto de terminar mi turno en el establecimiento. Aceptó, aunque parecía un poco reacio, porque dejó en claro que me iba a esperar en el lugar porque el bar tenía un horrible olor que no le gustaba.
Después de quince minutos, salí del bar y me dirigí al restaurante donde Felix me está esperando. Mientras caminaba, no pude evitar notar que mi mejor amigo se ha vuelto cada vez más brusco conmigo. Sus palabras empezaban a doler, y temía que Hyunjin tuviera razón. Entré al establecimiento, el sonido de la campana anunciando mi llegada. Busqué a mi amigo con la mirada y pronto localicé su cabello rubio despeinado. El sitio tenía una temática de los años 80's, con decoración rosa y malteadas por todas partes. No obstante, a medida que me acercaba a la mesa, noté que él no estaba solo. Está con una chica.
—¡Hyung, aquí!
Lee Felix levantó la mano, atrayendo la atención de la chica y la mía. Fue entonces cuando me di cuenta de que la chica era Micha. Mi corazón se encogió al ver cómo retiraba su mano de la de Felix al verme. En ese momento, supe que no era el minuto adecuado para pasar tiempo con mi mejor amigo.
—Lo siento, no quise interrumpir.
—Honnie, no estás interrump...—Micha comenzó a decir, pero fue interrumpida.
—¿Honnie?—pronunció, echándome una mirada más que frustrada.—Wow, no sabía que ustedes eran tan cercanos de repente.—se burló, claramente molesto. Eso logró que mis ojos fueran al suelo, pero volví a levantar la mirada para defenderme.
—Bokkie, no es lo que parece.—intenté explicar, solo que él parecía tener su propia idea de lo que estaba sucediendo.
—¿Qué no parece?—Micha frunció el ceño, muy confundida.—Escucha...
—De todos modos, él ya se iba, ¿no?—él una vez más la había callado. Y me hizo una señal que solíamos usar cuando uno de nosotros yacía con una hermosa chica que nos interesaba.
Sentí un nudo en el estómago. Me sentía como un simple idiota, ya que esa misma señal, que una vez había sido un código entre amigos, ahora me hacía sentir como un completo tonto. Creí que Felix ya no quería a Han Micha en su vida, que la despreciaba. Lo he escuchado todos estas semanas usar todos esos adjetivos duros para describirla, y aún así, aquí estaba, con ella. Me despedí con una sonrisa impuesta en mi rostro, tratando de ocultar el dolor y la confusión que sentía en mi interior.
Entre que me alejaba, mi mente comenzó a divagar, pensando en aquella razón: «Sexta razón, puede que no sea justo para tu mejor amigo. Si él todavía tiene sentimientos por su ex, salir con esa persona podría lastimarlo». Sin embargo, a medida que los pensamientos se arremolinaban en mi cabeza, me di cuenta de que la única persona que realmente estaba siendo lastimada en todo esto era yo. Porque me sentí traicionado, no solamente por la acción de mi mejor amigo, aun cuando no tenía la culpa, sino también por mí mismo. Ignore mis propios sentimientos, he dejado que mi amistad con Felix nublara mi juicio. Y ahora, estoy pagando el precio. A pesar de la sonrisa en mi cara, mi corazón está pesado con el dolor de ver esa escena con la chica que tanto me gustaba. Y aunque sabía que eventualmente superaría esto, en este mismo momento, todo lo que podía sentir era el agudo dolor en mi pecho, porque él puede tener todo lo que estuve soñando estas semanas.
El amor de Han Micha.
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